14. Miradas, Miradas, Miradas...
🍃 ˚。⋆ CAPÍTULO XIV
POV HANA
"Nada importante" resonaba en mi cabeza mientras colapsaba intentando comprender en que momento fue que pasamos de mandarnos al diablo a casi bes... a lo que sea que haya sido eso.
Estaba recargada en uno de los muros mirando fijamente a Suhyeok, quien se encontraba apoyado sobre el equipo de sonido, como siempre con las manos enterradas en los malditos bolsillos de sus pantalones. Había pasado como una hora desde que eso pasó y hasta ahora no se había atrevido a voltear a verme ni una sola vez.
La luz del foco se reflejaba en sus ojos haciéndolos más brillantes, más hipnotizantes. Estos miraban a todos lados; al techo, a la ventana, a los muebles al lado suyo y a la mesa frente a él, a sus manos, a sus mangas, a sus amigos e incluso a un pedazo de papel tirado en el suelo. Él veía todo, a todos menos a mí.
Mordí mi labio inferior siguiendo cada una de sus acciones. Actuaba como si nada hubiese sucedido dentro de esa sala, como si lo que casi pasó entre nosotros no hubiera significado nada para él, y aunque no me sentía cómoda aceptándolo, eso me estaba enloqueciendo.
Era claro que le daba completamente igual cualquier cosa que tuviera que ver conmigo, quiero decir, sería una tontería llegar a pensar que le intereso... ¿No?
Bajé la mirada al piso y comencé a raspar mis uñas automáticamente.
¿Por qué me importaba tanto que no le importara?
¡Maldición! ¿Por qué carajos hizo eso?
Yo no le gustaba, era imposible que fuese así. No hablabamos más que para pelear y él no me conocía en lo absoluto. Lo único que sí hacía excepcionalmente bien, y todo el tiempo, era encontrar maneras originales de hacerme enfadar.
Levanté la cabeza nuevamente para ver su estúpida y horrorosa cara. ¿Saben qué? En realidad no me importaba ni siquiera un poco. A mí no me gustaba, así que no tenía por qué hacerme bolas por eso.
Como él mismo lo dijo, no fue nada importante, sólo fuimos víctimas de las circunstancias, estuvimos en el lugar y momento correcto... ¡Equivocado! Quiero decir, equivocado... Tal vez debía ser más como él y pretender que eso nunca estuvo a punto de suceder.
Al fin y al cabo, se quedó en el casi.
Suspiré pesadamente, viéndolo divagar en su mente, viéndolo existir. No podía negar que era atractivo, porque sí que lo era.
Aún así no bastaba con una figura atlética y una sonrisa radiante para enamorarte de alguien más.
A mí no me gustaba Suhyeok. Tampoco me importaba quien le gustaba o, más específicamente, si yo la gustaba.
Pero entonces sucedió.
Luego de darme el tiempo de pensar en todo, de convencerme de que nada de eso me había importado y que estaba bien con la idea de que a él tampoco... Fue en ese momento justo cuando a Suhyeok se le ocurrió levantar la cabeza, y luego de un pestañeo que se sintió como en cámara lenta, hacer que nuestras miradas se crucen nuevamente.
Sentí una presión en el pecho y todo volvió a ser un enredo dentro de mi cabeza.
—Oigan, yo no escuché nada —la voz de Cheong-San se oyó, haciendo que el largo silencio que hubo en la fría habitación terminara gracias a él —¿Ustedes escucharon algo??
—¿Qué cosa? —Suhyeok volteó a verlo.
—Cuando Na-Yeon se fue.... y la profesora salió —retomó la palabra —Yo no escuché nada.
—¿Hablas de los gritos?
—Sí —asintió.
Agaché la cabeza. Había olvidado que eso también había pasado. Era seguro que esa noche me sería imposible conciliar el sueño.
—Tal vez no murieron —intervino Dae-Su —Si los zombies los hubieran mordido habrían gritado... Siguen vivas... —abrió los ojos como si toda la verdad acerca del origen del universo hubiese llegado a él como por arte de magia, pero nadie dijo nada al respecto —¿Por qué no dicen nada? Digan algo, no es tan difícil —refunfuñó cruzándose de brazos.
—No sé si sea buena idea hablar de eso ahora —murmuró Suhyeok viéndome de reojo.
—Dae-Su tiene razón —habló On-Jo casi de inmediato —Tampoco escuché gritos.
—Ni yo, tenía miedo porque no sabía como me sentiría si las escuchara gritar... —Hyo-Ryung agachó la cabeza tímidamente.
—Yo tampoco escuché nada —el de gafas se unió a la charla.
—Tengo razón, están vivas.
No quería intervenir porque técnicamente todo fue por mi culpa. No sabía como podrían llegar a tomárselo si me atrevía a participar de su conversación.
—¿Les parece justo? —Ji-Min se metió —Intentó matar a Gyeong-Su y es por eso que se fue —todos voltearon a ver a Gyeong-Su, quien estaba echo bolita a un rincón de la sala. Al igual que yo, no quería tener esta charla —¿Es justo que siga viva? Son una bola de hipócritas.
—¿Y la profesora? —arremetió Woo-Jin —¿Ella también merecía morir?
—No tenemos la culpa.
—Aunque no la tengamos eso también nos hace responsables.
—¿Responsables? —cuestionó indignada —¿Nosotros que hicimos? Na-Yeon de...
—Yo soy la responsable —interrumpí.
Nadie dijo nada, sólo se quedaron callados observando como di un paso al frente dispuesta a seguir hablando.
—Ustedes no tienen la culpa de nada. Yo fui la que acusó a Na-Yeon, yo soy la responsable.
—Hana no nos estamos refiriendo a eso —Woo-Jin aclaró acercándose un poco.
—Tú no hiciste nada malo —Cheong-San repitió la acción de su amigo.
Me hice hacia atrás para volver a apoyar mi cuerpo en la pared, no tenía sentido seguir con eso, así que me limité a suspirar pesadamente y quedarme callada.
Woo-Jin y Cheong-San intercambiaron miradas y luego fueron de vuelta a sus lugares.
Vi a Suhyeok, y luego a Nam-Ra sentada en la misma silla en la que estuvo todo el día. Se limitó a bajar la mirada, fue como si evitara hacer contacto visual conmigo.
Genial. Ahora ella también me evadía.
—Oigan —dijo Suhyeok después de tomar una bocanada de aire —Es incómodo decir esto... —Woo-Jin le dió un golpe en el abdomen diciendo "Entonces cállate", pero eso no lo detuvo, al contrario, sólo lo hizo hacer una mueca de dolor —¿Alguno de ustedes necesita ir al baño? ¿O acaso soy el único.
Dae-Su levantó la mano.
—Yo quiero ir.
—Todos queremos ir, pero no podemos.
Joon-Yeong sostuvo entre sus manos el frasco rosa viéndolo como la única opción viable para solucionar el problema del baño, pero descartó la idea rapidamente.
—¿Por qué todos me miran así? —Dae-Su vio a su al rededor —Yo no pregunté... Y eso no es un delito.
—No lo es, pero... —Woo-Jin trató de explicarle porque no era un buen tema de conversación.
—Pero a ver. ¿Tú no tienes que ir?
—Claro que sí, pero, bueno o, no a hacer lo mismo que tú.
Dae-Su siguió interrogando a todos para saber si alguien más tenía que hacer lo que él. Me daba un poco de miedo que llegara a preguntarme a mí porque no era algo de lo que me sentiría cómoda hablando. Por suerte se detuvo en Hyo-Ryung, y aunque Dae-Su hizo una propuesta que para ser sincera me parecía que tenía algo de sentido, la manera en la que la presentó no fue lo suficientemente convincente para los demás.
—Tenemos que esperar, vendrán a ayudarnos —alegó Ji-Min.
—Pero les tomaría tiempo llegar, y es posible que la calle esté igual —On-Jo explicó —No sé cuanto tiempo esperaremos, pero mi papá dice que si estamos aislados hay que improvisar un baño.
—¿En dónde improvisaremos un baño?
—Por ahí —señaló la sala de al lado.
Todos vimos el lugar sin estar convencidos del todo de que eso funcionaría, pero el padre de On-Jo era bombero, él sabía que hacer en situaciones de crisis. Y era cierto que tarde o temprano las ganas de ir al baño nos terminarían ganando.
¿Mejor estar preñarados, no?
—Hay que cubrir la ventana, ustedes encárguense de eso —miró al la presidenta y las otras dos chicas —Ahora Joon-yeung y Cheongsan buscarán algo que absorba la orina y también las heces y así lo completaremos. El resto buscará una puerta.
—¿Una puerta?
—Claro, para taparnos —respondió —Hana y Gyeong-Su se encargarán de encontrar algo que podamos usar para limpiarnos.
Asentí girando a ver a Gyeong-Su, quien seguía abrazando sus piernas en el rincón. Parecía que había estado distraído durante toda la charla.
—Yo voy —le dije a On-Jo.
Tomé asiento a su lado provocando que saliera del trance en el que parecía haber entrado. Una sonrisa algo forzada apareció en su rostro.
—Hana, hola —dijo.
—¿Todo bien por aquí? —pregunté.
Asintió con una pequeña sonrisa.
Estaba mintiendo.
—En ese caso, estamos pensando en armar un baño allí dentro —mo puse en contexto —Nos tocó buscar cualquier cosa que reemplace el papel de baño.
—Está bien, buscaré en estos cajones, tú fíjate si hay algo en el otro lado.
—Bueno.
Me levanté para empezar a trabajar como los demás, pero antes de alcanzar a irme Gyeong-Su tiró de mi brazo haciendo que volviera a caer al suelo.
—Ay —hizo una mueca —Lo siento, creo que me pasé.
—¿Crees? —dije sin aire. Tal vez no debí decir eso. Intenté remendar mi error allí mismo —No pasa nada, estoy bien.
La verdad sí me dolió un poco el trasero.
—No quiero que creas que es tu culpa lo de Na-Yeon y la señorita Park —comenzó a hablar —Tú no sabías que eso iba a pasar.
—Bueno, es que tampoco pensé en las consecuencias que traería lo que hice —justifiqué jugando con las manos sobre mi regazo —No me arrepiento de haber detenido a Na-Yeon, pero sí de la manera en que llevé toda la situación... Si hubiera reaccionado diferente nadie habría tenido que morir.
—De no ser por ti yo no sé si seguiría aquí. Tú me salvaste. No dudaste en hacerlo a pesar de que sólo llevabas conociéndome una hora. Si no habrías actuado como lo hiciste... Si no lo hubieras echo... —hizo una larga pausa—Jamás podré compensártelo.
—Sólo hice lo que cualquiera habría echo.
—Exacto. Lo hiciste.
Repetí sus palabras mentalmente y creo que logré comprender su punto. Formé una media luna con mis labios, y luego llevé la charla a otro lugar, no quería tener que seguir torturándome mentalmente.
—Opino que dejemos las charlas cursis y vayamos a buscar lo que nos encargaron.
Gyeong-Su soltó una risilla.
—Gracias —lo miré confundida —No te dije gracias por salvarme, así que sí, gracias.
—¿Los amigos están para cuidarse las espaldas, no? —sugerí levantándome de un salto
Estiré mi mano para ayudar a Gyeong-Su a ponerse de pie. Cuando los dos estuvimos parados nos separamos sin decir nada y comenzamos a buscar lo que nos pidieron.
Aunque en serio hice mi esfuerzo, lo primero que vino a mi mente fue tratar de ubicar a Suhyeok. Y eso hice, él estaba levantando uno de los armarios de metal con ayuda de Dae-Su. Puse mi atención en otra cosa a penas me fue posible y me agaché para revisar si había algo útil en los gabinetes.
Encontré unos posters en uno de los cajones, pensé que podrían servirles a las chicas que estaban cubriendo la ventana, así que fui a darles lo que hallé. Nam-Ra los recibió en silencio y se dio la vuelta así sin más.
Raro.
Me giré sobre mis talones y continué buscando. Me estaba esforzando.
Encima de los armarios alcancé a ver lo que se veía como un paquete de paños igual al que hace rato usamos para limpiar la sangre, estaba al interior de una de las cajas llenas de bobadas que había allá arriba.
Dejé lo que traía en la mesa y me puse de cunclillas para tratar de alcanzar la caja, me estiré lo más que pude, pero mis dedos no llegaban a tocala.
Dejé de hacer esfuerzo un segundo y suspiré pensando en una solución.
Le habría pedido ayuda a Gyeong-Su, pero en realidad no tenía mucha diferencia de estatura con él, así que no sabía de que tanta ayuda podía ser.
Rasqué mi cabeza viéndo a mi alrededor. Todos estaban ocupados en sus cosas, no quería molestarlos. Me las tuve que ingeniar y trepar a una silla, aunque me era algo incómodo porque llevaba falda.
—¿Qué tal el clima allá arriba? —dijo Woo-Jin apareciendo a un lado.
Lo miré de reojo y luego tomé la caja.
—Igual que allá abajo —respondí haciendo esfuerzo por el peso que cargaba —¿Me ayudas?
Woo-Jin estiró los brazos y recibió dl paquete.
—Sí está algo pesada —confesó.
Me dispuse a bajar, pero mi torpeza terminó ganándome y terminé perdiendo el equilibrio. Me tambaleaba sobre la silla jurando que si me volvía a dar en la cabeza no sobreviviría hasta que de pronto sentí un par de manos sujetar las mías ayudándome a retomar la estabilidad.
Suhyeok nuevamente había llegado a mi rescate.
Sus ojos miraron fijamente a los míos, y debo admitirlo, me costó despegar la mirada del azabache.
—Yo dejaré esto por aquí y me iré a existir por allá —dijo Woo-Jin poniendo las cosas sobre la mesa.
Me solté de Suhyeok en un movimiento repentino y bajé de la silla intentando reflejar una imagen llena de seguridad y confianza. Me paré frente a él esperando tener el valor de decirle algo. Estuve como diez segundos mirandolo sin decir ni una sola palabra, sólo demostrando estar lista para enfrentarlo.
—Yo... —dije con una firmeza un poco cuestionable. Miré a mi al rededor buscando lo que sea y cuandi vi la caja sobrs la mesa, la atraje hacia mí —Yo me llevaré esto por allá.
Suhyeok me siguió con la mirada, claro que no entendió por que hice todo eso show. Puse ka cabeza en alto, tragué saliva y me fui directo a la sala de transmiciones dejándolo ahí parado.
Traté de sacarlo de mi cabeza mientras separaba las cosas que nos servían y las que no, pero mi cuerpo cedía cada vez que alcanzaba aver a su silueta con el rabillo del ojo.
Esto estaba mal.
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[NOTA]
Hoy tengo algo importante que decir y esta vez significaría mucho para mí que se den el tiempo de leer.
Pues en realidad nunca me ha gustado ser una persona "dramática" o "exagerada", no es lo mío eso de ponerme a hacer lío por todo, pero tengo que hablarles de unas cosillas importantes.
No me molesta si alguno de ustedes se inspira de mi historia —claro que con inspirar no me refiero a copiar la trama, escenas o partes de la historia como tal—. Lo que sí agradecería es que en caso lo hicieran, al menos puedan comunicármelo para estar al tanto y evitar malos ratos.
Igual les agradecería mucho que me informaran en caso vieran que alguien está "inspirándose" demasiado en mi historia, porque va que no me gusta usar este término, pero no está cool copiar, ni ser copiado.
Sólo era eso.
Los amo muchito <3
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