Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El principio del fin

"10 niños jugarán.

Solo uno sobrevivirá.

Escóndete bien o perderás.

Un deseo podrás ganar.

Si tu vida a de salvar en un monstruo te convertirás.

Piénsalo bien pues no habrá vuelta atrás"

Fue lo que leí en la carta que me llego, al principio me sorprendí casi nadie enviaba cartas ya pero esta era especial, la tinta roja resaltaba en el papel viejo, no tenía dirección de envío y parecía como si alguien la hubiera metido en el buzón, lo aterrador fue que unos días después la carta había desaparecido.

Era un secreto que se contaba a voces y el día del juego llego, me dirigí a la fábrica abandonada, era asombroso ver la cantidad de personas que llegaban.

Yo solo pensaba que haría con el deseo cuando ganara, posiblemente pediría dinero o que mis padres dejaran de pelear.

Llegue al frente de la fila, había una persona que llevaba una máscara de pájaro algo aterradora.

—¿Nombre y edad? —preguntó él o ella mirando una tabla.

—Ryder Flynch, catorce —respondí seguro.

—¿Hijo único? —pregunto, su voz sonaba apagada.

—No —conteste confundido.

—bien entra —dijo abriendo la puerta.

Entre, habían otros 6 chicos de diferentes edades, unos minutos después ya estábamos todos.

—Muy bien estás son las reglas —empezó el pájaro— las luces se apagaran y escucharan una canción, durante la canción ustedes tendrán que ocultarse bien, cuando las luces se prendan significa que uno de ustedes habrá perdido, ninguno podrá moverse de su lugar hasta que las luces se apaguen de nuevo, solo así el juego continuará —explicó— ¿Alguien desea retirarse? —preguntó

Nadie dijo nada, vi a todos, podía ganarles fácilmente.

—Al ganar podrán pedir un deseo pero hay tres cosas que no pueden pedir, uno no pueden pedir que alguien reviva, dos no pueden pedir amor, es patético, y tres y más importante no pueden pedir que este día no haya pasado —explicó eso me confundió mucho— bien suerte a todos y lo lamento —dijo, fue ahí cuando me di cuenta que era una mujer.

Las luces se apagaron y empecé a caminar por el lugar, escuche la canción como la chica dijo, era una canción de cuna cantada por la voz de un pequeño, me escondí en el primer lugar que encontré, estaba seguro que ahí no me encontraría.

La música paro y las luces se prendieron con ellas un grito ahogado lleno de agonía.

¡Que estaba pasando!

Las luces se apagaron y salí corriendo del lugar, sin embargo tropecé golpeándome fuerte la cabeza, sentí algo mojado en toda mi ropa pero me levante un poco atolondrado y seguí por todo el lugar, la canción estaba por terminar así que me oculté lo mejor que pude.

Las luces se prendieron y pude mirarme estaba empapado de sangre, quería gritar, quería salir de ahí, no me importaba el premio.

Cuando las luces se apagaron corrí hasta la puerta, estaba cerrada, corrí a lo primero que vi para esconderme, cuando las luces se prendieron lo vi delante de mi.

Un cuerpo tirado que estaba destrozado, tenia solo la mitad de la quijada y ya no habían ojos, ya casi no había carne y no tenía forma, las costillas brotaban del inexistente pecho, nunca había visto algo igual, mire a mi lado había otro chico con la misma expresión de terror.

—¡Qué demonios es esto! —exclamé aterrado.

—Escóndete —susurro el pelirrojo aterrado— que no te encuentre o te comerá —dijo con la voz entrecortada.

—¿Quién? —pregunté confundido.

—No lo sé —respondió aquel chico extraño.

Las luces se apagaron y corrí otra vez, la incesante canción no dejaba de sonar en mi cabeza, esa puta canción que marcaba una muerte.

Me escondí en lo que parecía ser unas escaleras, las luces estaban por encenderse, me quedé inmóvil cuando escuche el grito, estaba justo detrás de mi, escuchaba como rasgaban su piel, como sus huesos se rompían, escuchaba como pedía piedad pero no podía hacer nada, mi cuerpo no reaccionaba, no se movía por alguna razón.

Había pasado ya lo que creí era una hora y solo quedaba otra persona y yo, estaba aterrado quería que ya acabará, solo quería salir de aquí y volver a mi vida normal con mi familia.

Corrí por todos lados, no sabía donde esconderme y estaba por acabar la canción, en los últimos momentos encontré un hueco, entre en el y me quedé callado, empecé a tocar el suelo con las manos, había una mezcla espesa y olía muy mal, bastante mal para ser honestos.

Los segundos pasaban pero yo sentí que eran horas, pasaban y pasaban, la canción paro y un ruido se hizo en toda la sala, era el grito ahogado más fuerte que había escuchado en toda la noche y por un instante no sabía si era mío.

Los segundos pasaron y comprobé que estaba vivo, había ganado y era la felicidad más grande que había sentido en mi vida hasta que las luces se volvieron apagar y el pedazo de metal que cubría el hueco donde me encontraba se arrancó.

—Cuál ... es ...tu deseo —dijo la voz que retumbaba en todas partes, la voz más aterradora.

—Quiero... —respondí pensándolo bien.

—El tiempo se acaba —dijo transformándose en la voz de un niño.

—Quiero no recordar este día —pedí seguro.

—Así será —dijo.

Cuando la luz se prendió no pude creer lo que había frente a mí, lentamente el sueño se fue apoderándose de mi ser.

Desperté en el bosque sin saber qué había pasado, con un dolor terrible en el brazo, me revise eran tres rasguños.

¿QUÉ HABIA PASADO?

La camioneta negra llego al pueblo, una nueva casa sería ocupada por los Zimmer, la familia de hermanos llegaría para quedarse poco.

El pueblo no estaba preparado para lo que vendría, los preparativos para el juego empezarían pronto y la bestia estaba calmada por el momento.

La familia Zimmer había sido condenado hace ya cinco años con la presencia del niño, se vieron forzados a mejorar el juego para placer de Dyre, habían pasado ya por cerca de 36 pueblos al rededor de todo el país, pero este era diferente, aquí había sido donde la mayoría iniciaba.

La gente del pueblo estaba asombrada por la llegada de nuevos habitantes, no había llegado nadie en muchos años, para Caleb Underwood quién sería el vecino de los Zimmer no le resultaba tan asombroso la llegada de nuevos vecinos hasta que los vio llegar.

Parecían ser personas normales hasta que el niño bajo, un pequeño de tal vez cinco años con ojos castaños que deslumbraban, su pequeño cabello rizado brillaba bajo la luz, sostenía un peluche entre sus brazos con fuerza, el pequeño volteó hacia la ventana como si supiera que lo estaban mirando, después de sostenerle la mirada por un tiempo el niño sonrió para después salir corriendo a la casa.

El juego había empezado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro