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Perdidos:


Bialya, 4 de septiembre, 00:16 am

M'gann despertó aturdida a mitad del desierto sujetándose la cabeza con dolor y murmurando cosas en lengua marciana.

"¡Hola Megan! Estoy en la Tierra", entendió la joven.

La chica se levantó y empezó a andar por las dunas sin entender que estaba sucediendo.

"Pero... ¿cómo llegué a la Tierra? ¿Y por qué estoy usando este traje? ¿Y por qué me duele tanto la cabeza?"

Ella resbaló y cayó deslizándose por una duna, golpeándose al caer.

"¿Esto es un sueño?", se preguntaba.

Entonces, algo aterrizó violentamente a su lado, levantando una enorme nube de polvo a su alrededor.

Cuando finalmente pudo volver la vista, Conner se encontraba allí de frente, gruñendo molesto y confundido.

M'gann divisó el símbolo de la casa de El en la camisa del joven.

—Espera, conozco ese símbolo—dijo ella—. Eres... ¿Supermán?

Conner rugió molesto arrancándose la camisa a pedazos antes de abalanzarse sobre la marciana e intentar aplastarla.

M'gann logró evadirlo con un salto y se elevó en el aire justo a tiempo para evitar otro golpe.

Conner saltó para intentar alcanzarla al tiempo que M'gann creaba un poderoso choque telequinetico, mandando a ambos jóvenes a volar violentamente contra el suelo en direcciones opuestas.

El clon de Supermán simplemente se puso de pie y se alejó de la zona con un poderoso súper salto. Dejando sola a la marciana, y muy confundida.

"No es un sueño...", pensó mientras se abrazaba a sí misma. "Es una pesadilla"

...

Robin se chocó de frente con un extraño joven de ojos verdes.

—Mierda, lo siento—se disculpó Percy, luego se fijó bien en el joven—. Valla, eres Robin, ¿no es así? Tal vez puedas ayudarme un poco.

El joven maravilla se rascó la cabeza.

—Quisiera poder ayudarte... pero estoy igual de perdido—murmuró—. ¿Tienes idea de dónde...?

Ambos chicos vieron como algo se acercaba a gran velocidad desde el horizonte e instintivamente se pusieron a cubierto para no ser vistos cuando un vehículo militar todo terreno pasó llevando a varios soldados armados consigo.

—Esos uniformes son del ejército nacional bialyano—reconoció Robin mientras veía a los soldados irse—. ¿Pero que hacen los bialyanos en...?

Al abrir su mapa holográfico, el joven quedó en shock.

—¿Bialya?

Percy miró al joven.

—Aquí una pregunta mejor, ¿qué estoy haciendo yo en Bialya?

Robin miró al chico y luego se miró a sí mismo.

—Pudo decir lo mismo de mi, ¿qué estoy haciendo aquí...—entonces Robin consultó la fecha de su mapa—... en septiembre? ¿Pero qué pasó con marzo?

Al volverse para mirar al chico de ojos verdes, se topó con que Percy estaba gritándole al cielo por alguna razón extraña.

—¡Hera! ¡Cómo me hayas metido otros seis meses en la hielera del Olimpo te juro que voy a...!

Robin le cubrió la boca.

—¿Quieres dejar de hacer tanto ruido?—gruñó el joven—. Trato de descubrir cómo llegué aquí, y déjame decirte que ponerte a gritar al cielo como un loco no está siendo de ayuda.

El semidiós se separó del chico.

—Ya, lo siento—se disculpó—. Digamos que ya he tenido esta clase de episodios de pérdida de memoria, aunque... la última vez lo había olvidado todo y ahora no es el caso, creo.

Robin suspiró exasperado, pensando que aquel chico desconocido se había vuelto loco por el calor del desierto. Era claramente americano, por lo que le era fácil notar que estaba tan perdido como él. Aunque eso aún no explicaba lo que alguno de ellos podría estar haciendo en ese lejano país.

—Mejor contactaré a Batman—decidió Robin.

Sin embargo un borroso y confuso recuerdo brotó de su mente en ese mismo instante: Su mentor había sido muy claro "mantengan silencio radial en todo momento"

—¿O... no?—murmuró Robin confundido mientras alejaba la mano de su comunicador.

Percy no entendía por qué el joven héroe no podía contactar con el murciélago de Gotham, pero no le dio mucha importancia.

"Ejem, ¿Arty, estás allí?", preguntó mentalmente el semidiós, tratando de contactar con la diosa.

Un extraño recuerdo borroso y confuso apareció en su mente: "Durante tus misiones tendrás prohibido contactar con cualquier dios o aliado tuyo, debemos reducir el contacto entre nosotros y los héroes el mínimo" decía la voz de Atenea.

—Okey... eso fue raro...—murmuró Percy—. ¿De qué misión estaba hablando la cabeza de búho?

Robin se bajó de las rocas en las que estaba oculto de un gran salto y bajó al nivel del suelo.

—¡Hey! ¿A donde vas?—preguntó Percy.

Robin lo ignoró mientras inspeccionaba la zona, encontrando un pedazo de tela rota con el símbolo de Supermán impreso en rojo.

...

En otra zona del desierto, dentro de una cabaña, Artemisa recuperaba poco a poco la conciencia.

—Oye...—decía una voz—. Preciosa, despierta.

La joven abrió los ojos y se reincorporó sintiendo un fuerte dolor de cabeza, solo para encontrarse de frente con Wally sonriéndole.

Al instante tomó su arco y retrocedió hasta la pared de la cabaña, Wally alzó los brazos en gesto de paz.

—Oye, está bien, no voy a lastimarte—aseguró con un tono tranquilizador—. Soy uno de los buenos. Ya sabes, Chico Flash.

Artemisa lo miró con sospecha.

—Vi a Chico Flash en las noticias, él no viste de negro.

Wally miró su propio traje confundido.

—Eh... yo tampoco tengo eso muy claro—murmuró—. ¿Qué hay de ti? ¿Eres fan de Flecha Verde?

Artemisa miró el traje que llevaba puesto muy sorprendida.

—¡¿Quién me puso esto?!—gruñó molesta.

Wally hizo una mueca.

—Cielos... mejor cambiemos de tema ahora—propuso—. Amm, entonces... ¿Sabes usar ese arco?

Artemisa relajó un poco la postura.

—Sí... mi padre me enseñó—dijo ella—. Papá... él debe haber hecho esto, otra de sus ridículas pruebas.

Wally frunció el ceño.

—¿Qué tipo de prueba?

Artemisa miró al joven fijamente.

—Quizá él quiere que te mate.

Wally puso una cara de preocupación, pero su atención se desvió casi al instante cuando escuchó el sonido de algo cayendo desde las alturas.

El joven tomó a Artemisa por el brazo y la arrastró hacia afuera de la cabaña justo a tiempo, antes de que una gran bomba cayera sobre esta. La explosión mandó a ambos jóvenes contra el suelo con violencia.

Al volverse para ver que había sucedido, el par de jóvenes vieron como un gran grupo de tanques se dirigía hacia ellos con gran estruendo.

Wally y Artemisa echaron a correr mientras que la milicia de Bialya los perseguía de cerca.

—¡No los dejen escapar!—ordenó el líder de los soldados.

Los militares abrieron fuego de inmediato mientras se acercaban más y más hacia los jóvenes que huían.

Artemisa desplegó su arco, tomó una flecha explosiones de su carcaj y disparó, logrando volcar un todoterreno enemigo con el disparo. Sin embargo los tanques ya estaban llegando y abrieron fuego de inmediato.

Wally levantó a la chica al estilo nupcial y echó a correr a súper velocidad lejos de allí, dejando atrás fácilmente a sus perseguidores.

—Lo siento, tienen flechas más grandes—dijo el joven mientras corría en zigzag evitando los disparos de los tanques.

—Gracias...—murmuró Artemisa.

—Sí, te lo dije, chico bueno—sonrió Wally—. Ahora, no es por ser entrometido pero ¿cómo te llamas? O y ¿qué decías de matarme?

...

M'gann sobrevolaba el desierto contemplando el paisaje seco y arenoso.

"Estoy realmente en la Tierra, hace tanto que quería estar aquí, aunque no es como en la televisión pero... ¿por qué no puedo recordar cómo llegué aquí?"

La chica se quedó levitando sobre la arena y se sentó en el aire con las piernas cruzadas mientras cerraba los ojos.

"Concéntrate... recuerda"

Haciendo acopio de todo su poder psíquico, la joven fue adentrándose cada vez más profundo en sus memorias, tratando de descubrir que había pasado.

—Buena idea, ve—dijo la voz de Aqualad.

—Ten cuidado—asintió Conner.

Luego fue más atrás.

Conner tomó una galleta de una bandeja recién salida del horno.

—Ten cuidado, Superboy—decía la marciana—. Queman.

Antes de que el chico pudiera probar la galleta, Chico Flash se le adelantó a toda velocidad, quitándosela de las manos y comiéndosela al instante.

—Queman tanto como tú, nena.

Conner lo fulminó con la mirada mientras tomaba otra galleta de la bandeja.

—Gracias Wally... eso fue... muy dulce—murmuró M'gann tratando de ser amable.

—No tan dulce como tú bombón...

Artemisa silenció al chico con un zape.

—Ahg, madura.

Entonces la voz de Batman resonó por la cueva.

—Equipo, repórtense a la sala de misiones.

M'gann salió de sus visiones.

—¡Pertenezco a un equipo! ¡Tengo amigos!—dijo—. Y un Superboy que podría estar... necesito encontrarlo, a todos ellos.

La marciana rápidamente mandó un mensaje telepático por la zona.

"Hola, equipo", llamó. "Quizás están fuera de mi alcance"

...

Wally bajó a Artemisa y se detuvo para recuperar el aliento.

—Lo siento, me estoy agotando—se disculpó el chico—. No he comido en un buen rato.

Wally abrió un compartimento en la muñeca de su traje, el cual estaba vacío.

—He estado fuera 24 horas, mis reservas están vacías.

Entonces el sonido de algo cayendo los volvió a alertar, pero en lugar de una bomba, lo que cayó fue un clon de supermán confundido y furioso.

Conner rugió y lanzó un golpe contra Wally, que le dio en el rostro y lo mandó contra una gran roca. Superboy se volvió contra Artemisa, quien retrocedió con un salto y disparó tres flechas explosivas, una justo tras la otra, pero eso no detuvo a Conner, quien logró alcanzarla y la intentó aplastar con un puñetazo.

La joven lo esquivó rodando por el suelo, solo para ser mandada a volar cuando un misil impactó en Superboy.

No muy lejos de allí, M'gann logró sentir sus mentes y el dolor provocado por la explosión.

"¡Superboy, ¿dónde estás?!"

Entonces, la marciana logró ver a la distancia una gran columna de humo, por lo que se dirigió hacia allí a toda velocidad.

A la zona de batalla habían arribado varios tanques militares. Artemisa levantó la mirada, solo para ver cómo Conner se lanzaba contra el ejército, destrozando a los soldados con sus propias manos.

—¿De qué lado está?—preguntó la chica.

—¿Quieres quedarte y averiguarlo?—preguntó Wally.

Chico Flash tomó a Artemisa en brazos y salieron de la zona a toda velocidad, sin embargo Wally tropezó no muy lejos de allí y ambos rodaron violentamente por las dunas.

Al levantase, vieron como un par de aviones de combate volaban sobre ellos y se disponían a atacarlos.

—¡Al suelo!—ordenó Wally mientras intentaba ponerse a cubierto.

Cuando los aviones daban la vuelta para volver a atacar, Artemisa les apuntó con una flecha, pero antes de poder disparar una voz resonó en su mente, haciéndola errar el tiro.

"¡No te preocupes, estoy llegando!"

La chica miró confundida a Wally.

—¿Oíste a una chica hablando en tu cabeza?

Wally ladeo la cabeza.

—Siempre hay chicas en mi cabeza, pero no hablan mucho.

M'gann alcanzó a los aviones de batalla y con un gesto de las manos los hizo chocarse entre ellos.

La marciana aterrizó frente a Wally y Artemisa.

—Hola J'onn, tu traje luce... familiar, pero esa apariencia no es muy... masculina.

—¿Conoces a mi tío J'onn?—preguntó M'gann—. Hola Megan, claro que lo conoces, eres Chico Flash, Wally. Y tú Artemisa.

—Espera un momento—pidió Wally—. ¿El Detective Marciano es tu tío? ¿Por eso sabes mi nombre?

—¿Tu verdadero nombre es Wally?—preguntó Artemisa.

El joven suspiró derrotado.

—Está bien—aseguró M'gann—. Somos compañeros, amigos, te hice galletas.

Artemisa miró a Chico Flash llevándose las manos a la cintura.

—¿La conoces?

—¡No, preciosa, nunca la había visto antes en mi vida!—se apresuró a decir el joven—. Al menos eso creo.

M'gann suspiró.

—Ustedes también perdieron la memoria...—se volvió para ver el rastro de destrucción que Conner dejaba a su paso—. Vamos, que Robin y Superboy necesitan ayuda.

Wally se encogió de hombros.

—Claro, por supuesto, Robin y ¿Súper quien?

...

Conner había sido atrapado por los soldados, con sus dos brazos sujetos por varias cuerdas que sostenían dieciséis soldados en total, sin embargo eso no fue ni de broma suficiente para detener al chico, quien con un par de tirones derribó a sus captores fácilmente.

—Deberías controlar su mente—dijo uno de los soldados a un extraño encapuchado.

—Me parece que no le quedó mucha mente para controlar—respondió éste mientras estiraba la mano hacia el clon de Supermán—. Pero... quédate quieto.

Conner cayó al suelo inconsciente al instante, solo para ser arrastrado y trasladado por los soldados.

No muy lejos de allí, tras unas rocas, inconsciente y deshidratado, Aqualad yacía tirado y sin moverse.

...

La noche había caído y la luna llena se alzaba en lo alto del cielo.

Percy miraba el astro con tristeza y lo saludaba con la mano, cosa que a Robin se le hacía de todo menos normal.

—Me gustaría saber para qué puse este rastreador aquí—murmuró el joven maravilla mientras seguía las indicaciones de su mapa holográfico.

—Al suelo.

Percy lo derribó y lo escondió tras unas rocas, señalando hacia al frente con cautela.

—Hmm, supongo que para eso era—murmuró Robin.

Ambos chicos se asomaron por encima de la roca con cuidado, viendo un extraño artefacto plantado allí en medio de la nada.

Percy desplegó su espada y escudo, cosa que sorprendió a Robin.

—¿Cómo...?

—Magia, ahora no hagas preguntas—respondió Percy un tanto cortante.

Ambos jóvenes salieron de tras la roca y se dispusieron a inspeccionar el artefacto que tenían frente a ellos. Solo para ser emboscados por una gran cantidad de soldados que salieron directamente de la arena.

—¡Su majestad los quiere con vida!—gritó uno.

Robin soltó una bomba de humo y empezó a acabar con sus enemigos uno a uno entre la oscuridad y la confusión. Usando boleadoras, batarangs y demás artilugios varios.

Percy, por su lado, cargó velozmente contra los soldados, cortando sus armas en pedazos con su espada y desviando un par de disparos con su escudo antes de noquear a un enemigo com in golpe de la empuñadura de su arma.

—¡Suficiente, habrán fuego!—gruñó un militar cuando Robin derribó a varios de estos.

Entonces dos soldados le dispararon y el chico no alcanzó a alzar su escudo, recibiendo un tiro justo entre los ojos.

Percy levantó la mirada creyendo que se encontraría con Hades, solo para ver que estaba intacto.

—O soy un fantasma o el disparo falló o... la maldición de Aquiles vuelve a funcionar por alguna razón.

Robin se cubrió detrás de Percy, quien le sirvió de escudo humano recibiendo los disparos sin ningún daño.

—¿Quién rayos eres?—preguntó el joven.

Entonces, una veloz figura corrió a toda velocidad arrebatando las armas de los soldados enemigos.

—¡Yo sujetaré esto, gracias!—sonrió Wally antes de ayudar en la batalla eliminado a varios soldados.

Poco después más enemigos salieron disparados por una fuerza invisible, y M'gann mostró su presencia en la batalla.

Wally tomó a un soldado y lo hizo girar sobre si mismo varias veces antes de arrojarlo contra un par más de enemigos, noqueándolos a los tres con el impacto.

Finalmente, cuando el último soldado enemigo intentó huir corriendo, una flecha atravesó el aire, desplegando un par de boleadoras que atraparon las piernas del sujeto y lo mandaron al suelo.

Esto llamó la atención de Percy casi al instante, quien se volvió para intentar identificar al arquero, o arquera, en este caso.

Artemisa bajó de la duna en la que estaba posicionada.

Robin intercambió un amigable apretón de manos con Wally.

—¡CF, es bueno ver una cara conocida!

—Vaya, Robin—sonrió Wally—. ¿Perdiste la memoria?

—Seis meses, atemos a estos y comparemos notas.

...

Después de algunos minutos, el grupo estaba reunido en un círculo tratando de averiguar lo que sucedía.

—¿Entonces somos un equipo?—preguntó Robin.

—Nosotros cinco y Superboy—asintió M'gann.

Percy se sacudió la cabeza.

—Lo siento, yo sigo en que tú te llamas Artemisa, ¿no?

La chica frunció el ceño.

—Sí.

—Y no eres una cazadora o algo así...

—No.

El joven miró la luna llena en el cielo y preguntó en voz alta.

—¡¿Es alguna clase de broma?!

Artemisa miró a Robin en busca de explicación.

—¿Y a este que le pasa?

El joven maravilla se encogió de hombros.

—Ha estado así desde hace horas—rebeló—. Yo creo que es lunático.

Percy miró al joven.

—Si eso significa que estoy loco por la luna, estoy de acuerdo.

Robin se cruzó de brazos.

—No, significa que tienes locura transitoria.

Percy pensó en algo ingenioso que responder, pero no se le ocurrió nada.

—Maldición, tienes que ser pariente de Annabeth de algún lado—murmuró el semidiós en voz baja.

M'gann llamó la atención de todos.

—Oigan, el tema, Superboy.

Robin le mostró el pedazo de tela que había recogido antes.

—Esto debe ser suyo.

M'gann tomó la prenda entre sus manos.

—Sí, ¿lo viste?

Artemisa se llevó las manos a la cintura.

—Creo que lo hicimos.

Wally asintió.

—Chico salvaje, valla compañero de equipo, nos atacó.

—No sabía quienes éramos—supuso Artemisa—. ¡Yo no sé quiénes somos!

—Recuerdo a Batman ordenando no usar la radio—dijo Robin—. Seguro trabájanos para él.

—¿Cómo sabemos que no trabajamos para mi mentor?—dijo Wally mientras pulsaba el logo de su traje.

Al instante la prenda pasó del color negro a su característico amarillo brillante. El chico repitió la acción varías veces, intercalando el color de su traje del negro al amarillo varías veces.

—¡Ohhh, esto es genial!

Todos los demás empezaron a toquetear los logos de sus trajes icon curiosidad, sin tener ningún resultado en ello.

—Nos vemos ridículos—gruñó Artemisa, luego se volvió hacia Wally, quien seguía cambiando el color de su traje una y otra vez—. ¡Deja de hacer eso!

El joven la ignoró y siguió jugueteando con sus colores.

—Ahg, necesitamos recuperar nuestras memorias—gruñó la arquera.

M'gann se llevó las manos a la cabeza y se concentró.

"Para ayudar a Superboy"

De un segundo para el otro, los chicos se encontraron en un lugar desconocido, en las paredes se reproducían imágenes de todos ellos.

"Los traje dentro de mi mente para compartir lo que recordamos", explicó M'gann. "Pero necesito su ayuda, nuestros recuerdos rotos pueden formar un todo si abren sus mentes a la mía"

Artemisa se cruzó de brazos.

"¿Quieres entrar en nuestros pensamientos?" , preguntó ella de manera agresiva.

Percy miró a la marciana con desconfianza.

"Tengo que estar de acuerdo con la Arty que no es Arty, no me agrada la idea", dijo el semidiós. "Por algún motivo a la gente le encanta meterse dentro de mi cabeza y jugar con mis recuerdos"

M'gann intentó tranquilizarlos.

"No quiero ser invasiva pero..."

"Si debes hackear nuestras mentes para saber qué pasó, adelante, hazlo", dijo Robin.

"Mi cerebro es todo tuyo", sonrió Wally. "Intentaré que mi brillantes no te sobreabrume"

"O subabrume", dijo Robin. "Por cierto, creo que se dice solo abrumar"

"Sí, definitivamente es un búho", decidió Percy.

Artemisa miró a Wally, quien la tomó de la mano tranquilizadoramente.

"Sólo los últimos seis meses", decidió Artemisa. "Y solo lo que necesites"

Percy suspiró.

"Oh dioses... espero que no me quieran lanzar al Tártaro por esto", murmuró. "Bien, estoy dentro"

M'gann asintió y se concentró profundamente, conectando las mentes de todos los jóvenes en una sola. La voz de Batman resonó en sus cabezas.

—La Atalaya detectó una enorme fuente de energía en el desierto Bialyano, el análisis de espectro reveló elementos extraterrestres, descubran qué pasó en ese lugar y que aterrizó ahí. Bialya es un estado rebelde gobernado por la Abeja Reina, no es miembro de la liga de naciones, todas las comunicaciones pueden ser interceptadas. Mantengan silencio radial en todo momento. Aterrizarán en Qurac en el límite con Biblia, a dos clicks de la zona de conflicto.

—Camino libre—dijo Robin al equipo, ya estando en la zona.

—Los bialyanos controlan el lugar—murmuró Artemisa mientras observaba desde un escondite un campamento militar bien protegido.

—Establezcámonos aquí—decidió Kaldur, antes de que Conner bajara un gran equipo de su espalda, el cual cargaba como si de una mochila se tratase.

—Esteremos funcionado pronto—anunció Robin mientras configuraba el equipo.

—Este sitio está inundado de radiación de Rayos Zeta—murmuró Wally mientras veía las lecturas de aquel aparato.

—Detectó rastros no terrestres que vienen desde la tienda—convino Robin.

—Lo revisaré en modo camuflado—dijo M'gann.

—Buena idea, ve—asintió Kaldur.

—Ten cuidado—pidió Conner.

—Y mantén contacto telepático—pidió Kaldur.

—Lo haré, Aqualad—asintió M'gann.

...

Los chicos salieron de sus recuerdos de golpe.

—¡Aqualad!—gritaron todos de golpe.

—¿Dónde está?—preguntó Robin—. ¿Qué pasó después?

—¡No lo sé!—dijo M'gann—. Es lo ultimo que yo... que nosotros recordamos.

Wally y Artemisa as soltaron de las manos de un tirón y con muecas de asco. Y luego hacían como si no hubiera pasado nada mientras veían en direcciones opuestas.

—Ah..., llegamos hace 24 horas—dijo Wally—. Si Kaldur caminado por el desierto todo este tiempo, bueno...

—No es bueno para un chico con branquias—terminó Percy con preocupación.

Robin activo su mapa holográfico.

—Bueno, veamos dónde está—el chico revisó los rastreadores de todo el equipo—. Está cerca, pero no se mueve.

...

Cuando el equipo encontró a Aqualad, éste estaba muy débil y murmurando cosas sin sentido en Atlante.

—Ahg, no puedo restaurar su memoria—dijo M'gann.

—Necesita re hidratación inmediata, llamen a la bionave—ordenó Robin.

—Está fuera de rango—dijo la marciana, antes de volverse hacia Wally—. Pero tú puedes llevarlo.

—Es muy pesado—murmuró el chico—. Y yo tengo poco combustible—señaló a Artemisa—. Ahora no podría no llevarla a ella.

La chica bufó y le dio un manotazo al joven.

—¿Por qué no hacerlo levitar hasta allá?—preguntó la arquera.

—No puedo—se disculpó M'gann—. Debo encontrar a Superboy. Meses atrás él no existía, no tiene recuerdos solo impulsos animales, solo yo puedo ayudarlo.

Percy les llamó la atención a todos con un fuerte aplauso.

Los vientos secos se agitaron, cargándose poco a poco con humedad, hasta que el semidiós estuvo rodeado por un pequeño y débil huracán con nubes de tormenta rayos y toda la cosa.

—Yo me encargo de Kaldur, ustedes vayan por Conner—ordenó con una voz firme que no dejaba lugar a réplicas.

M'gann asintió y se elevó en el aire.

—¡Espera!—gritó Robin—. ¡Seguimos sin saber que fue lo que borró nuestros recuerdos! ¡Podría pasar de nuevo!

Pero la joven ya se había ido.

Percy miró al grupo.

—Entonces... ¿ahora qué?

Los jóvenes arrastraron a Aqualad por el desierto en una camilla improvisada, tratando de encontrar un escondiste en el que los soldados de Bialya no los encontraran.

Aqualad se encontraba aún demasiado débil, murmurando incoherencias en idioma atlante.

Robin miró tras unas rocas como pasaba una patrulla de soldados.

—No podemos arriesgarnos a un tiroteó con Aqualad en ese estado—murmuró.

Wally se abrazó el estómago.

—No es solo él—dijo—. No me queda energía.

Artemisa revisó su carcaj.

—A mí casi no me quedan flechas.

Percy hizo una mueca de concentración.

—Y aquí no hay mucha humedad con la cual hacer huracanes—gruñó—. O peleo o ayudo a Kaldur.

Entonces, cuando quisieron darse cuenta Robin ya no estaba por ninguna parte.

Percy tubo un escalofrío.

—Olviden lo del búho, ese chico está relacionado con Nico.

Wally hizo una mueca.

—Había olvidado lo mucho que odio cuando hace esa cosa ninja—entonces, se volvió hacia Artemisa—. Oye, nunca me dijiste por qué tu papá quería hacerme—se llevó un dedo a la garganta y simuló una decapitación.

Artemisa se removió nerviosa.

—Yo me... confundí con una película vieja—improvisó mientras se volvía hacia atrás para ocultar su rostro—. Que vi la otra noche, sobre una chica ninja... cuyo padre ninja le ordenaba matar a su novio ninja porque era... de un clan ninja rival.

Wally sonrió burlonamente.

—Así que... soy tu novio ninja, ¿eh?

La chica lo fulminó con la mirada.

—Oye, amnesia, ¿recuerdas?—gruñó—. Me olvidé de lo fastidioso que eres.

Wally frunció el ceño.

—Ah, claro, y tú eres miss simpatía.

Percy se rió entre dientes.

—Rayos, te pareces a Artemis en más cosas que el nombre y las flechas—se rió Percy un tanto nostálgico—. Wally, Artemisa... ustedes dos están tan ciegos.

—Shhh, ¿quieren callarse?—interrumpió Robin, apareciendo de la nada.

—Oye, ¿dónde estabas?—preguntó Wally.

El joven sonrió.

—Rompiendo el silencio radial.

A lo lejos, una enorme explosión levantó una gigantesca nube de polvo al tiempo que se escuchaban los gritos de los soldados.

—¡Es nuestra señal, muévanse!—ordenó Robin.

...

Qurac, 5 de septiembre, 02:32 am

Kaldur estaba ya recostado en una camilla en la Bionave, recibiendo un tratamiento médico adecuado, la voz de M'gann resonó en las mentes de todos los demás presentes.

"Hola a todos, encontré a Superboy, regresó a la normalidad, y vamos en camino"

Kaldur se levantó de golpe de su camilla.

—¡¿Quién eres y cómo entraste a mi cabeza?!

Artemisa obligó al joven atlante a recostarse nuevamente.

La marciana se dio un golpe a sí misma en la cabeza.

"¡Hola Megan! Los recuerdos de Aqualad, sabía que olvidaba algo"

"¡Oh, rayos! No me traje ningún recuerdo de la misión!", maldijo Wally.

"No te preocupes, yo si me traje un recuerdo", sonrió M'gann, mientras detrás de ella una gran esfera viviente rodaba alegremente siguiéndola.

...

El supervillano conocido como Simon se presentó ante el concejo de varias figuras misteriosas que se ocultaban tras pantallas que destellaban con luz blanca.

—La chica marciana escapó con la esfera y con Superboy—reportó Simon.

—Eso no importa—dijo una de las voces—. Solo importa la prueba exitosa del método de entrega de nuestro nuevo colaborador.

Una grabación mostró como a mitad del desierto se abría un extraño túnel de luz por el que salió despedida le esfera antes mencionada.

—Llegará más tecnología—siguió la voz, claramente femenina—. Tecnología que hará que la esfera y quizá Superboy parezcan ínfimos.

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