Descanso:
Gotham City, 27 de agosto, 06:17 am
Sonidos de batalla como golpes y gruñidos provenían de un oscuro almacén en el que el equipo se encontraba.
Aqualad fue arrojado por los aires y rebotó violentamente contra el suelo antes de chocarse contra una pared y quedar inmóvil.
El villano conocido como Clayface, una enorme masa de lodo humanoide, se acercó lentamente para terminarlo.
A los pies del monstruo ya habían sido derrotados el resto del equipo, quienes solamente yacían en el suelo inconscientes.
Aqualad alzó la mirada débilmente para ver al monstruo que se paraba frente a él, el cual transformó su mano izquierda en un enorme martillo y lo alzó por sobre su cabeza para terminar con el trabajo.
Justo en ese momento el techo de vidrio estalló en pedazos, y la luz de la esperanza cayó en la forma de una oscura sombra con silueta de murciélago.
Lanzando dos batarangs explosivos hacia el brazo de Clayface para empezar, el monstruo rugió molesto e intentó aplastar al murciélago, pero éste lo evitó hábilmente con un salto para proceder a disparar con un taser eléctrico.
Clayface gritó de dolor y se retorció bajo el peso de los rayos antes de caer inconsciente al suelo bajo la forma de un inofensivo charco de lodo.
...
Monte Justicia, 27 de agosto, 07:58 am
—Tengo que hablar con Aqualad—dijo Batman seriamente—. Los demás vallan a las duchas y vuelvan a casa.
—¿A casa?—dijo Conner—. Ya estoy en casa.
—Sí... casa...—murmuró Percy algo nostálgico.
El grupo se retiró del lugar, con la excepción de Kaldur y Robin.
Batman miró a su aprendiz.
—Sólo Aqualad.
El atlante y Robin cruzaron miradas antes de que el chico maravilla se retirara en silencio.
Una vez solos, Aqualad bajó la mirada.
—Lamentó que tuvieras que intervenir—dijo—. Sé que el equipo tubo un mal desempeño.
—El equipo se desempeñó bien—corrigió Batman—. El problema eres tú. Eres su líder, y tu mente no estaba aquí.
Kaldur alzó la mirada rápidamente.
—¡No! ¡Estas...!—luego suspiró en derrota y volvió a bajar la mirada—... en lo correcto.
El murciélago lo miró fijamente y en silencio, esperando a que continuara.
—Últimamente no sé si pertenezco al mundo de la superficie—reconoció Kaldur—. Durante muchos años sólo sabía pensar en eso. Pero ahora que estoy aquí, solo sueño con Atlantis.
Batman frunció el ceño.
—¿Con Atlantis?—preguntó con sospecha—. ¿O con alguien que dejaste allá?
Aqualad levantó la mirada una vez más, sorprendido por la manera en que el murciélago era capaz de leerlo.
—Puedes dividir tu tiempo entre el mar y la superficie, pero no tu mente—explicó Batman—. O estás aquí al 100% o debes alejarte. Es tu decisión Kaldur, tómala pronto.
Y sin más, el murciélago se dio media vuelta y se retiró del lugar.
...
Puerto Feliz, 27 de agosto, 08: 03 am
Percy miró las olas en la playa haciendo una mueca antes de golpear la arena con frustración, al instante una enorme tormenta se desató y el mar se arremolinó salvajemente mientras el huracán ganaba fuerzas.
—Rayos... ¿Por qué tan molesto?—preguntó alguien detrás de Percy.
—¿Qué quieres, Hermes?
El dios mensajero se recargó contra una roca.
—Pues, el jefe quería conocer tu avance con respecto al tema de Calígula.
Percy volvió a golpear el suelo con fuerza, avivando aún más la tormenta.
—Nada...—gruñó Percy—. Ni siquiera una pista o una mención, nada.
Hermes hizo una mueca y ladeó la cabeza.
—Primo, no te ves nada bien—dijo—. ¿Quieres hablar de eso?
El semidiós suspiró con cansancio y se dejó caer en la arena.
—Es solo que... ya he tenido dos misiones con el equipo—explicó Percy—. Y, la verdad, no he sido en lo absoluto de ayuda. A menos que quieras contar ser golpeado por supervillanos como ayuda.
Hermes se rascó la cabeza.
—Oye, no estás acostumbrado a lidiar con esta clase de enemigos—intentó tranquilizarlo—. Te aseguro que si tuvieran que luchar contra monstruos mitológicos tú solo tendrías que salvarle el trasero a todos tus compañeros.
Percy se rio un poco pero no pareció animarse. El semidiós estiró un brazo y señaló el mar que poco a poco regresaba a la normalidad.
—Herms, mira, puedo levantar el océano y desatar un huracán con un puñetazo, pero no puedo contra un monstruo de lodo—gruñó—. ¿Qué rayos está pasando conmigo?
Hermes lo pensó por un momento.
—Me parece que tu mente no está con el equipo—explicó el dios—. Sigues pensando en los campamentos y en el Olimpo, y especialmente en cierta diosa de la luna. No estás dando todo de ti, y eso te está afectando.
Percy guardó silencio por un tiempo, analizando lo que su amigo le estaba diciendo. Tenía sentido, sin duda. Pero aún así sentía que tenía que recordarse quien era él.
—Tal vez tengas razón Herms, es solo que...
—¿Es solo que...?
—Ah... ya sabes, luché en dos malditas guerras, he peleado de tú a tú con dioses, titanes y gigantes. Siento que podría estar haciendo más.
Hermes le puso una mano en el hombro para tranquilizarlo.
—Creo que ya lo entiendo—dijo el dios mensajero—. Quieres demostrarle a tus nuevos amigos de lo que eres capaz. Y sientes que solamente has quedado mal con ellos últimamente.
Percy suspiró en derrota.
—Tal vez, no lo sé—murmuró.
A Hermes le llegó una notificación en su celular y suspiró cansado.
—Tengo que correr, te veo luego Perce.
El dios salió disparado a súper-velocidad, rompiendo la barrera del sonido para después desaparecer en un destello de luz a la distancia.
...
Monte Justicia, 27 de agosto, 12: 45 pm
Percy caminaba distraídamente por la cueva, pensando en su última conversación con Hermes, tan absoluto en su mente que ni siquiera se dio cuenta cuando se chocó de frente con Aqualad.
—Lo siento, mi culpa—dijo Percy.
—No, está bien, iba distraído.
Ambos estaban a punto de seguir por sus respectivos caminos, pero Kaldur se detuvo y se volvió hacia el semidiós.
—Percy, ¿puedo preguntarte algo?
El chico se volvió hacia él.
—Eh..., claro.
El atlante suspiró.
—Dime, ¿has sentido que no perteneces aquí?—dijo—. Ya sabes, que tú hogar está en otra parte.
Percy suspiró también y se sentó en el suelo con la espalda recargada contra una pared.
—Justo en eso mismo estaba pensando—reconoció—. ¿Y tú?
—Lo mismo, no sé si pertenezco al mundo de la superficie o al que está bajo las olas.
Percy se rio un poco.
—La sirenita a la inversa.
Aqualad ladeó la cabeza.
—Supongo que sí.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, pensando cada uno en sus dilemas personales. Finalmente Kaldur rompió el silencio con una nueva pregunta.
—¿Qué es lo que extrañas?
Percy miró el techo de la cueva y suspiró nostálgico.
—Pues.., un poco de todo—reconoció—. Dejé a mis amigos, mi familia, y... dioses, hasta a mi prometida.
Kaldur alzó una ceja, pero decidió no indagar más en el tema.
Percy se volvió hacia el joven atlante.
—¿Y tú?—preguntó—. ¿Qué dejaste atrás?
Aqualad suspiró.
—Un poco lo mismo—reveló—. Amigos, familia, mi hogar en general y... a alguien.
Percy asintió con la cabeza comprensivamente.
—Te entiendo—aseguró—. ¿Cómo haces para lidiar con ello?
Aqualad se encogió de hombros.
—No he podido—explicó—. Planeaba ir a Atlantis un tiempo, ver cómo están las cosas y decidir... a qué mundo pertenezco.
Percy alzó una ceja.
—¿Vas a ir a Atlantis? Genial—sonrió—. Siempre quise conocer ese sitio.
Kaldur miró al chico sumamente sorprendido.
—¿No has visitado Atlantis?
—No realmente, ¿por qué?
Kaldur negó con la cabeza.
—Nada, es solo que... como eres hijo de Poseidón...
Percy ladeó la cabeza.
—Lo sé... pero mi padre nunca quiso que me mezclara con todo este mundo—explicó el semidiós—. Al menos hasta ahora, pero eso da igual en este momento.
Kaldur señaló la entrada de los tubos-zeta con la cabeza.
—¿Quieres venir?—preguntó.
A Percy se le iluminó el rostro.
—¿De verdad?
—Claro, creo que ambos necesitamos retomar algo de contacto con el océano.
...
Poseidonis, 27 de agosto, 13:00 pm
"Reconocido, Aqualad B02"
"Reconocido, Perseus Jackson B08"
El semidiós miró maravillado a sus alrededores mientras dejaba que el agua de mar le diera energía a su sistema.
—¿Poseidonis? ¿En serio?—preguntó.
Aqualad se encogió de hombros.
—No me digas que de verdad creíste que tu padre no sería muy popular por aquí—dijo el atlante—. Es nuestro dios protector, después de todo.
Ambos chicos nadaron hasta llegar a una cámara en la que se encontraba el mismísimo Aquaman en persona.
"Oh, mierda, es él", pensó Percy nada más verlo.
El rey de Atlantis extendió los brazos.
—Saludos, Kaldur'Ahm, veo que has traído un amigo.
Aqualad hizo un saludo respetuoso, haciendo un saludo militar pero con el puño cerrado.
—Rey Orión.
Percy hizo una mueca de disgusto al escuchar el nombre.
Aquaman alzó una ceja inquisitivamente en dirección a Percy.
—¿Algún problema, niño?
Percy alzó los brazos en gesto de paz.
—Lo lamentó, es solo que...—ladeó la cabeza—. Digamos que la figura de Orión no es muy de mi agrado, es una larga historia.
Aqualad se colocó en medio de Aquaman y de Percy.
—Lo lamentó, mi rey—se disculpó—. El es Percy, está conmigo en el equipo.
El héroe miró al joven de pies a cabeza rápidamente, para después alzar una ceja intrigado.
—¿Cómo es que estás aquí? No tienes branquias para respirar, y la presión del agua debería haberte aplastado.
El chico ladeó la cabeza.
—Sí... sobre eso, sucede que mi padre es...
Justo en ese momento un brillante tridente de color verde mar apareció sobre la cabeza del joven, al mismo tiempo que una onda de poder se esparcía por todo el océano, con la profunda y poderosa voz el soberano de los mates impresa en ella.
Percy suspiró.
—Es bastante oportuno cuando se lo propone.
Por un segundo, Aquaman no supo cómo debía reaccionar, antes de poder decidir nada Percy se le adelantó.
—Un rey no se arrodilla, así que tú no lo hagas—sonrió.
El rey de Atlantis lo miró algo extrañado.
—Pero... tú eres...
—Percy Jackson, hijo de Poseidón, mucho gusto—dijo el joven mientras extendía una mano a forma de saludo—. No hagas mucho caso a las amenazas de mi padre, por más que él lo quiera negar es tan dramático como Zeus.
...
Los tres nadaron por un largo pasillo decorado con grandes estatuas de delfines y con vista a la ciudad por un gran ventanal en la pared.
—La reina y yo estamos organizando una cena íntima esta noche, todos esperamos que vayas, Kaldur'Ahm—dijo Aquaman—. Dime, ¿asistirás?
—Su majestad...—respondió Kaldur—... hay alguien especial... tenía la esperanza de poder llevarla esta noche.
Su mentor le sonrió.
—Claro que puedes invitarla.
—Muchas gracias, mi rey—sonrió Aqualad—. Se lo agradezco.
Entonces, Aquaman se volvió hacia Percy, quien nadaba en silencio al lado de ellos.
—Tú también estás invitado si es que quieres—dijo él—. Sería un honor que nos acompañara el hijo del dios de los mares.
Percy sonrió tímidamente.
—Gracias, me honra y tal, pero no sé si yo...
—Vamos Percy, será divertido—lo incitó Aqualad.
El semidiós lo pensó por unos segundos.
—Yo... está bien, se lo agradezco.
Aquaman asintió.
—Hasta esta noche, los esperamos.
El rey giró por un pasillo a la izquierda y los chicos viraron a la derecha.
...
—¡Este lugar es increíble!—dijo Percy maravillado, observando las casas y edificios de estilo grecorromano iluminados com toda clase de microorganismos bioluminiscentes, convirtiendo toda la ciudad en un espectáculo armonioso de luces—. A Annabeth le encantaría este lugar, aunque nos haría estallar la cabeza con sus datos técnicos de arquitectura.
Aqualad sonrió.
—Sí... pocas cosas he visto en la superficie que igualen la belleza de Atlantis.
Mientras pasaban, los chicos pudieron observar a varios jóvenes que practicaban las artes místicas e intentaban conseguir control sobre el agua y la electricidad, además de toda clase de otras prácticas.
—Ahg, nunca terminaré a tiempo—se quejó un pequeño hombre con cabeza de pulpo mientras armaba un mosaico que representaba una batalla entre Aquaman y The Ocean Master.
Kaldur se volvió hacia Percy.
—Es un viejo amigo, dame un momento.
El joven atlante se dispuso a ir con él mientras que Percy se quedaba atrás para observar el paisaje submarino.
"Hola, Percy"
El semidiós se volvió para ver a un delfín que nadaba alegremente a sus alrededores.
"Lord Delfín, ¿qué lo trae por aquí?", preguntó el joven mentalmente, decidiendo que tener una conversación en voz alta con un delfín podría ser raro incluso para los atlantes.
"Tú ya sabes", respondió el dios. "Tu padre se enteró de que llegaste aquí y quiso asegurarse de que te recibieran como se debe"
Percy suspiró mientras reía.
"Sí, ¿podrías decirle que se aliviane por favor?", pidió el semidiós. "No necesito que todo el océano se entere sobre quién soy, preferiría guardar algo de privacidad"
Delfín dio una vuelta sobre si mismo.
"Me lo imagino, pero ya sabes cómo es tu padre", dijo el animal. "Aún así, veré que puedo hacer"
"Te lo agradezco"
Aqualad llegó hasta donde ellos.
—Ya sé a dónde ir—dijo el joven—. ¿Vienes?
Los dos chicos nadaron hasta la azotea de uno de los edificios más altos, en donde se encontraron con un combate de entrenamiento entre dos de los estudiantes de nivel alto
Un chico de vestimenta azul acúmulo una esfera de energía entre sus manos antes de dispararla en la forma de un poderoso rayo de luz.
Una chica de cabello rojizo dio un giro en el agua para evitar el ataque y lanzó desde sus manos dos esferas luminosas de energía contra su rival.
El chico vestido de azul dio un salto en el agua y evitó el ataque, para dar un giro sobre si mismo y aterrizar nuevamente en el suelo antes de formar un escudo de energía y detener el siguiente ataque con él.
—Tu técnica es excelente, pero tus decisiones son aún predecibles—dijo su instructora, quien veía todo con los brazos cruzados de cerca—. Combatir la hechicería requiere de improvisación.
Entonces fue cuando vieron a Aqualad y a Percy llegar al lugar nadando.
—¡Oh, Kaldur'Ahm!—se alegró la instructora, también conocida como la reina Mera de Atlantis—. Que alegría de verte.
Los dos estudiantes se volvieron hacia los recién llegados.
—¡Kaldur!—dijo la chica de cabello rojizo.
Aqualad llegó a la plataforma para saludar, parándose frente a Mera.
—Disculpe mi reina, no quise Interrumpir—dijo mientras hacia el mismo saludo atlante de antes.
—Está bien, tengo otra clase—dijo la reina—. ¿Te veré en la cena?
—Sí, su majestad.
—Hablaremos luego entonces—sonrió Mera antes de retirarse.
Kaldur se volvió hacia los otros dos estudiantes para ser recibido por un abrazo de la chica.
—Sabes, te ves genial.
—Sí, la vida en la superficie te hace bien—asintió el chico vestido de azul.
Kaldur ladeó la cabeza.
—Hablan como si me hubiera ido hace años—dijo él—. Pero solo han sido.
—Dos meses—respondió el par de jóvenes.
Percy se quedó cerca, flotando incómodamente en el agua sin saber muy bien que hacer. Por suerte Aqualad notó la incomodad del chico y se lo señaló a sus amigos.
—Lo siento, él es Percy, un amigo de la superficie—lo presentó el joven atlante—. Percy, ellos son Garth y Tula, mis compañeros aquí abajo.
Percy los saludó con la mano.
—Hola, mucho gusto— el joven parecía algo distraído, miraba hacia arriba y a sus alrededores con sospecha como si esperara un ataque.
—¿Qué le sucede?—preguntó Garth.
—Lo siento, solo me aseguro de que mi padre no vuelva a hacer una entrada dramática—murmuró Percy algo apenado.
Aqualad se volvió hacia la joven de cabello rojizo.
—Tula, ¿me acompañarías a cenar esta noche en el palacio?
La chica y Garth cruzaron una rápida mirada de "¿cómo se lo decimos?" Pero Kaldur no pareció advertir nada raro.
El joven atlante puso una mano en el hombro de su amigo vestido de azul.
—Hubiera querido que nos acompañaras.
—Tomé esa hace mucho tiempo—dijo Garth.
Tula le sonrió Kaldur.
—Sabes, tenemos otra clase, pero te veré esta noche.
La joven tomó a Garth por el brazo y lo arrastró rápidamente antes de que ambos se alejaran nadando.
Kaldur sonrió para sí mismo mientras veía a sus amigos retirarse, mientras que por su lado Percy miraba la escena de cerca y negaba con la cabeza.
"Amigo, ¿cómo te lo digo?", pensó para si mismo.
...
A las afueras de la ciudad, un vehículo equipado con un taladro salió del suelo. Un par de guardias atlantes llegaron rápidamente a la zona para ver de qué se trataba.
—¡Deténganse, intrusos!—ordenaron.
Un par de hombres armados y equipados con trajes negros de buceo les apuntaron con sus armas y dispararon a matar, eliminando a uno guardias.
El segundo guardia sobrevivió al disparo y se dispuso a recuperar su arma, solo para ser pisoteado por una nueva figura vestida de negro.
—Eso fue un descuido, escuadrón Alfa—dijo el recién llegado—. Que no vuelva a ocurrir.
—Así será señor.
—Todos los escuadrones, informen—ordenó Black Manta.
"Escuadrón Beta listo"
"Escuadrón Gama listo"
"Escuadrón Delta listo"
"Escuadrón Épsilon listo"
—Fase uno completa—dijo Manta—. Iniciar fase dos.
...
En el palacio de los reyes, ya se estaba llevando a cabo la reunión que tanto habían esperado.
—Un enorme equinodermo congelado y aún con vida—estaba diciendo el príncipe Orm, medio hermano de Aquaman—. Por supuesto en este punto nuestros datos son muy limitados, pero el doctor Vulco piensa que la criatura es muy prometedora.
Mientras Orm hablaba con los reyes, Kaldur se inclinó levemente a su derecha y le susurró a Tula:
—Estoy pensando en regresar al observatorio con ustedes.
Tula hizo una mueca, antes de que la reina Mera interviniera.
—¿Te das cuenta de que dejaste tus estudios hace algún tiempo?—preguntó un tanto apenada—. No has cultivado tus habilidades de hechicero. Y ya no estarás en la clase de Tula, ni la de Garth.
Kaldur bajó la mirada por un momento.
—Tal vez será necesario... un tutor—dijo mirando a Tula.
La joven simple evadió la pregunta metiéndose un bocado a la boca mientras hacía como que miraba a otro lado.
Después de un momento, Orm terminó de hablar con Aquaman sobre el descubrimiento que habían hecho y se volvió hacia Percy.
—Lamentó ser yo quien pregunte, pero quisiera saber, ¿quien eres exactamente?
El rey de Atlantis se volvió hacia Percy.
—Cierto, me disculpo por no haberles avisado—dijo él—. Este joven es Percy Jackson, es compañero de Kaldur en el equipo de la superficie. Está aquí por que yo lo invité.
Mera miró al chico con detenimiento.
—¿Puedo preguntar cómo haces para respirar sin branquias?
Justo en ese momento el tridente brillante volvió a aparecer sobre la cabeza del joven, junto con todo lo demás que eso conllevaba.
Percy suspiró.
—Oh mierda, aquí vamos otra vez...
El resto de los presentes retrocedieron impresionados por la profunda voz del soberano de los mares que reverberaba en sus mentes, mientras que Percy simplemente miraba a la nada con molestia.
—Papá, ¿podrías dejar de hacer eso?—pidió simplemente al agua.
El joven parecía estar manteniendo una conversación con la nada, una escena extraña de ver sin duda, pero a la que después de sentir el poder de Poseidón dentro de sus mentes no parecía tan extravagante.
Cuando terminó de hablar con su padre, Percy se volvió hacia el resto.
—Una disculpa, espero que no vuelva a pasar.
La cena continuó con normalidad por un tiempo, manteniendo varias conversaciones sobre toda clase de asuntos. Un tema de discusión interesante fue la habilidad del semidiós para hablar con las criaturas marinas.
Hasta donde los atlantes sabían, los peses y otros animales no tenían la inteligencia o capacidad cerebral para mantener una conversación, y lo que en realidad hacía Aquaman era controlarlos, no hablar con ellos. Claro que los animales marinos si pensaban, simplemente lo hacían en un nivel mágico de conciencia, a la que Percy podía acceder como hijo de Poseidón.
Finalmente, Aquaman se puso de pie tomado de la mano con Mera.
—Tenemos un anuncio que hacer—dijo el rey.
—Estoy embarazada—terminó Mera.
—¡Oh, eso es maravilloso!—dijo Tula, abrazando con fuerza a su maestra.
Kaldur se acercó a su mentor y le sonrió.
—Felicidades, un heredero al trono por fin.
Orm también se levantó de su asiento y Kaldur se volvió hacia él bajando la mirada.
—Disculpa, príncipe Orm—dijo él—. No era mi intención.
—No hay problema—sonrió el medio-hermano del rey—. Nadie podría estar más emocionado por esta noticia que yo.
—Gracias, hermano—dijo Aquaman—. Gracias a todos.
Percy simplemente se quedó al margen del asunto, levantando los pulgares en felicitación pero sin involucrarse realmente en la celebración. Se sentía muy fuera de lugar en ese momento, pero suponía que era el precio a pagar por tener el padre que le tocó.
Mientras los reyes de Atlantis compartían un beso, una voz se escuchó por el comunicador del héroe.
—Supermán a Aquaman, emergencia de la liga en la bahía de Tokio, reunión en la Atalaya.
—Enterado—Aquaman abrazó a Mera—. Parece que debo despedirme—el héroe se volvió hacia Kaldur—. Ven conmigo.
Ambos se retiraron de la sala nadando para discutir sobre el dilema de Kaldur en lo que llegaban al transportador para que el rey acudiera al llamado.
Percy miró a su amigo alejarse del lugar.
—Un hijo de Poseidón...—murmuró el príncipe Orm mirando al joven—. Eso... es interesante.
...
Después de un rato, el semidiós se encontraba nadando por la ciudad, mirando a la distancia como Kaldur y Tula estaban manteniendo una conversación.
Percy decidió mantenerse alejado, sabiendo que era un asunto privado, pero estando alerta ya que sentía en el agua que algo no iba bien.
Finalmente vio como Tula le decía algo con toda la delicadeza que pudo a Kaldur y el chico bajaba la cabeza con tristeza. Percy supo inmediatamente de que se trataba el asunto, pensó en que debería acercarse para consolar a su amigo, decir la clásica frase de los peces en el mar. Pero toda su atención se desvió a la enorme explosión que sacudió las aguas.
Decenas de edificios por toda la ciudad fueron reducidos a escombros cuando varias bombas estallaron, demoliendo la ciudad en varios de sus ubicaciones más importantes, dando un show de luces del horror al semidiós y al par de atlantes que miraban a la distancia.
La milicia de Atlantis se movilizó a toda prisa para evacuar y proteger a los civiles, sacando familias de entre los escombros y priorizando su bienestar.
—¡Cuidado, saquen a esta gente de aquí!—dijo un soldado mientras levantaba una gran roca para dejar salir a los civiles atrapados debajo.
Solo para que él y todo su equipo fueran rápidamente eliminados por los disparos de los soldados vestidos de negro.
Uno de aquellos invasores tomó un lanzacohetes y disparó a uno de los edificios derribándolo.
Aqualad y Tula entraron al combate de inmediato, con la chica lanzando una poderosa ráfaga de energía que mandó a volar a varios de los intrusos, y entre el polvo y la confusión Aqualad empezó a eliminar a sus enemigos usando un par de espadas creadas con sus aqua-varitas.
Percy cargó de inmediato desplegando sus armas, golpeando a uno de los mercenarios en el pecho con su escudo y mandándolo con violencia contra el suelo, antes de cortar en dos las armas de otros dos enemigos con su espada.
—¡Escuadrón dos solicita refuer...!—el mercenario fue silenciado por una poderosa patada de Aqualad.
Decenas de soldados enemigos se aproximaron a la ciudad desde arriba, junto con una flotilla de vehículos submarinos.
La reina Mera salió del palacio junto a sus guardias para ayudar en la batalla.
La reina de Atlantis creó un par de escudos de energía con los que se defendió de los disparados y creó la proyección de un gran ejército de anguilas eléctricas que se envolvieron entre los mercenarios eliminándolos rápidamente.
Orm salió rápidamente del palacio con un arma en manos y derribó a varios enemigos a disparos, sin embargo fue rodeado rápidamente. Mera levantó una proyección de una gran manta raya para cubrirlos a él y al príncipe de los disparos.
Tula creó una esfera de electricidad que al arrojarla contra los enemigos que habían rodeado a la reina explotó, liberando poderosas corrientes eléctricas que eliminaron a los mercenarios.
La joven esquivó un disparo más y eliminó a otro enemigo con una esfera de energía. Cuando estuvo a punto de ser alcanzada por otro mercenario, un látigo de energía atrapó al enemigo y lo arrojó contra el suelo, cortesía de Kaldur.
—¡Este ataque fue un plan preciso!—dijo el joven atlante mientras golpeaba a otro mercenario—. ¡Las explosiones atrajeron a nuestras patrullas a una emboscada!
Percy atravesó el agua a toda velocidad, cortando las armas de sus enemigos con su espada. Intentó en varias ocasiones dañar a sus enemigos, pero el bronce celestial se negaba a cooperar, por lo que el chico se tuvo que conformar con noquearlos a golpes.
El grupo luchaba salvajemente, usando todas las herramientas que tenían a la mano y utilizando el mar y la ciudad a su ventaja. Pero estaban siendo ampliamente superados.
Garth salió de uno de los edificios para ayudar en la batalla.
Sin embargo no vio como un mercenario le apuntaba por la espalda.
—¡Garth!—Tula se lanzó y se interpuso entre el disparo y su pareja, recibiendo un tiro en la espalda.
—¡Tula!
Aqualad despachó a varios mercenarios más antes de poder volverse a mirar.
—¡Tula, no!
Los chicos se reunieron para ver el estado de la joven, convirtiéndose en blancos fáciles para el gran ejército invasor, quienes abrieron fuego sin consideraciones.
Mera se interpuso entre el ataque y los chicos, invocando una enorme proyección de un pulpo que los cubrió al mismo tiempo que eliminaba a decenas de enemigos. Sin embargo dicho ataque la estaba consumiendo y se estaba sobre esforzando.
Orm se volvió hacia los jóvenes.
—Perdimos comunicación, no podemos localizar al rey Orión—dijo—. Traigan más tropas al palacio.
—El palacio no era el único blanco—respondió Garth—. Vi explosiones en los sectores uno, dos, tres y cinco.
—¿Nada en el sector cuatro?—preguntó Kaldur—. Hay explosiones en toda la ciudad, excepto en el centro de ciencias, donde tu estrella de mar gigante está segura.
—Entonces todo es una distracción—gruñó Orm—. Pero con el rey fuera debo proteger a la reina y al heredero.
—¡No necesitó protección!—gruñó Mera mientras mantenía la proyección del pulpo gigante—. ¡Vallan!
—No, Mera—respondió Orm—. Si fueses herida mi hermano nunca me lo perdonará.
—El príncipe tiene razón, mi reina—dijo Kaldur—. Esta batalla es mía.
—Y mía—dijo Garth.
Kaldur se volvió hacia su amigo.
—Tu lugar es con Tula—dijo con algo de tristeza—. Además, ya tengo un refuerzo.
Aqualad salió de la proyección para volver a la batalla, solo para encontrarse con un escenario inesperado.
Totalmente solo, Perseus Jackson había desatado un huracán bajo el mar.
Salvajes corrientes de agua golpeaban a sus enemigos, remolinos y torbellinos atrapaban a los mercenarios y los estrellaban violentamente contra las rocas marinas.
Los disparos rebotaban contra su piel sin causarle algún daño al tiempo que el semidiós se lanzaba de frente y eliminaba enemigos sin detenerse e incansablemente.
Destrozaba sus armas y equipos con su espada y los golpeaba con dureza usando su escudo. Potentes choques de agua eliminaban invasores e inutilizaban sus vehículos.
El semidiós golpeó su escudo con su espada y liberó un pulso de agua que partió una de las naves enemigas en dos.
Kaldur miró entre maravillado y horrorizado la destrucción que su amigo había creado.
—¡Percy, es una trampa!—advirtió Aqualad—. ¡Es una distracción para poder entrar a las instalaciones científicas!
El hijo de Poseidón asintió con la cabeza y tomó a Kaldur de un brazo.
—¿Qué estas...?
—Créeme, será más rápido si te llevo.
A una velocidad que sería imposible para cualquier atlante, Percy ordenó a las corrientes que lo llevaran, viajando tan rápido como el mar mismo les permitía.
Al llegar a las instalaciones, Kaldur tecleó varias indicaciones en un teclado y abrió una compuerta de entrada.
—Hay que darnos prisa.
El par de jóvenes nado a toda velocidad por los pasillos del lugar, fueron emboscados por un par de mercenarios, pero Kaldur los eliminó fácilmente con dos golpes de unas mazas de energías creadas con sus Aqua-varitas.
El atlante tomó a los mercenarios abatidos y le arrojó uno a Percy.
—Rápido, ponte su uniforme—dijo—. Hay que intentar pasar desapercibidos.
Percy hizo una mueca.
—Tu juega a los disfraces si quieres, yo planeo entrar de frente.
Y con esas palabras, el joven se lanzó al ataque.
Black Manta lo vio venir y disparó un poderoso rayo de energía desde su casco que le dio a Percy justo en el pecho, mandándolo con dureza contra una pared.
Una gran cantidad de mercenarios llenaron la sala, pero Aqualad se lanzó contra ellos rápidamente para detenerlos.
Mientras tanto, Percy alzó su escudo y se lanzó de frente contra Manta.
El semidiós bloqueó un rayo más de energía y lanzó un golpe con su espada que rebotó sin causar real daño en la armadura del villano.
Manta disparó un tercer rayo de energía que lanzó a Percy fuera de las instalaciones atravesando la pared.
El villano se volvió contra Aqualad y disparó nuevamente, pero el joven se defendió tomando a uno de los mercenarios de Manta y usándolo como escudo.
—Que desperdició—dijo Black Manta con decepción—. ¿No tienes ambiciones más allá de servir a Aquaman? ¿Acaso otros tontos no están dispuestos a morir por su rey? Ese por ejemplo.
Por la entrada de la habitación, Garth entró a la batalla, solo para que Manta le disparara. Kaldur logró sacarlo de peligro envolviéndolo con un látigo de agua y acercándolo a él.
—Te dije que te quedarás con Tula.
—La reina está con ella—respondió Garth—. Me dijo que viniera a buscarte.
Ambos se pusieron a cubierto tras un pilar demolido.
—Garth, concéntrate en el juego—ordenó Kaldur con dureza.
Aqualad creó un escudo de energía y se lanzó de regreso a la batalla.
Garth empezó a crear una esfera de energía entre sus manos.
—¡Invocó el poder de la tempestad!
Un poderoso torbellino de energía salió disparado de las manos de Garth y eliminó a varios mercenarios. Sin embargo Manta logró evitarlo en el ultimo segundo.
Entonces, a través de la pared y envuelto en corrientes Percy reapareció en la batalla.
—¡Segundo round, Robocop!
El semidiós chocó de frente contra Manta y lo arrastró con fuerza a través de la pared, saliendo del edificio con él.
Kaldur se lanzó tras ellos de inmediato.
Manta se agachó evitando un ataque de la espalda de regia de Aqualad y lo mandó lejos con un puñetazo antes de empezar a disparar varios rayos de energía.
Percy cubrió a su amigo usando su escudo antes de que Garth apareciera y lanzara una feroz descarga de rayos en contra de Manta.
El villano retrocedió y de su hombro salió un lanza misiles, que disparó en contra de los chicos, derribando a Garth y creando una gran nube de humo.
Manta se volvió hacia sus mercenarios.
—¡Olvídenlos, terminen el trabajo!
Aqualad se lanzó contra el villano, pero éste lo esquivo para volver a atacar con sus rayos.
Kaldur se cubrió con un escudo de energía y se acercó a su enemigo para intentar atacar con su espada.
Sin embargo Manta lo derribó de un golpe y le disparó en la espalda. Aqualad alcanzó a darse la vuelta y desviar el rayo con su espada antes de crear de nueva cuenta un escudo y pasar a la defensiva.
En el suelo, Garth luchaba contra un grupo de mercenarios, y sobre el gran espécimen congelado del que Orm había estado hablando en la cena, otro mercenario de preparaba para enganchar una grúa al hielo y llevarse a la estrella de mar gigante.
—¡Garth, el cable!—gritó Aqualad antes de ser derribado por un puñetazo de Manta.
Percy tomó al villano por la espalda y se lanzó contra el suelo, estrellando a Manta contar este y creando un cráter en el punto del golpe.
Garth creó una esfera eléctrica y la arrojó contra el cable que estaba llevándose al espécimen congelado, cortándolo y derribando el gran bloque de hielo, el cual se partió en pedazos.
Uno de los brazos del monstruo que yacía en su interior se empezó a mover.
Manta intentó acercarse para ver mejor, pero Aqualad lo atrapó con dos látigos de agua y liberó una poderosa corriente eléctrica.
Manta gritó de dolor antes de liberarse del agarre con un fuerte tirón y mandar a Aqualad contra la pared.
Percy se lanzó contra el villano, pero éste lo tomó del cuello con dureza y disparó su rayo de energía contra la cara del semidiós, arrancándole terribles gritos de dolor.
—¡Percy!—gritó Aqualad.
Cuando Manta terminó su ataque, se encontró con que el chico estaba aún vivo y sin ningún rasguño.
—Maldición de Aquiles, idiota.
Percy encajó su espada en el traje de su enemigo. Tal vez el bronce celestial no hiriera a Black Manta, pero sin duda podría dañar su traje.
El villano arrojó a Percy con dureza contra Aqualad y luego se volvió hacia el monstruo que salía del hielo.
—¡Si no será mío, nadie lo tendrá!
Manta disparó una ráfaga de misiles que impactó en el monstruo e hizo volar todo el edificio.
Percy alcanzó a tomar a Kaldur y Garth antes de crear una burbuja protectora comprimiendo agua a su alrededor.
La explosión iluminó los mares por unos segundos antes de despejarse.
Los tres chicos salieron de entre los escombros del lugar, solo pudiendo ver cómo los mercenarios se alejaban en su nave.
...
Poseidonis, 3 de septiembre 21:08 pm
—Nuestra ciudad fue severamente dañada, y muchos atlantes fueron heridos—decía Aquaman—. Pero pudo haber sido peor, les agradezco a todos.
Orm le mostró al rey un frasco con un pequeño pedazo de material biológico.
—Esto es todo lo que sobrevivió—dijo tristemente—. Se está regenerando, la criatura debe ser investigada, pero con la cúpula destruida y el centro de ciencias en ruinas no podemos protegerla ni estudiarla aquí.
El príncipe miró rápidamente a Kaldur y Percy.
—Tal vez en el mundo de la superficie sea mejor.
Aquaman asintió seriamente con la cabeza.
—Estoy seguro de que están ansiosos por intentarlo—dijo—. Kaldur.
El joven dio un paso al frente e hizo su saludo atlante.
—Llámeme Aqualad, mi rey.
El rey de Atlantis sonrió, luego se volvió hacia Percy.
—Hijo de Poseidón, gracias por la ayuda.
El chico sonrió.
—No hay problema, lamento no poder haber hecho más.
—Lo que hiciste fue más que suficiente, siempre que lo necesites, Atlantis está aquí para ti.
Percy asintió.
—Y si necesitan ayuda, no duden en llamarme.
...
En la entrada de los tubos-zeta, Aqualad se despidió de sus amigos de Atlantis con un abrazo, deseándoles lo mejor.
Percy lo esperó de brazos cruzados en el transportador.
Kaldur se volvió una última vez hacia Garth.
—¿Te has preguntado alguna vez que hubiera pasado si yo me hubiera quedado y tú te hubieras convertido en Aqualad?
—Nunca.
—Yo tampoco.
El joven atlante entró al túnel con paso resuelto, seguido del hijo de Poseidón quien se despidió fugazmente de los atlantes con la mano.
"Reconocido, Aqualad B02"
"Reconocido, Perseus Jackson B08"
...
De regreso en la cueva, Aqualad se dirigió a donde Batman, quien estaba revisando algo en un monitor.
—¿Tomaste tú decisión?—preguntó el murciélago.
—La decisión está tomada—aseguró Kaldur—. Estoy aquí, al ciento por ciento.
El murciélago asintió con la cabeza y luego se volvió hacia el semidiós que había llegado también.
—Sea lo que sea que hayas estado haciendo en Atlantis, espero que te haya ayudado también con tú desempeño.
Percy asintió.
—Yo... eso creo, sí.
Batman proyecto una imagen en el monitor al tiempo que el resto del equipo llegaba a la habitación.
—Bien, llegan a tiempo para su próxima misión—dijo—. La Atalaya detectó una inmensa fuente de poder en el desierto de Bialya.
...
En las profundidades del mar, dentro de su nave, Black Manta se comunicaba con aquellos que lo habían mandado a aquella misión en Atlantis.
—No pude capturar el objetivo y me vi obligado a ejecutar el plan B—reportó el villano.
—Hiciste todo bien—dijo una voz a través de una pantalla—. Todo está en su lugar, todo con la excepción del hijo de Poseidón.
Una nueva voz habló casi de inmediato.
—¿Dijiste... hijo de Poseidón?
La primera voz asintió.
—Así es, Perseus Jackson.
La voz del emperador Calígula gruñó a través de la pantalla.
—Así que... el Olimpo finalmente se dio cuenta de nuestros... planes.
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