𝟏𝟗 | Peligro
Así pasó una semana, Becky se portaba cálida y amable con Freen, ante la mirada de extraños, más cuando se encontraban a solas, volvía a su frialdad de siempre.
Extraño sus besos, sus caricias, ella está enojada conmigo con justa razón ¿Qué mujer puede soportar que su esposa la rechace?
—Señora Freen, llegamos a casa de sus padres —Le anunció el chofer.
—Gracias ¿Podrías depositarme estas dos cartas al correo? Una es para Londres y la otra para Phuket.
—Por supuesto señora Freen.
—Y después regresas por mí, dentro de dos horas.
—Así lo haré, señora Freen —El chofer descendió del vehículo y le abrió la puerta a su señora.
Cuando Freen entró a la casa de sus padres, por un momento recordó el día en que llegó ahí por primera vez. Era una niñita llorona, temerosa de todo, pero los brazos amorosos de los señores Chankimha le dieron fortaleza, la misma que ansiaba encontrar ahora, que era una mujer casada.
—Freen, cariño, qué alegría verte aquí — lo recibió su madre abrazándola y dándole un beso en la frente — ¿Y tu esposa, no viene contigo?
—Pidió que la disculparan, tuvo que asistir a una junta urgente con Heng, antes de que se marche a su luna de miel, tienen que resolver algunos asuntos.
—Negocios, siempre negocios.
—Y hablando de negocios —La voz de su padre se hizo presente —¿Tu mujer está de acuerdo en que sigas estudiando?
—Becky es una mujer muy comprensiva— Freen quedó pensativa
¿Cómo reaccionarán cuando sepan que Becky me dejará en seis meses?
—La verdad, no pudiste conseguir mejor partido— dijo entusiasmada la señora Chankimha —Es muy pronto todavía, pero... ¡Me muero de ganas de ser abuela!
Freen se puso pálida.
—Mujer, no la asustes, deja que disfrute de la compañía de su esposa, los hijos vendrán después.
—Lo siento, es verdad, se me olvida que no tuviste luna de miel.
—No se preocupen por eso ¿Y no me invitan a tomar el té? —Y así le dio largas a un asunto que tarde que temprano tendría que enfrentar.
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—¿Qué... diablos? —Expresó sin dar crédito a lo que Becky le decía —Ustedes dos sí que lo complican todo —Heng caminaba de un lado a otro de su oficina con las manos en la cabeza.
—Esto no tiene remedio, Heng —Mirando por la ventana, Becky le explicaba a Heng la situación con Freen —Fue un error habernos casado.
—Y yo que pensaba que la situación de Charlotte y Engfa era complicada, pero Freen y tú se llevan las palmas.
—Hice todo de mi parte, para que esto funcionara —Hablaba con una extraña calma.
—¿Estás segura? Porque desde que comenzaron su relación siendo apenas unos chiquillas, nada ha ido bien.
—¿A qué te refieres? —Dijo saliendo de su letargo.
—Tú nunca la conquistaste, ella nunca te coqueteó ¿Cuándo se ha visto que una relación amorosa se base en solo "dame" y nada en "doy"?
—Ya le ofrecí mi corazón, y me lo rompió al negarse a ser mi mujer.
—¿Y quieres que ella se te entregue a la primera, después de que la despreciaste como pareja?
—Eso ya es historia vieja, yo le pedí perdón, y ella me perdonó... creo.
—Lo ves, Becky— le habló mirándola a los ojos —Nunca han aclarado las cosas entre ustedes dos.
—No tuvimos tiempo, sus padres nos pillaron.
—Si no los hubieran pillado, estoy segura de que Freen te hubiera rechazado igual —Heng tomó una bocanada de aire y exhaló profundo antes de continuar hablando —No me gustaría irme de viaje dejándote en esta situación.
—No tienes que sacrificarte por nosotras, sabremos resolver nuestros problemas.
—Se te avecinan tiempos difíciles.
—Nuestros primos, lo sé.
—Si aclararas las cosas con Freen, si vivieran como un sólido matrimonio, a ti nadie te vencería.
—Si se pudiera...
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Al día siguiente en la escuela, Billy se acercó sigilosa a Freen, quien leía su examen calificado con un excelente promedio.
—Necesito hablar contigo Freen! —Y provocó que casi brincara de su lugar.
—¿Hay algo pendiente entre nosotros?
—Contigo nada, con tu mujer. Mi hermana May y yo, hemos notado que ahora el mundo de Becky, gira en torno a ti, así que, si no podemos convencerlo por las buenas, tal vez quiera por las malas.
Freen tembló al escuchar su amenaza y notar cómo ardía fuego en sus ojos.
—¿Me estás amenazando? — Trató de hablar lo más sereno posible.
—Sí, dile a Becky que no acepte ese tonto fideicomiso, o su tímida esposa puede recibir las consecuencias —y le rozó la mejilla, haciendo que Freen diera un paso atrás.
—Ese fideicomiso es protección para el futuro de May y el tuyo, Becky me lo explicó.
—Becky te puede decir que el cielo se está cayendo, y tú se lo creerás porque eres muy ingenua y tonta. Lo que sí puedes y debes creer— Y comenzó a cercarla —Es que quizás, yo te pueda enseñar algunos trucos... — y volvió a tocarle su mejilla— y placeres en la cama, que la simple de mi prima ni siquiera sepa que existen —Su cercanía ya no era prudente.
—Joder que debo hacer —Freen trataba de que los nervios no la traicionaran, con la cara de Billy a centímetros de su rostro —¿Qué haría Charlotte en mi lugar? —Imágenes de su amiga le llegaron de repente.
Billy no estuvo muy seguro de lo que pasó, alguien le dio un fuerte pisotón, y luego una rodilla se estampó en sus partes nobles, que lo hizo doblar de dolor. Lo único que alcanzó a distinguir fue a Freen huyendo del lugar.
Estoy seguro de que estábamos solos, auch.
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La campana que utilizaba la escuela para reunir a todos los alumnos comenzó a sonar, algo fuera de lo común ese día, sin embargo, todo el alumnado se concentró en el patio principal, cuando la mayoría de los alumnos estuvo presente, las dos rectores hicieron acto de presencia.
—Estimados alumnos de la escuela y la Universidad —Comenzó a hablar el señor Chen — Hemos tenido una serie de problemas en las instalaciones de este edificio... Alguien está tapando los baños, rompiendo las ventanas, desapareciendo las llaves de los salones, como si fueran travesuras de colegiales —Un gran murmullo se levantó.
—Voy a dirigirme a ese "vándalo"— Intervino el Señor Chen y todos comenzaron a mirarse sospechosamente —No nos va a amedrentar, estamos tras su pista y esta vez, ni su dinero ni su linaje, nos va a detener de tomar medidas legales en su contra.
—Por lo pronto— Volvió a hablar el Señor Chen — Necesitaremos una semana para reparar los daños y que puedan retomar sus clases.
—Es decir— Segundo el Señor Chen —Tienen una semana de vacaciones "forzadas", tómenlo como un respiró tras sus exámenes, tendrán tiempo para analizar sus errores y aciertos, eso es todo, pueden retirarse.
Los alumnos se fueron alejando poco a poco, más cuando los rectores desaparecieron de vista, un gran júbilo cimbró el lugar.
—Iré a tomar el sol a la playa, no habrá mucha gente —se escuchó decir.
—Yo no saldré de mi cama —dijo otro por ahí.
Todos hacían planes para aprovechar esas vacaciones forzadas. Becky localizó a Freen entre los alumnos y se acercó, le toco el hombro y ella se sobresaltó, pero tomó con otro sentido su reacción.
—Ya sé que no soportas mi presencia...
—No digas tonterías, sólo me agarraste desprevenida.
—En fin, ¿Qué es lo que te gustaría hacer esa semana? —preguntó sin darle importancia.
—Mmm, no lo sé...sí ¡Ya lo tengo! Vamos a visitar a Charlotte.
—No.
—¿No?
—No vamos a ser mal tercio.
—No andas bien en matemáticas, seremos cuatro.
—No lo dije en sentido literal, no podemos ir a importunarlas.
—¡Por favor, por favor! —Freen parecía una niña pequeño y Becky tuvo que controlarse para no soltarse a reír.
—Está bien, tú ganas.
—¡Si! —y corrió a abrazarla y darle un beso en la mejilla.
Por un momento Becky se sintió la dueña del mundo.
—El amor, el amor —la voz de Billy molestó otra vez.
Freen al verlo se pegó más a Becky, quien notó su reacción.
—¿Qué quieres?
—¿Acaso siempre tengo que querer algo para saludar a mi prima? —y miró lascivamente a Freen — y a mi nueva primita.
—No me gusta tu actitud, Billy— Y Becky puso un brazo sobre los hombros de Freen, acercándola.
—Solo digo que ahora tienes que cuidar más de tus intereses, que los ajenos —Y antes de que Becky dijera algo, se alejó.
Becky tomó a Freen de los hombros, mirándola a los ojos.
—¿Sucedió algo con Billy? ¿Te hizo algo?
Freen vio una furia creciente en los ojos de Becky.
—No sucede nada, no te preocupes.
—Ahora más que nunca nos debemos de alejar de aquí, mientras los trámites del fideicomiso concluyen... te tengo que alejar de Billy.
Freen se quedó de una pieza, ¿Ese era la mujer que le había pedido el divorcio? ¿Por qué se preocupaba tanto por alguien que la rechazó?
—Mandaré un telegrama a Charlotte, no quiero que lleguemos de sorpresa.
Ambas salieron de la escuela rumbo a su casa, quizá lo sucedido haya sido una nueva oportunidad para aclarar las cosas entre ellas, al menos eso es lo que pensaba cada una, en su mundo particular.
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Una cabellera castaña corría de un lado a otro, de tanto en tanto se asomaba a la ventana, esperando ver llegar a ciertos invitados.
—Calma Charlotte, ya me pusiste nerviosa y eso que no son nada mío.
—¿Cómo que nada tuyo? Son tus primas.
—Sólo porque tú las "adoptaste", no significa que las tenga que adoptar yo también.
—Señora Austin.
—Solo bromeo, amor —Y Engfa atrapó a Charlotte entre sus brazos y le besó la nariz —Y no frunzas tanto la nariz, se te notan más las arrugas.
—No te metas con mis arrugas
Engfa no pudo evitar una carcajada, cuando tocaron la puerta.
—Creo que ya llegaron.
A Engfa se le escapó Charlotte de sus brazos porque fue abrir personalmente la puerta.
—¡Freen! ¡Becky!
Los abrazos no se hicieron esperar, los correspondientes saludos se realizaron y los comentarios del viaje. Poco después, Charlotte mostraba a sus invitados sus habitaciones.
—Tienes una casa hermosa, Charlotte —comentó Becky, contemplando los detalles arquitectónicos.
—No es tan grande ni lujosa como la tuya, pero para mí es un palacio, acomoden sus cosas y bajen al comedor.
—Estaremos listas.
Charlotte las dejó y cerró la puerta, Freen y Becky se miraron y voltearon a ver el cuarto, obviamente, solo existía una cama.
—Yo puedo dormir...—. Comenzó a hablar Becky.
—No, no digas nada ahora— Y se atrevió a poner sus dedos en los labios de Becky—Hagamos lo que nos dijo Charlotte —Y animada se dispuso a desempacar, dejando a Becky parada con el corazón desbocado.
La cena con las Waraha resultó muy amena.
—Por fin Heng se fue de luna de miel —Explicó Becky —Estaba preocupado por el asunto de nuestros primos.
—Será mejor que te cuides de ese par, elegante —Habló la nueva señora Austin
—Lo sé, pero la abuela Deidra me hizo prometer que los protegiera aún en contra de ellos mismos
—Pues pesada carga te ha heredado, no es justo —Protestó Charlotte.
—La tendré durante diez años, si en ese lapso ellos aprenden a ser independientes económicamente, su fortuna estará a salvo.
—Por favor —intervino Freen —Dejen de hablar de los Armstrong por el día de hoy.
—Es verdad —reconoció Charlotte —Becky está aquí para descansar de ellos, aunque sea un par de días.
—Si están cansadas del viaje, pueden subir a su habitación...— Ofreció Engfa.
—No! —dijeron al unísono Becky y Freen
—Si no es inoportuno, me gustaría hablar contigo, Charlotte— Dijo Freen —No tardaré mucho.
—Y a mí me gustaría que me invitaras una copa de whisky, Engfa— Pidió Becky.
—Muy bien, vamos a la biblioteca, mientras ellas platican un rato.
Cuando las jóvenes abandonaron el comedor, Charlotte miró a los ojos de Freen.
—Muy bien Freen, ahora dime la verdad ¿Qué está pasando entre Becky y tú?
—¿Qué te hace pensar que pasa algo raro entre nosotras?
—No quieras contarle las rayas al tigre.
—Está bien, es penoso contártelo...
Con la cara encendida de carmín, Freen le contó la penosa situación con Becky y su intención de divorcio.
—¿Qué les pasa a ustedes dos? —explotó Charlotte —Tienen todo para ser felices y lo desperdician por cosas sin importancia y me extraña más de ti.
—¿De mí?
—Tú sabes lo que es perder el amor de tu vida, pensé que, al recuperarla, te aferrarías a ella con uñas y dientes.
—¿Y si ella me quiere volver a dejar?
—Está en ti, que eso nunca llegue a suceder.
—¿Cómo?
—Utiliza tus armas de mujer —y se puso en actitud seductora.
—Hablas como June.
—Y tiene razón, no hay nada más maravilloso en el mundo que hacer el amor con la persona que amas, pero esto no termina sólo en la cama, el día a día es una oportunidad para mantener vivo el amor, en todos los aspectos, no sólo en lo físico, y todo eso hará que tu chica nunca te quiera dejar por nada ni por nadie.
En esos momentos, Becky y Engfa hicieron su aparición.
—Observa, Saro —Y coquetamente se acercó a su mujer, le dio un beso en la mejilla y se acurrucó en sus brazos — Engfa amor ¿Me podrías dar un masaje en mis pies?
—Lo que mi Charmin ordene, sólo con la condición de que después me des un masaje en mi espalda— contestó Waraha.
—Propuesta aceptada.
Y Engfa volteó a ver a Becky y le susurró.
—Qué te dije.
—Hasta mañana señoras —Se despidió Charlotte y se retiró con su mujer.
Becky y Freen se quedaron solas nuevamente.
—Bueno pues, a dormir— Anunció Freen y se fue a la habitación seguida de Becky.
Cuando llegaron a la habitación, Becky prendió la luz de la lampará y siguió con su cantaleta inicial.
—Con unas frazadas como colchón, podré dormir en el piso...
—Me voy a meter al vestidor a cambiarme— la interrumpió Freen —Cuando salga, espero verte en la cama— Y se metió al vestidor.
Becky parpadeó varias veces antes de fijar su vista a la puerta del vestidor.
¿Escuché bien? ¿Saro me ordenó que me metiera a la cama?... ¿Con ella?
Becky ya no quiso perder el tiempo, y rápidamente se cambió de ropa, se puso su pijama y se metió a la cama en un santiamén —¿Y si le entendí mal?— Pronto, obtuvo su respuesta.
Del vestidor, salió Freen solo usando un ligero vestido de seda, pero para Becky fue como si hubiera salido con la ropa íntima más atrevida.
Freen con la mirada en el piso, llegó hasta la cama y se deslizó entre las sábanas, provocando que las inquietudes de Becky se dispararan.
—Que pases bonita noche! —Becky casi gritó, apagó la luz de la lampara y se envolvió entre las sábanas, dándole la espalda.
—Buenas noches, Becky —le contestó toda sonrojada y se acurrucó en su espalda.
Pasaron varios minutos en silencio.
—Freen... ¿Qué estás haciendo?
—Tratando de dormir.
Pasaron otros minutos más.
—¿Acaso me quieres volver loca?
—Sí.
Becky se incorporó rápidamente al escuchar la respuesta de Freen, y volvió a prender la lampara.
—¿Por qué? —le preguntó mirándola a los ojos.
—Por...— y bajó la mirada —Porque te amo y no quiero que nos divorciemos.
—Pero tú no quieres ser mi mujer.
—Eso es... un pequeño contratiempo, que trataré de arreglar y...
—Espera, espera ¿Cómo que un pequeño contratiempo?... ¿Quieres decir que no me rechazaste porque ya no me amas?
—Yo nunca te he dejado de amar, aunque... no te mereces mi devoción por ti.
—Ya te pedí perdón por haberte dejado ¿De qué otra manera quieres que te pida perdón?
—Sí, sufrí mucho por tu abandono... pero eso solo fue la gota que derramó el vaso.
—Heng tiene razón, tenemos que hablar —Y se levantó —Muy bien, entonces... comienza a hablar, por favor.
Freen analizaba la situación.
Si le abro totalmente mi corazón ¿Resultaré nuevamente herida? Tal vez...ahora sí, me dejará para siempre
Recordó todos los consejos de Charlotte y de June. Si quería llegar a algo sólido con Becky, tenían que hablar con el corazón en la mano.
Freen suspiró profundamente antes de comenzar a hablar.
—Reconozco que acepté la promesa que le hiciste a Charlotte para que te quedaras conmigo, sólo por estar a tu lado, no me importaba que estuvieras enamorada... de ella.
—Sí, lo estuve, pero ese sentimiento se convirtió en un cariño entrañable de hermanas, sólo eso.
—Pues a mí me tratabas como a tu hermanita pequeña, nunca me viste como pareja ¿Por qué nunca me besaste en nuestro noviazgo?
—Tú tuviste la culpa.
—¿Yo?
—Tú te la vivías idolatrándome, cualquier cosa que te decía estabas de acuerdo sólo por complacerme, además... nunca te comportaste provocativa conmigo.
—Porque el comportamiento de una joven prometida es ser reservada, si te me hubiera insinuado seguramente pensarías que era una descarada.
—Si lo hubieras hecho para muchas personas, por supuesto que lo pensaría, pero quería que me provocaras a mí, sólo a mí. El día que bajaste por las escaleras del brazo de Milk, casi me vuelvo loca, quería desaparecer a Milk, y a cada persona que posaba su mirada en ti.
—Yo nunca fui coqueta.
—Lo sé, pero esa vez, volviste mis sueños realidad, al vestirte como me hubiera gustado que te vistieras para mí, fuiste tan tú.
—Sí yo no me insinúe ¿Por qué no lo hiciste tú? ¿No se supone que las damas dan el primer paso?
—Porque no me provocabas, siempre callada, siguiendo la etiqueta. Freen, no sabes cómo me habría gustado que me hubieras llevado la contra, aunque fuera una sola vez — Becky pensó que Freen rompería en llanto, pero no podía parar —Llegué a quererte, a pesar de todo, tú has estado conmigo en las buenas y en las malas, tu cariño me fortaleció en muchas ocasiones. Pero necesitaba más, quería a una mujer que tomara decisiones por sí misma y también quería una mujer que me complaciera como mujer.
—Si me tienes paciencia, lo haré.
—Freen —Becky fue a su encuentro y tomó su rostro entre sus manos —No quiero que lo hagas por deber... sino que lo sientas.
—Yo lo siento... — tenían los rostros muy juntos — Perdóname por no entregarme a ti, en nuestra noche de bodas, pero me moría de miedo, no sabía si iba a estar a la altura de la persona que tú esperabas. Además... desde que terminaste conmigo la primera vez, nació en mí una desconfianza, un temor a sufrir otra vez, esa noche te iba entregar no solo mi cuerpo, sino mi alma entera, si me rechazabas otra vez... no tendría nada por qué vivir.
—Freen, lo siento, los "perdón" no serán suficientes nunca, pero déjame demostrarte mi arrepentimiento, y la sinceridad de mis sentimientos, quiero llegar a ser la mujer que siempre has soñado, aunque no soy perfecta.
—Yo sólo quiero a una mujer que me tome en cuenta, que sea detallista y... que me haga suya.
Esa fue una clara invitación, que Becky tomó gustosa, tomó sus labios, y los saboreó, reclamando para sí, el derecho de tenerlos para siempre. A Freen se le desbocó el corazón, pero ya no le importaba, quería que esa mujer la hiciera suya, quería que Becky fuera su mujer.
Becky la recostó, y comenzó a besarle el cuello, con las manos libres de toda atadura acariciaba todo el abdomen, provocando que Freen se estremeciese; su ego creció, más de pronto...
—No, Becky, espera.
—¿Y ahora qué sucede? —la soltó incorporándose, más que molesta.
—Estamos en casa de Charlotte y Engfa.
—¿Y qué tiene de malo esto? Ellas están en su cuarto y nosotras dos aquí solitas — y volvió apoderarse de su cuello.
Más Freen se mantuvo firme.
—Por favor, Becky, escúchame.
Fastidiada, Becky se sentó en la cama y cruzó los brazos
—Bien, seré paciente, te escuchó.
—Quiero que lo hagamos en casa.
—¿En nuestra casa?
—Sí, como debió de haber sido.
—Mañana mismo nos regresamos.
—Becky, no podemos ser groseras.
—Pero Freen —protestó sin mucho éxito al ver la cara de Freen suplicante —Esta bien, total, ya esperamos mucho tiempo, puedo esperar unos días más.
—Gracias, gracias —y la abrazó, besándole todo el rostro.
—No abuses Freen.
Becky volvió apagar la lámpara, y se acostó abrazando a Freen.
—Buenas noches, Freen.
—Contigo a mi lado siempre tendré buenas noches, amor.
A la mañana siguiente, los Austin-Waraha resultaron ser muy buenos anfitriones, llevaron a la joven pareja de Bangkok, a los lugares más significativos de Londres, comieron en un restaurant al aire libre, y luego se fueron a caminar sin rumbo fijo, sólo disfrutaban da la agradable compañía.
De vez en cuando Engfa jalaba a Charlotte hacia la oscuridad de una calle, para robarle un beso. Becky no se quería quedar atrás y la imitó ¿Y Charlotte y Freen? Felices de la vida, sintiéndose deseadas y amadas.
Pasaron los días y a pesar de la impaciencia de Becky por regresar a Bangkok, pudo disfrutar de esos días de tranquilidad, y con la certeza del amor de Freen, fue para las dos una pequeña luna de miel, su relación se fortaleció, y los malos entendidos se fueron aclarando.
—Becky, ya revisé nuestras maletas, pero no estaría de más que las checaras tu... Becky ¿Me estás escuchado?
Pero Becky estaba más ocupada en mordisquearle el hombro, que en atender a sus palabras.
—¿Estás seguro de que quieres que esperemos a estar en casa?
—Becky, amor, solo es un día, y la espera habrá valido la pena, te lo aseguro.
Becky hizo un puchero gracioso, que provocó la risa de Freen. Becky volvió a sonreír otra vez, y se volvieron a perder en un apasionado beso. Cuando no tuvieron más remedio que separarse para tomar aire, se acordaron de que Charlotte y Engfa las estaban esperando para cenar, la última noche, antes de regresar a Bangkok. Bajaron al comedor, donde los anfitriones ya las estaban esperando.
—Quiero que hagamos un brindis, aunque sea con vino tinto —anunció Charlotte —Por el porvenir de la familia.
—¡Por el porvenir! —brindaron todos.
—La próxima semana empiezo a trabajar en el Hospital Shirley Oaks —Anunció Charlotte
—¿Vas a permitir que trabaje? —Becky interrogó a Chan.
—Si no la dejo, me mandará a dormir al sillón, ¿Y tú permites que la "tímida" ande inventando chefs que no existen?
—Esa lección ya la aprendí— Intervino Freen —Cuando regrese a Bangkok, atenderé a algunas personas que quieren el servicio del "Chef Francés", les diré la última mentira, que la chef Benyapa, tuvo que regresar a Francia, pero que me confió sus recetas, les daré una degustación para convencerlas de que puedo ocupar su lugar.
Waraha volteó a ver a Becky.
—Tu esposita sí que tiene una imaginación bárbara, debería de escribir una novela, ¡Explótala! O préstamela para escribir una obra de teatro.
—No te metas con ella, idiota.
—Sólo fue un cumplido, imbécil.
—Ya van a comenzar— anunció Charlotte.
—Déjalas, así se muestran el cariño que se tienen.
Las dos amigas estallaron en risitas, y las dos mayores las miraron con los ojos como platos.
La cena pasó muy amena, después siguieron conversando en la sala un buen rato, hasta que fue la hora de retirarse a dormir.
En el aeropuerto se escuchó anunciar el viaje rumbo a Bangkok, dos amigas se abrazaban nostálgicas por separase nuevamente.
—Llamaré pronto —Pidió Charlotte.
—Y tú respóndeme de inmediato.
—Así lo haré.
Acomodados en sus lugares los señores Armstrong se despidieron de sus amigas, las señoras Austin-Waraha.
—Nos vamos a casa, amor —Freen se acurrucó en los brazos de Becky.
—Aunque estoy feliz por regresar, debo de reconocer que me la pasé muy bien, con esas dos rebeldes.
—Sí, ellas han formado un sólido matrimonio, así como quiero que sea el nuestro.
—Lo será, amor, lo será.
—Aunque siempre habrá problemas que sortear.
—¿A qué te refieres?
—Charlotte no me lo dijo, pero tampoco quise preguntar, pero... creo que siguen teniendo problemas con Heidi.
—¿Por qué llegaste a esa conclusión?
—Si las cosas con ella estuvieran en paz, Charlotte no hubiera evadido tanto el referirse a ella.
—Creo que tienes razón, Engfa se hubiera ufanado en mostrarme el acuerdo que llegó con ella, cosa que no hizo.
—Espero que se resuelvan las cosas favorablemente para ellas.
—Yo también lo espero... ¡Oye! Creo que Waraha tiene razón, te voy a rentar como detective.
—¡Becky!
—¡Bromeó amor! —Y riendo la abrazó.
Por fin después de casi medio día de vuelo llegaron a su casa, pero los asuntos pendientes les negaron la noche de amor anhelada. Becky recibió un mensaje de su abogado, Freen preparó sus libros para regresar a la escuela al día siguiente, y además llamó a sus padres, para decirles que había regresado de su viaje.
Cuando entró la noche lo único que querían era dormir, y se quedaron profundamente dormidas una en brazos de la otra en la recámara principal.
El día llegó y las dos saltaron apresuradas.
—Joder, nos tenemos que apurar sino llegaremos tarde a las clases.
—Freen, yo no voy a ir el día de hoy a clases, ayer recibí un mensaje del abogado de los Armstrong, tengo que ir a la oficina de Heng para revisar el fideicomiso.
—¿No esperarán a que regrese Heng?
—Sólo revisare los acuerdos previos.
—Está bien amor, ten cuidado.
—¿Por qué te pusiste nerviosa? Tus manos están frías.
—Todo esto del fideicomiso me da mala espina.
—Espero que tu intuición te falle esta vez— trató de bromear, pero después se puso seria —Por precaución, pedí que te cuidaran mientras estás fuera de casa.
—Becky, no es necesario...
—No hay pero que valga, nunca me perdonaría que te ocurriera algo malo por mi culpa.
A regañadientes, Freen aceptó y después de desayunar tomaron cada una su rumbo.
Freen llegó a la escuela, en un coche que designó Becky exclusivamente para ella, manejado por un guardaespaldas.
—Creo que mi esposa, ha exagerado un poco, Señor Gap.
—Ninguna precaución es exagerada, señora Freen —le respondía el guardaespaldas, que le abría la puerta cortésmente.
Freen bajó del coche y cruzó la calle junto con el guardaespaldas. Más de pronto un rechinar de ruedas se escuchó muy cerca, los dos voltearon hacia el sonido y vieron aproximarse hacia ellas un automóvil a toda velocidad.
—¡Cuidado señora Freen! —gritó el guardaespaldas jalando a Freen, quien se había paralizado de la impresión de ver atacada su integridad.
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Becky se movía inquieta en su sillón, estaba muy distraída, tuvo que pedirle al abogado que le repitiera algunas cosas. En ese momento tocaron a la puerta, y entró la secretaria de Heng.
—Señora Armstrong, alguien llamo del hospital, diciendo que atropellaron a su esposa.
Becky se puso de pie como resorte y pálida como el papel. Se disculpo rápidamente con los abogados y salió corriendo al hospital.
Freen se encontraba sentada en una cama, donde un doctor la terminaba de examinar, estaba pálida, y sus ojos denotaban un terror creciente, pero se mantenía callada.
Becky entró al cuarto como una tromba seguido de un doctor que intentaba detenerla.
—¡Freen! —gritó angustiada, al mirarla llena de moretones en los brazos y un notable golpe en la cabeza.
—Tranquilo Señora Armstrong, se ve más aparatoso de lo que en verdad es.
Freen al verla, regresó a la realidad de lo que había pasado y estalló en lágrimas.
—Becky... —Y le tendió los brazos para que la abrazara —He tenido tanto miedo.
Becky la abrazó con cuidado, procurando no lastimarla.
—Tiene moretones y un pequeño golpe en la cabeza, pero nada de cuidado —Indicó el doctor —Me preocupaba más que no reaccionaba ante lo acontecido, pero llorar la ayudara a sacar todo el miedo que tiene acumulado.
—Freen, amor, ¿Qué fue lo que sucedió? —Preguntó tratando de hablar calmadamente.
—El Señor Gap y yo cruzábamos la calle hacia la escuela, cuando un auto se fue contra nosotros— comenzó a relatar mientras trataba de tranquilizarse —El Señor Gap me jaló hacia la banqueta ¡Y el auto lo aventó a él! ¿Qué le habrá pasado?
—No se preocupe Señora Armstrong, el sufrió un fuerte golpe, pero gracias a que es una persona entrenada, para estos casos, le salvó la vida; ahora se encuentra en recuperación en el cuarto de al lado.
—No quiero pensar en lo que hubiera ocurrido si no te hubiera puesto protección.
—La policía llegará en cualquier momento, doctor— les anunció una enfermera.
—No se preocupen señores Armstrong, les pediré que interroguen a la señora Freen, hasta mañana, ya que se haya recuperado un poco del susto.
—Se lo agradezco mucho doctor.
—No hay nada que agradecer, ahora, si me lo permiten, iré a revisar al señor Gap.
El doctor y la enfermera salieron, dejando a la pareja, asimilando lo ocurrido. Esto ya no eran simples amenazas, había actuado contra su integridad, ambas sabían quiénes eran los responsables, pero sin pruebas... se tornaba más peligroso.
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