Capítulo Trece
EL BESO
SooBin estrujaba su bata de doctor, mientras escuchaba a TaeHyun relatar su encuentro con YeonJun.
— Nunca vi la desilusión tan latente en una persona, como en los ojos de YeonJun cuando me vio a mí en tu lugar...
— ¿Y qué te dijo? — preguntaba con premura.
— Lo que supusimos desde el principio: el hombre no aceptaba tu negativa de verte, incluso le enumere todos los argumentos habidos y por haber.
— ¿Y en qué terminó todo?
— Yo salí del hotel con una promesa suya de que no te buscaría — TaeHyun miró la desilusión en la cara de su amigo. — ¿Eso… es lo que querías?
— Sí — dijo, bajando la mirada.
— ¿Para qué nos hacemos los tontos? Tú amas a ese hombre y él a ti. Si hubieras escuchado las palabras de amor que te dedico, en este mismo momento estarías con él para no separarse jamás.
SooBin comenzó a llorar suavemente.
— La promesa…
— ¡Olvídate de esa tonta promesa! ¡No sabes el daño que hacen las promesas tontas!
SooBin volteó a ver a TaeHyun, y pudo ver que él también sufría.
— Tal vez piensen, YeonJun y tú, que le están haciendo un bien a JiYoung… Pero, mírate en mi espejo, ¿cómo puede JiYoung ser feliz... al lado de un hombre que no la ama? ¿Solo por una promesa?
— TaeHyun…
— No sabes el dolor que se siente tener al ser amado a tu lado solo en cuerpo, pero que su alma y sus pensamientos se encuentren al lado de otra persona — las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas sin que pudiera evitarlas. — Que él se vaya apagando poco a poco, y tú sepas que es por tu culpa… solo porque no lo dejas en libertad.
Los dos amigos se abrazaron y dejaron correr sus lágrimas; después se separaron, mirándose a los ojos.
— SooBin, piénsalo bien… YeonJun y tú pueden tener esperanza, pueden ser felices… ¿Me prometes que lo pensarás mejor?
— Está bien, TaeHyun, pero faltaría ver lo que dice YeonJun.
— Tú sabes dónde se encuentra, o quizás él te busque en el hospital.
— Pedí una licencia, he estado trabajando mucho y sin descanso, así que no habrá problema.
— ¿Por qué hiciste eso?
— En un principio, pensé que el trabajo mantendría mi mente alejada de YeonJun, pero después me puse a pensar que, quizás, era el lugar donde él podría localizarme más fácilmente.
— ¿Y así quieres poner los pies en polvorosa? Créeme que de nada te sirve la distancia, tendrás que enfrentarlo pronto.
— O quizás me vaya a Ansan...
— ¡SooBin!
— Lo siento, estoy muy confundido.
—Tomate tu tiempo, pero no demasiado… Me voy.
— Cuídate, por favor.
SooBin abrió la puerta y, en el umbral, apareció la gallarda figura de Choi NamJoon.
— Jóvenes, buenas tardes.
— ¡NamJoon! Pasa, yo ya me retiraba.
— Que te vaya bien, porque, quizás, a SooBin no le vaya igual.
— ¿Por qué lo dices? — preguntó, alarmado.
— Vengo aclarar cierta invitación que le llegó a un actor popular, que fue realizada por un joven de cabello castaño a mi nombre, de la cual yo no estaba enterado.
— ¿Ups? — exclamó SooBin.
— Yo… Bueno, tendrás que disculpar a SooBin… Fue idea mía… ¡Con permiso! — y salió rápidamente.
BeomGyu tocó la puerta del camerino de YeonJun. La puerta se abrió y un apuesto hombre, de la misma estatura que él, le sonrió, totalmente burlón.
— ¡Vaya, vaya! Ahora tengo al cuadro completo… Pase usted, Señor "Elegante".
— Mi nombre es BeomGyu, Choi BeomGyu — dijo, entrando al camerino.
— Quizás por eso te dejaron pasar… Dejé órdenes explícitas de que dejaran entrar al que tuviera el apellido Choi. ¡Todos han venido! Choi NamJoon, Choi YeRim y ahora el "elegante", Choi BeomGyu… Todos menos él.
— Y no vendrá. Él es más sensato que tú y, si estoy aquí, es para…
— Advertirme de no intentar buscarlo. Sí, tu "tímido" ya me lo dijo.
— ¿TaeHyun estuvo aquí?
— No, en el hotel, aunque... ahora lo recuerdo, él ya no es "tu tímido", ¿verdad?
— No te metas en mi vida.
— ¿Y tú si puedes meterte en la mía?
— ¡No es lo mismo! SooBin puede perder su reputación de doctor, si es que lo ven con un hombre comprometido con otra persona.
— ¿Cómo crees que voy a comprometer su reputación?
— Ya lo hiciste en el colegio… ¿Lo recuerdas?
— Sabes que eso fue una trampa.
— Y esto ya no es el colegio. Aquí está la vida de SooBin, su trabajo, su casa… ¿Te imaginas todo lo que él ha trabajado para hacerse de un nombre, sin depender de su apellido y de lo que los Choi le brindamos?
— Lo sé, y te puedo asegurar que no haré nada que pueda perjudicarlo.
— ¿Tengo tu palabra?
— Palabra de actor.
BeomGyu asintió, dándose la vuelta para retirarse.
— ¡Oye, "Elegante"! — y BeomGyu lo volteó a ver. — No sé qué pasó con tu "tímido", pero, sea lo que sea, procura arreglar las cosas con él… No vale la pena perder a la persona que te ama por tonterías.
— ¿Qué te dijo TaeHyun?
— Nada, solo pude percibir lo bravo que está contigo, pero también que sigue sintiendo algo por ti.
BeomGyu se despidió del actor con una inclinación de cabeza, y apresuró su paso para salir del teatro.
"No puedo dejar pasar más tiempo... ¡Tengo que hablar con TaeHyun!"
Terminaba un día más de clases, y todos los estudiantes se dispersaban para regresar a sus casas. TaeHyun venía platicando con SuNoo, cuando descubrió a BeomGyu aguardando en la recepción.
— Creo que vienen por ti, nos vemos, Tae — le dijo Kim SuNoo y se alejó corriendo.
— Hola, TaeHyun... ¿Podemos hablar? — habló suavemente.
— No tengo tiempo, joven Choi. HaeWon y el chófer de mi padre aguardan afuera por mí.
— Le pedí a mi chófer que hablara con ellos para pedirles que te esperaran un poco más.
— En ese caso, ¿qué es lo que me quiere decir?
— ¿Podemos hablar en otro lugar...? Los salones del ala este siempre están desocupados.
BeomGyu no esperó la respuesta de TaeHyun, solo lo tomó de la mano y lo jaló hacia los salones vacíos. TaeHyun apresuró el paso para estar a la par, él nunca más iría detrás de él. Entraron al primer salón desocupado.
— Muy bien, BeomGyu, ya estamos aquí.
— Supe que hablaste con YeonJun, y te lo quiero agradecer.
TaeHyun se le quedó viendo, sorprendido. Nunca, en el tiempo en que ellos estuvieron juntos, BeomGyu le agradeció por algo que él hiciera por iniciativa propia.
— Yo también hablé con YeonJun, pero parece que tu conversación con él surtió más efecto. Ahora, es hora de atender nuestros asuntos.
— ¿Nuestros asuntos?
— Quiero que regresemos… ¡No! Quiero más… Yo quiero que te cases conmigo — hablo, imperioso.
TaeHyun no salía de su asombro. BeomGyu no solo se atrevía a contemplar una reconciliación con él, sino que casi se lo estaba ordenando, y encima se quería casar con él, como si no fuera doloroso lo que pasó entre ellos.
— Esas palabras me hubieran llenado de alegría el corazón algunos meses atrás… pero ya no. No me interesa regresar contigo y mucho menos casarme.
— Sé que te lastimé…
— ¿Lastimarme? ¡Me mataste! ¿Cómo pretendes que olvidé ese desamor?
— No puedo retroceder el tiempo — dijo por fin, defendiéndose —, y tampoco puedo borrar cada una de tus lágrimas — y se atrevió a limpiar con sus dedos una pequeña lágrima, que ya brotaba de los ojos de TaeHyun.
Ante el contacto, TaeHyun retrocedió.
— Es verdad, no puedes, así que te agradecería que dejaras de insistir… Te lo vuelvo a repetir: ¡no quiero que te sigas sintiendo comprometido por la promesa que le hiciste a SooBin! Yo… Yo también tengo la culpa de eso… No debí aceptarlo desde un principio.
— ¡Por un demonio! — y lo tomó por los hombros, empujándolo y acorralándolo contra la pared más cercana.
TaeHyun pegó sus brazos a los costados y cerró los ojos con fuerza, en espera de una violenta respuesta de BeomGyu, pero él solo colocó sus manos en la pared, manteniendo a TaeHyun encerrado entre sus brazos. Sus rostros estaban muy juntos y podían sentir sus alientos chocar uno contra el otro. BeomGyu se acercó más, hablándole suavemente.
— Cómo desearía borrar todo lo que te he hecho sufrir, pero no puedo… — y empezó a olfatearle toda la cara lentamente, como un animal salvaje a punto de saltar sobre su presa. — Cómo desearía haber correspondido a cada una de tus muestras de amor, como realmente te lo merecías… Cómo quisiera probarte, TaeHyun...
Y BeomGyu tomó sus labios en forma sutil y gentil, sin tener prisa, mientras TaeHyun sentía que se le salía el corazón; su cuerpo se estremeció, como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo. Ahí estaba el hombre que amaba, dándole su primer beso sin su consentimiento, avasallando con todo, robándole lo último que le quedaba: su orgullo.
BeomGyu estaba embriagado con su sabor.
— Cómo no te besé antes… — sus labios empezaron a exigir más, a abrir más la boca de TaeHyun.
BeomGyu necesitaba su rendición total.
Orgullo, orgullo herido. Eso fue lo que se apoderó de la mente de TaeHyun, que empezó a empujar al mayor para liberarse. BeomGyu lo percibió y lo tomó por la cintura, cerrando la mínima distancia que quedaba entre ellos, y el beso se hizo más demandante.
TaeHyun hizo acopio de todas sus fuerzas y, de un empellón, se separó de BeomGyu. El sonido de una bofetada se oyó en el solitario salón.
BeomGyu lo volteó a ver, quitándose los mechones del cabello de su rostro.
TaeHyun temió lo peor.
"Seguramente me golpeara" pensó el menor, pero, en sus ojos, no vio furia. Los ojos de BeomGyu eran diferentes, se oscurecieron.
Y, sin que lo pudiera evitar, el mayor lo volvió a abrazar, poniendo una mano en su cintura y la otra sujetándolo por la nuca, besándolo furiosamente.
BeomGyu parecía querer robarle el alma.
TaeHyun volvió a empujarlo, liberándose de su agarre.
— ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿No te has cansado de hacerme daño? — y salió de allí, corriendo del lugar.
— ¡Eres mío, Kang TaeHyun! ¡Siempre lo has sido!
TaeHyun llegó temblando al departamento de SooBin, y se detuvo un poco antes de tocar la puerta.
— HaeWon, ¿podrías…?
— Sí, ya lo sé, joven. Usted quiere hablar a solas con el joven SooBin, yo lo esperaré en el coche.
— Muchas gracias, HaeWon.
En cuanto su acompañante se retiró, TaeHyun tocó la puerta, pero nadie abrió
"Qué extraño, SooBin me dijo que no saldría de su departamento… ¿Habrá cambiado de parecer?". De pronto, la puerta se abrió y TaeHyun entró apresuradamente.
— ¡No sabes lo que ha pasado con BeomGyu!
— ¿Y ahora qué pasó? — preguntó SooBin, no muy interesado.
— Me… ¡Me besó!
La actitud de SooBin cambió al instante.
— ¡No...! ¿Y qué hiciste?
—¡Le di una bofetada!
— ¿Y te devolvió el golpe?
— ¡No…! ¡Me volvió a besar!
— Meh, supongo que no es lo mismo en todos los casos — SooBin lo dijo, murmurando, casi para sí mismo.
Fue cuando TaeHyun reparó en su persona, tenía la ropa desaliñada… y estaba algo despeinado.
— ¿Qué sucede, SooBin? — le dijo, alarmado.
Algo se escuchó romperse en el cuarto del fondo, y TaeHyun cayó en cuenta de que SooBin no estaba solo.
— No me digas que… — comenzó a murmurar. — ¿Él está…?
SooBin afirmó con la cabeza, poniéndose de mil colores.
— ¡Me voy! — casi gritó. — ¡Aquí no ha pasado nada!
— TaeHyun, espera… — SooBin intentó detenerlo. — ¿Ahora qué vas hacer con BeomGyu?
— Eso ya está decidido desde hace mucho… ¡Olvidarlo! ¡Aunque me tenga que lavar los labios con agua bendita todos los días!
— ¡TaeHyun...! — lo dejó ir, desilusionado.
Suave piel entre sus manos, aroma de cítricos tentadores, unos labios pequeños, pero con un sabor delicioso.
— Quiero más... ¿Qué tesoros ocultos tras las telas podré encontrar?
— ¡No te me acercarás!
— ¡Tú me amas!
— ¡Ya no!
— Te perseguiré hasta que caigas rendido entre mis brazos…
— ¿Me atraparás?
— ¡Ya lo verás! ¡TaeHyun...! ¿A dónde vas...? ¡No me dejes!
BeomGyu despertó, sudando frío. Su respiración era agitada, él no había tenido otra pesadilla desde la muerte de su hermano, HyunJin…
La angustia de perder a un ser querido regresó, golpeándolo con ganas. TaeHyun estaba vivo, pero lejos de él y, con cada intento por acercarse a él, solo lo alejaba más.
"TaeHyun… ¿Qué me has hecho? Ya he probado tus labios, y no puede resignarme a no volverlos a tener."
Fue una noche difícil y él había salido de madrugada a hacer ejercicios. Necesitaba, de alguna manera, despejar su mente y, cuando el sol empezó a hacerse presente, BeomGyu entró a la mansión Choi. NamJoon tenía poco de haberse levantado pues era fin de semana y no iría a la oficina, por lo que había invitado a SeokJin.
— Qué cara… ¿Acaso no dormiste bien? — le pregunto SeokJin, preocupado.
— No dormí.
— ¿Por TaeHyun? — preguntó, curioso.
— ¿Por quién más? Seguí el consejo de tu novio… El consejo de hablar con él para aclarar las cosas.
SeokJin sonrió al ver al hermano de su novio tan nervioso por TaeHyun, por primera vez desde que se conocieron. Sin decir algo más, empezó a servir café, escuchándolo atentamente.
— ¿Y qué pasó? ¿Le dijiste lo que buscabas de su relación? ¿Le preguntaste lo que a él le molestaba?
— No pude.
— ¿Cómo que no pudiste? — preguntó, extrañado.
— Estaba… ocupado.
— ¿Cómo que estabas ocupado? ¿Qué estabas haciendo?
— Besándolo…
NamJoon abrió los ojos como platos y SeokJin hizo caer la cafetera, abriendo su boca; por primera vez, ambos se quedaron sin palabras.
— ¡Sí, lo sé! Primero era hablar con él, y después vendría lo demás… ¡Pero es que no pude resistirme! TaeHyun me ha hechizado, no sé qué sucede conmigo cuando estoy cerca de él… Mi cuerpo reacciona extraño y lo único que quiero es abrazarlo y comérmelo a besos.
— Bueno… — habló SeokJin por fin y vio a su novio de reojo, que tenía la boca abierta. — Los hombres… tenemos ciertas necesidades que cubrir.
— ¡Ya lo sé! Pero ¿por qué me hacen perder el control cuando estoy con él?
— Porque tu cuerpo ya encontró a la persona indicada para hacerlo, ¿qué mejor que hacerlo con alguien a quien amas? — dijo SeokJin, aún impresionado.
— Pues díselo a él... TaeHyun es más terco que una mula.
— ¡BeomGyu! — SeokJin le pegó en la cabeza, y fue a buscar una escoba para limpiar lo que había roto.
— NamJoon… ¿Qué hago ahora?
— No te queda más que esperar a que el beso que le diste surta efecto.
— ¡Mi Dios!
Noche de estreno y noche de gala. Mucha ropa fina y muchas joyas. El teatro estaba a reventar, y solo las familias más adineradas estaban ahí.
— ¡TaeHyun! Gusto en verte con tu familia.
— SuNoo, a mí también me alegra verte con tu padre y... ¿tu madre?
— Está indispuesta.
— Nada grave, supongo...
— Depende del punto de vista de cada quien.
— No lo entiendo.
— Ah, figúrate… No sé si te he comentado que mi hermano mayor se va a casar.
— Sí, escuché que pronto será la boda.
— Pues, bien… Mi madre había mandado traer a un chef francés para la ocasión. ¡Que fue contratado desde hace cuatro años! Él perdió su pasaporte, pero el chef aseguraba que eso no lo iba a detener, al menos hasta ayer… Mi padre recibió una llamada, confirmando que no vendría, y ahora no hay tiempo de buscar algún suplente y más de tan alta calidad… Mi madre no para de llorar, y casi le da un infarto.
— SuNoo, dile a tu madre que no se preocupe, yo me encargaré de… de encontrar quién cocine y prepare un pastel digno de príncipes.
— ¿De verdad? ¿De quién se trata?
— Eso es un secreto profesional, pero confía en mí... No los defraudaré.
SuNoo se alejó con su padre y sus hermanos, aliviado con la promesa que le hizo TaeHyun.
— ¿Me puedes explicar qué piensas hacer, querido?
— Ganarme mi primer dinero, papá.
— ¿Vas a cocinar para los Kim?
— Sí y no, después te explico.
— Espero que no te metas en algún lío… Oh, mira quién se acerca.
— Señores Kang, TaeHyun, buenas noches.
— Señor Choi, NamJoon, gusto saludarlos — fue el saludo cortante del señor Kang.
— Qué bueno que los encuentro.
— ¿Nos quiere decir algo?
— Sí, quizás no es la forma correcta ni el lugar indicado, pero su hijo no me ha dejado otra opción… Señores Kang, les pido formalmente la mano de su hijo.
¡Gracias por leer! <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro