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Capítulo Dieciséis

MÁS ALLÁ DE LOS BESOS

TaeHyun entró a su casa con sigilo. Ya era de madrugada, así que no espero que, al alcanzar el primer escalón de las escaleras rumbo a su recamara, la luz de velas lo sorprendieron.

— ¡Mamá! ¡Papá! — exclamó, sorprendido. — ¡Casi me matan de un susto!

— ¿Susto? — comenzó a hablar la señora Kang. — ¡Susto es en el que nos tienes a tu padre y a mí! ¿Qué son estas horas de llegar?

— Les pedí que no se preocuparan por mí porque tendría a amigos que me cuidarían.

— SooBin puede ser buen amigo — dijo el señor Kang. — ¿Pero Choi BeomGyu?

TaeHyun abrió los ojos como platos.

— ¿Cómo supiste que también asistió BeomGyu?

— Choi YeRim.

— Comprendo, bueno… lo que sucede es que… Yo no le di importancia a su presencia, él solo quería supervisar... ¡Supervisar los movimientos financieros que hice! ¡Sí, eso fue! Y- y así poder evaluar si lo realice correctamente...

— Si no mal recuerdo, eso fue lo que yo te ofrecí cuando me platicaste sobre el pequeño negocio que acordaste con la Señora Kim.

— B-bueno, es que… ¡Fue una tarea que le encargó su profesor! ¡Sí! Supervisar una transacción y revisar sus aciertos y deficiencias.

— ¿Mmm? — murmuró el señor Kang, sobándose el mentón. — Primero, te hacen ser su secretario… ¿y ahora eres parte de su tarea?

— Sí...

— TaeHyun, hijo... — habló nuevamente su mamá. — ¿La petición de mano de BeomGyu sigue en pie?

— La verdad es que no lo sé… No hemos vuelto a hablar sobre eso.

— ¿Y la vas a aceptar?

TaeHyun no supo qué contestar. Esa noche fue especial para él, no solo por su primer trabajo, sino por la cercanía que tuvo con BeomGyu.

— ¿Aceptarás de vuelta a tu vida… a un hombre que te hizo sufrir hasta casi consumirte en vida? — preguntó su padre.

— Necesito… tiempo. No es fácil contestar esa pregunta.

— ¿Lo estás pensando? Hace algunas semanas podías contestar inmediatamente un rotundo no, ¿y ahora necesitas tiempo?

TaeHyun percibió el enojo de su padre.

— ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?

TaeHyun le dio gracias a Dios porque la oscuridad ocultaba el rubor del que era preso. TaeHyun no le iba a contar a su padre sobre los besos que se había dado con BeomGyu, quizás los primeros fueron robados, pero los que le siguieron ya no lo fueron.

— Por favor, papá, es muy tarde y mañana… Hoy tengo que hacer mi tarea. ¿Te parece si lo discutimos después?

— No pasará del domingo — sentenció, y emprendió la subida de las escaleras hacia las habitaciones.

TaeHyun llegó a su recamara y se dejó caer en su cama, agotado física y emocionalmente. Aún recordaba que, en el transcurso del viaje del hotel hacia su casa, BeomGyu lo había besado otras dos veces más y él le correspondió.

"¿Qué me está pasando? Me he vuelto adicto a sus labios..." recordó, tocándose los labios. "¿Y SooBin y YeonJun? Ese par de tontos... ¿Cómo me convencieron para permitir que solo BeomGyu me trajera de vuelta a casa". Suspiró, colocándose una almohada encima de su cabeza.

"¡Mierda! ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? ¿Podré confiar otra vez en BeomGyu? ¿Cómo sabré que es amor lo que siente por mí? ¿O es pura calentura? Como la que estoy empezando a sentir, cada vez que se me acerca…".

"¿Y qué decir de mi dignidad? Él me rechazó y canceló nuestro compromiso. ¿Realmente podré olvidar esa ofensa?". Con tantas preguntas, TaeHyun no pudo conciliar el sueño hasta un par de horas después.

BeomGyu despertó abrazado a su almohada, le había costado conciliar el sueño como nunca en la vida. Inquietudes masculinas lo acecharon y no lo dejaron en paz, todas ellas con la cara y el cuerpo de TaeHyun.

"Es verdad lo que dijo NamJoon: mi cuerpo ha elegido a TaeHyun. Ya no tengo dudas, es TaeHyun el que me complementa en todos los sentidos, como amigo, como persona y como pareja."

"Lo malo es que las malas decisiones que tomé en el pasado me están cobrando un alto precio ahora… No solo me cuesta convencer a TaeHyun sobre mi arrepentimiento y sobre mis sentimientos hacia él, que son profundos y sinceros, también he perjudicado a su familia…"

"Ojalá y no haya tenido demasiados problemas al llegar de madrugada… Tampoco creo que los señores Kang olviden la ofensa que les hice al rechazar a su hijo. Si me pusiera en su lugar, yo no permitiría que el hombre, que lastimó a mi hijo de esa forma, volviera a su vida… como si nada hubiera ocurrido. ¡Por un demonio! ¿Qué es lo que puedo hacer?"

Se levantó de la cama y se metió a bañar, esperando que el agua fría pudiera calmar esas ansias que lo atormentaban. Sin embargo, al recordar lo vivido con TaeHyun, su misión se volvía imposible y, por más agua fría que utilizara, no encontraba la tranquilidad.

— Solo voy a pescar un resfriado — sentenció antes de salir de la tina, se cambió y bajó al comedor, donde se encontraban las anotaciones de TaeHyun de esa semana. Como pudo, se concentró en ellas, para poder realizar el trabajo que presentaría al día siguiente.
 
"De algo estoy seguro… Amo a TaeHyun, quiero que sea mi esposo y el futuro padre de mis hijos".

El lunes comenzaba una nueva ajetreada semana en la Universidad y en la facultad de economía.

— Buenos días, señor Choi — le dijo, tomando su respectivo asiento junto a BeomGyu.

— Buenos días, joven Kang — respondió respetuoso, mirándolo a los ojos. — La próxima semana seguramente me quitarán el yeso.

— Eso significa que…

— Ya no necesitaré de su ayuda para mis apuntes y usted podrá regresar a sus clases normales. Sin embargo, ahora le puedo regresar el favor, ya que yo le puedo asesorar para sus próximos exámenes.

Por un eterno segundo no pudieron apartar sus miradas, TaeHyun no entendió muy bien qué pasó, pero supo que BeomGyu le preguntaría por la postura actual de sus padres respecto a él, pero sin pronunciar palabra alguna.

— Mis padres no permitirían que usted volviera a frecuentar mi casa, señor Choi.

— ¿Cómo supiste que te iba a preguntar eso?

— No lo sé… Lo supuse solamente.

En ese instante la llegada del profesor interrumpió su peculiar conversación, para la mala suerte de BeomGyu.

Lamentablemente, esa semana se fue como un suspiro. Recién le habían quitado el yeso y BeomGyu fue a visitar a NamJoon a su oficina, pero se sorprendió apenas llegó, pues una visita lo estaba aguardando también a él.

— Tío, ¿cómo estás?

— BeomGyu, qué bueno que llegas.

— ¿Qué le sucede, tío? Te noto nervioso.

— Ya hablé con NamJoon y le pedí que me dejara aguardar por ti.

— Sigo sin entender...

— ¿Podemos hablar con NamJoon, por favor?

Los dos hombres entraron a la sala de juntas, donde BeomGyu se intrigó, más al ver no solo a NamJoon, sino al abogado de su tío. Después de los saludos, se sentaron a escuchar al hombre mayor.

— BeomGyu… he decidido nombrarte a ti como mi fiduciario. NamJoon ya aceptó ser mi albacea.

BeomGyu volteó a ver a NamJoon, con una gran pregunta dibujada en su rostro.

"¿Qué no se supone que nos libraríamos de los lazos financieros con los Choi?" y su propio tío fue quien le contestó.

— Sé muy bien que, al comprarme las últimas acciones, fue solo una estrategia para alejar a mi familia de los negocios Choi. No los culpo, yo, en su lugar, hubiera hecho lo mismo, pero ahora… Ahora solo vengo como cliente y eso no me lo pueden negar. Además, quieran o no, aún somos familia.

— Pero… ¿Por qué me escogió a mí para manejar un fideicomiso? NamJoon tiene más experiencia.

— Tal vez tenga más experiencia — habló NamJoon —, pero, debido a que no hice mis estudios de forma convencional, aunque tenga a mi cargo a todo un imperio, yo no cuento con la acreditación para manejar un fideicomiso.

— Yo no he terminado mis estudios aún. Me faltan algunos años para recibirme... — protestó BeomGyu.

— Eso bastará para que la misma Universidad avale este contrato.

— Pero…

— Por favor, Gyu — su tío se atrevió a nombrarlo con su diminutivo. — Yo no confío en nadie más… solo ustedes dos pueden salvar a mi familia de sí misma.

— ¿Qué dicen su esposa y sus hijos?

— Por supuesto que no están de acuerdo, pero, si seguimos como hasta ahora, mi fortuna desaparecerá antes de que yo deje este mundo.

— Tengo aquí un borrador para que lo estudien y así puedan decidir — intervinó el abogado, depositando sobre el escritorio el contrato.

— Nos retiramos — anunció su tío, poniéndose de pie. — Por favor, se los pide un hombre desesperado: acepten mi propuesta — dicho lo último, salió de la sala de juntas con su abogado.

Una vez que se encontraban solos, BeomGyu abrió la boca, asombrado. Aún no podía creer que su tío lo había escogido a él para manejar su fortuna en un fideicomiso.

— Si acepto, me estaré ligando a MinHyun y a YeRim de por vida.

— Según las cláusulas de este contrato, solo será hasta que nuestros primos aprendan a sobrevivir por sus propios medios.

— Es decir, nunca.

— Quizás y hasta nos den alguna sorpresa.
 
— Perdóname, NamJoon, si es que no soy tan positivo como tú, pero he crecido al lado de esos dos y sé que nunca cambiarán.

— Es, entonces, una decisión difícil de tomar.

— ¿Puedo negarme?

— Sí, pero de antemano te digo que nuestro tío hizo algo, antes de venir con nosotros…

— ¿Ya fue a ver a la abuela SeungHee?

— Sí.

— ¡Por un demonio! — y pegó su frente al escritorio, con las manos en su cabeza.

La secretaria de NamJoon entró y les dejó el café a los dos caballeros. Luego, salió de la oficina.

— NamJoon, necesito pedirte un gran favor.

— ¿Qué sucede?

— Necesito que solicites una cita con el señor Kang.

NamJoon casi se ahoga con su café.

— ¿Estás loco? ¿Por qué me pones al frente de la batalla?

— Porque tú me acompañaste la vez que pedí la mano de TaeHyun, y ahora quiero que lo vuelvas a hacer.

— Pero, si mal no recuerdo, tú solito te deshiciste de ese compromiso.

— ¡NamJoon! No puedes dejar que me hunda en la desgracia, aunque yo haya tenido la culpa.

— ¿Y exactamente qué quieres que le diga a los señores Kang?

— Primero que nada, lo arrepentido que estoy y que haré todo lo que me digan para enmendar mi error, después que me permitan continuar mi relación con TaeHyun.

— ¿TaeHyun está de acuerdo?

— No se lo he dicho.

— ¡BeomGyu! — NamJoon no podía creer lo que su loco hermano decía. — ¿Cómo es que el novio todavía no está enterado de que ya tiene prometido otra vez?

— Es un hecho el que TaeHyun me sigue queriendo… Él me lo ha demostrado.

— Pero tú no se lo has pedido con palabras, ¿o sí?

— ¿Es necesario?

NamJoon se paró para darle un golpe en la cabeza a BeomGyu.

— ¡Auch! ¿Por qué me tratas como niño?

— ¡Porque te portas como tal! No iré a hablar con los señores Kang, hasta que el mismo TaeHyun me diga que está de acuerdo con volver contigo.

— ¿Por qué me hacen la vida tan complicada?

— Tú…

— Ya no me digas más — y se paró para salir de la oficina.

TaeHyun daba vueltas por toda su habitación y su inquietud se incrementaba cada momento más, hasta que se escuchó que llamaban a la puerta.

— Joven TaeHyun, el joven SooBin está aquí.

— Que pase, que pase — dijo, abriendo la puerta y dejando pasar a un SooBin muy preocupado.

— TaeHyun, ¿qué te sucede? HaeWon fue a verme al hospital y me dijo que no te sentías bien y que necesitabas a un doctor.

— Es que… ¡No sé qué tengo! Me daría vergüenza hablar de esto con otra persona y, aparte de ser un doctor, tú eres mi amigo.

— Agrega que nos conocemos desde los cinco años — añadió SooBin para tratar de tranquilizar a TaeHyun.

Y, como un niño pequeño, TaeHyun se echó a llorar en los brazos de SooBin, quien lo recibió en brazos amorosos.

— Vamos, llorón, dime: ¿qué te sucede?

— BeomGyu.

— Uy, ¿y ahora que te hizo este chico? — le dijo, tomándolo de los hombros para mirarlo a los ojos.

— Nada, creo… No lo sé, mejor toma asiento. Esto es largo, complicado y vergonzoso.

TaeHyun tomó un profundo suspiro y comenzó a contarle eso que lo había atormentado, pero, por cada palabra que oía, SooBin hacía un esfuerzo supremo por no reír, o su pobre amigo se encerraría como una tortuga en su caparazón.

— Y desperté con el corazón latiendo como caballo desbocado, sudando a mares y… con una erección entre mis piernas después de soñar con BeomGyu — dijo TaeHyun con la cara toda roja y mirando al piso.

— Y soñaste más que los besos de BeomGyu, ¿verdad?

— Sí… ¿Cómo lo sabes? ¿Ya te pasó?

— Estamos hablando de ti — dijo, sonrojado. — TaeHyun, lo que me estás contando son cambios naturales en tu cuerpo. Tu sexualidad ha despertado, y lo maravilloso de esto es que solo te pasa con mi primo: BeomGyu. ¿O no?

— ¡Sí! Y por más que trato no lo puedo evitar. Esto jamás me había ocurrido cuando éramos novios.

— Porque eras un niño, y ahora te estás convirtiendo en un hombre.

— SooBin — le habló con la mirada clavada al piso —, ¿qué sucede después de los besos?

— ¿Después de los besos...?

— Sí… ¿Qué sigue? Presiento que hay algo más después de los besos.

— Bueno, ¿cómo te lo digo…? Sigue la consumación del acto sexual.

— ¿La consumación de… qué? — preguntó, perplejo.

— Ay, TaeHyun, en qué líos me metes... Pues, verás… En la facultad de medicina, nos enseñaron qué sucede cuando dos personas se acuestan, ya sea hombre y mujer, hombre con hombre o mujer con mujer. Aunque eso debían enseñarnos en el colegio, pero bueno.

TaeHyun lo miraba con los ojos muy abiertos, y el oído atento a cada palabra de SooBin.

— Para empezar con lo básico, tú sabes que hay ciertas diferencias físicas entre un hombre y una mujer, ¿verdad?

TaeHyun solo asintió.

— Entonces, cuando dos hombres se acuestan…

Antes de continuar, lanzó un suspiro para buscar las palabras correctas, ya que TaeHyun era como un niño a pesar de la edad que tenía. Su madre lo había criado en una cajita de cristal, pero ya era hora de que TaeHyun conociera la vida y el mundo.
 
Una vez que encontró las palabras correctas, empezó a explicarle a su inocente amigo acerca de la sexualidad, pero, ni bien había empezado a hablar, TaeHyun ya estaba tan blanco como el papel.

— ¿Estás seguro de que los hombres tienen relaciones de esa manera?

SooBin solo se encogió de hombros.

— Así son las relaciones entre cualquier pareja.

— Mi madre me dijo, cuando me comprometí con BeomGyu, que mi deber era satisfacer las necesidades de mi esposo, pero no me imaginé que esto fuera tan… doloroso.

— No creo que sea tan terrible como lo describen. Algunos doctores y enfermeras con parejas, me han comentado que solo fue doloroso al principio.

— ¿Y qué más te contaron?

— TaeHyun, ¿no crees que lo deberíamos averiguar por nosotros mismos?

— SooBin, qué cosas dices.

— Bueno, todo a su tiempo — dijo, riendo. — ¿Te imaginas despertar junto al hombre que amas y compartir de las cosas más íntimas?

— No creo poder hacerlo...

— A mí me parece que has dejado de ver a BeomGyu de forma idílica. Ahora lo ves de verdad, con sus defectos y sus cualidades.

BeomGyu llegaba a su casa, cuando MinHyun apareció ante él.

— ¡Qué bueno que tú apareces! — tronó su voz aguardentosa, él casi no se podía mantener de pie. — MinHyun, mira en qué condiciones vienes.

— Vengo como se me dé la gana, pero yo necesito hablar contigo.

— ¿Qué quieres?

— Quiero que me devuelvas mi herencia.

— Yo no tengo tu herencia.

— ¡Sí la tienes! ¡Papá dijo que te la iba a dejar a ti, antes que a mí! ¡A mí, que soy su hijo!

— No me va a dar tu herencia, MinHyun, es solo un fideicomiso. Además, yo todavía no he aceptado.

— ¡Mentira! Tú te quieres quedar con nuestro dinero, con el de mi hermana y con el mío.

— Será mejor que hablemos cuando estés en condiciones. Vete a tu casa.

— ¡Yo no me voy a ir hasta que me regreses mi herencia!

— Y yo no estoy para aguantar borrachos.

Y, de un empellón, apartó a su primo, quien trastabilló y se fue hacia atrás, dando manotazos por un intento inútil de mantener el equilibrio y no paró hasta estrellarse contra la pared, perdiendo la conciencia.

BeomGyu se alarmó y fue a su encuentro.

— ¡MinHyun! ¡Imbécil, reacciona!

Un sonoro ronquido le indicó a BeomGyu que su primo solo estaba desmayado, devolviéndole el alma al cuerpo. Bien, no lo había matado. En eso, el mayordomo abrió la puerta ante tanto ruido que se escuchaba y se sorprendió al ver la escena.

— JungSu, ayúdame a subirlo al coche y acompaña a Christopher a dejarlo hasta su casa. Si te preguntan qué le ocurrió, solo diles que estaba durmiendo en un lugar no muy adecuado.

— Sí, señor — y el fiel empleado inició su encomienda.

Al día siguiente, TaeHyun caminaba por la escuela distraídamente, todo lo que había hablado con SooBin le había removido todo su interior. De pronto, distinguió la figura de BeomGyu, que estaba hablando animadamente con algunos de sus compañeros.

"¿Cómo sabré que es amor y no solo deseo carnal lo que sentimos BeomGyu y yo?" y recordó claramente. "Cuando no solo el deseo te domine, cuando sientas ternura, comprensión y deseos de ayudarle… Eso es amor. Cuando no necesitas palabras para saber lo que siente o piensa el otro, eso también es amor".

Y lo que sintió en esos momentos fue orgullo, al ver cómo se desenvolvía entre sus colegas, distinguiéndose por su seguridad y en la elegancia de sus movimientos.

BeomGyu volteó al sentir una mirada y le sonrió, TaeHyun le regresó la sonrisa.

 "¿Cómo se verá BeomGyu sin su ropa elegante?" y esa loca pregunta lo asustó, porque se imaginó a BeomGyu sin camisa alguna.

Se puso serio de la nada. Los colores se le subieron y huyó de ese lugar, recorriendo a toda prisa el pasillo rumbo a su salón y, en un mal paso, fue a dar directo al suelo.

— ¡Maldita sea! — tomó su tobillo con sus manos, pero le dio un dolor agudo e intenso.

— TaeHyun, ¿qué te pasó...? — le dijo JongSeong al verlo tirado en el piso. — Déjame ayudarte.

— Gracias, JongSeong.

TaeHyun trató de apoyar el pie lastimado, pero le dolía profundamente.

— Te llevaré al hospital y-

— No, JongSeong, no es necesario… Solo llévame a mi salón, es el de la siguiente puerta.

Apoyándose en JongSeong, consiguió llegar al salón, que en esos momentos estaba vacío, y JongSeong lo ayudó a sentarse en su lugar.

— ¿Me permites?

JongSeong se inclinó y tomó el tobillo de TaeHyun, presionando en varios puntos.

— Al parecer, es una torcedura muy fuerte. Será mejor que te revise un doctor — le dijo, mostrándole una de sus sonrisas encantadoras.

— Lo haré, gracias por todo... ¿Y qué tal te ha ido?

— Bien, se me ha cargado un poco el trabajo con la fusión de la facultad y la Universidad, pero solo es cuestión de acostumbrarse.

— ¿Y… JungWon?

Vio cómo una sonrisa se formaba en su rostro, pero no era una sonrisa cualquiera, era una sonrisa diferente, cargada de ilusión, como si estuviera enamorado.

— El próximo fin de semana saldremos a tomar un café, como tanto se lo había prometido.

— Me alegro por los dos, ustedes har-

— ¡Kang TaeHyun! — y se escuchó la voz de BeomGyu por todo el salón.

TaeHyun y JongSeong se separaron sobresaltados ante la orden del joven millonario. Por su parte, el menor volteó a ver a BeomGyu y, en sus ojos color miel, encontró una furia que nunca había visto.

BeomGyu solo vio lo que quiso ver: las manos de JongSeong en el tobillo de su TaeHyun, mirándole la boca y… ¿Y TaeHyun? ¡Lo estaba permitiendo!

— ¿Y dices amarme? ¡Eres un mentiroso! — se dio la media vuelta y se fue del lugar, corriendo.

— ¡BeomGyu! ¡Regresa! — TaeHyun se quiso levantar, pero el dolor de su tobillo y la mano de JongSeong lo detuvieron.

— No te muevas, te vas a lastimar más — le pidió JongSeong. — Si quieres, alcanzaré a BeomGyu y le explicaré todo.

— No, no es necesario — respondió, melancólico. — Tal vez esto sirva para saber qué tan profundo es su amor por mí.

BeomGyu bebía Whisky en un bar cualquiera, sentado en la barra. Ahí él perdía toda galanura.

— ¡¿Qué?! ¿No me invitas un trago?

BeomGyu volteó a ver quién le hablaba, para encontrarse con un sonriente YeonJun.

— Idiota — le respondió.

— Imbécil — contestó el mayor, sin borrar su enigmática sonrisa.

— ¿Cómo me encontraste?

— Fue realmente fácil, "osito elegante", aunque no me enorgullezco de ello. Recién me había separado de SooBin, cuando se me dio por visitar todos los bares del país, esperando que el alcohol me ayudara a borrar de mi mente y de mi corazón su recuerdo, pero fue peor, así que supuse que tú no serías tan diferente a mí.

— Claro que somos diferentes, YeonJun. Yo tengo clase, elegancia…

— Y testarudez.

— ¿Testarudo yo? Si es ese chico el que no entiende que lo traigo clavado aquí — y se golpeó el pecho.

— ¿Qué te parece si te llevo a tu casa, te duermes y mañana seguimos dialogando sobre parejas?

— ¡Já… já! Tú te crees muy experto, señor actor. Te traes los corazones de las personas en un puño, pero no puedes convencer a SooBin de que se case contigo.

— ¡Auch! Eso me dolió, pues sí y es verdad. Este otro "testarudo" chico me está costando interminables baños de agua fría y…

— ¿Tú también haces eso? ¡Cantinero! Sírveme un Whisky para mi amigo YeonJun… Vamos a platicar largo y tendido.

Pasaron dos horas antes de que YeonJun convenciera a BeomGyu de abandonar el bar. Ya era de madrugada y BeomGyu le indicó una dirección y YeonJun lo llevó hasta ahí, ayudándolo a bajar del auto.

— Así que esta es tu casa — dijo YeonJun, admirando la arquitectura del lugar.

— No… Esta es la casa de TaeHyun.

— ¡Pocari me va a matar!

— ¿Quién es Pocari?

— Te lo dije hace media hora. Vamos, sube al coche, te llevo a tu casa.

— No, necesito hablar con TaeHyun. ¿Por qué no vas tú a convencer a Binnie para que se case contigo? ¡Anda! Yo estaré bien.

— No te puedo dejar aquí.

— Pues no me dejes aquí, mejor ayúdame a subir la barda de este lado… por aquí.

— Lo haré, porque esto me ha recordado de cierto episodio de mi vida… Alguien también me ayudó a entrar a una habitación — y colocando sus brazos como apoyo, BeomGyu subió el pie hacia la propiedad de los Kang. — Espero que entres a la habitación indicada… y no desaproveches la ocasión como yo.

Por otro lado, TaeHyun se movía inquieto en su cama. El dolor de su tobillo no lo dejaba dormir y el encuentro con BeomGyu mucho más. De pronto, un ruido del exterior lo puso alerta, algo o alguien se acercaba por la ventana. Una sombra se hizo presente en el umbral de la ventana y TaeHyun iba a lanzar un grito, cuando la sombra cayó pesadamente al piso.

— ¡Mierda! ¡Maldita cortina!

La voz conocida de BeomGyu le devolvió el alma al cuerpo.

— ¡BeomGyu! — exclamó, tratando de ahogar su voz. — ¿Qué haces aquí?

— Vine a reclamarte... ¡Gatito coqueto!

— ¡Shhh! Baja la voz, vas a despertar a mis padres. ¿Gatito coqueto? ¿Estás tomado, BeomGyu?

— ¡No! Yo soy un caballero y no me emborracho — dijo con voz aguardentosa. — Solo tomé unas copitas con mi buen amigo: Yeonnie.

— ¿Tu amigo? ¿Yeonnie...? ¿Desde cuándo eres tan amigo de YeonJun?

— Desde que descubrimos que a ustedes los chicos no hay quién los entienda. Según ustedes nos aman tanto, que estarían dispuestos a todo por nosotros, y a la hora ¡Já… já! Nos cambian por un chico de linda sonrisa.

— BeomGyu, vas a despertar a todo el mundo. Vete a tu casa, por favor, mañana hablaremos bien.

— ¡No! — dijo, acercándose a la cama en donde se encontraba TaeHyun. — Primero me tienes que dar una explicación... ¿Por qué permitiste que "ese" te tocara?

— "Ese" se llama JongSeong, y solo me ayudó porque el muy tonto de mí se cayó. Por si te interesa, me lastimé un tobillo, mira.

Y TaeHyun sacó su tobillo vendado de entre las sábanas, aunque comprendió tardíamente el error que cometió.

— Qué hermoso tobillo tienes — le dijo, sentándose en la cama, tomando su pie entre sus manos para después tocar su pantorrilla.

— ¡BeomGyu! — tuvo que ahogar su grito ante el placer que le provocó la caricia. — ¡Suéltame! ¿Qué haces?

— Qué suave piel tienes — y no lo soltó, solo se acercó más a él y tomó sus labios.

Y, una vez más, TaeHyun le correspondió.

"Solo debemos de no perder la cabeza y no dejarnos llevar por nuestras emociones". Recordó lo que SooBin le dijo, cuando él le preguntó hasta dónde había llegado con YeonJun.

— ¡BeomGyu, no! — y le obligó a separarse de sus labios. — No es correcto… Vete a tu casa.

— Qué bonito se escucha cuando me llamas BeomGyu — y comenzó a besarle el lóbulo de la oreja.

TaeHyun se contradecía: lo alejaba con sus brazos y su ser entero lo llamaba a que lo siguiera acariciando.

BeomGyu llegó con besos al cuello de TaeHyun, y comprobó que su sabor lo embriagaba más que el licor que había probado. Su mano ya estaba acariciando su muslo y la otra tomaba prisionera a la mano de TaeHyun, que insistía en vano por alejarlo. Por el contrario, las manos de BeomGyu acariciaron suavemente el abdomen de TaeHyun, justo ese día TaeHyun había decidido dormir sin algo encima.

Y, en ese instante, la puerta del cuarto se abrió y se prendió la luz de la habitación.

pregunta del millón: ¿saben quién es "Pocari"?

¡Gracias por leer! <3

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