CAPÍTULO 6
El humo y las llamas se podían ver desde lejos, todos, tanto guardias, sirvientes, doncellas y demás personal corrían con cubetas llenas de agua a la torre donde se encontraban las habitaciones de la familia.
En algún momento la estructura se empezó a derrumbar, los gritos se empezaron a escuchar más fuertes. El rugido de un dragón retumbó.
Este apareció, en su lomo llevaba al nuevo señor de Harrenhal y su jinete. Apenas Seasmoke tocó suelo, Laenor se bajó de un salto, el dolor físico que sintió no se comparaba al emocional, ese que lo estaba matando lentamente. Empezó a correr a la entrada del castillo donde la gente iba y venía, no llegó demasiado lejos cuando Harwin lo agarró delicadamente por la cintura, procurando no hacerle daño.
—Mis hijos, mis cachorros, Harwin, ¿Dónde están mis cachorros?—sollozo Laenor.
Se removió en los brazos del alfa, tratando de zafarse para ir por sus hijos, las lágrimas seguían bajando y aumentaron a ver cómo las llamas en la torre no disminuían.
—¿Dónde están mis hijos? —grito.
Las piernas le fallaron haciendo que cayera al piso de rodillas, Harwin cayó atrás de él, sin soltarlo, su garganta estaba seca, tenía un nudo tanto en la
garganta como en el estómago, sus ojos se fijaron en la torre en llamas, abrazó con más fuerza a Laenor, sus lágrimas bajaron al escuchar los gritos y sollozos de su omega.
Fue entonces que Laenor soltó un grito tan desgarrador que Seasmoke lo siguió con un rugido tan potente y fuerte, que retumbó por todo el lugar, tanto así que los demás dragones lo oyeron.
Laenor volvió a soltar un grito con un sollozo, algo no andaba bien, se alzó un poco y llevó su mano hacia abajo, al alzarla esta estaba llena de sangre, el bebé venía en camino.
Risas resonaban por los pasillos del castillo, la servidumbre de Red Keep se hacía a un lado para dar paso a los niños.
—Más rápido Jace —dijo Aegon mientras señalaba con su dedo hacia el frente —Vamos, que quiero esos pasteles de limón. —El alfa paró un momento para acomodar mejor al omega en su espalda y acomodar mejor sus manos en sus piernas.
Se escuchó una carcajada seguida de una risa suave.
—En tus sueños Egg, esos pasteles de limón son nuestros —grito Aemond —¿Verdad Luke?
Lucerys se sujetó mejor cuando Aemond lo acomodo mejor en su espalda, soltó una risa para voltear a ver a los mayores mientras asentía a lo dicho por el alfa.
Los cuatro giraron a la derecha, los menores tenían la ventaja en esa carrera que organizaron a la cocina de la Fortaleza, Aemond se detuvo abruptamente, Luke se bajó de su espalda al ver quien estaba enfrente.
Jace se detuvo a lado de Aemond al igual ver quien estaba enfrente, Aegon de un brinco se bajó de la espalda de Jace.
—Aborten la misión, se cancela —dijo Aegon, agarró la mano de Jace y salió disparado hacia el pasillo de la izquierda —Sepárense, corran.
Aemond agarró la mano de Lucerys, para empezar a correr por el pasillo de la derecha. El omega dio un vistazo hacia atrás, soltó un jadeo, provocando que Aemond volteara viendo como Sir Arryk estaba cerca, con un movimiento rápido cargo a Luke en su hombro, el omega soltó un grito de sorpresa, al verse en el hombro del alfa. Luke alzó su mirada del suelo para ver al caballero, alzó su mano y la sacudió a modo de despedida, Aemond dobló a la derecha donde se encontraba una entrada a uno de los pasadizos secretos, empujo el ladrillo que abría la puerta y entró rápidamente para cerrarla con la misma rapidez, ambos se quedaron a oscuras, escucharon los pasos de Arryk pasar.
Aemond bajo a Lucerys, el menor se sostuvo de los brazos del alfa para mantener el equilibro, ambos estuvieron en un silencio cómodo, el menor en todo ese tiempo no quitó sus manos de los brazos del mayor así como el alfa mantuvo su agarre en la cintura del menor.
—No hay nadie, ya es seguro —habló Aemond al no escuchar sonido afuera.
Lucerys asintió aunque su primo no podía verlo por la oscuridad del pasillo. Aemond abrió la puerta, efectivamente no había nadie, la luz les lastimo un poco los ojos a ambos pero luego de volver a acostumbrarse los niños volvieron a caminar por los pasillos.
El omega dio un salto cuando una idea se le vino a la mente, agarró con entusiasmo la mano del alfa y lo comenzó a dirigir a su habitación. El alfa no dijo nada y se dejó guiar por su primo, una suave sonrisa se formó al ver el entusiasmo del pelinegro. Lucerys abrió la puerta de su habitación para dirigirse a su anterior cuna. Lucerys soltó la mano de su primo para agarrar lo que estaba en su cuna, se volteo con una gran sonrisa, en su manos sostenía un pequeño dragón plateado con toques rojizos.
—Pensé que te gustaría que pasáramos tiempo con Arrax, papá dijo que pronto tendrá que irse al pozo —dijo el omega.
Como pudo, agarró la mano de Aemond para dirigirlo cerca de la chimenea y sentarse ahí, Lucerys se sentó frente a Aemond, sus piernas se tocaban por lo cerca que estaban y puso a Arrax en medio del espacio. Aemond con confianza empezó acariciar las escamas del dragón con adoración.
—Madre ya está haciendo los preparativos para que mis hermanos vayan a Drangonstone para reclamar sus dragones —soltó el alfa, en su tono se podía escuchar un tinte de tristeza.
—Ya llegará tu momento igual Mond, sabes que hay un dragón esperando por ti.
El omega agarró la mano de su primo, sabía el anhelo que tenía por tener un dragón, lamentablemente los huevos de sus primos nunca eclosionaron, no como los de su hermano y él, junto con el de Baela.
Jace y Aegon caminaron de las manos hasta donde se encontraba Vermax, en su escapada de Sir Erryk, se encontraron con Laenor, ellos solo sonrieron inocentemente, lo que provocó una sonrisa al omega mayor, Jacaerys le pidió que si podían ir al Pozo del Dragon para visitar a Vermax a lo que su padre accedió.
—Los cuidadores dicen que pronto podré darles indicaciones para fortalecer nuestro vínculo —dijo Jace.
Ambos estaban a una distancia considerable del ya no tan pequeño dragón verde.
—Madre nos dijo que Helaena y yo pronto iremos a Dragonstone para reclamar algún dragón de la isla —el alfa lo volteo a ver alegre, estaba feliz de que por fin sus primos tuvieran un dragón.
—Cuando Vermax y Arrax crezcan y Aemond junto con Rhaena reclamen o tengan los suyos podremos volar todos juntos con nuestros dragones —dijo feliz en sus ojos castaños se podía ver la ilusión.
—Nada me haría más feliz que volar contigo —expresó Aegon, lo dicho hizo que el alfa le diera un beso en la mejilla, provocando un sonrojo en el omega.
Ok, tal vez este capítulo lo sientan corto a comparación con el anterior y es porque lo tuve que dividir porque cuando me vine a dar cuenta había escrito más de 2 mil palabras, así que decidí dividirlo, depende el apoyo que tenga este capítulo veré si subo el siguiente hoy o mañana o la próxima semana.
Intersección de nuestras parejitas.
Respecto a los dragones de nuestros niños platinados, como aquí adelantamos nacimientos y acontecimientos, adelantaremos los reclamos de dragón.
Cruditos del fanart a Chappysuey.
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