—¡Las cosas están empeorando! ¡Nuestro reino morirá a este paso!

—La diosa no nos ha abandonado, podremos ganar esta guerra.

Mochida miraba aburrido la discusión de abajo, su cuerpo cuelga de manera perezosa en el costoso candelabro de oro, abajo hay una reunión de un país poderoso sobre la guerra silenciosa por la que pasan.

Vaya cliché.

Humanos vs demonios.

Un suspiro escapa de sus labios y muerde la manzana que está en su mano.

Tsuna solo había querido la paz y lo trataron peor que una escoria.

Nunca fue su culpa, fue la culpa de esos malditos humanos cobardes.

—Invocaré a algunos héroes que lucharán por nuestro país. La diosa misma me ha otorgado este deseo.

Un obispo se regordea con voz jactanciosa, hay cierto olor putrefacto en su aroma y le hace hacer muecas por lo bastardo que es.

Sintió una perturbación en el aire y frunció en seño. Con la brisa del aire su cuerpo desapareció del castillo humano y apareció en el cielo.

Sus dos grandes alas lo llevaron a su destino, un abismo oscuro en las fronteras de ambos países cerca del mar donde hay un gran risco que al caer solo te espera una muerte muy dolorosa. Y allí la única entrada de manera terrestre.

Volando llegó a la gran torre que hay en medio del abismo, allí voló más alto y más alto hasta estar por mucho sobre las nubes.

Se detuvo al llegar a la cima y entro a un arco de rocas, allí descendió y entro.

Hay una gran cama hecha de paja y algodón, un escritorio de roca y un anaquel lleno de pergaminos y libros antiguos, y justo en medio de la habitación, un gran cristal lila transparenteado con cadenas se posa con mirada a la puerta.

Allí, Tsuna descansa.

Fue fiel figura de diez años, hermosas alas extendidas de piel y piedras preciosas, cuernos adornando su cabeza y su largo cabello cubriendo su desnudes, sus ojos abiertos con traición y sus garras señalando la salida.

Sus pies en garras se posan para el despegue y miles se cicatrices van en su cuerpo.

Tan magestuoso.

—Igual de hermoso como el día en que perdí.

Acaricia la superficie y suspira, llevan millones de años vivos en aquel mundo, y solo se tiene ellos mismos.

—Tu igual.

Gira la cabeza y ve la proyección que el alma de Tsuna ha creado, su cuerpo es congelado pero su alma no y solo personas de gran poder pueden verlo.

—¿Donde fuiste esta vez? ¿Nyla? ¿Dyabaztya? ¿Kor?

Tsuna revolotea a su alrededor, Kensuke ríe con tristeza.

Él no puede abandonar este calabozo en el que fue condenado, no sabe cuánto a cambiado el mundo exterior.

Hace mil años, cuando fue condenado.

—Con nuestros vecinos humanos. Convocarán a los héroes, para vencer al Rey Demonio de esta época.

—¿Reencarnó de nuevo?—ante el asentimiento suspira, ese depravado no se cansa de reencarnar cada doscientos años.

—Sigue sin saber que nosotros fuimos quienes iniciamos la guerra —Tsuna lo abrazó o eso parecía ya que no lo podía tocar, es intangible, solo podía sentí un poco de calidez.

—Y así está bien, no quiero que lo sepan y ambos vengan a derrumbar nuestro hogar. Necesitamos ese poder condensado para poder liberarme.

—¡Maldita vaca!

—¡Cállate Bakadera!

Hayato Gokudera, también conocido cómo Aya Gora del Clan de los Elfos Gora, golpeó una piedrita que hizo patitos en el agua del lago.

Ambos habían renacido en este mundo, la verdad no sabía mucho.

De hecho no tenían porqué renacer en primer lugar.

Gokudera había estado comiendo con su amado Juudaime en la azotea y de repente, había dos personas sujetándolo en brazos.

Al principio pensó que eran UMA pero después, se enteró que renació. Renació en un Clan de elfos, en una isla país llamado Nyla, donde varias especies coexistian entre sí.

No tenía ni siete años cuando encontró a la vaca, fue un shock verlo allí en la isla.

También renació, solo que la molesta vaca tenía ocho años cuando renació, le contó que estaban (Lambo y el) peleando a la mitad del desayuno cuando parpadeó y había renacido.

Todo bien, hasta que dijo que tenía ocho años, algo que no cuadraba cuando recordaba muy bien que Lambo tenía seis años cuando renació.

Llegó a la conclusión de que fueron tomados de diferentes líneas del tiempo de dimensiones paralelas o simplemente fueron reemplazados por UMA.

Muchas teorías.

Y ahora más que nada Lambo es una vaca. Para acabarla, de la misma edad.

Una vaca literal.

El término es Minotauro, solo que uno femenino. Por lo que es alta, de cabello negro con mechones blancos y ojos verdes, tan verdes y hermosos. Claro, y dos pechos enormes, sabe que es por la especie, es una Minotauro del tipo lechera, por lo que, apesar de tener catorce años, sus pechos son muy grandes y ya secretan leche a pesar de ser virgen y sin hijos.

Siempre se queja del dolor de espalda.

Lambo Bovino, ahora, Mia Mikela, undécima hija del Jefe Taurino y su esposa Mikaela, del Clan de Minotauros.

En estos momentos ambos están esperando el barco que los llevará a Dyabaztya, allí está Ryohei.

¿Cómo lo saben?

Un mestizo de humano y cíclope fundó una organización llamado 'Club de Boxeo' y busca miembros.

Eso gritaba Ryohei en letras grandes y neón.

Así que esperan un barco.

—Muu, me duele la espalda~

—Cállate, maldita vaca.

—Caos.

Un gran silencio invadió la sala, todos y cada uno de los humanos y monstruos que hace un momento hacía algarabía se había callado.

—¡Reborn-san!

Sentada en la silla, Chrome saluda. Su hermoso cabello índigo está en ese peinado de piña tan característico de ella, sus ojos, uno rojo y otro púrpura le dan la bienvenida, todo bien hasta que se levanta y la mitad de su cuerpo está marchita en color gris.

—Tan bien que estábamos, mi amada Chrome.

Detrás de ella, Mukuro aparece luciendo igual que Chrome, la mitad contraria (a Chrome) está marchita.

—Sabía que eran ustedes cuando escuché de su culto. ¿Culto al Cielo?

—Te dije que pusiéramos ese anuncio.

Chrome golpea a Mukuro en el brazo, ellos comienzan un debate con las miradas antes de que Mukuro aparte la vista.

—No importa mucho, Reborn-san. Estamos tratando de reunirnos.

—Ya veo.

Entonces un seguidor se inclina ante Reborn y este, agarra un anuncio.

—¿Porqué el valle oscuro?

—Tsunayoshi-kun tiene esa suerte, puede haber renacido en un Hada oscura, allí. El valle oscuro, el único lugar aislado del mundo donde las hadas habitan. Y son conocidas por cuidar y ayudar a los aventureros que van por la gloria y tesoros al calabozo del Valle.

—Además, Hibari-san lo los chicos deben estar buscando a Boss.

—Kufufufu~ Alondra-chan debe extrañarme.

—Me tomé el atrevimiento de llevar esos anuncios a todos los continentes. Dyabaztya y Er, en Nyla no pudimos ingresar—dice Chrome disculpándose.

—Bien.

—Mi Rey Skull.

Un demonio grotesco se inclina, su feo rostro toca el suelo y evita temblar de gozo ante la magestuocidad de su Rey.

En el trono, sentado de manera perezosa un hombre guapo de buena presencia y cabellos largos lisos y de color violeta acompañado de esos malignos ojos rojos mira de forma inferior a ese demonio de bajo rango.

—Ayer han invocado a los héroes.

—¿Y bien?

—El héroe de la lanza y espada se han aliado y han huido del país, tengo información de que están en dirección al Valle Oscuro.

El rey carcajeó, entoces unos tacones hicieron eco y el Rey sonrió.

—Mi bella, Calavera.

Una figura idéntica a él apareció por un pasillo, y se sentó en sus piernas, su cabellera violeta larga y con ondas que se meneaban a cada paso que daba, rostro bello y exquisito, ojos verdes que degradan en violeta, labios rellenos y de buen color, figura perfecta y piernas largas.

Un chaleco semitransparente cubre su gran pecho, un pantalón justo a su figura color negro y en la parte trasera cae una falda de la misma tela, trae tacones y sin duda, lo que la caracteriza más, es un vientre abultado.

Sus generales hacen una mueca, a comparación con el Rey anterior, Skull es un degenerado bastardo.

Tomó a la legítima heredera al trono como su esposa a la fuerza, su media hermana mayor, hija del Rey Demonio Skeleton y la Reina de la Oscuridad, la Reina Bowels. Mientras que Skull es el hijo bastardo del Rey con una demonio de clase baja que sedujo al rey.

Cuando el rey murió, Skull fue a la habitación de su hermana y la tomó allí mismo, obligó a casarse con el bajo varias amenazas y hechizos, tomó el reino he hizo lo que su abuelo, hacer la guerra con los humanos.

—¿Cómo están nuestros hijos?—acaricia el vientre abultado, se decía que desde que vió a Calavera, se obsesionó con ella por su belleza.

—Muy bien, mi rey—podian ver el asco en sus muertos ojos.

En sus delicadas pero fuertes muñecas y tobillos había hechizos grabados para que no pudiera salir del palacio, y en su cuello, un collar que le impedía huir de Growternya. Incluso había ido con un mago no muerto para que ella no fuera capaz de suicidarse.

Ellos esperaban a que ella fuera libre. Que reinará como lo hizo alguna vez su padre.

—¿Cuáles son los nombres de los héroes?, Los que escaparon.

—Hibari Kyoya y Yamamoto Takeshi, ellos fueron, su magestad.

Calavera entoces volteó, los generales captaron un brillo en sus ojos generalmente sin vida, fue su oportunidad.

—Mi rey, me encargaré de esos molestos héroes.

Anímides, un íncubo se arrodilló poniendo su espada frente de su cabeza, tal vez y podría ayudarlos a liberar a la hermosa Calavera.

Recuerda todavía cómo se enamoró de ella, su miedo inexistente a la muerte y la adrenalina en sus venas cuando la acompañaba a sus aventuras de pequeña, recuerda cuando la vio por primera vez hace ochenta años, se escondía tras la capa de su padre, su hermosa sonrisa lo había cautivado, apenas tenía treinta años y ella quince.

La que ve ahorita no es nada comparado a la niña de hace diez años.

—Deshazte de ellos.

Profundizó su reverencia notando cómo se regocija el rey, Calavera mueve su dedo y pudo sentirse un poco dichoso.

Haría lo imposible para que Calavera pueda ser libre del rey.

—Moviliza las tropas.

—Yamamoto.

—¿Si, Sempai?

—Los herbívoros molestos están allí.

Estampa un anuncio en la mesa de la posada vacía, allí el anuncio de Chrome se ve en grande.

Ambos habían sido molestados en su Universidad, mismo campus, mismo edificio pero diferente grupo.

Al principio pensó que tenía que ver con la mafia, pero la presentación de la Diosa les dijo que no.

Después esos malditos bastardos dijeron que no podían regresarlos si no mataban al rey demonio, muy cliché y todo, hasta que Hibari-san le sacó la verdad al sacerdote a Kamikorosurazos y no podían regresar a casa.

Esperanza perdida y todo hasta que vieron el anuncio.

Tsuna los estaba esperando y no le iban a fallar, por algo son sus guardianes más fuertes de todo su conjunto.