Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: La verdadera amistad por fin florece.

Una semana después, por fin pude regresar a clases, no he logrado conseguirme la materia, joder, porque éstos son unos bastardos y no quisieron prestarme ayuda. Todos también me miraban feo, algunos con miedo y otros se reían en mi cara, sí, sabían del incidente de los cortes, se esparció por toda la escuela o al menos eso supe, oí varias conversaciones con atención, varios habían publicado en Facebook mi problema, oí que hasta tomaron fotos de toda la sangre derramada -que fue mucha, no tuve tiempo en el momento para limpiarla-... qué vergüenza.

Estaba avergonzado en mi pupitre, cabizbaja, leyendo los libros de las asignaturas para intentar quedar al día con la materia. El profesor me dio permiso para hacerlo, sólo que le dije que no había captado la materia que "me conseguí" y necesitaba estudiarla para poder hacer las actividades que dejó en el pizarrón, en este caso, era la clase de matemáticas, ecuaciones de primer y segundo grado, utilizando fracciones y potencias también... hay hombres que sólo quieren ver arder el mundo y vienen cosas peores, dice la biblia.

- Hola... -murmuraron, voltee y era Lars que venía llegando tarde, para colmo- ¿puedo sentarme contigo?

Asentí, extrañaba su presencia. Su estúpida y REAL presencia.

- Oye... ¿por qué te suspendieron?

- Nada, si es que aún no te enteraste por Facebook, nada.

- Oh, yo paso todo el día ahí y nunca vi nada respecto a ti... se sincero, ¿te caigo mal?

Negué.

- Al principio sí, ya no, eres el único que se ha interesado de verdad por mi... fui un malagradecido... -me sorprende que haya podido hablar sin trabarme la lengua- lamento haberte tratado mal antes...

- Ah, no es nada... me preocupó mucho tu actitud ese día en que te suspendieron, igual que el día en que trabajamos juntos en lengua, estuviste muy extraño.

- Ehh... sí...

- ¿Te prestaron la materia? -negué, me entregó su mochila- Toma, la vas a necesitar.

- Gracias, pero ya me he conseguido casi la mitad por mi cuenta leyendo los libros.

- Oh... insisto, llévatelos -me dio varios cuadernos-. Si quieres te llevas la mochila entera también.

Reí, y sentí que mis mejillas agarraron calor porque estaba sintiendo cosquillas en el estómago.

"Ay, si se enamoró el maricón."

"Zorra, no seas culera, déjalo, por fin está siendo feliz."

"¿Feliz? Es gay y punto."

"Consiguió un amigo, está progresando..."

"Lalala la lala, ¡no te escuchoo!"

Fingí rascarme la cabeza cuando en realidad me golpee para exigir orden con las voces, quería oír a Lars.

- ¿Estás bien? Es que te noto extraño.

- Estoy bien, Lars, no más me picaba un poco la cabeza.

- ¿Piojos? -volví a reír y negué- Ah, que bien, es que siempre salen con que los de pelo largo somos unos piojentos, ¿alguna vez te han salido? -negué- A mi sí, hace años... no por ello, todos seremos piojentos siempre -volví a reír-... Oye, ¡estás feliz!

- Uhh... sí -me rasqué la nuca, ahora, por nerviosismo.

- Eso es muy bueno, Kirk... ehh... ¿quieres estar conmigo en el recreo? Es que me da mucha pena verte solito.

Lo pensé bien.

"No vayas, marica, se van a burlar diciendo que tienes nuevo novio y vas a llorar por eso mismo."

"Ve con él, vamos, conversen de la vida, verás que te divertirás."

Tenían razón ambas voces, ahh, debía pensarlo muy bien.

- Kirk... Kirk... ¡Kirk!

- ¿Ah? Ah,¿qué? -me desperté del trance, confundido.

- ¿Puedo estar contigo en el recreo?

- Ah... ¿por qué no?

Terminó la clase y salimos juntos a recreo, me sorprendió que de verdad me miraran raro por ello, la Zorra tenía razón, hablaban cosas... ¿eran sobre mi? Me daba pánico, que se estuvieran riendo a mis espaldas, ¿creerán que soy gay? Oh, ¿por qué me preocupa tanto eso?

- ¿No te agrada estar con las demás personas? -encogí los hombros- Oh... ¿al menos te agrada mi presencia?

- Sí, la tuya sí... -hice una sonrisa nerviosa.

- Oh, está bien...

Es primavera de hace rato, sin embargo, los días han estado muy fríos casi todo el año, excepto hoy, fue bastante templado, sin ningún problema salimos al patio no techado; había un árbol a lo lejos, nos recostamos sobre éste y el pasto, admirando el cielo.

Percibía miradas en nosotros, risas... volteaba y no veía nada, ¿por qué las sentía? ¿Me estaba desesperando o qué?

Al final del día, nos tocaba estar juntos en la terapia con la psicóloga, primero fue una charla individual, tuve que inventar que tuve peleas con mi madre por mi antiguo bajo rendimiento para que entendiera la razón de mis cortes, me esforcé para hablar bajito y que Lars no escuche. Me dio varios consejos de estudio y otras tácticas para evitar pleitos con mi madre, yo escuchaba atentamente, todavía sentía culpabilidad por las cosas horribles que le dije en nuestra última pelea, hemos hecho como si nada al final...

Al tener la terapia compartida, nos hicieron hacer un pequeño trabajo de investigación juntos, ella nos observaba y se aseguraba que las tareas nos las asignáramos 50 por 50, lo más equitativo posible.

Creí que sería fácil... él y yo tan opuestos entre sí, terminamos, haciendo todo 100 por 100, aportando ideas para cada parte, complementando cada idea planteada, siendo cuidadosos de primero debatir el tema, entregando diferentes puntos de vista y poniéndonos en todos los casos. Resultó complejo pero nunca imposible, nuestra amistad iba mejorando por eso mismo, porque respetábamos las decisiones del otro, nos costó bastante, creo que estuvimos unas dos horas dentro de ese salón.

Valió muy bien la pena, yo estaba relajado y con una gran sonrisa que imborrable era. A la salida, hemos caminado juntos hasta la intersección que nos haría tomar rumbos diferentes, él tiró de mi brazo de manera muy delicada:

- Oye, ya que estamos siendo muy buenos amigos... ¿me das tu whatsapp?

Le quedé mirando extrañado.

- Tú número de celular, eso...

- Ah, lo siento... -hice una mueca- no tengo celular.

- ¿Cómo? Wow, que extraño eres... ¿cómo te entretienes? ¿Lees cómics y libros todo el santo día? -asentí.

- Aveces toco guitarra... -encogí los hombros.

- Ah, bueno... ¿podrías darme al menos el número de tu casa para contactarte alguna vez?

- Claro -ahora sonreí mas tranquilo.

Se lo escribí en la mano, nos despedimos y fuimos a nuestros respectivos hogares.

Mi estómago rugía de forma feroz, iba a sacar la comida del microondas cuando las numerosas conversaciones en mi cabeza no dejaban concentrarme en nada.

Llevé ambas manos a un costado de mi cráneo, tiré de mi cabello hacia abajo, me dejé caer al suelo de rodillas, tratando de concentrarme bien.

"El marica se enamoró, oh, que patético..."

"No es patético, él quiere seguir adelante."

"Eso crees tú, es un llorón, debió haberse suicidado hace tiempo."

Era la discusión que tuvieron durante todo el día, en medio de la terapia no me afectó tanto, en los recreos sí y ahora me torturaba. Me las arreglé para volver a ponerme de pie, ser fuerte.

Saqué mi comida y comí de forma acelerada. Subí a mi habitación para encerrarme, puse la música que a mi me gustaba a todo volumen, conecté mi guitarra e improvisé lo más que pude mis canciones favoritas, mientras más alto era el volumen, más me alejaba de la realidad y de esas voces repugnantes, sé que no es sano prestarles tanta atención, debía estar calmado para deshacerme de ellas.

Mis manos temblaron como volví a percibir insultos denigrantes hacia mi, éstos me bajaban el ánimo, acabé rendido, sin música, en completo silencio, tumbado sobre mi cama, al borde del llanto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro