- ¡Lars! -gritó mi suegr... la madre de Lars- ¡Con tu padre iremos a comprar al supermercado! ¡No hagan mucho desorden!

- ¡Ajá! -contestó Lars con desinterés, suspiró, apagó la consola de la nada y me miró con una sonrisa encantadora- ¿Tienes hambre? -negué- ¿En serio? Llevamos horas aquí, ¿no quieres nada? -volví a negar- Ah, bueno... ¿sabes? El supermercado queda algo lejos de acá y en que mis padres compren y regresen... van a demorarse mínimo unas dos horas, ¿sabes lo que eso significa? -negué, confundido- Umm... ven -se levantó del suelo y se echó sobre su cama, hizo un espacio para mí y me hizo señas-... vamos, ven aquí.

Me senté con timidez a su lado, él frunció el ceño y también se sentó.

- Te veo nervioso, ¿te sientes bien? -mordí mi labio inferior, inseguro de qué responderle- Oww, ven aquí... -extendió sus brazos para que yo entendiera que quería un abrazo, me acerqué para que eso sucediera- ¿Estás escuchando voces? -negué- Vale, que bien, quiero que te mantengas sanito y sin problemas...

- Uhh... Lars...

- Dime.

- ¿Qué significa eso de que tus padres no regresarán hasta dos horas más?

- Oh, ya lo verás... -se acercó a mi y besó mi mejilla- Ah, que ese no cuenta, eh, el trato eran besos en la boca, ¿cierto? -asentí- Entonces, me debes siete besos -sonreí tras eso-. Aunque... siempre termino dándotelos yo, a ver... hagamos las cosas justas, ¿vale? -asentí- Tres besos tú, tres besos yo y el que queda nos lo sorteamos, ¿vale? -asentí.

- Vale...

- Es bueno que estemos solos porque podemos hacer cosas sin que nadie se entere, ¿sabías? -guiñó el ojo, agarrándome de la cintura además, yo me quedé paralizado sin saber qué hacer.

- ¿Q-qué cosas?

- Bueno, podemos hacer muchas cosas, pero... ¿qué cosas indebidas nos gusta hacer a los dos sin que nadie más nos mire?

- Ah, pues...

Abrazarnos, darnos besos en los labios, tú besando mi cuello con locura, yo gimiendo de placer por ello, excitándome sexualmente a mayores límites cada vez...

- No lo sé -encogí los hombros, nos separamos del abrazo y él hizo un facepalm.

- Joder, Kirk... -mordió su labio inferior y volvió a tomarme ahora de la cintura- Aveces me pones las cosas tan difíciles de hacer...

No alcancé ni a titubear algo porque con rapidez subió sus manos hasta mis mejillas, las acarició por un segundo y me robó un beso, un tanto forzado pero lleno de ternura. Correspondí a éste de inmediato, enrrollé ambos brazos alrededor de su cuello. Sus manos bajaron hacia mis caderas, luego a mis muslos, acariciando y haciendo que yo desee más...

Ahora me dio otro beso en el cuello, succionando mi piel y mordiendo. Éste no contaba, así que él me debe dos besos más. Gemí porque mordió un poco fuerte y él me sonrió.

Nos dejamos caer sobre la cama, él sobre mi con más besos y mordidas en mi cuello. De la nada, él se detuvo y se sentó en la cama de nuevo, le contemplé sin entender nada.

- ¿Qué? ¿No me vas a besar o piensas en reservar tus besos para más tarde? -me dedicó un guiño.

Joder, si le decía que para más tarde, él se enfadaría conmigo. Lo presiento. Aún así, me daba un pánico de puta madre todo ésto, el siquiera acercarme para un beso, no... no me atrevía.

Me senté a su lado, cerré los ojos de forma forzada y me acerqué hacia él lo más que pude, una vez que percibí su respiración sobre la mía... sabía que estaba haciéndolo bien. Cuando nuestros labios se juntaron, pude relajarme más. Nos dimos un abrazo muy cariñoso y lleno de calor, intensificando la magnitud de este beso. Que fue largo y lento, romántico a mi parecer...

Le debo dos y él me debe dos, vamos bien...

Al terminar y separarnos... Abrí los ojos hasta encontrarme con esos bellísimos ojos verde esmeralda, brillando y mirándome sólo a mi. Eso me fascinaba, me enamoraba. Necesitaba eso, más, mucho más...

No me importaba desperdiciar los besos que tenía, joder... lo necesitaba a él, o sino, vendrían las voces de mi cabeza a atormentarme, para hacerme llorar... no, si yo me mantengo junto a Lars, siendo feliz como ahora... ¡nadie me hará sentir mal! ¡Seré normal!

Él se sorprendió porque tomé valor para darle otro beso, más apasionado... Cuando llegó el momento de terminar ese beso, continuamos estando apegaditos, con una sonrisa en mi rostro,

- Hmm... me gustas tanto... -murmuré, sintiéndome en el mero paraíso.

Y ahí di mi tercer beso, era todo tan perfecto hasta que analicé mejor lo que dije.

Oh, oh...

Me separé de inmediato, de hecho, di un salto de impresión, y me eché para atrás, avergonzado, cubriendo mi rostro con ambas manos. Vaya que la había cagado con eso...

- ¿...Kirk?

- ¡No me mires! -grité lleno de vergüenza- ¡Ignora lo que te dije, por favor, ignóralo!

- No lo voy a ignorar -mordí mi labio inferior, en pánico extremo-. ¿Yo te gusto?

No dije nada, me mantuve temblando en sumo horror.