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Comiendo el enorme pedazo de carne, Mina suspiró satisfecha y Momo se sintió llena por primera vez en su asquerosa vida.

Nunca, ni siquiera en su niñez había comido dos veces en un día, solo había una, o aveces ninguna.

Tampoco había comido carne, podía decir que le gustaba mucho, casi se sentía más vibrante.

El sol ya había bajado y la nieve ahora cubría la tierra, sería una noche helada y la piel del animal todavía estaba secándose o lo que sea que Mina dijo que haría.

— Vas a dormir conmigo — señaló Momo a la cama o intento de cama que tenía, Mina asintió tranquila y la cargo en dirección a la cama— ¡O-oye!

— ¿Qué? Dijiste que iba a dormir contigo, ya es hora de dormir — dijo apuntando al cielo — odio la nieve

—  Es linda, pero hace que me dé frío y aparte es temporada baja, todo va a estar mas caro en el pueblo y yo no tengo dinero — se quejó Momo haciéndose bolita tratando de guardar calor, pero no era tan necesario, el cuerpo de Mina era bastante calentito, solo se acurrucó en ella a dormir— Buenas noches Mina

— Buenas noches Momo —respondió

Minutos bastaron para que Momo cayera dormida en el calor del cuerpo de Mina, pero ese no fue el caso de la menor.

La pelinegra pensaba y trataba de recordar su vida. Sin proponérselo ni nada por el estilo hizo que oro apareciera en una de sus manos.

— Dinero para Momo —Murmuró dejándolo bajo la almohada, pero arrepintiéndose al ver a Momo moverse — para ser pobre eres bastante quisquillosa — bufó con burla dejándolo en el suelo

Bueno, definitivamente ella no era humana, y como comía carne tampoco un ser de luz, así que se inclinaba más a ser una criatura considerada oscura.

— Edhem — dijo al aire soplando la vela a la distancia y todo se volviera oscuro— me llamo Edhem — se quejó tratando de dormir, era como si algo bloqueara sus pensamientos

Sus ojos cambiaron nuevamente al no verse descubierta por ningún humano y brillaron en la oscuridad, su cuerpo relajado permitió que un par de escamas salieran de su cara alrededor de sus mejillas y ojos así como cubriendo su pecho.

Solo le causó picazón, así que después de rascarse decidió dormir, el día de mañana ayudaría a Momo a arreglar un poco esa vida que tenía.

Se lo debía.

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