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— ¿Cómo se supone que debo llamarte? — cuestionó Momo moviendo la comida en la vieja olla que tenía, solo tenía verduras, esperaba que le sirvieran a la pelinegra

— No sé como me llamo — dijo tranquilamente la pelinegra — puedes llamarme como quieras

Inconforme con la información brindada, Momo torció el gesto.

— Te diré Colley — dijo simplemente tomando el plato y servir la sopa

— ¿El de cabello oscuro? ¿No tienes algo mejor? — preguntó la pelinegra tomando la sopa y poniéndola en la vieja mesa

— Ni siquiera sé que significa — se quejó Momo — Te diré Mina

— ¿"Pequeña"? Bueno, al menos no me pusiste cabello negro en idioma inglés antiguo — Se quejó Mina tomando el otro plato de Momo y poniéndolo frente al suyo

— No sabes tu nombre, pero no dejas de corregirme, si tanto te quejas deberías esforzarte en recordarlo Deegan — se quejó Momo sentándose en la silla y Mina se sentara en el piso a falta de otra silla

— Deja de decir que tengo el cabello negro, ya lo sé y aunque creo que tiene que ver con mi nombre, no se parece a Colley o Dargan — bufó tomando la sopa y haciendo un mal gesto — Odio las verduras

— La carne es muy cara señora exigente y si no te has dado cuenta soy pobre — dijo tirándole una zanahoria a la cabeza y Mina la esquivara sonriendo — ¡No te muevas!

— No voy a dejar que me pegues — se burló Mina acabandose la sopa de verduras con un gesto de asco — La carne es cara, ocupas mucho oro

— El oro sólo pertenece a la realeza — negó Momo

— Y a los dragones que se lo roban — bufó enojada Mina y Momo se sorprendió

— No me gusta pensar en dragones

— Puedes cazar tu comida — dijo Momo sirviéndose más sopa, no sabía mal, pero ella odiaba las verduras y moría de hambre, así que con desagrado la bebió toda-

— No se si te das cuenta, pero, soy demasiado débil y flacucha para cazar algo sola, con trabajo y como todos los días

— Puedo solucionar eso — asintió Mina saliendo de la casita sin decir nada

— Esa mujer está loca — se quejó Momo acabandose la sopa, esa era su última comida de la semana y apenas iba a la mitad — A este paso moriré se hambre

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— ¡Te traje algo Momo! — la voz de Mina se escuchó fuera de la casita y la castaña corrió rápido, el invierno estaba cerca y debía mantenerse abrigada para no morir de una hipotermia, así que Momo solo había permanecido quieta abrigándose en una esquina

Sin embargo nada había preparado a Momo para lo que Mina le llevaba.

Llevaba un enorme ciervo arrastrando de las patas y el animal no sangraba, estaba muerto no había duda, pero no podría decir como murió.

También llevaba su camisa como una bolsa llena de vegetales y otro animal cargando.

— Este es grande, es carne y sabe bien, los vegetales son porque creo que te gustan estas atrocidades — dijo Mina torciendo el gesto con asco — y este animalejo — señaló la cosa peluda — tiene mucho pelo, el invierno viene, así que hace frío y ocupas abrigarte en esta choza horrible

— ¿Tienes que insultar mi casa? Solo llevas aquí unas horas

— Es mi casa ahora también y te debo la vida, así que me aseguraré de pagarte fielmente — aseguró quitando a Momo del camino dejando tiradas las cosa y saliendo con un cuchillo — Ahora voy a limpiar esto

— Primero te vas a poner ropa

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