Lucerys Velaryon llevaba cuatro años en Bear Island, los hermanos Mormont se volvieron sus mejores amigos, entrenaban juntos, muchos podrían decir que Cyrus y Lucerys eran los más cercanos, y con razón, Cyrus empezó a cortejar a Lucerys.

Ella aceptó el cortejo, pero le aclaró que ella se casaría con otra persona, su compromiso fue pactado hace tiempo y es algo que no podía romper, tampoco podían llegar más lejos que unas caricias. La relación que mantenían era obviamente secreta, ni siquiera Seren era consciente de eso.

Respecto a su formación en Bear Island, ella se había convertido en una feroz guerrera, manejaba los combates cuerpo a cuerpo, también tenían maestros de Dorne que le enseñaron el arte de los venenos y Lady Mormont se encargo de enseñarle el arte de la seducción, ella podría usar su belleza para distraer a sus enemigos, hacerle creer que es una pequeña miedosa, después de todo es lo que a la mayoría de los hombres les gustaba, una mujer débil.

-Erys... Mi padre te llama a la habitación del maestre -Cyrus se acercó, mientras ella sostenía el arco, apuntando a la diana.

-¿te dijo que necesitaba? -dijo una vez que soltó la flecha y está dio en el blanco.

-Alas negras... -ella asintió y dejó su equipo en el campo de entrenamiento.

Cuando llegó le comunicaron que su hermano vendrá con Arrax a buscarla, Lord Corlys solicitaba su presencia para dirigir unos navíos en los peldaños de piedra.

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Cyrus y Erys se encontraban en una habitación abandonada, ella se encontraba a horcajadas sobre él mientras se besaban. Las manos del joven de 16 días de nombre estaban en las caderas de la adolescente, él la quería para su esposa, pero Lucerys había sido clara, ella estaba comprometida con el príncipe tuerto.

-Déjame tenerte Erys... Por favor -el pelinegro le suplicaba mientras rozaba sus entrepiernas, ella soltó un leve gemido y volvió a besarlo.

-Sabes que no puedo, por más que quiera estoy atada a ese compromiso -dice con la voz agitada- Soy la heredera de Driftmark, no voy a manchar mi honor.

-Si cedieras serias libre de tu compromiso... -empezó a decir mientras besaba su cuello- podríamos casarnos...

-no funcionaria, soy heredera de Driftmark y tu de Bear Island, ni tu ni yo renunciariamos a nuestros puestos... -dice separandolo por los hombros y deteniéndolo mientras ella movía lentamente sus caderas sobre sus ropas.

-Erys... Te necesito -él deseaba tocarla, pero ella solo no se lo permitía. Ambos soltaban leves gemidos para evitar ser escuchados.

La joven de 13 días de nombre se estaba dejando llevar por el deseo hasta que el sonido de unos pasos apresurados acercándose a dónde estaban los separó, Lucerys rápidamente se ocultó y Cyrus simplemente trató de relajarse, cosa que se fue a la mierda cuando el joven vio entrar a su padre junto a su madre y el maestre.

Ludwig Mormont se veía enfadado y se acercó a su hijo con paso decidido, su madre se veía sería y solemne. Su padre lo agarro de las solapas de su camisa y le dio una cachetada molesto.

—Dime que es una mentira... Juramelo y haré matar a esa joven.

—Padre... ¿Qué?

—Una sirvienta llegó a los aposentos privados de tu madre, jura por los dioses que te vio entrar en esta puta habitación con la princesa Lucerys...

—y si fuera verdad, ¿Qué?

—¿Has enloquecido? -su madre se veía bastante molesta ante sus palabras- primer punto, es una princesa. Segundo punto, es una princesa comprometida; si se llega a dudar de su honor no sólo su reputación será dañada, sino también que la tuya y de toda la familia.

—Me quiero casar con Erys... -dice firme el pelinegro.

—¿Qué parte de la princesa TARGARYEN comprometida no entendiste?

—Ella no es Targaryen, es una Velaryon y todo compromiso puede ser roto.

—No si el compromiso fue pactado por el mismísimo rey, así que ahora mismo nos dirás dónde está la princesa y el maestre verificará su doncellez, en cualquier caso ella tendrá una dama de compañía y no te acercarás a ella hasta la llegada de su hermano.

Lucerys tragaba sus sollozos, ahora caía en cuenta de lo que estaba sucediendo, estaban poniendo en duda su honor. Si dichos rumores llegaban a su familia sería una decepción, podrían usar eso en contra de su reclamo a Driftmark y muchas demás situaciones.

—Ella no...

—Estoy aquí mis señores -Lucerys después de meditarlo tomó la decisión de salir de su escondite- asumo mis culpas y pido perdón por colocarlos en una situación tan delicada e incómoda.

La cara de Lord Mormont mostraba decepción hacia su primogénito y Lady Mormont tomó todo su autocontrol para no regañar a su hijo y acompañó a la princesa junto al maestre para la revisión.

—Eres un idiota, ¿Qué harías si el honor de tu hermana se viera en duda?

—Iría a arrancarle la lengua al que haya dicho eso...

—Ahora imagina eso con un dragon, el príncipe llegará en unos cuantos días y no podemos permitirnos que te le vuelvas a acercar a la princesa... A pesar de la idiotez que hiciste, eres mi hijo y debo protegerte.

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Lucerys estaba molesta, pero sabía que debía ser privada de su entrenamiento, primero como un castigo por sus actos y segundo para mantenerse alejada de Cyrus.

Su molestia se veía juntada con el hecho de que últimamente estaba bordando y no le salía bien, odiaba bordar pero debía ser una dama adecuada para que nadie pudise reclamarle ningún aspecto para su subida al señorío de Driftmark.

—Creí que cuando llegará recibiría un abrazo y no la imagen de mi hermana apuñalando a su bastidor... -Lucerys alzó la mirada y una gran sonrisa se formó en su rostro, dejó de lado todas sus cosas y se lanzó a brazos de su hermano.

Almorzaron juntos y se pusieron al día, su madre le comentó la posibilidad de ser compronetido con Baela y Lucerys se emocionó, las gemelas eran como unas hermanas mayores para ella. Jacaerys también le comentó sobre el nuevo embarazo de su madre, Egg ya estaba grande y su madre estaba embarazada de su segundo hijo con Daemon.

—Madre no me permite partir a la guerra contra la triarquia, a ti te lo permite porque el Abuelo Corlys le dijo que era uno de tus deberes cómo heredera...

—Es una pena, te hubiera avergonzado en plena batalla.

—Maldita malcriada y engreída -Lucerys ríe de su hermano, Jacaerys enseguida se une a su risa, cuando terminaron las risas, su hermano adoptó una postura seria- Lucy, cuando llegué empezó a correr un rumor sobre ti, dicen que tienes un romance con Cyrus Mormont...

—No es cierto, pero tampoco es mentira... empezó a cortejarme durante un tiempo, y si bien acepté sus afectos desde el principio le dejé claro que soy una princesa comprometida. Ha cautivado de cierta forma mi corazón, no lo suficiente cómo para abandonar mi compromiso, pero lo sí lo suficiente para que corran rumores.

—No has entrado en su cama, ¿verdad? -los hijos de la princesa heredera siempre fueron educados para conocer la realidad del mundo en el que vivían, donde serían señalados como bastardos o impuros.

—Claro que no, me tengo suficiente amor cómo para ceder y también me gusta mi posición de heredera para saber que no me conviene...

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N/A: Rhaenyra crío hijos inteligentes :)