28
Con una taza de café en mano, escucho la alarma de un celular encenderse en mi habitación. Sabía que Faye iba a programar esa cosa en fin de semana, siempre lo hace. Hoy se puede decir que estoy feliz de que lo haya hecho. Aunque solo han pasado 10 minutos desde que me levanté, el tiempo se ha hecho lento y esperar a que ella despierte ha sido horrible. La alarma se apaga y sé que ella probablemente se estiró malhumorada para apagarla y volvió a caer acostada perezosamente, estirando sus piernas y frotándose los ojos.
No escucho nada mientras camino por el pasillo hacia mi habitación. La puerta está cerrada y sé que Faye está despierta, pero no escucho nada. Mi corazón late con fuerza conforme me acerco.
Escucho llanto: suaves sollozos.
Abriendo despacio la puerta mi cabeza y mi corazón están erráticos. Faye se sienta en la cama con la cobija en su cintura, sosteniendo en su mano la primera foto de nuestro bebé. Su cuerpo tiembla al llorar, manteniendo los ojos en el ultrasonido. Ella escucha la puerta abrirse y finalmente me mira. Las lágrimas caen con más intensidad.
Con las mejillas húmedas y la cara roja, las comisuras de su boca empiezan a elevarse y finalmente sonríe. Los quejidos de llanto ahora vienen entre pequeñas risitas y su sonrisa, mientras las lágrimas siguen fluyendo. Faye estira los brazos y sin dudarlo camino hacia su lado de la cama. Ella se sienta en el borde y me detengo entre sus piernas.
Faye mantiene su agarre en la fotografía con una mano y con la otra se aferra a mi camiseta, descansando su frente contra mi estómago, llorando. Intento abrazarme a su cuello para acurrucarme con ella al empezar a llorar también. Momentos de silencio después, los sollozos de Faye se detienen lo suficiente para que ella hable.
— ¿Esto es de verdad? —Pregunta sobre mi estómago, dejando la foto cuidadosamente en la cama, aferrándose a mi camiseta ahora con ambas manos. Me separo lo suficiente para mirar hacia abajo, hacia esos húmedos ojos esmeralda que me observan.
— Es de verdad. —Sonrío y le acaricio el cuello, masajeando entre sus cabellos. Cerrando los ojos, ella respira profundo y vuelve a apoyarse en mi estómago. Ya no está llorando, está riendo ligeramente—. ¿Estás feliz? —Asiente enfáticamente y desliza las manos bajo mi camiseta, alzándola para descubrirme el estómago y besarme la piel directamente.
— Wow.
Mi barriga se humedece y sé que ella empezó a llorar otra vez. Sus labios se presionan contra mi piel nuevamente y los deja ahí por un rato. Faye cierra los ojos con incredulidad mientras los míos brillan con amor. Ella continúa besándome el estómago moviéndose por todo el área, haciendo que me ría al provocarme cosquillas con sus labios en mis costados. Ella ríe también.
— Amor, me haces cosquillas. —Lloriqueo. Las dos nos reímos cuando la alejo de mí tirando de su cabello desordenado con suavidad.
— Oh Dios mío. —Exhala, tirando de mis muslos para que me siente en su regazo—. No puedo creerlo. —Sus ojos me miran muy abiertos y llorosos, con la cabeza ladeada. Se ve tan inocente y vulnerable para tener una vida tan loca. Pero ella nunca ha conocido lo simple, y ese es exactamente el problema.
— Yo tampoco. Aún lo estoy procesando.
Mis manos se deslizan de sus biceps a sus hombros y le doy un masaje. Faye me mira y luego mira a la pared detrás de mí, todavía sin creerlo. Beso sus labios y la abrazo, apoyando la cabeza en su cuello, disfrutando del momento con mi novia.
— ¿Cuándo lo supiste?
Oh, joder.
— Cielo no quiero que te enojes conmigo. —Digo, sin aflojar mi agarre a su cuerpo. Sus manos suben de mis muslos a mi cadera para empujarme y verme mejor, pero no se lo permito—. Lo he sabido por tres semanas.
— ¿Tres semanas? —Joder—. ¿Por qué me enojaría por eso? —Faye se ríe suavemente cuando finalmente la miro con mis ojos llorosos y haciendo puchero. Esta vez mi cara refleja incredulidad. ¿Cómo puede ser tan comprensiva?—. Cariño, probablemente estabas increíblemente sorprendida cuando lo descubriste. Sé que no siempre usamos protección, pero tú estás con la píldora. Dudo que esperaras que esto pasara, especialmente tan pronto en nuestra relación.
— ¿Piensas que es muy pronto? —Pregunto rápidamente, buscando dudas en su rostro, e internamente estremeciéndome en caso de que diga que sí.
— Nada es muy pronto contigo. Lo quiero todo contigo. Claro, algo como esto se adelanta totalmente al calendario, pero no es "muy pronto". Eso lo hace sonar como algo malo y esto no es algo malo. —Dice con una sonrisa. El brillo y la profundidad en su mirada me aseguran que habla en serio.
— No es algo malo. —Repito, viendo su cara iluminarse un poco más—. Y sí, estaba muy sorprendida. No supe cómo manejarlo y mi mente se volvió loca con todo tipo de mierda. Lamento no habértelo dicho desde antes, me siento como una perra.
— No te disculpes. Hubiese sido lindo enterarme cuando tú te enteraste, pero lo entiendo. Pero puedo saber, ¿por qué no me lo dijiste antes de tu primer scan? Me hubiese gustado estar ahí contigo.
— Estaba asustada, Faye. Honestamente he estado petrificada todo este tiempo. Fui a confirmar el embarazo, a despejar cualquier duda, porque pensé: ¿qué tal si estoy reaccionando terrible y ni siquiera estoy embarazada? Pero no solo descubrí que estamos esperando nuestro segundo bebé —Faye sonríe contenta con eso, su felicidad irradia más cuando llamo al bebé 'nuestro'—, también descubrí lo mucho que quiero a este bebé. Soy tan feliz contigo, Faye.
— Y yo soy feliz contigo. Siempre lo he sido. Y no entiendes lo jodidamente extática que estoy de tener este bebé contigo. Nuestra pequeña familia se está haciendo grande, amor. —Ella espontáneamente une nuestros labios y me besa con pasión, solo puedo corresponder por un momento hasta que ella se separa. Y ahí están esas hormonas de nuevo—. Todo lo que necesitamos ahora es un cachorro y una casa.
— ¡Faye! —Reprendo cuando menea sus cejas y aprieta mis muslos—. ¿No crees que es...
— ¿Muy pronto? No-oh. Tal vez para el cachorro. Soy nueva en esto de los recién nacidos, no creo poder cuidar un cachorro y un bebé al mismo tiempo. Y a Nong. Ella estaría persiguiendo al cachorro todo el día y yo estaría aterrorizada persiguiendo a ustedes cuatro.
— ¿Cuatro? ¿Por qué es tan difícil cuidar de mí? —Bromeo, punzando su barriga como ella, molestamente, siempre hace conmigo. Tal vez ahora ya no por el bebé.
— No es difícil, pero eres insaciable. Ocupas mi atención todo el tiempo. Esa mierda es peligrosa cuando tenemos dos niños y un cachorro.
— ¿No te quitas el cachorro de la mente, cierto?
— Por supuesto que no. No vamos a tener un gato, así que es o un cachorro o un loro. —Sus ojos se desvían hacia la pared una vez más y la escucho susurrar para sí misma—: Siempre quise un loro.
— Amor te estás distrayendo. Olvídate del cachorro, el loro y nuestra futura casa. Piensa en el hecho de que te acabo de decir que estoy embarazada. —Su atención vuelve a mí y una gran sonrisa aparece en su rostro—. Pensé que te gustaría saber que hice la cuenta y nuestro mini Malisorn fue concebido aquel primer fin de semana juntas. En tu cumpleaños, en la casa de playa.
— El mejor regalo de cumpleaños del mundo. —Su encantadora sonrisa se borra con un beso. Exploro su boca con gentileza. Los dedos medio fríos de Faye vuelven a deslizarse bajo mi camiseta y me estremezco cuando los poza en mi vientre—. Todo es tan surreal. —Murmura contra mis labios—. ¿Qué te llevó a hacerte la prueba? Seguías teniendo tu período, y como dijimos, estás con la píldora. ¿Qué te hizo pensar que eso era una posibilidad?
— Marissa lo sugirió. —Digo, acunando su rostro mientras mi mente recuerda. Las cejas de Faye se alzan y su boca se abre para hablar, pero continúo antes de que lo haga—. Ella notó mis cambios de humor. El hecho de que yo me enojaba contigo y Nong. ¿Recuerdas aquel día que Nong no quiso ir a la escuela, nos quedamos en casa y fui una perra contigo por teléfono? Bueno, Marissa lo señaló y dijo que debería hacerme una prueba. Yo no quería porque pensaba que no sería el caso, pero ella tenía razón. La prueba fue positiva... obviamente. Bueno, las pruebas. ¡Hice muchas!
Me río al recordar el momento en que descubrí que estoy embarazada. Ahora me río. Marissa había mencionado mi mala actitud, mi apetito –sexual y por comida–; ella recordaba que reaccioné de la misma manera durante la primera etapa de mi embarazo con Nong. Estaba preocupada por mí, pero quería que me comportara. Sabía lo mucho que estaba lastimando a Faye y confundiendo a mi hija. Marissa fue a la tienda poco después de enfrentarme y compró multiples pruebas porque sabía que yo estaría en negación. Y lo estaba después de la primera, pero no después de la cuarta prueba positiva consecutiva.
No lloré, ni sonreí. Envolví todas las pruebas en papel y las tiré a la basura. Después me acosté en mi cama en posición fetal y miré fotos de Faye y de nuestra hija en mi teléfono. Sabía que seríamos feliz como familia, los cuatro. Pero la hora era una mierda. Mi relación con Faye no estaba y aún no está donde debería para extender nuestra familia. No estaba enojada ni angustiada por el embarazo, sino incómoda. Tener un segundo bebé no era lo que quería.
Pero después de verlo, supe que sí lo quería. Quería algo que Faye siempre ha necesitado: una familia.
— ¿Se lo dijiste a Marissa antes de decírmelo a mí? —La pregunta de Faye interrumpe mis pensamientos. Me frunzo ante sus ojos llorosos y su puchero—. ¿Marissa sabe de este bebé?
— Cariño no estés triste. —Suplico. Su rostro cae y se esconde en mi cuello. Bueno al menos no me está alejando. Yo lo haría—. Faye, tuve que hacerlo. Ella preguntó por los resultados y tenía que decírselo a alguien. No estaba lista para decírtelo a ti. —Faye vuelve a mirarme y decido que no vamos a necesitar un cachorro si la tenemos a ella.
— ¿Quién más lo sabe?
Joder.
— Bueno, Lingling lo sabe. Ella encontró la foto del scan en mi bolso ayer. —Le explico—. Probablemente ya se lo dijo a Orm.
— ¡Este es mi bebé, Yoko! —Lloriquea, agarrándome de la cintura para acercarme más y apoyar la frente en mi pecho—. ¿Por qué todos se enteraron antes que yo? Este es mi bebé. Mi familia.
— Lo sé, Faye. Pero no se lo he dicho a nadie más. —Digo cuando noto que está llorando otra vez. No quiero mentir, pero no la quiero angustiar. No puedo decirle que Milk lo sabe, no me lo perdonaría—. Esto es entre nosotras ahora. Tú y yo. Podemos decirle a quien queramos, cuando queramos.
Los sollozos de Faye continúan, pero me mira y sonríe.
— Mis padres van a estar muy felices. —Su sonrisa crece y su llanto se convierte en risa. Faye cae de espalda en el colchón y yo rápidamente pongo las manos para no caer de golpe sobre ella—. No puedo esperar para decirles. No han sabido lo de Nong por mucho tiempo, ¡van a estar extáticos con esto!
Se ríe sola por un momento mientras yo me inclino despacio para darle un beso, sentándome en la parte baja de su estómago.
— Podemos decirles tan pronto como gustes.
— ¿Podemos decirles a los tuyos al mismo tiempo? ¿Tal vez reunirlos a todos para cenar o algo? Podemos hacerlo en mi casa. —Faye irradia emoción y felicidad por este bebé. Aunque ha habido llanto, mi corazón aún está loco de adoración por mi novia. Sabía que no tenía que dudar del abrumador apoyo de Faye para este bebé. Sabía que mi única preocupación era que yo no me sintiera de la misma manera. Me pregunto cómo hubiese reaccionado Faye si yo no estuviera feliz, pero antes de poder cuestionármelo mucho, ella nos gira en la cama para estar sobre mí—. ¿Habrá manera de agendar otro scan pronto? No quiero esperar mucho para la próxima cita, solo quiero ver a mi bebé. ¿Podemos hacer eso?
— Voy a llamar y preguntar. Estoy segura de que podemos, y me encantaría por ti también. No puedo creer lo egoísta que fui al ir sin ti.
— Lo hecho está hecho. Desearía haber estado ahí, pero más cosas vendrán y estaré contigo en cada una de ellas.
— ¿Cómo eres tan comprensiva? —Pregunto en voz baja, acariciando su perfecta mandíbula—. Eres increíble y soy muy afortunada por tenerte. Soy muy afortunada por tener mis bebés contigo. —El rostro de Faye se suaviza y sus ojos se ponen llorosos—. Y por eso voy a ser completamente honesta contigo. Hice algo muy, muy estúpido. —Sus cejas se arquean adorablemente y casi me distrae—. Se lo dije a Milk.
— ¿Milk? ¡Se lo dijiste a tu ex novia!
— Esa noche que fue a mi trabajo...-
— ¡¿Esa noche que te besó?! —Su cara se contorciona con enojo y trata de levantarse de la cama, pero me aferro a su camiseta y la mantengo sobre mí, a pesar de sus deseos—. ¿Por qué se lo dirías antes que a mí?
— Estaba asustada. Estaba asustada porque no sabía cómo me sentía con el bebé, pero sabía lo que siento por ti. Sabía que te amo y tenía miedo de que mi indecisión nos arruinara. Ella estaba ahí cuando pensé que tú no estabas. Pude decirle a ella, no pude decírtelo a ti. Lo siento mucho, Faye. —Mantengo su mirada firmemente y la observo mientras procesa las palabras—. Por favor, perdóname por mentirte.
Un momento después ella asiente y yo exhalo la respiración que no sabía que estaba aguantando.
— Claro que te perdono. Gracias por decirme la verdad ahora. Lamento que hayas sentido que yo no podía estar para ti. No quiero que pases por algo así tú sola nunca más, ¿sí? Nunca más. Yo siempre estaré ahí. —Ella se acuesta a un lado de mí y me acurruca en sus brazos, y yo nunca me he sentido más agradecida. Definitivamente no la merezco—. ¿Nadie más lo sabe?
— No, lo prometo.
— Está bien, amor. —Ella acerca mi rostro al suyo y yo no puedo hacer más que besarla. Es así por un rato, solo besando a la madre de mis hijos mientras una de sus manos se desliza por mi cuerpo hasta descansarla en mi barriga. Sus dedos me acarician el abdomen y corta el beso para observar su tacto con una sonrisa en su rostro—. ¿Le dijiste a Milk sobre mí? ¿Sobre cómo el bebé podría ser mío?
— Claro que no. No es mi historia.
Faye asiente lentamente para ella misma y respira profundo. Sus cinco segundos de confianza.
— Creo que deberíamos decirle a la gente.
A pesar de la seriedad en su voz, ella se ríe de mi gesto sorprendido. Sus dedos continúan sus caricias y ella sigue observando sus movimientos con una sonrisa.
— ¿Es en serio, Faye?
— Por supuesto. No quiero que tu familia y tus amigos piensen que has sido infiel, porque no es así. Tampoco quiero que mis amigos del trabajo piensen eso. Hablo mucho de ti y no voy a parar hasta que todos en el edificio sepan de la nueva adición a nuestra familia. Tú no has sido infiel y no mereces que te traten como si lo hubieses hecho, pero no solo eso; quiero mostrarle al mundo lo orgullosa que estoy de tenerte a ti y a mis dos bebés. Quiero que todos lo sepan. No me importa si quieren llamarme fenómeno, porque te tengo a ti para cuidarme y sé que tengo que ser fuerte para cuidar de ti. No nos estamos mintiendo a nosotras y no le vamos a mentir a nadie. Si preguntan, se los voy a decir. Pero solo si a ti no te importa, claro. Sé que si la gente se entera de la verdad, algunos te van a mirar diferente por estar conmigo. —La sonrisa desapareció, pero ella sigue fuerte. Fuerte y estúpida.
— No podría importarme menos lo que la gente piense. No me avergüenzo de ti. Si quieres ser honesta con la gente sobre tu condición, yo voy a estar contigo en cada paso del camino. —Y ahí está su sonrisa de nuevo—. Estoy tan jodidamente orgullosa de ti.
— Y yo te amo tanto, joder. —Dice, capturando mis labios en los suyos y acomodándose sobre mí otra vez. Su lengua pelea con la mía apasionadamente y no puedo evitar el gemido que se me escapa ni el abrir de mis piernas para que se acomode perfectamente. Elevo mi centro al suyo para despertar algo más que amor en su cuerpo y gruño cuando sostiene mi cadera lejos de ella y pegada al colchón.
— ¡Mami! ¡Esa es una mala palabra!
Faye rápidamente salta lejos de mí, ya sea por la sorpresa al escuchar la vocecita que nos interrumpe, o porque no quiere que Nong nos vea en una posición tan íntima.
— Lo siento, bebé. —Responde Faye—. Solo estaba emocionada. —La mujer estira los brazos y Nong rápidamente salta contenta a ellos.
— ¿De qué están hablando? —Pregunta la pequeña con dulzura, frotando el sueño de sus ojos y bostezando después. Faye me mira con su propia pregunta de si deberíamos decirle a Nong ahora mismo o después.
Nuestra hija siempre ha deseado atención. No de manera egoísta ni en plan diva, sino que solo quiere ser bañada con amor. Probablemente por eso se enamoró de Faye con tanta facilidad. La mujer no solo es increíble, también le dio a nuestra hija todo el amor que merecía. Todo el amor que siempre quiso de dos padres. No estoy segura de cómo va a reaccionar cuando ese amor tenga que ser compartido.
Cuando Faye y yo nos abrazamos en el sofá, Nong siempre tiene que sentarse en medio de nosotras. Como esta mañana, ella viene a la habitación y quiere la atención de las dos, saltando entre nosotras y demandando la consideración. Lo hace la mayoría de las mañanas. No le gusta sentirse dejada de lado. Faye y yo jamás la dejaríamos de lado intencionalmente, pero eso no haría que no se sienta así cuando llegue un bebé. No le gustaría tener que compartir la atención. No le gustaría tener que compartir la atención de Faye, especialmente, con otra persona además de mí.
Pero tendrá que hacerlo.
— Nong, tu mami y yo queremos decirte algo. Algo por lo que estamos muy emocionadas y esperamos que tú también lo estés. —La pequeña nos mira con los ojos muy abiertos, desesperada.
— ¡Díganme, por favor!
Faye y yo nos reímos de su entusiasmo y le asiento a mi novia como indicación para que se lo diga.
— Bueno, tu mamá tiene un pequeño bebé en su barriga.
Los ojos de Nong rápidamente se dirigen a mi estómago y antes de que podamos calibrar su reacción, estira un brazo y me punza mi estómago con un dedo. Faye parece estar en shock con su reacción y yo aguanto la risa, sabiendo que las palabras de la mujer probablemente no están teniendo mucho sentido para la niña.
— No lo entiendo.
— Lo que tu mami trata de decir es que vas a ser una hermana mayor. —Trato de explicar—. Vamos a tener un bebé y él o ella te amará mucho.
Nong nos mira con confusión todavía en su rostro.
— ¿Y está ahí? —Esta vez solo apunta hacia mi estómago, sin tocarlo—. No lo veo.
— Es porque él aún está muy pequeño. Cuando crezca, verás la barriga de mamá crecer también. Y antes de que lo sepas, él estará aquí con nosotros.
Ella asiente como si tratara de entender, pero su rostro no revela nada más.
— ¿Es un niño? Mami dijo "él".
— Aún no lo sabemos, bebé.
— ¿Tendrías una niña para que juegue conmigo y Mei? —Pregunta Nong emocionada, sin entender muy bien que no sabemos el género del bebé. Ella tomó nuestro silencio como un acuerdo—. ¡Yay! ¡Voy a tener una hermana! —Faye menea la cabeza, divertida, abrazando a la pequeña y besándole la frente—. ¿Puedo decir "jodido" también porque estoy emocionada? ¿O solo mami?
— ¡Nong!
+++
Faye POV
— Entonces ya te lo dijo, ¿eh?
Dejo de ver a Yoko y nuestra hija –con una enorme sonrisa en mi rostro– que se dirigen a su habitación para vestirse para empezar el día y miro a Marissa que se sienta a mi lado en el sofá, con una sonrisa igual en su rostro.
— Sí, lo primero que vi al despertar fue el ultrasonido.
Saco la foto del bolsillo trasero de mis jeans y la observo, sin dejar de sonreír.
— ¿Supongo que estás feliz?
— Por supuesto. ¡Es una noticia increíble!
Marissa me sonríe, pregunta sobre esta mañana y yo le explico todo, la conversación con Yoko y luego con Nong. Después de decírselo a nuestra hija, nos fuimos a la cocina a hacer el desayuno tardío para todos. Nunca he estado tan feliz. Aún estoy muy feliz.
— Sé que probablemente estás molesta con Yo por no decírtelo de inmediato. Entiendo eso, y la presioné para que lo hiciera el mismo día que se enteró, pero me dijo que se distrajeron un poco. —Dice con una sonrisa burlona, meneando las cejas de arriba hacia abajo.
— Um, digo, me hubiese gustado que me lo dijera de inmediato, pero entiendo que estaba asustada. Oye, ¿qué quieres decir con eso? ¿Qué día lo supo exactamente?
— No recuerdo la fecha exacta, pero una noche que viniste y pasaron cosas. ¿Algo sobre ojos vendados? —La sonrisa desaparece y mis ojos se abren ampliamente. El calor apoderándose de mi rostro. Los ojos vendados. El día que se enteró fue cuando me chupó la...
Joder.
Ese fue un día increíble para todos.
Bueno, tal vez no para Yoko. Ella estaba asustada al enterarse de su embarazo. Y luego ella tuvo que... sí.
— Pensé que estarías sonriendo como una adolescente satisfecha al recordar esa noche, ¿por qué te ves dolorida? Oh Dios, ella no te mordió, ¿o sí? —Oh Dios mío—. Traté de darle algunos consejos, pero ella no estaba segura de cuándo pasaría, ¡y probablemente se puso nerviosa! Ella...
— Marissa, por favor deja de hablar. —Toda mi cara debe estar en llamas mientras el resto de mí suda. ¿Yoko le habló de eso? No debería sorprenderme, pero joder, me avergüenza.
— Pero no te mordió, ¿o sí?
Me voy de la sala sin responderle, escuchándola reír y golpear el sofá con su puño mientras camino por el pasillo. Y luego, por supuesto, estoy sonriendo de nuevo.
Me acerco a la habitación de Yoko y escucho la voz de mi hija con ella tras la puerta.
— ¿Entonces tienes un bebé ahí?
— Sí. Y ella está muy emocionada por conocerte.
— ¿De verdad?
Descanso la espalda contra la puerta y me deslizo hasta sentarme en el piso y escucho sus emocionados tonos con una sonrisa en mi rostro.
— Claro que sí. Ella tiene una maravillosa hermana en ti, quien la va a cuidar y proteger de todo. Y ella nos tiene a mami y a mí que la vamos a amar tanto como a ti. Ella está muy emocionada.
— ¿Ella te va a alejar a ti y a mami de mí?
Mi cara se frunce con la misma mueca de angustia que deben tener mis dos chicas, sin duda.
— Claro que no, bebé. Pero vas a tener que compartir. Ella va a necesitar de muchos cuidados y nosotras vamos a necesitar que tú nos ayudes a cuidarla.
— Está bien, mamá.
Escucho el sonido de un beso y luego pasos, y al momento siguiente estoy cayendo dentro del cuarto de mi novia. Estiro los brazos para detenerme.
— Faye, ¿qué haces? —Pregunta Yoko riendo. Nuestra hija solo me mira de reojo como si yo fuera una loca y trata de pasar por mi lado. Antes de que pueda alejarse, la alcanzo con mis brazos y le hago cosquillas. La pequeña ríe fuerte y lucha por soltarse, hasta que lo consigue y corre por el pasillo con un adorable meneo hacia su cuarto para vestirse ahora sí.
— Solo estaba escuchándolas.
— Hmm, eso pensé. —Yoko extiende un brazo y me ayuda a levantarme de manera poco agraciada—. Nong solo quería preguntar más sobre el bebé. Aparentemente debe ser una niña y tiene que llegar el próximo fin de semana para que todas podamos ir al parque.
— ¿Ah, sí? —Nos reímos del pedido de la pequeña y me abrazo a la cintura de mi novia—. ¿Y qué dices tú sobre eso? Que tiene que ser niña y estar aquí para el fin de semana. —Pregunto con un falso acento.
— Digo que el próximo fin de semana es imposible, desafortunadamente. —Yoko por supuesto nota mi tímida sonrisa. El próximo fin de semana. Solo desearía poder tener a nuestro segundo bebé tan pronto—. Sobre el género, realmente no me importa si es niño o niña, siempre y cuando esté saludable y venga con tus impactantes ojos verdes también, estaré feliz. —Sostengo a mi adorable novia muy cerca mientras la beso, alternando entre su labio superior e inferior para tenerlos entre los míos. Mis manos se deslizan bajo su bata y encuentro piel desnuda. La acerco todavía más—. ¿Qué dices tú?
— Si tan solo pudiera ser el fin de semana. —Yoko sonríe al notar lo genuina que es mi respuesta, tal vez ahora con nosotras, nada es muy pronto. Nada nunca fue muy pronto—. Pero tú no quieres salir tan pronto, ¿cierto, nugget? Tú quieres quedarte ahí dentro donde mamá pueda cuidarte todo el tiempo. —Le pregunto a... no al bultito, aún no se nota... a la barriga de Yoko, acariciando la piel con mi pulgar. Las dos miramos hacia el que será el hogar de nuestro bebé los próximos meses. —Sobre tener una niña o un niño, cualquiera sería perfecto. O ambos.
— No, Faye, solo vamos a tener uno.
— Lástima. —Susurro en sus labios, besándolos castamente. Yoko no entiende el concepto de casto, así que cuando me muevo para otro pequeño beso, ella de inmediato trata de entrar con su deliciosa lengua. Joder, ella siempre sabe tan bien. Por un momento lo disfruto. Disfruto de tenerla en mis brazos, de acariciar su cintura desnuda y su cadera, chupando su talentosa lengua. Ella gime en mi boca y sus manos van al cinturón de mis jeans. En ese momento pienso en algo que quería preguntar antes—. Espera, espera, espera. —Yoko se separa y me mira con sus ojos de corderito—. Espera, ¿por eso es que has estado tan caliente las últimas semanas?
— Faye, ¿para eso me detienes? Aún antes del bebé yo siempre estaba caliente, pero sí, me ha hecho desearte mucho peor que antes y por eso trato de esconderlo, pero realmente estoy jodidamente molesta porque paraste de besarme.
— Oh, y ahí está el temperamento también. —Resalto—. ¿Cómo no noté los signos? —Después de reírme para mí misma por no reconocer los síntomas que Yoko ha estado mostrando, vuelvo a mirarla y veo que ella no se está riendo conmigo—. Pero eso no es lo que quería preguntarte, de todas maneras. Ah sí —me acuerdo de otra cosa—, Marissa me dijo que el día que te enteraste fue cuando tú me... ya sabes... eso.
— ¿El día que me vendaste los ojos y te di una mamada? Sí, Faye. ¿Podemos solo seguir besándonos, por favor? —Supero mi vulnerabilidad ante su confianza y sacudo la memoria de mi cabeza. No podemos calentarnos las dos; o no haríamos nada más hoy.
— Pero eso tampoco era, sigo distrayéndome, perdón. —Yoko niega con la cabeza, ya sea entretenida o frustrada. Claramente soy terrible captando señales, así que no trato de averiguar cuál de las dos es—. Seguro que es muy pronto para pensar en nombres, ¿pero puedo hacer una sugerencia? —Sus cejas se arquean con confusión, sacude la calentura de su cabeza y me sonríe con sinceridad—. Puedes descartarlo si quieres, como dije, es solo una sugerencia, pero si este bebé es un varón, ¿puede llamarse Apinan? —Pregunto finalmente, con más duda que confianza.
— Claro que no lo voy a descartar. Si hubieses dicho algo ridículo, quizá lo hubiese descartado, pero eso no es ridículo. Me gusta. ¿Apinan en honor a tu padre? —Ajusto mi cuerpo de lado a lado, pensando en la influencia que puede tener el nombre de mi papá en mi sugerencia.
— Supongo. Algo así. Pero ese era mi nombre. —Los ojos de Yoko se abren ampliamente, aunque se suavizan, y dudo en si estoy tomando la decisión correcta al decir estas cosas—. Mi nombre de nacimiento era Apinan. Por mi padre, probablemente, sí. Y cuando lo cambié para convertirme en Faye, usé el Apinan para tornarlo en Peraya por el sonido para mi segundo nombre. Apinan solo hubiese podido soñar que esto le pasaría y pensé que sería lindo tener algo, o alguien, que siempre me lo recordara. Además de mi pene, claro.
— Apinan.
— Sí. ¿Te gusta? —Pregunto cuando no dice nada más. Ella sonríe, contagiándome. Se abraza a mi cintura acurrucándose contra mi pecho, le beso la cabeza y nos balanceo de lado a lado.
— Lo amo. Y te amo a ti.
— Yo también te amo, Yoko. —Susurro entre sus cabellos—. Me haces la mujer más feliz del mundo.
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