07
- ¿En qué estás pensando? -Me susurra Faye, su aliento caliente golpeando mis labios por nuestra proximidad.
Meneo mi cabeza, aclarando mis pensamientos, mis ojos aún mirando sus labios.
- ¿Quieres besarme, Faye?
- Sí. -Termina de acercarse y toma mi labio superior entre los suyos por primera vez, aplicando tan poca presión que si no fuera por el escalofrío que me recorrió el cuerpo, no sabría que hicimos contacto-. Déjame besarte, Yoko.
Asiento delicadamente y las dos nos acercamos al mismo tiempo, encontrándonos en el medio. Nos damos unos pequeños besos, saboreando la sensación de nuestros labios. La ternura se quedó en ese momento, nuestros labios pronto se unieron con intenciones primitivas. Me muevo en busca de comodidad y giro mi cuerpo para quedar frente a ella, me alzo sobre mis rodillas y presiono mi cuerpo contra su torso, con mis manos agarrando la parte de atrás de su cuello. Faye se sobresalta cuando adentro mi lengua en su boca, tomando ventaja de su separación en busca de aire.
Me toca convencer a su tímida lengua de enredarse con la mía, se nota su inexperiencia, pero no es obvia. Nuestras lenguas comienzan a moverse deliciosamente cuando libero el primer gemido, Faye aprieta la parte trasera de mi muslo en respuesta.
La vitalidad de nuestro beso nos deja a ambas jadeando cuando nos separamos, quedándonos lo suficientemente cerca para sentir su caliente respiración. Antes de que pueda contemplar desacelerar esto, hago el pequeño movimiento para quedar a horcajadas sobre ella, pero no me siento, me mantengo sobre mis rodillas, aún presionada contra ella.
- ¿Esto está bien? -Le susurro, acunando su cara, inclinándome para besar gentilmente una esquina de su boca.
- Mhm.
Faye busca mis labios otra vez. Intercambiamos suaves besos castos por un momento, sin prisa de saciar nuestros deseos. Faye y yo disfrutamos de un ritmo estable hasta que mi cuello comienza a doler por tener la cabeza inclinada hacia abajo, besándola. Me muevo para sentarme firme sobre su regazo, para poner nuestras bocas al mismo nivel. Me recuerdo a mí misma que esta es la razón por la que me estoy sentando sobre ella, pero saber que voy a estar más cerca de ella íntimamente, hace que dude de mi transición. Quiero sentirla. Dios, realmente quiero sentirla. Tómalo con calma, Yoko.
La respiración de Faye se detiene cuando mi trasero finalmente se sienta arriba de sus muslos. La mía también se detiene, pero por otra razón.
La firmeza en sus pantalones me dice que está tan excitada como lo estoy yo, pero cuando me toma de la cadera para levantarme de nuevo en mis rodillas, me dice que todavía no está lista. Tal vez para besarnos y tocarnos por encima de la cintura sí, pero no para que yo sienta esa parte de ella.
- ¿Podemos ir más despacio, Yo? -Pregunta, nerviosa, confirmando mis pensamientos.
- Claro. -Beso sus labios suavemente-. Perdona si te presioné, es solo que- es solo que me dejé llevar mucho. -Sostengo mi cabeza con mis manos, riendo avergonzada.
- No me presionaste. Yo quería que todo eso pasara. Yo también me dejé llevar mucho. -Dice, haciendo énfasis en el "mucho", burlándose de mi entusiasmo-. Puedes quedarte aquí donde estás. -Dice débilmente, agarrándose mi cadera y apretándome más contra su pecho. Mis manos descansan en el sofá, sobre sus hombros, para mantener el equilibrio-. Me gusta tenerte cerca de mí.
Me besa las costillas.
- ¿Oh, de verdad? Pensé que querías ir despacio. -Pregunto con la intención de molestarla, ignorando el calor entre mis piernas y el hecho de que mis muslos están ardiendo de tanto sostener mi peso.
No me mira a los ojos cuando responde.
- Solo en ese momento. Como dije, quería que todo eso pasara.
Trago ante su inferencia. ¿Ella quiere que esto pase de nuevo? ¿Y no quiere tomárselo con calma?
Levanto su rostro y espero que revele esos seductores ojos. En un todavía silencioso entendimiento, ambas sabemos que queremos esto. Lo que sea que sea. A las dos nos gustó y las dos queremos que vuelva a pasar.
La calidez que irradia de mi piel con el más mínimo toque de la ojiverde, el deseo porque me toque más íntimamente, la conexión entre nosotras que es muy preciosa para ignorarla. Todo de esta situación me hace darme cuenta de cuánto quiero que vuelva a suceder.
- ¿Mami? -Faye y yo rompemos el contacto y rápidamente nos giramos hacia la fuente de interrupción; nuestra hija-. ¿Mami, por qué sigues aquí?
Nong está pie por la puerta, frotándose los ojos. Con prisa me quito de encima de Faye y voy hacia mi hija antes de que pueda ver la comprometedora posición en la que estábamos.
- ¿Bebé qué haces aún despierta?
Faye también se acerca a nosotras, las dos nos arrodillamos ante nuestra pequeña.
- Tuve un sueño feo. -Recuerda, lágrimas formándose en sus ojos-. Y tú no estabas en tu cama cuando fui a buscarte.
Extiendo los brazos para que me abrace, Faye nos abraza a las dos y le besa la cabeza a nuestra hija.
- Ya me encontraste, bebé. -Le susurro.
- ¿Me puedo quedar contigo y mami esta noche?
- Por supuesto que te puedes quedar conmigo, pero cariño, Faye no dormirá aquí hoy. -Le digo suavemente. Sin embargo, mi suavidad no evitó que Nong llorara.
- No llores, princesa. Aún tienes a mamá aquí. -Interviene Faye, besándole la frente un par de veces para aliviar su tristeza.
- Pero también te quiero a ti. -Lágrimas caen por su rostro, rompiéndonos el corazón.
- Pero bebé, no puedes tener todo lo que quieres. Faye puede dormir aquí otro día, creo que hoy quiere irse a casa.
No me importaría si Faye se quedara, me gustaría. A Nong también. ¿Pero quizás es muy pronto para Faye? Quizá no esté cómoda con eso.
- Yoko. -Me llama-. ¿Crees que podríamos...? -Señala entre las dos, queriendo decir que hablemos a solas.
- Nong, ve a esperar a mi cama mientras hablo con Faye. ¿Está bien?
- Está bien. -Murmura tristemente, caminando por el pasillo hacia mi habitación.
- No tienes que quedarte si no quieres, Faye.
- No, lo sé, pero sí quiero. Si no hay problema, claro.
- ¡No! -Faye se ríe de mi urgencia-. Digo, no hay problema, claro que te puedes quedar. A las dos nos gustaría mucho eso.
- A mí también. -Responde dulcemente y se acerca a mí, le doy mi mano y la guío a mi dormitorio.
Por el camino hago una broma sobre ella llevándome a la cama en la primera cita y así es como Nong nos ve cuando entramos: agarradas de la mano y riéndonos.
Le doy algo de ropa para dormir a Faye y nos turnamos para cambiarnos en el baño. Una vez que me pongo un short y una camiseta, apago la luz del baño y vuelvo al cuarto. Nong ya se durmió, acurrucada contra el pecho de Faye, su cabeza descansando en el bicep del brazo doblado de su madre. Faye me observa caminar a la cama, sin disimular cuando recorre mis piernas con su mirada. Me acuesto a lado de nuestra hija, quedando de frente a ellas, mis ojos conectándose inmediatamente con un par de esmeraldas.
- Gracias, Yoko. -Me susurra Faye. No estoy segura de si me está agradeciendo por la cena y lo demás o por dejarla quedarse con Nong, pero está claro lo agradecida que está por todo.
Me muevo más cerca de Nong y me acurruco contra su espalda, besando su nuca como siempre lo hago cuando nos abrazamos así. Faye estira su brazo sobre el cuerpo de nuestra hija y deja su mano en mi cadera, sus dedos acarician la piel expuesta. Alcanzo el apagador justo por encima de la cabeza de Faye, apagando las lámparas. A pesar de la oscuridad, sé que Faye y yo nos estamos sonrojando; yo por accidentalmente poner mis pechos en su cara cuando me incliné a apagar las luces y ella por disfrutarlo.
- Buenas noches, Faye.
- Buenas noches, Yoko.
- Buenas noches, mamás.
+++
Han pasado un par de días desde que Faye se quedó a dormir, y a pesar de la distancia, ella nunca falla en hacerme sonreír. Como ahora. Acabo de llevar a Nong a la escuela, estoy viendo televisión con Marissa mientras llega la hora de ir a trabajar.
De: Baby Mama
"Mi jefe me gruñó porque yo estaba muy ocupada buscando actividades para nosotras en lugar de escribir mi último artículo... Todo es tu culpa".
Yo:
"¿Por qué es mi culpa? Tú eres la que está pensando en mí en horas de trabajo ;)".
De: Baby Mama
"Ególatra ;) En realidaaaad, estaba pensando en salir contigo y Nong. ¿Tal vez ir a cenar a algún lado? No sé. Busqué actividades para hacer con niños en Nueva York, pero aún no sé qué.
No sé nada sobre mucho, al parecer."
Yo:
"Normalmente a Nong no le gusta cenar fuera, pero estoy segura de que si tú estás involucrada, se convertirá en su nueva cosa favorita. Como TODO lo que tú haces con nosotras. Lo juro, estás cambiando a mi hija...
¿Sobre qué otra cosa crees que no sabes nada? Yo creo que estás haciendo un muy buen trabajo en todo..."
De: Baby Mama
"Nuestra* hija. ¿Lo olvidaste? ;)"
Yo:
"¿Cómo podría olvidar algo tan mágico? ;)"
Ella responde inmediatamente mi mensaje, pero antes de que pueda abrirlo, Marissa me distrae de mi celular.
- ¿Qué te tiene tan sonriente? ¿Faye otra vez? -Me sonrojo al escuchar su nombre y una sonrisa aparece en mi rostro-. Por supuesto que es ella. ¿Por qué pregunté eso? -Se ríe de mi reacción.
- Sí, es Faye.
- Mhm. -Marissa me sonríe a sabiendas-. ¿Y cómo va la cosa con Señorita Ojos Verdes?
- Buena.
- Mhm, apuesto a que ella es buena. -Me guiña, sugestivamente.
- Marissa, no.
- Ella se quedó a dormir la otra noche, ¿qué quieres decir con "no"?
- Dormimos con Nong. Nada iba a pasar. -Ignoro sus acusaciones y regreso a mi celular. Faye respondió algo ingenioso e igualmente coqueto, seguido de otro mensaje diciendo que tenía que seguir trabajando. Genial, me dejó con Marissa...
- ¿Entonces habría pasado algo si Nong no hubiera estado ahí?
- No, claro que no.
- Se veían bastante cercanas cuando las encontré en la mañana. -Sonríe con arrogancia cuando la pena baña mi rostro.
Ese día Nong despertó antes que nosotras y se fue a la cocina a desayunar con Marissa y Mei. Según mi mejor amiga, Nong no tardó en contar lo que había pasado por la noche, desde su sueño feo, a su llanto y salirse con la suya con Faye quedándose a dormir. Esa niña de verdad consigue todo lo que quiere. Afortunadamente no dijo nada sobre cómo estábamos su madre y yo cuando nos encontró.
Después de eso, Marissa se fue directo a mi habitación para verlo por sí misma. Nos atrapó durmiendo abrazadas, Faye detrás de mí, con su torso moldeado a mi espalda, su rostro en mi nuca y su brazo rodeando mi cintura. De no ser por la foto que nos tomó, no le habría creído. Debimos movernos inconscientemente a esa posición en el corto tiempo que pasó entre Nong yendo a la cocina y Marissa viniendo a vernos. Faye se despertó antes que yo, siendo los curiosos ojos de Marissa lo primero que vio. No dijo nada sobre nosotras, pero eso no evitó que yo contara cada detalle cuando Faye se fue a trabajar.
- Mira, no te voy a molestar con eso -entrecierro mis ojos, sabiendo que es mentira-, pero honestamente es obvio que se gustan. ¿Qué está pasando en realidad entre ustedes?
Me froto los ojos, preparándome para hablar.
- No lo sé, Marissa. Faye me gusta, claro que sí, y creo que yo le gusto también, pero no lo sé. -Respiro profundo y ella espera que continue hablando-. Obviamente habrán... limitaciones físicas entre nosotras...
- ¡No lo parecía! Las dos quieren tenerse. Puedo verlo. A veces es algo lindo, pero otras veces hay tanta tensión sexual que hasta a mí me dan ganas. Además, no has tenido sexo en mucho tiempo, desde que Nong nació, lo que me parece ridículo. No puedes pasar todo ese tiempo junto a Ojos Verdes y no querer follártela, seamos honestas, así que piensa qué es lo que quieres de ella y ve por ello. El apego emocional ya está ahí, no tienes que pensar en eso ni ponerle una etiqueta, ya está ahí, pero sí tienes que pensar en lo físico. Yoko, necesitas sexo. Y Faye también.
- No es tan simple, Marissa. -Digo, deseando que todo eso pudiera ser verdad-. Creo que ella está en conflicto. Sé que ella me desea también de esa manera, pero se pone nerviosa.
- Sí, porque es virgen probablemente... Espera, ¿ella es virgen?
- No, se pone nerviosa porque se siente incómoda con esa parte de ella. No sé si es virgen o no -empiezo a pensar en ella con otras personas y me abrumo con celos. Por Dios, ni siquiera estoy saliendo con ella y desde ya soy jodidamente posesiva-, pero sé que no tiene mucha experiencia por lo nerviosa que es. No sé si ella es así simplemente o si alguna vez estuvo lo suficientemente cómoda con alguien para tener sexo, y que luego la dañaron. No sé, Marissa, no le he preguntado.
- Creo que deberías descubrirlo. Eso te daría una idea sobre cómo comenzar. Si alguien le hizo daño, entonces tienes que probarle que tú no harás lo mismo. Si ella es virgen y sin experiencia como yo pienso que es, tienes que ayudarla a que se sienta cómoda con ella misma primero. Simple. ¡Ahora lleva tu culo a trabajar!
Dudo mucho que sea tan simple.
Faye y yo no hemos hablado del beso. A veces eso podría considerarse algo malo porque se te podría llenar la cabeza de pensamientos sobre que la otra persona se arrepiente. Otras veces, es algo bueno porque evita incomodidades o porque ninguna de las dos tiene que hablarlo simplemente porque la acción fue suficiente.
Sin embargo el prospecto de Faye y yo todavía me confunde. ¿Alguna vez podremos ser algo? Siento que el que ninguna hablara del beso fue el resultado del último argumento. La acción fue suficiente.
Unirnos ha significado todo para las dos. Ambas compartimos lo innegablemente felices que somos; ella por finalmente tener una familia y yo por ver a mi hija disfrutándolo. La conexión ha estado ahí desde que nos conocimos. Desde una conexión física a una intelectual, hasta las dos queriendo lo mismo; la felicidad de nuestra hija.
El beso señaló nuestra aceptación a eso.
Las dos aceptamos que lo que estamos haciendo es hacer a Nong feliz. Las dos aceptamos que hay una conexión entre nosotras. Y las dos aceptamos que hay posibilidad de estar juntas. No tenemos que hablar de eso.
Mas no nos hemos visto desde esa noche.
¿La beso otra vez?
¿Hablo sobre el beso?
¿Le digo lo mucho que quiero besarla otra vez? Porque de verdad quiero besarla otra vez.
Esta tarde Faye me texteó para preguntarme si podía sorprender a Nong recogiéndola de la escuela, a lo que por supuesto le dije que sí. Vino a reunirse conmigo al café, como la primera vez que fue conmigo a recoger a Nong. Y otra vez, Becky trató de coquetear con ella. Y otra vez, a Faye no le gustó.
Su comodidad conmigo en comparación con otras personas es otra cosa que calma mi mente cuando me pongo a pensar en razones por las cuales Faye querría o no querría estar conmigo.
Marissa también estaba trabajando a la hora que llegó Faye, se queda más horas los viernes porque Ton recoge a Mei del pre-escolar. Mientras yo estaba muy ocupada desvistiendo a la ojiverde con mi insistente mirada, no estaba exactamente presente para ponerle atención a Marissa invitándola a salir a un club local al que raramente vamos.
Solo alcancé a escuchar las palabras "ir", "club", "cumpleaños", "Orm" y "joderte", durante mi sueño despierta. Supongo que dijo: "ir al club por el cumpleaños de Orm, ¿quieres venir y joderte?" (Asumo que usó el "joderte" como "emborracharte", no para insinuar algo sexual, pero es Marissa, así que quién sabe...)
Una voz ronca me trajo de regreso a la realidad y me di cuenta de que los ojos libidinosos de Faye estaban fijos en los míos, sus labios preguntando si yo también iría al club, algo que obviamente iba a hacer aunque no lo haya planeado. Definitivamente.
- No hagas eso. -Fue lo último que me dijo Faye antes de meterse a su auto e irse a su casa para cambiarse.
Como estaba planeado, recogimos a Nong de la escuela, para su sorpresa y alegría, y la llevamos a casa para que se cambiara el uniforme. Por supuesto nuestra hija sostuvo nuestras manos durante todo el camino, diciéndonos todo sobre su día, sacando esa maravillosa risa de Faye con muchas de sus historias. Debido a nuestros planes para esta noche, Nong se quedaría con su abuela y Mei con su padre. Marissa y yo raramente salimos de noche a hacer algo que no involucre a las niñas, así que aunque las extrañaríamos, agarramos la oportunidad con las dos manos y dejamos a las niñas con sus chaperones.
- No hagas eso. -Fue lo que Faye me susurró al tirar de mi labio inferior para sacarlo de entre mis dientes cuando nos estábamos despidiendo.
Mi mamá acababa de recoger a Nong y nosotras dos estábamos afuera junto a su auto. Faye no conoció a mi madre hoy. Pudo haberlo hecho, pero yo no quise. Mis padres realmente no saben más de la situación con Faye, solo que está en nuestras vidas.
Nong le dijo a todos (mi madre incluida) que tiene otra mamá, pero la pequeña no entiende la situación por completo por lo que no puede compartir información que no sabe. Mis padres solo piensan que Faye es mi nueva novia, lo que está bien, por ahora. Les voy a decir la verdad, pero ellos no aceptan las cosas tan fácilmente.
Después de que Faye me ordenó que no me mordiera el labio, acompañando eso con un guiño seductor que me forzó a mordérmelo con más ganas, ella se fue y yo me apresuré a entrar y prepararme para ir al club.
Prepararnos para noches así siempre nos toma mucho tiempo simplemente porque no estamos acostumbradas y como es el cumpleaños de Orm, queríamos emplear un esfuerzo especial. Bueno, porque es el cumpleaños de Orm y porque tengo que impresionar a Faye.
Según Marissa, no tengo que impresionar a Faye y el usar un vestido apretado hará que la chica caiga de rodillas y me lleve a la misericordia cien veces.
Ilusiones.
Hasta que vi la reacción de Faye a mi vestido y le vi potencial a la provocación de Marissa.
Vino a recogernos, ofreciéndose a ser la conductora designada, para molestia de Marissa quien, repito, quería que se "jodiera".
Sus ojos no han abandonado mi cuerpo desde el momento en que abrí la puerta, y sus manos han encontrado cualquier excusa posible para tocarme. Se le pudo ver tragar cuando me vio de pies a cabeza; tragar grueso. Me decidí por un maquillaje discreto, pero aunque mi pequeño y apretado vestido negro cubría mi pecho, estaba abierto en toda la espalda hasta por encima de mi trasero. No falló en decirme un cumplido inmediatamente, lo que me sonrojó, por supuesto, a pesar de su tartamudeo, y es que su mirada no se había despegado de mis piernas para verme a los ojos.
Nunca había visto a Faye con otra cosa que no fuera pantalones y camisa, pero esta noche dio un muy bienvenido cambio.
Distinto a la ojiverde, mi cara de aprobación fue más discreta, a pesar de lo difícil que fue. Ella está usando un traje negro enterizo con mangas de encaje. Su escote deja ver parte de sus pechos y eso se convirtió en el centro de mi atención. El traje es lo suficientemente flojo para esconder su paquete, pero no tan flojo como para no demostrar su figura deliciosamente.
Ha estado toda la noche comprando rondas de tragos y empezando a sentirse cómoda alrededor de mis amigas. Lingling todavía no le daba una oportunidad, hasta que Orm la miró feo y lentamente se fue acostumbrando a su presencia. La tensión aún es clara, pero Lingling está tratando de esforzarse. Todavía no le habla a Faye, pero al menos no la ignoró por completo ni le disparó miradas hirientes.
La única vez que Faye sí recibió una mirada negativa de Lingling fue cuando posó su mano en mi cintura y una mirada de asco apareció en los ojos de la chica.
Fue más discreta las otras veces que Faye me tocó.
Si no acariciaba mis dedos por debajo de la mesa o me tomaba de la cintura como Lingling había visto, frotaba sus dedos delicadamente en la piel expuesta de mi espalda, trazando mi columna y dibujando pequeñas formas en mis omóplatos.
Marissa había notado nuestra cercanía.
La primera vez que Faye trazó mi columna con sus dedos, me giré para estar frente a ella, deseando su calor. La ternura forzándome a cerrar los ojos. Cuando los abrí, mi cuerpo estaba completamente presionado contra el de ella. Mis manos en sus costados, su suave tacto en mi piel sensible. Levanté la cabeza para verla a los ojos, sabiendo que ella ya me estaba mirando, y nuestro labios se unieron sin titubear.
No había prisa ni lujuria llenando nuestro beso. Nuestros labios se unieron en un contacto peso pluma y nos separamos solo segundos después, sonriendo.
- Voy por otra botella de agua, ¿tú quieres algo? -Negué, sonriendo. Ella se giró y se fue al bar. Su destino más deseado que el mío, pues cuando dejé de mirarla, me encontré con Marissa y su sonrisa traviesa.
Continuamos así mucho rato. Faye y yo encontrando cada oportunidad para tocarnos y decirnos cumplidos. Marissa parecía haber visto todo, pues me guiñaba o me sonreía cada vez.
Además de las provocaciones de Marissa y Orm regalándome pequeñas sonrisas cuando Faye no estaba mirando, casi no habíamos sido interrumpidas por ellas. Pudimos sentarnos y hablar mientras ellas bailaban e ir al bar solas. Ninguna de las chicas había tratado de meterse en la floreciente relación entre Faye y yo... hasta ahora.
Las cinco estábamos sentadas en nuestra mesa, riéndonos y bebiendo hasta que Marissa decidió agarrar la mano de Faye y llevarla a la pista de baile, mi mejor amiga ofreciéndome otro guiño en su camino.
Su baile parecía inocente, su única conexión era cuando Marissa alzaba las manos de Faye para ponerlas en sus caderas, pero aún me causó celos rápidamente.
- Ve por tu chica, Yoko. -Me anima Orm. Lingling también me ofrece una sonrisa.
No me toma mucho llegar hasta las dos chicas y empujar a Marissa fuera del camino para moverme en medio de ellas. Afortunadamente y para mi sorpresa, las dos encuentran mi movimiento absolutamente gracioso en lugar de desesperado. Poco después, Marissa se excusa y nos deja a solas a Faye y a mí en la pista de baile.
La melodía de "Hold You" de Gyptian se filtra a través del lugar, la multitud grita apreciativa antes de abrazarse a sus parejas.
- Me encanta esta canción. -Faye me atrae por la cintura y murmura en mi oreja, su aliento caliente me hace cosquillas.
- A mí también.
Me agarro de su brazo que rodea mi cintura y me giro, presionando mi espalda contra el frente de su cuerpo. Nos ajustamos de inmediato a la nueva posición, Faye apretándome más cerca antes de tomarme por la cadera. Una de mis manos sube hasta su nuca y la otra la dejo sobre una de las suyas, añadiendo presión a mi cadera. Las dos estamos tan consumidas por la suave, pero lujuriosa música que lentamente nuestra seguridad crece para tentar nuestros cuerpos mutuamente.
Ella me ofrece besos necesitados en mi cuello, desde deslizar su lengua por mi piel, cerca de mi oreja, hasta morder mis clavículas con sus labios. La manera en que Faye controla mi cuerpo me cautiva y todo a nuestro al rededor se convierte en una presencia distante; las dos viviendo en un mundo aparte, solas.
Cuando esa canción termina y comienza otra, Faye me gira y acuna mi rostro, inmediatamente tomando mis labios en los suyos. Intercambiamos besos intensos hasta que se concentra en darle placer a mi lengua, chupándola expertamente y enredándola con la suya. Su actitud dominante prospera y la inseguridad de nuestro primer beso ya no está.
Libero un largo gemido en su boca como resultado de su beso y la fricción que está creando su manera de tocarme. Sus manos habían vuelto a mi cadera, pero pronto una regresó a acunar mi cara, y la otra se fue en sentido completamente opuesto: apretando rudamente mi trasero, debilitando mis piernas. Su muslo estratégicamente posicionado fuerza una fricción en mi entrepierna con cada apretón a mis nalgas. Mi mente en un trance ante la sensación de su duro miembro presionándose contra mi cadera.
El mutuo agarre de nuestros cuerpos se mantiene apretado, pero ambas estamos mareadas y el frenesí de nuestro labios baja.
- Joder. -Murmura Faye, ahora con su cara en mi cuello.
- Lo sé. -Acaricio su pecho.
El sudor en su piel evidencia el calor que las dos irradiamos. Nos quedamos en silencio por un momento, sosteniéndonos con seguridad y simplemente disfrutando nuestra cercanía, hasta que Marissa nos interrumpe, claramente lamentando tener que hacerlo.
- Eh, Orm no se está sintiendo bien, así que Lingling nos va a llevar a nuestra casa porque está más cerca que la suya. ¿Vienes con nosotras o te quedas un rato más?
Miro a Faye, nuestros brazos todavía envolviéndonos, un contacto que no estoy lista para romper. No sabía qué hacer hasta que Faye apretó mi cadera y besó suavemente mi cabeza. Me dejo llevar por su toque y me giro para responderle a Marissa.
- Creo que me voy a casa de Faye esta noche.
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