El nacimiento de Kim TaeOh había traído consigo el cese temporal de las actividades de JongIn y exponiéndolo a hacerse cargo del caso de investigación en el que se veía involucrado él y toda la compañía, hacían de Yi Fan un hombre aun más ocupado.

-Kim TaeYeon, de Empoderamiento. ¿Nos está diciendo que Exportaciones Li & Wu fueron blanco del creciente poder mafioso en el área de exportaciones?

- Precisamente, es lo que hemos mencionando desde el inicio de la conferencia...Nos hemos visto en la penosa necesidad de hacer investigaciones de un potencial cliente que terminó por ser partícipe del negocio de contrabando de estupefacientes.

-Presidente Wu, Byun Baek Hyun de Forbes, ¿están ustedes trabajando en conjunto con la fuerza especial de investigación en estos momentos o se han detenido estas actividades a causa del lamentable asesinato de su prometido,el director y accionista Huang?

-En este momento, nos encontramos trabajando en conjunto con la fiscalía para esclarecer el caso y hacer que los responsables sean juzgados, pero sobre todo, que la memoria de mi prometido que libre de cualquier situación que pueda dañar su nombre.

Yi Fan suspira e intentando con todo su autocontrol no salir corriendo del estrado donde se encuentra, no sin antes gritarle a todos los reporteros que lo dejasen en paz. Sin embargo, era algo que por ningún motivo se podía permitir, no podía perder credibilidad y mucho menos correr el riesgo de que sus asociados, clientes y personal se viesen afectados por lo sucedido.

Y sin embargo, la presencia del reportero de Forbes, ese hombre con mirada cautelosa que parecía analizarlo en cada parpadeo que daba, le erizaba la piel. ¿Cómo pudo dejar que el asunto se fuese a los extremos que una revista de renombre mundial se interesara en el asunto?

-Bien señores, sino tienen más preguntas, les agradezco su tiempo y...

- ¿Ha usted hablado con el nuevo jefe de investigaciones? Por lo que se sabe fue asignado como reemplazo inmediato.

-No de forma personal, señor Byun, pero el día de hoy, y si me doy prisa para no llegar tarde a la cita, estaré sosteniendo una plática con él.

Y sin más que decir, o mejor dicho,sin darle más tiempo al reportero Byun de generar más preguntas Yi Fan salía del lugar con el pulso acelerado de forma repentina y el gotas de sudor bajando por sus sienes.

- Lo has hecho excelente, por un momento pensé que le ibas a mentar la madre a Byun.

-¿A qué debemos su presencia?¿No tiene cosas importantes que hacer? Tengo entendido que hoy es la Cumbre G-20.

-Pues, al parecer porque nuestras acciones en mercado han tenido un incremento pese al incidente y Forbes busca un error en nosotros para hacer su publicación del mes, ya sabes, "Las consecuencias de la mafia dentro del comercio; Exportaciones Li & Wu, un emporio declinante", Byun se encarga de crear notas que tienen el poder de dañar la imagen para siempre. Tu auto está listo, tienes veinte minutos.

-Interesante, recuérdame decirle a Park que su novio me está tentando a golpearlo.

Mientras Yi Fan buscaba soltarse de la molesta corbata que apresaba aun más su cuello, corriendo rumbo al auto que le esperaba, se dio cuenta de algo, el nuevo jefe de investigaciones había sido reemplazado demasiado rápido para su gusto, como si ya tuviesen el sucesor asignado desde antes de saber que aquel hombre mantenía nexos con el narcotráfico.

La curiosidad de saber quién era el nuevo jefe, y el por qué Byun ya sabía sobre él aun sin ser anunciado formalmente ante los medios, lo dejaron con una sensación de incomodidad y pánico.

-Dae.

-¿Qué sucede?

-¿Tú conoces al nuevo jefe?

JongDae se quedó en silencio unos segundos, los cuales le supieron a preocupación a un Yi Fan que lo que menos quería era sentirse de esa manera. Lo miró a través del retrovisor de copiloto, donde la imagen de su amigo se reflejaba, y se talló las manos limpiando el sudor en espera de la respuesta.

-¿Y bien?

-Sí, es joven, coreano, pero tiene mucha experiencia en este rubro, ha trabajado en estos casos desde que los mafiosos coreanos se interesaron por iniciar su trabajo sin pudor en el mercado chino.

Pese a que Yi Fan pudo notar el toque de nerviosismo de su amigo al responderle, no hizo más preguntas, quizá había algo que JongDae sabía y no quería decirle, pero no le podía recriminar nada, él tampoco había sido tan sincero con su amigo, y si lo hubiese sido, muchas cosas se hubieran evitado.

Pero el "hubiera" no existe.

Cuando el auto blindado aparcó a las afueras del edificio de la fiscalía, Yi Fan se adelantó a que JongDae le abriera la puerta y salió casi disparado hacia las escaleras que subió de dos en dos entre miradas curiosas. Un hombre tan alto, un hombre tan guapo y su expresión de querer asesinar a quien se le atravesase no eran tan buena combinación en ese lugar.

-¿No pudiste esperar? Lo siento,pero yo no tengo las piernas largas y me toca subir los escalones como persona normal.

-Lo lamento, me siento ansioso.

Sin obtener respuesta, JongDae se acercó a la recepcionista sin decir más, como usualmente Yi Fan hubiese esperado de él. JongDae actuaba algo extraño, como si tuviese miedo de algo y eso alteraba demasiado su estado actual, que si bien no era el mejor, lo hacía sentirse ansioso, como si fuese a ser testigo de algo que él estuviera retrasando.

-Presidente, por acá.

Lo siguió hasta el elevador mientras se colocaba el gafete de visitante, su amigo y ahora nuevo director de comercialización no estaba ahí haciendo cosas propias de su cargo, pero si de mejor amigo. Los nudillos de sus manos perdieron color conforme ascendían.

Sentía un extraño retortijón en su estómago que se extendía hasta su garganta y lo hacía querer detener el elevador. Por primera vez en mucho tiempo no quería hacer, no quería estar ahí y tampoco quería ver al nuevo jefe. ¿Qué clase de sentimiento de cobardía se había instaurado en su cuerpo que cuando llegaron al piso y hubo que bajar se quedó atontado mirando a JongDae.

-Yi Fan, ¿te sientes bien?

-E-Estoy algo cansado, la prensa siempre roba mi energía.

Mentiroso.

Los ojos de su amigo lo acusaban pero no de una forma agresiva, no, era esa clase de mirada que una madre da a un hijo cuando este osa en mentirle y ella lo sabe, pero no dice nada esperando a que su hijo entienda solo el peso de decir mentiras.

El punto es que Yi Fan ya había tenido que aprender el precio de decirlas.

-¿Presidente Wu?

La voz le hizo voltear, se sentía muy familiar escuchar ese tono diciendo su nombre. No fue hasta que se dedicó el tiempo a despejar su cabeza que la persona frente a él le regalo una sonrisa amigable.

- ¿Kim Junmyeon?

- Siempre tan distraído, es un gusto verte, el jefe te está esperando.

Fan hubiese gustado de sentarse con Junmyeon, un viejo conocido de su época de juventud en la universidad que tener que tomar el valor para acercarse a la puerta señalada y tocar con su puño.

Lo que sucedió después de tocar la puerta, abrirla al escuchar una voz dándole permiso de entrar, se puede catalogar como una especie de choque cósmico en su cuerpo.

Porque la sensación de dolor extendiéndose en su cuerpo se hizo presente cuando al abrir la puerta diviso la figura de un hombre leyendo un par de expedientes de pie.

-Puede tomar asiento, presidente Wu.

Aquel hombre, sin despegar la vista esbozó una pequeña sonrisa que a Yi Fan le paralizó el corazón y aquella combustión creada por al explosión cósmica empezó a generar energía cuántica, tanta que pudo ser capaz de soltar un par de palabras.

-Oh SeHun...

La sonrisa terminó por ensancharse en el rostro del joven que dejaba de lado los expedientes y miraba al empresario con la mayor calma del mundo.

- ¿En qué puedo ayudarlo, Wu Yi Fan?

Fan podría jurar que sí, que en su interior se convergía con fuerza esos choques de partículas que generan la antimateria, esa sustancia capaz de destruir una población entera con pequeñas dosis, pero que en estos momentos destruía cada barrera de fuerza creada por su persona para evitar verlo de nuevo.

Y sin embargo,ahí,frente a sus ojos estaba él...

Aquel que desde su juventud se había adueñado de su corazón.