S E I S
SeHun se siente apresado entre tanta y nula información.
Cierra los ojos y talla el puente de su nariz, había tanto cansancio después del vuelo entre Corea y su actual lugar que se vio obligado a tomar.
El cambio había sido bastante abrumante. Un día era simplemente uno de los encargados de un caso y al otro ya era simplemente el jefe de todo el departamento y con un nuevo caso en manos.
Y no cualquier caso, era el caso.
Fue su culpa, si él no hubiese metido sus narices en los hechos y refutado la teoría de un asesinato internacional, no estuviera frente a la pila de archivos llenos de información poco relevante. Si no hubiese tenido la mala suerte de estar encargado de un caso importante sobre lavado de dinero en la Casa Azul y nexos extranjeros, no hubiese tenido que meterse en asuntos ajenos y descubrir que la empresa principal implicada en el asesinato del joven Huang no era la culpable.
Los Jung y la mafia china estaban relacionados, sí, porque ambos herederos estaban a punto de contraer nupcias y su principal objetivo era el crear un contrato con la exportadora de los Wu a finales de año y así tener una mayor presencia comercial, que le asegurará a los sucesores, una vida sin preocupaciones.
Además, habían tenido el cinismo o decencia, como quisiese tomarse, de hacer público el hecho de la relación a fin de obtener mayor popularidad. La información de los Jung estaba tan expuesta, que SeHun, se sintió complacido cuando la invitación a la boda había llegado con el mensaje de que el agente encargado de perseguirlos les era esencial en la fiesta.
SeHun era amigo de Jessica Jung. Tayler Wong, como se llamaba el prometido de la mujer, y un neófito en la mafia también lo era. No deberían serlo, pero China no era su área de trabajo, de eso se encargaría Lau y secuaces.
No lo era antes pero sí ahora.
— Vamos a ordenar el laberinto.
Concentrarse era difícil antes de tomar el puesto y ahora, después de haberlo visto, se había hecho un imposible.
Le dolía la cabeza de tan solo recordar la hora anterior en la que Wu Yi Fan se había sentado, con esa expresión de haber visto a un muerto, frente a él. Mentir que la expresión y las palabras de quien fuese su pareja, no le habían alterado solo aumentaba el malestar general de su cuerpo. A sus veintiocho años se sentía como alguien de cincuenta.
Wu Yi Fan se veía increíblemente joven a los 30 años, que SeHun sabía, estaba por cumplir en un par de semanas. Sería un buen regalo darle el caso resuelto con un gran moño de color anaranjado, porque Yi Fan odiaba el rojo, era agresivo y algo vulgar, prefería el anaranjado, más vivo y simple.
Mira las hojas en su escritorio, parecía un extraño rompecabezas que no tenía forma de ser armado, y por más que quisiera, SeHun no era de los que obligaba las piezas a encajar.
Debía reiniciar desde cero. El inicio es buen camino.
— La familia Wu y Huang se encuentran reunidas la casa de los primeros. Es la cena benéfica que Huang Zi Tao se encarga de organizar para beneficiar a los empleados con hijos talentosos.
SeHun sonríe melancólico porque hablar del compromiso de un hombre al que amo tanto, no es un sabor agradable en su boca. Se reprende por esa faceta impropia y prosigue.
—Son las veintidós horas y cinco minutos cuando el joven Huang recibe una llamada y decide atenderla en privado ya que el ruido del salón no le ayuda a escuchar bien. Su prometido, el presidente Wu le dice que no demore porque debe dar el discurso apertura a la subasta. Al parecer el joven Huang no rebate ya que la llamada es su prioridad y sale del lugar acompañado del señor Kim KyungSoo, asistente personal de ambos.
Un poco de café reabre sus ojos y lo hace pensar en la vida tan normal que Yi Fan tuvo con él comparado con la elegancia de las reuniones y fiestas a las que ahora debe asistir.
Es como si con él, toda lo vivido hubiese sido fantasía.
—A las veintidós horas con cuarenta minutos, Wu se encuentra dando el discurso de apertura a la subasta, sin embargo, no es hasta que una llamada del número de Huang que se preocupa. El presidente explica del cómo es común tener llamadas a esas horas con extensa duración por la cantidad de socios internacionales que poseen y el porqué no se le hacia extraña su ausencia. Cuando Wu responde el teléfono, después de haber cerrado su discurso, se da cuenta de que ha perdido tres llamadas, no obstante, al responder la línea el único sonido que escucha es la alarma que tienen los contenedores al ser movidos.
Para ese momento, Wu se dirige a uno de sus estudios y el que usualmente ocupan para responder llamadas cuando hay ruido en la casa.
SeHun recuerda el lugar, un amplio estudio lleno de libros de astrología y acertijos en varios idiomas que Yi Fan domina así como el choque emocional que aquello le causó al verlo la primera vez que hizo una simulación de hechos.
—Cuando entra a su estudio, se da cuenta de que está con la puerta entreabierta, lo cual es poco común, siendo que Huang le gusta su plena privacidad al atender negocios. Toma la manija y nota que está cubierta de algo viscoso (los exámenes químicos reportan lubricante de uso íntimo), lo primero que ve al entrar es como una nota de color rojo se encuentra como una bandera ondeando sobre su escritorio. Al leerla, lo primero que hace es dar aviso a Kim JongDae y Kim JonIn quienes hacen una búsqueda por la casa y una revisión por las cámaras de seguridad, las cuales están sin registro desde las últimas tres horas, todo esto mientras la policía arriba al lugar.
SeHun frunce el ceño, ¿cómo habían dejado sin vigilancia por un periodo tan largo en una fiesta llena de peces gordos?
—Escuchan un quejido y de una de las puertas ocultas del estudio, encuentran amordazado a Kim KyungSoo. El estado del señor Kim es grave debido a su embarazo, pero es capaz de gritar "Se lo llevaron. Se lo llevaron". Eso alerta al presidente quien contacta a la policía y una ambulancia para el señor Kim. Cuando contactan al guardia del estacionamiento, este y el guardia de acceso a la residencia, se encuentran mareados y conmocionados pero señalan que el joven Huang había salido en su auto negro en compañía de lo que pensaban era uno de sus amigos.
¿Cómo sabía el asesino sobre las puertas ocultas en el estudio de Yi Fan?
SeHun frunce el ceño, las ideas se asocian en su cabeza pero se niegan a entrelazarse y eso le molesta. El café ya no es suficiente.
—Wu comunica a la policía todo lo sucedido y la última llamada es rastreada. El lugar de origen es el muelle de la cuidad, la sección IMT-4, a menos de quince minutos. Wu sale en el auto escoltado por sus amigos y detrás de la policía que le pide se mantenga al margen ante una posible trampa para llevarlo al lugar. Wu niega y decide ir al lugar. Son las veintitrés horas con diez minutos cuando la policía arriba al muelle, este ya ha sido cercado desde el primer momento y no hay entrada o salida de personal y vehículos. Las actividades se han detenido.
Los agentes se desplazan por la zona IMT-4, Wu comenta que conoce esa zona, es una zona de movimiento de la mercancía en desembarque, las alarmas solo se ubican en la parte poniente. Guía al equipo a la sección donde existen las alarmas escuchadas en la llamada y señala como dos grandes grúas se encuentran detenidas con dos contenedores flotando en el aire.
Los agentes de búsqueda se mueven por el sitio y el presidente Wu es resguardado, y este pide hacer uso de un arma que se le es concedido.
SeHun se siente molesto, ¿quién le daría un arma a un civil expuesto en una tentativa escena del crimen?
— Los oficiales y caninos hacen el recorrido en forma circular, el exterior al centro del radio. Uno de los canes hace aviso justo debajo de uno de los contenedores flotantes. Esto alerta a todo el equipo y al presidente Wu que se acerca al lugar. La búsqueda se detiene y se debe suministrar un calmante al presidente Wu quien al ver el cuerpo de su prometido inerte y con una serie de disparos a quemarropa en todo su pecho y un disparo directo en la boca, intenta acercarse a reanimarlo.
SeHun no quiere, pero imaginar la imagen de un hombre tan grande, serio y reservado como lo es Yi Fan, lo hiere.
— Wu es retirado del lugar y agentes se encargan de cercar la zona para los peritos. El arma es encontrada debajo de la grúa, sin embargo, esta no presenta huellas dactilares o manejo de la misma en un periodo de seis horas. El teléfono celular del occiso estaba en su saco, tampoco tiene huellas ajenas a las de su dueño y el número con el que debió estar hablando es del accionista Zhang Yi Xing, quien informa solo llamó para informar se ausentaría del evento a causa de un parto adelantado de su esposa. El. último numero marcado era el de Wu.
SeHun piensa, esas grúas son tan altas y la cabina está diseñada para aislar sonidos exteriores, de haber estado en movimiento, el contenedor hubiera aplastado el cuerpo completo de Huang y la escena hubiese sido aun más escalofriante.
—La nota, el arma y un par de guantes negros de cuero, impregnados de la misma sustancia viscosa, no tienen huellas dactilares. Las cámaras de seguridad del muelle no graba movimientos diferentes a los normales y el acceso vehicular solo muestra dos autos negros de la compañía de los Huang que ya han sido revisados y uno de ellos tiene manchas de sangre del joven Huang. Por el lubricante, no se muestran signos de abuso sexual en su cuerpo.
SeHun se da cuenta de que el lubricante en los reportes es de origen coreano, de la empresa de los Jung.
Pero hay un par de cosas que lo inquietan demasiado, quizá debería revisar un poco más las pruebas antes de hacer conjeturas, pero sus manos marcan el número de la oficina de Yi Fan y cuando JongDae responde, deja de lado la cortesía porque sabe que no serán corteses con él.
— Quisiera tener acceso a los movimientos bancarios y de bienes raíces del joven Huang y de los Wu. También me gustaría poder acceder a su computador personal.
—"SeHun, estás pidiendo...mucho. Yo no puedo autorizar algo así, debo decirle a Yi Fan, y esa información ya ha sido revisada dos veces, la de Huang, pero estás pidiendo la de los Wu."
— Lo sé. Pero hay algo que me inquieta.
— "Lo intentaré".
Para cuando Kim cuelga, SeHun es consciente de poder enfrentar la furia de Yi Fan por querer meterse en información más personal que la que debe analizar, pero ahora el dolor de cabeza le afecta tanto que debe moverse rápido antes de ser consumido por la cafeína y las dudas.
— ¿Va a salir, jefe Oh?
— Sí. No creo volver, Myeon.
—Bueno. Le dejaré los avances en su escritorio. Suerte.
—Gracias. Nos vemos mañana y por favor, vete a la hora indicada, no después.
El cielo está amenazando con llover y a SeHun no le molestaría mojarse un poco y así limpiarse de toda la suciedad que lo cubre, pero recuerda que debe hacer algo y es momento de visitar a un par de viejos amigos.
El inicio siempre es el buen camino.
•••
¿Sabéis lo difícil que es escribir en medio de la tormenta?
Bueno, aquí el resultado de truenos y relámpagos. Esta historia es de mis favoritas y amo sus estrellitas.
Nos leemos muy pronto con algo de la exasperación de Yi Fan y su debate interno al tener de nuevo a Oh SeHun en su vida.
Besos lunáticos.
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