Corrí hacia los brazos de Cedric en el momento en que lo vi.

—¡Esa fue una gran entrada, Rory!—Se rió, irritando mi cabello cariñosamente.

—¿Ha llegado ya Durmstrang?—pregunté, temblando. Yo estaba de pie en mis túnicas de seda azul que aunque era bonita, no era ideal para el clima escocés sin capa.

—No, todavía no—dijo Cedric, quitándose su propia capa y envolviéndola alrededor de mis hombros—¿Olvidaste el frío que hace por aquí?

—Oh, recordé—murmuré secamente—solo que Madame Maxime quería que llegáramos con estilo.

Por mucho que yo amara a nuestra directora, ella podría ser excesivamente vanidosa.

Todos vimos como Durmstrang emergió del lago. Hubo una gran emoción cuando Viktor Krum salió a los terrenos. Aunque parecía gruñón.

—Vamos, Rory—dijo Cedric mientras todos comenzábamos a entrar en el castillo para nuestro banquete de bienvenida.

Miré a mi alrededor con temor. Por supuesto, Cedric me había contado todo sobre Hogwarts pero verlo frente a mí por primera vez era surrealista.

Estaba tan ocupada mirando el techo encantado al entrar en el Gran Salón que caminé torpemente contra el pecho de alguien.

—Oh - lo siento!—Jadeé, inclinando la cabeza hacia abajo. Mi aliento se enganchó en mi garganta mientras me encontraba cara a cara con un chico de pelo rubio blanco, su ceja torcida de manera divertida.

—¿Por qué- —guiñó perezosamente, sus ojos grises plateados brillando—que cada vez que alguien chocó conmigo, siempre eres tú?

Me encontré ruborízada mientras sus ojos parecían penetrar los míos—Lo siento, estaba admirando el techo—Tartamudeé patéticamente.

Una sonrisita surgió en sus labios, casi como si estuviera disfrutando el efecto que estaba teniendo en mí.

—Sí, es bastante impresionante, tengo que admitir.

Podía sentir el calor en mis mejillas mientras su mirada nunca dejaba la mía. Mi pulso se aceleró a un ritmo alarmante y me preocupaba brevemente no poder respirar.

—¡Será mejor que no le des problemas a mi hermana, Malfoy!

Salté un poco mientras Cedric se acercaba detrás de mí,tirándole  dagas a Draco.

—Oh, no soñaría con ello—murmuró Draco, sin apartar sus ojos de los míos. Y sentí esas mariposas volar de nuevo—Disfruta tu estadía, Aurora.

Sonrió antes de rodearme y desaparecer entre la multitud.

—Me mantendría bien lejos de él si fuera tú. Los Malfoy no son más que problemas.

No contesté, sino que me senté junto a un Hufflepuff pelirrojo que se presentó como Susan. No podía dejar de pensar en la forma en que Draco Malfoy había dicho mi nombre. Aurora.

Haría cualquier cosa para oírlo en sus labios de nuevo.

***

No fue hasta que mis ojos se desviaron hacia la mesa de Gryffindor, y vi a Harry Potter sentado entre Ron Weasley y Hermione Granger, que recordé lo cruel que Draco Malfoy había estado en el bosque en la Copa Mundial de Quidditch.

¿En qué estaba pensando - me estaba mareando con un chico que era capaz de burlarse maliciosamente de los muggles? Y sin mencionar las oscuras conexiones que su familia tiene con la misma gente que mató a mi madre.

Traté de concentrarme en el discurso de bienvenida de Dumbledore, pero encontré mi mente preguntándose inútilmente de vuelta al chico de pelo rubio blanco. Robé una mirada descarada a la mesa que sabía que era de los Slytherin. Draco Malfoy había conseguido que Viktor Krum se sentara con él, aunque Krum parecía bastante triste al respecto.

Los ojos grises de repente perforaron el mío y me apresuré a mirar hacia abajo con vergüenza por haber sido sorprendido mirando.

—¿estas bien, Rory?—susurró Cedric, suavemente empujando mi brazo con su codo.

Asentí, esperando que el salón iluminado con velas ayudase a disimular mi seguridad de estar brillando en las mejillas.

***

Draco sonrió mientras miraba sus mejillas ardiendo desde el otro lado del pasillo, su corazón palpitando al verla mirándolo fijamente.

Se había tropezado con ella a propósito, por supuesto.

Desde el momento en que ella había bajado del carruaje, él no le había quitado los ojos, buscando una oportunidad para acercarse a ella. Había aprovechado su oportunidad cuando se dio cuenta de ella mirando con asombro al techo encantado.

Su belleza literalmente le quitó el aliento. No podía entender por qué los demás no la miraban como él. Muchos de sus compañeros Slytherins parecían estar cayendo sobre sí mismos para comerse a la chica rubia con el pelo rubio plateado, pero Draco pensó que no era nada comparado con Aurora.

Aurora. Le encantaba decir su nombre. Parecía caer de sus labios tan naturalmente. Él quería decirlo de nuevo a sí mismo, pero no podía sin parecer como algún tipo de lunático demente.

Así que sólo tendría que tratar de instigar otra reunión.

Si tan sólo ese estúpido Hufflepuff hermano de ella se fuera de su lado por más de cinco minutos.

***

A la mañana siguiente, dejé el carruaje con Fleur para reunirme con todos en el desayuno. Hubo gran emoción cuando la gente puso sus nombres en el Cáliz de Fuego.

Observé con orgullo cómo Cedric recibía un gran aplauso cuando se adelantó para poner su nombre.

—¡Tengo una buena sensación!—Sonreí, golpeándolo juguetonamente en el brazo mientras venía a desayunar conmigo—¡Cedric el Campeón de Hogwarts!

se rió, comiendo el huevo revuelto en su plato—Imagina ganar todo ese oro, sin embargo. Papá podría hacer con el dinero, eso es seguro.

—Él querrá que lo pongas hacia tu futuro—le regañé—Papá tiene grandes esperanzas para ti, ya sabes.

—Si gano dinero—dijo Fleur con su acento francés mientras mordisqueaba un segmento naranja—Me compraré un vestido nuevo impresionante.

—Vaya, va a ser un vestido increíble.

Miré hacia arriba para ver a Fred y George de pie sobre nosotros, ambos agarrando un pedazo de papel en la mano.

— no pueden aplicar—dije, frunciendo el ceño—no tienen edad todavía.

—Sólo por un par de meses!—George rugió indignado.

—Sí, y además, tenemos un pequeño truco bajo la manga, ¿no es así George?—Fred sonrió traviesamente.

— ¡Poción envejecedora !—George dijo, ondeando una pequeña botella en nuestras caras.

—Nunca va a funcionar—Murmuré a Cedric mientras los veíamos acercarse al Cáliz.

Y por supuesto, dos minutos más tarde estaban haciendo su camino vergüenza frente al ala del hospital - ambos luciendo barbas fantásticas.

Cedric y yo nos reímos impotentes, mientras Fleur miraba, atornillando su cara despectivamente.

***

Draco no podía quitarle los ojos de encima durante la fiesta de Halloween de esa noche.

Vio como su cara se iluminaba de orgullo cuando Diggory fue anunciado como campeón de Hogwarts. Estaba desesperado por que ella lo mirara. Pero sus ojos sólo estaban en su hermano.

—Amigo, ¿puedes hacerlo más obvio?!

Draco parpadeó, girando la cabeza para mirar a su amigo.

—¿Qué quieres decir?—le dijo a Blaise.

—Esa chica Diggory!—Blaise se rió, asintiendo en la dirección de Aurora—Tu lengua está prácticamente golpeando el suelo.

A pesar de sí mismo, Draco se sintió ruborizado.

Maldición.

—No sé de qué estás hablando—dijo rígidamente, cuadrando sus hombros mientras enderezaba su corbata.

—Claro, lo que digas, hombre.