No podía creer lo que escuchaba.

Miré de papá, a Cedric y de nuevo a papá, mi boca abierta como un idiota.

— ¿Bueno? ¿Qué dices?—Papá me preguntó con entusiasmo—Tuve que tirar de unos cuantos hilos en el Ministerio, pero valdrá la pena!

—N- No sé...—Tartamudeé, mirando a Cedric para ver su reacción a las noticias—¿Qué piensas al respecto, Ced?

Se rió, sus ojos parpadeando de forma divertida—¿Qué pienso? ¡Rory, esto es lo más emocionante del mundo! Serías un tonto si lo rechazaras.

—Entonces, ¿no te molestaría?—Pregunté cuidadosamente, mi corazón latiendo como loco en mi pecho, ya sabiendo cuál iba a ser mi respuesta—¿Tener a tu hermana pequeña contigo en la escuela?

Cedric volvió a reír, agitando mi cabello con su mano—¡Como si! Y no es como si estuvieras 'acompañando', como dices - asistirás con el resto de Beauxbatons.

—Pero no creas que puedes poner tu nombre en la copa!—Papá dijo de inmediato—Le he asegurado al Ministerio que su asistencia será para representar y apoyar a su escuela sólo. Además, estoy seguro de que Dumbledore tendrá un sistema temerario puesto en marcha para detener a cualquier menor de edad de entrar.

—Pero tu vas a entrar?—Le pregunté a Cedric, pensando lo increíble que sería, si no un poco aterrador, convertirse en un campeón.

—Oh sí, sólo trata de detenerme!—Sonrió, dando un gran mordisco a una patata asada.

Era la última noche de las vacaciones de verano. Cedric volvía a Hogwarts al día siguiente, y yo a Beauxbatons. Papá nos había cocinado nuestra habitual 'última cena' de carne asada y todos los recortes. Al parecer había sido el favorito de mamá.

—Pero debes recordar—dijo papá, pinchando su tenedor en cada una de nuestras direcciones—Ni una palabra a nadie en tus viajes a la escuela mañana. Sus directores están ansiosos por ser los que lo anuncien por sí mismos.

Me encontré con el ojo de Cedric y ambos sonreímos el uno al otro con entusiasmo.

—Lo haré—anuncié, mientras pequeñas emociones de placer pasaban a través de mí—Vendré a Hogwarts para el Torneo de los tres magos!

Vaya, iba a ser un año emocionante...

***

En el momento en que Dumbledore había anunciado que Beauxbatons iba a ser una de las escuelas participantes en el Torneo de los tres Matos, la mente de Draco se dirigió instantáneamente a la hermana Diggory.

Por supuesto, él ya sabía sobre el torneo. Se divertía mucho molestando al trío de oro en el tren por eso. Aunque, nunca admitiría que sólo lo sabía porque había escuchado una conversación entre su madre y su padre.

Las noticias sobre Beauxbatons fueron una verdadera sorpresa para él.

Pero luego se dio cuenta de que por supuesto ella sería demasiado joven para entrar (había hecho algunas excavaciones sutiles y descubrió que Aurora estaba en el mismo año que él), y por lo tanto no estaría asistiendo como un campeón esperanzado.

Sintió una extraña clase de decepción asentarse en las profundidades de su estómago.

—¿Qué hay de nuevo, Drakie?

Draco internamente se retorció mientras sentía una mano apretar su muslo. Dios, esa chica tenía que tocarlo todo el puto tiempo. Le gustaba, pero ahora sólo le irritaba. Especialmente porque siempre iba acompañado de ese molesto chillido que ella llamaba voz.

—Nada—murmuró, tratando de sacar su pierna de debajo de su mano, bajo el pretexto de buscar más salsa

—Decepcionado de que no puedes inscribirte en el torneo?—Ella arrulló—No importa, Drakie - siempre serás mi campeón número uno.

Ugh. Draco tuvo que cerrar los ojos cuando una ola de náuseas pasó a través de él.

Blaise se rió suavemente a su derecha mientras Draco prácticamente se sentaba en su regazo para alejarse de Pansy.

—Por qué no le dices que no estás interesado, hombre?—Blaise murmuró bajo su aliento, sus ojos negros brillando de forma divertida a su amigo.

—Porque valoro mis pelotas—Draco se apretó entre sus dientes, mientras Pansy chillaba de placer por algo.

—Cobarde—Blaise resopló.

***

—mira - ¡es Ogwarts!—Fleur me señaló animadamente.

Me sentí extrañamente nervioso mientras miraba por encima de su hombro para mirar por la pequeña ventana de nuestro carruaje volador tirado por caballos.

Un enorme y hermoso castillo de aspecto gótico situado entre las verdes montañas, que me deja sin aliento. Beauxbatons era hermoso, sí - pero esto era un tipo totalmente diferente de pintoresco.

Pude ver cientos de pequeñas figuras de pie frente a él, todas acurrucadas juntas para saludar a sus invitados durante el año. Me pregunté brevemente si Durmstrang ya había llegado. Sabía que Cedric era además de sí mismo con emoción que Viktor Krum sería uno de los estudiantes entre ellos para asistir.

Entrecerré los ojos para ver si podía ver a mi hermano pero no había forma de saberlo desde aquí arriba.

—se ve tan lúgubre—dijo Fleur, arrugando su nariz con asco—Y el clima es horrible.

—Bueno, estamos en octubre y es Escocia—Pero me encantó.

Era nuestro hogar.

Nos preparamos para el aterrizaje, tal como Madame Maxime había ordenado. Sentí pequeñas emociones en mi estómago, sintiéndome excitada y nerviosa al mismo tiempo. Cuando sentí el golpe del carruaje en tierra, me pregunté qué tipo de recepción tendríamos.

Estaba emocionado de ver a Harry Potter y a los Weasley otra vez. Mis pensamientos volvieron a ese horrible chico Malfoy. Después del incidente en el bosque, Harry me había explicado que Draco era su enemigo jurado y que definitivamente era mejor evitarlo a toda costa.

Recé para que no tuviera mucho que ver con él durante mi estancia.

Aunque no podía borrar esos ojos grises plateados de mi mente.

***

Draco estaba muy enojado.

Se les hizo destacar en el frío helado sólo para saludar a un montón de gente que iban a ver durante la mayor parte del año escolar como era. Era completamente absurdo.

Frunciendo el ceño, agarró su gabardina fuertemente a su alrededor y se estremeció. Si se enferma por esto, pensó de mala gana, será directo a su padre, diciéndole lo imbécil que es Dumbledore.

Realmente no se le debería permitir como director. Alguien tenía que hacer algo al respecto algún día.

—Ajá!—Habla del diablo—¡A menos que esté muy equivocado, la delegación de Beauxbatons se acerca!

Draco miró a su alrededor pero no pudo ver nada. Idiota.

—¿Dónde?—gritaron muchos estudiantes, haciéndose eco de los pensamientos de Draco

— ¡Ahí!—gritó un sexto año, señalando el Bosque Prohibido.

Y, por supuesto, un gigantesco, azul polvo, carruaje tirado por caballos se elevó hacia ellos, antes de aterrizar en el suelo frente a ellos.

Draco observó con un aire de indiferencia como una mujer gigante salió de la puerta del carruaje primero.

Genial - otro zoquete gigante para rivalizar con su guardabosques, Draco se burló de sí mismo.

Cuando los estudiantes de Beauxbatons se presentaron detrás de ella, Dumbledore dirigió una procesión de aplausos en la que Draco se negó a participar.

En cambio, agitó la cabeza con desdén, preguntándose cuándo podrían entrar y finalmente comer, cuando algo hizo que todos los pensamientos de comida salieran de su cabeza.

Para la última figura azul uniformada salir del carruaje era un poco más joven que el resto. Su cabello oscuro enmarcaba su pálido rostro, que se iluminó mientras sus brillantes ojos marrones saludaban a la multitud.

Era ella. La hermana Diggory.