Draco no podía creerlo. ¡Estaba compartiendo asientos con el maldito Potter, la Comadreja y la Sangre sucia !

¡De todas las cosas! Su padre se había jactado durante todo el verano de adquirir los asientos más caros y mejores para ellos, y sin embargo se sentó el Weasley's tomando prácticamente toda la caja con su estúpido pelo rojo.

Fue absolutamente ridículo.

Le resultó muy difícil disfrutar del juego. Ni siquiera la Veela lo animó.

De hecho, apenas miró a su manera, en su lugar sus ojos se mantuvieron aburridos en la parte posterior de la estúpida cabeza de Potter como él imaginó todo tipo de escenarios diferentes que implican Potter's (esperemos) temprana desaparición.

—Oh, mira - ¡He encontrado a los Diggory!

La cabeza de Draco giró inmediatamente hacia la chica Weasley que estaba mirando a través de un par de omnioculares en las gradas en el extremo izquierdo del estadio.

Tratando de actuar causal, Draco levantó sus propios Omniculares , y comenzó a buscar en la dirección general que la chica Weasley estaba mirando.

No estaba seguro de por qué estaba haciendo esto. Pero la curiosidad le mordió. Como ella se había chocado con él esa mañana, encontró que su mente seguía preguntándose por ella. Aurora.

Y cuando finalmente la vio, sentada entre las multitudes entre su hermano y su padre, fue como si alguien le hubiera dado la vuelta a un panqueque en el estómago.

Le hizo un zoom en la cara, mientras observaba la Veela maravillada. No pudo evitar notar que había una pizca de tristeza en sus ojos.

Miró como Cedric se inclinaba para murmurar algo en su oído. Fuera lo que fuera, la hacía reír. El corazón de Draco aleteaba. Quería verla reír de nuevo, así que volvió a tocar el Omnioculars.

Y otra vez.

Y otra vez...

—Draco, te estás perdiendo el juego!—La voz de su madre sonó, sorprendiéndole.

Draco rápidamente dejó caer los Omnioculars en su regazo, y dirigió su atención de inmediato a los jugadores irlandeses y búlgaros volando alrededor, rezando para que el calor que podía sentir en sus mejillas no fuera reconocible.

—¿Es bonita?—Su madre murmuró silenciosamente en su oído, un toque de sonrisa a su voz.

—No sé de qué hablas, madre—Respondió con firmeza, deseando que un agujero se lo tragara.

Si Draco hubiera sido honesto y abierto acerca de sus sentimientos, sin embargo, le habría dicho a su madre que no, Aurora no era bonita, pero de hecho, la chica más hermosa que había visto jamás.

pero en cambio permaneció en silencio mientras su madre continuaba sonriendo a sabiendas.

***

—Eso fue brillante!—Lloré, riendo como Cedric cerdito me respaldó a través de los campos de tiendas de campaña del estadio.

—¡Krum es impresionante! ¡Qué leyenda! ¡Qué Buscador...

Papá se rió mientras nos seguía, un sombrero irlandés verde se sentó sobre su cabeza—Me alegra que lo disfrutaran, es una pena que no hagan esto todos los años.

—Nos aseguraremos de hacer algo especial el próximo verano, papá—sonreí, mirándolo—Puede ser el comienzo de una nueva tradición familiar - ¡La aventura estival de Diggory!

Me sonrió, pero una tristeza parpadeó en sus ojos, y supe que estaba pensando en mamá—Eso suena bien mascota, me gustaría

— ¡Muy bien!—Cedric gritó, empezando a dar vueltas en el lugar haciéndome marear de risa mientras mantenía mi fuerte control sobre él—El próximo verano, voy a elegir la aventura.

—No es justo!—Lloré, juguetonamente golpeando su hombro—Soy el más joven por lo que debería llegar a elegir!

— ¿Cómo te diste cuenta de eso, Rory?—Se rió—Seguramente el mayor debería escoger primero.

—Ahora, ahora, niños—papá se rió cariñosamente—vamos a disfrutar el resto de esta aventura primero. Y sugiero tres tazas humeantes de chocolate caliente junto al fuego una vez que volvamos a la tienda.

—Vamos—le dije, saltando de la espalda de Cedric—¡carreras!

— ¡Eh!—Gritó, mientras yo me adelantaba y corría—¡pequeña tramposa!

***

Los tres nos acurrucamos junto al fuego, escuchando los sonidos de las celebraciones en curso a nuestro alrededor mientras sorbíamos chocolates calientes. Los irlandeses se estaban volviendo locos

—Fue un buen juego.

—Mi mente está zumbando demasiado para dormir, de todos modos!—Cedric suspiró enérgicamente—No puedo dejar de ver todos esos movimientos legendarios, me muero por probarlos yo mismo!

—Estás obsesionado—me reí, empujándolo en las costillas—mi hermano, el Buscador que venció a Harry Potter!

—No empieces—dijo en coro, poniendo su brazo sobre mis hombros y dándome un abrazo cariñoso—ya es bastante malo cuando papá lo hace.

—No hay nada malo en estar orgulloso de mis hijos—dijo papá, atizando el fuego con su varita, respirando un poco más de vida en ella—Especialmente cuando tengo todo el derecho a estarlo.

Me sentí verdaderamente bendecida, especialmente porque creía firmemente que mi madre estaba mirando hacia abajo sobre nosotros - con nosotros siempre - protegiéndonos del daño, y manteniéndonos a salvo del mal.

***

—¡Rory! ¡Necesitas levantarte - ¡AHORA!

Mis ojos se abrieron para ver a mi hermano tirándome frenéticamente ropa.

—¿Ced? ¿Qué...?—Dije dormida,mi mente terriblemente confundida.

— ¡Vamos!

Tirándome la ropa tan rápido como pude, me apresuré a salir de la tienda donde Cedric me estaba esperando ansiosamente. Miré a mi alrededor horrorizado por la vista que nos rodeaba.

La gente estaba gritando, y corriendo - corriendo en la dirección de los árboles detrás del campo. Pero era de lo que estaban huyendo de lo que era verdaderamente aterrador - un gran grupo de figuras de capa negra marchaban siniestramente hacia nosotros, pisoteando tiendas de campaña y prendiendo fuego a todo a su paso. Por encima de ellos, una familia de muggles había sido levitada en el aire - incluyendo dos niños - los cuatro de ellos mirando aterrorizados mientras eran volteados alrededor y alrededor en contra de su voluntad.

—Ced! ¡Tenemos que ayudarles!—Lloré, congelado en el acto con horror, con una violenta sensación de enfermedad cayendo bajo en mi estómago ante esta vista aterradora.

—No, Rory - ¡Tenemos que ponerte a salvo!—Cedric bramó, tirándome del brazo—¡Son mortífagos!

—No!— jadeé. El pánico se apoderó de mis entrañas, mientras el miedo hacía que mi sangre se enfriara. Hubo un repentino rugido en mi cabeza, y ya no podía pensar con claridad. No Mortífagos.

Todo menos eso.