— Hoy es el funeral del chico Diggory.

Draco levantó la vista de su plato y Observó con aprensión cómo su madre tomaba un sorbo de café.

— Aparentemente todos los profesores de Hogwarts están asistiendo, junto con la mayoría de la escuela, me imagino — Continuó, mirando intencionadamente a su hijo.

— Si nuestro hijo piensa que irá al funeral de un traidor a la sangre, entonces puede pensarlo de nuevo — Lucius gruñó, cerrando el periódico frente a él.

Draco dejó que su cuchara cayera en su plato, empujándolo hacia un lado, De repente ya no tenía hambre.

— ¡Era su compañero de escuela! — Narcissa imploró — ¿No se merece despedirlo como a cualquier otra persona?

— ¡Somos Malfoy! — siseó Lucius con vehemencia, golpeando ruidosamente su puño contra la mesa — ¡No nos lamentamos ante las tumbas de los traidores de sangre!

— Pero-

— Olvídalo, madre — dijo Draco suspirando resignado mientras se recostaba en el respaldo de la silla — Conozco el resultado.

Fue directamente a su habitación, se sentó en su escritorio y agarró un trozo de pergamino.

No podía dejar de pensar en Aurora y en lo que debía estar pasando hoy, Le dolía tanto que no podía estar allí para apoyarla, sostenerla cuando ya no pudiera estar de pie, secar sus lágrimas cuando no dejarán de fluir.

Escribió palabras de consuelo que deseaba poder decirle en persona, Cuando terminó, lo selló y lo envió con una de las lechuzas de la Lechucería Malfoy.

Esperaba que pudiera leerla antes de irse para afrontar posiblemente uno de los peores días de su vida.

[...]

Una lechuza golpeó la ventana de mi habitación, despertándome de mi siesta, Salté de la cama, reconociendo instantáneamente el búho de los Malfoy.

Draco me había escrito casi todos los días durante la primera semana de vacaciones. Principalmente compartiendo pequeñas anécdotas sobre lo que pasa en la Mansión Malfoy (Madre tuvo que despedir al elfo doméstico de la cocina anoche después de que lo atraparon tratando de follar con el pollo), Y él siempre, siempre me decía cuánto me extrañaba.

Siempre respondía, instantáneamente, comentando sus historias, Era difícil hablar de las mías, Era más que insoportable estar en casa sin Cedric.

El que abrí esa mañana, sin embargo, no tenía anécdotas divertidas, Era breve, era simple y, sin embargo, lo era todo.

Eres fuerte y hermosa
y superarás esto.
Te amo Aurora.

Cerré los ojos, deseando tanto que él estuviera aquí para decirmelo él mismo, Agarré la mitad de nuestra piedra lunar de mi mesita de noche y la sostuve con fuerza en mi mano, Nuestra piedra.

Necesitaba toda la fuerza que pudiera conseguir hoy.

Casi todos los de Hogwarts acudieron, Todos excepto los Slytherin y Harry Potter.

Me quedé al lado de mi papá durante todo el proceso, agarrando su mano mientras su cuerpo se estremecía en un profundo y devorador dolor, Sentí que tenía que ser fuerte por los dos, pero quería derrumbarme y sollozar en los brazos de Draco mientras los veía enterrar a mi hermano.

Cuando el ataúd llegó al fondo de la tumba mi padre se derrumbó en el suelo.

— ¡Padre! — Lloré mientras trataba de que me respondiera — ¡Por favor, papá!

Pero era como si se hubiera ido a algún lugar dentro de su cabeza y se hubiera quedado allí, escondido del resto del mundo, Tenía los ojos abiertos pero era como si no viera nada.

Las lágrimas cayeron en cascada por mi rostro cuando alguien puso sus manos en la parte superior de mis brazos, tratando de alejarme suavemente.

— ven querida — dijo una voz suave, amable y gentil que pertenecía a la madre de los Weasley — Tu padre estará bien, solo necesita un poco de ayuda.

Lo llevaron de regreso a San Mungo y lo sometieron a una fuerte medicación, Me dijeron que había sufrido un colapso mental severo y que estaba casi en coma.

Había perdido a mi madre y a mi hermano, Y ahora, al parecer, también había perdido a mi padre.

Me sentía tan sola.

[...]

Draco estaba tan angustiado.

Habían pasado dos semanas desde que se supo algo de Aurora, La última carta había sido el día del funeral de Cedric, cuando ella simplemente había enviado una respuesta a su nota diciendo que ella también lo amaba.

Le había escrito casi todos los días desde entonces, pero las lechuzas seguían regresando con las cartas, sin entregar, ni abrir.

No tenía sentido, Si no estaba en su casa, ¿dónde estaba? ¿Y por qué no me había escrito para explicarme?

Al final, no pudo soportarlo más y se acercó a su madre — Necesito ir a Devon.

— ¿Por qué? — Preguntó ella, arqueando las cejas con curiosidad.

— Yo- ... hay alguien a quien necesito ver, estoy preocupado por ella.

— Ahh, una chica — sonrió — ya Veo.

— No, no es así, Es Aurora, la hermana de Cedric Diggory, No he sabido nada de ella desde el funeral, Y mis cartas siguen llegando sin abrir.

— El dolor le hace todo tipo de cosas a la gente, Draco — suspiró su madre con simpatia — Enterrar a su hermano ha sido una experiencia traumática, Probablemente sólo necesita tiempo.

— ella no habría devuelto mis cartas — dijo, pasándose una mano por el pelo con exasperación, Pero incluso mientras decía esto, recordó cómo en esos últimos días en Hogwarts, después de la muerte de Cedric, ella se había encerrado, incluso de él.

Para su sorpresa, su madre se acercó y colocó una mano vacilante en su hombro — Veré qué puedo averiguar.

Y ella le dio una mirada tan cálida y compasiva, que Draco tuvo que resistir el repentino impulso de llorar en los brazos de su madre.

[...]

Ella había vuelto a él con noticias unas horas más tarde.

— El padre es ahora un residente permanente en el pabellón cerrado de San Mungo, y parece que nadie sabe qué le ha sucedido a la chica, Es como si hubiera desaparecido en el aire, La cabaña de Diggory ha estado vacía desde el día del funeral.

— ¡¿Qué ?! — Bueno, eso al menos explicaba por qué sus cartas no habían sido entregadas.

— Estoy segura de que la están cuidando, Draco, No debes preocuparte, Regresará como estudiante a Hogwarts en septiembre, ¿no es así?.

— Sí, pero ... — se interrumpió sin estar seguro de nada, No podía creer que ella no quisiera hacerle saber que al menos estaba bien, dondequiera que estuviera.

Se sentía tan jodidamente mal, Debería haberse esforzado más por estar allí para ella en el funeral.

¿Quizás ella estaba enojada con él por no ir?

La había defraudado, De nuevo.

Y dondequiera que estuviera, rezaba para que estuviera bien.