chapter thirteen.
━━ CAPÍTULO TRECE
❝HANDSOME BOY❞
⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽ Rivera.
observo mi reflejo en el espejo sucio de la habitación de Carre y no estando de acuerdo en cómo está mi cabello, lo ato en una cola alta, coloco correctamente mi camiseta corta blanca con rallas negras y a través del espejo veo cómo el moreno se levanta de la cama.
— te espero afuera con los pibes, ¿va?— murmura un poco aún con la voz adormilada. giro mi cabeza y asiento con ella mientras muerdo mi labio inferior nerviosa. Carre se acerca a mí con una sonrisa torcida—. no estés nerviosa, no te va hacer daño, lo prometo.
hago una fina linea para tranquilizar al chico.
— claro, confío en ustedes, Carru. tan solo...dame un momento a solas.— mascullo bajando durante un segundo mi mirada.
él sin ponerse en contra, sonríe por última vez antes de salir por la puerta. tomo una gran bocanada de aire, intentando concienciarme de que todo va a salir bien, es un tema muy complicado y obviamente no tengo ni idea de qué me espera en esa habitación. es imposible imaginarme una escena allí dentro que termine con un final feliz a juzgar por lo que me han explicado.
vuelvo a suspirar dejando el aire retenido y me dirijo al pequeño baño de Carre, un poco tenebroso aunque con un grifo decente. dejo el agua caer y mojo mis dos manos para sobar mi rostro después refrescandome un poco.
me retiro del baño y antes de salir de ese espacio me observo de reojo en ése espejo. una vez en ese pasillo con escalofriantes recuerdos, voy directa a los tres chicos que me esperan justo delante de la puerta de la habitación 307.
mientras aún no se han dado cuenta de mi presencia veo cómo Carre está explicando algo en susurros y los otros dos, especialmente Iván, no se encuentran muy felices de oírlo. cuando me encuentro justo delante ellos, callan al momento.
— ⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽.— me saluda Osvaldo.
creo otra vez con mis labios una fina linea escondiendo todo el miedo que tenía en mi interior, hago contacto visual con todos y cuando mis ojos se fijan en los de Iván un suspiro temeroso se escapa de los labios de cada uno.
— ¿entramos?— susurra el rizado.
todos clavan sus ojos en mí y yo por inercia mental asiento con la cabeza muy insegura. los chicos dan cara a la madera de esa puerta mientras yo quedo atrás con Iván, quien al estar a mi lado, no tarda en entrelazar nuestros dedos y dar un pequeño apretón.
aunque Carre captura toda mi atención cuando da cuatro leves pero severos golpes contra la puerta. a los dos segundos, la puerta se abre con una lentitud aterradora y ese típico chirrido espeluznante. Mariana es el primero en entrar, el ojiverde lo sigue por detrás e Iván empieza a caminar hacia dentro llevándome a arrastras.
tomo un par de respiraciones profundas una vez estamos dentro y en esa oscuridad, la puerta se cierra de un golpe seco. el sonido rebota en esas paredes las cuales puedo distinguir como antiguas y con manchas de sangre, el cabello facial de mis brazos se pone en punta y mi piel de gallina cuando siento una brisa congelada pasar justo por mi rostro.
abro mis labios para dejar ir un grito pero Iván es más rápido y me nula esa acción colocando una de sus grandes manos encima de mis labios.
— no podes gritar...se va a asustar y será peor.— susurra.
miro a los ojos de Iván asustada y en mi cabeza tan solo recorre la idea de huir, así como gesto automático me doy media vuelta y justo cuando voy a dar un paso hacia delante, una figura humana aparece enfrente mío entre esa oscuridad. con una velocidad inhumana me escondo detrás de Iván dando presión con mis dedos contra su brazo mientras siento como mis piernas flaquean.
— Alexis deja de asustarla, no tenemos todo el día, cabrón.— murmura Mariana colocándose a mi lado y Carre no se queda atrás.
esa figura muestra una sonrisa vacilante dejando ir una carcajada sarcástica y de repente, una luz leve ilumina la habitación proveniente de una pequeña bombilla colocada encima de nosotros. parpadeo varias veces para por fin ver al propietario de las historias paranormales y maldades. quedo un poco desconcertada y un poco intimidada por su bello aspecto, eliminando de mi mente esa apariencia horrenda y escalofriante que había idealizado días atrás, fue tanto el impacto que me crea que hasta siento como mis mejillas toman calor.
— eso es porque tú no estás puto muerto, ¿verdad?— escupe el chico o como me habían dicho, Alexis, a la vez que muerde su labio inferior mientras mueve un poco sus cabellos que caen en su cara y da varios pasos hacia un lado colocando ambas de sus manos hacia atrás de su cuerpo.
su voz queda impregnada en mi mente y al instante un escalofrío recorre todo mi cuerpo de arriba abajo provocando que mis manos temblaran. sé que Iván se da cuenta ya que en las manos que mantenemos enlazadas desde que entramos en ese lugar, da una ligera presión para empezar unas suaves caricias con su dedo pulgar encima mis nudillos cariñosamente. pero su acción no crea ningún efecto en mí y mis ojos siguen fijados encima el cuerpo misterioso de Alexis quien se encuentra hablando con los chicos.
y de repente, antes de que me lo espere los dos ojos oscuros del pelinegro se encuentran con los míos haciéndome sentir una extraña electricidad y vibración en mi pecho que consigue erizarme la piel en menos de segundos.
— ¡oh vaya! pero mira a quién tenemos el honor de tener aquí.— exclama con una irónica felicidad manteniendo el contacto visual tanto tiempo que mi corazón empieza a palpitar de una manera rápida, sin embargo no es por miedo, da varios pasos hacia delante para acercarse un poco a mí siguiendo con una distancia considerable. aún así aprieto la mano de Iván con fuerza y mi cuerpo se va tensando cada que camina hacia a mí y sin esperarlo pero por suerte, Alexis se da cuenta de mi estado y deja de caminar en seco para mirarme con un rostro serio— ¿te doy miedo?
me sorprende su cuestión dirigida a mí, tanto que mi garganta se seca y no soy capaz ni de formular una respuesta coherente.
— contesta.— gruñe con un notario enfado creciendo en su voz.
— dejala en paz.— salta a mi defensa Iván quien ejerce fuerza con nuestras manos para colocar ligeramente su cuerpo más delante mío y cuando coloco una de mis manos encima su brazo derecha siento toda la tensión en sus músculos.
Alexis dirige la mirada al rizado en un simple gesto y permanecen así hasta que después de unos largos segundos el chico sonríe en una fina linea para acabar juntando sus dos manos enfrente sus labios. a continuación, se da media vuelta y camina con un rumbo en mente, parpadeo varias veces un poco confundida ante su acción y lo observo en silencio mientras se sienta en un sillón marrón oscuro y anticuado.
— así que díganme, ¿a qué se debe su grata visita, queridos amigos?— pregunta con puro sarcasmo goteando por cada palabra que suelta y al mismo tiempo abriendo sus brazos sonriendo con falsedad.
— queríamos...queríamos hablar, sobre ese tema.— murmura Rodrigo un poco nervioso y dando énfasis a la penúltima palabra dejándome confundida. Alexis dando más dramatismo y teatro a la situación, frunce sus cejas y tumba ligeramente su cabeza hacia un lado haciendo bufar irritado al ojiverde—. sobre ella, queremos hablar sobre ella, no me rompás las pelotas.
ahora sí Alexis sonríe siguiendo con su teatro y deja ir un leve "oh" con un suspiro acompañándolo. se queda pensativo analizando con la mirada a cada uno de los chicos, sin ni siquiera acordarse de mi existencia y de la nada coloca una pierna encima el reposabrazos del sillón y en el otro reposa su codo para apoyar su cabeza con su mano tapando sus labios con dos de sus dedos.
me tomo yo ahora un segundo para examinarlo y me cuesta verdaderamente imaginarme a ese chico joven sentado a unos metros de mí matando o torturando o haciendo cualquier de las acciones que me comentaron los chicos. sin embargo supongo que no todo es lo que parece.
— no quieren que le haga daño, ¿verdad?— susurra rompiendo el hielo el pelinegro y con una seriedad que me llega a cautivar como era su voz en un tono tranquilo y relajado, honestamente me llega a gustar. los chicos no contestan pero es más que obvia sus respuestas y prefieren mantenerse callados, al mismo tiempo que Iván vuelve a dar un apretón en nuestras manos—. no pienso tocarle ni un pelo si eso les preocupa...
sus palabras me parecen ciertas y en ese de algún modo me deja más tranquila, no obstante, no quedo muy convencida de que eso es todo así que respiro con lentitud antes de hablar.
— ¿pero?— susurro con la voz un poco irregular pero el miedo que tenía al entrar ha ido desapareciendo y ahora me encuentro más segura.
— me gusta que me lo preguntes, ángel.— sonríe Alexis dándome un guiño con su ojo derecho cosa que no le crea nada de felicidad a Iván.
— ¿pero?— insiste el rizado con impotencia.
— oye, cálmate fiera, no eres el más indicado para enfurecerte aquí.— habla Alexis gesticulando hacia Iván para que se tranquilizara mientras se levanta de ese sillón—. no me gusta que me alcen el tono, ¿sabes? y no olvidemos que puedo hacer desaparecer tus ultimas gotas de alegría de esa mierda de corazón que tienes.
frunzo el ceño empezando a cabrearme por la actitud que esta dejando ir Alexis.
— eres un hijo de puta.— espeta Osvaldo metiéndose en la conversación.
al pelinegro se le escapa una risa mientras mira hacia el chico.
— ¿yo? ¿hijo de puta? no me hagas reír. ni ella ni nadie sabe tanto lo que me han hecho pasar, tan solo saben pintar una historia de rosa sin entender lo que ocurría más allá de ustedes.— Alexis por cada palabra que deja ir se le ve más roto. cuando termina suspira con frustración y de repente me mira y su mano agarra mi brazo- ¡seguramente ahora ella me teme! ¡y todo por su culpa!
mis ojos van directos al contacto que ha creado conmigo y una corriente eléctrica recorre por esa zona cosa que hace que alce mi vista hacia Alexis, el cual también ha sentido esa conexión. no obstante, asustada retiro mi brazo e Iván vuelve a colocarse delante mio.
— ni se te ocurra volver a tocarla.
Alexis mira a Iván y antes de que cree contacto visual conmigo desaparece en una nube negra, dejándome asombrada. los chicos lo buscan en la habitación y yo tan solo sigo sin entender que mierda acaba de pasar.
— en mi mente tengo un pacto.— su voz rebota por esa sala y yo no tardo en encontrarlo justo al lado contrario del sillón, apoyado en un marco de una pintura, mirando el suelo—. es bastante razonable para todos pero tengo que pensármelo mejor.
— ¿de qué se trata?— curiosea Osvaldo.
— he dicho que aún lo tengo que pensar, pendejo.
— ¿entonces?
Alexis suspira.
— necesito unos días, a lo mejor semanas, no lo sé, para que todo pueda...concretar a la perfección.— explica un poco inseguro la verdad y eso me crea curiosidad—. eso sí, una vez pensado no pueden negarse.
— ¿o sino qué?— lo reta Iván.
— sino la mataré de la manera más horrible y cruda posible mientras que ustedes estarán presentes en el acto.
trago saliva clavando todavía más fuerte mis dedos en el brazo de Iván. mi mente se para a pensar cómo mi vida ha podido pasar a depender de una persona. muerdo mi labio inferior reteniendo algunas lágrimas que se asoman en mis ojos y después de esa confesión de Alexis, éste suspira.
— ya se pueden ir.— susurra y cuando quiero verlo, se encuentra encima del sillón, mirando el suelo en silencio.
los chicos no dudan en encaminarse hacia la puerta aunque yo no dejo de mirar al pelinegro hasta que la mano de Iván me empieza a arrastrar. antes de que salga de su habitación, Alexis alza su cabeza y cuando crea contacto visual conmigo puedo contemplar un color oscuro como la noche en ellos, es precioso y justo cuando la puerta va a cerrarse, él me dedica una sonrisa divertida.
2070 palabras.
[actualizado 18/08/2023]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro