chapter nineteen.
━━ CAPÍTULO DIECINUEVE
❝REAL STORY❞
[MARATÓN 1/3]
⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽⎽ Rivera.
Alexis lleva un rato largo acariciando uno de mis mechones, lo enrolla con su dedo indice y lo deshace, haciendo la misma acción todo el rato. después del beso tan solo nos sentamos en el sillón típico de él y me obligó a sentarme encima suya con la excusa de no tener más sitios para sentarse, obviamente mintiendo.
— ¿sabes?— habla por primera vez Alexis consiguiendo mi atención—. creo que no tienes ni idea en que lío te has metido.
— puede ser.— confieso y muerdo mi labio inferior nerviosa por la pregunta que estoy a punto de formular—. pero si pudieras explicarme un poquito más...
tan solo empezar a decir eso, Alexis ya había suspirado cerrando sus ojos a la vez que negaba con su cabeza, pero cuando termino de hablar poso mis manos encima de sus hombros haciendo que me mire a los ojos.
— ángel...no creo que pueda hacerlo.— susurra y por primera vez sus ojos marrones se aclaran, sabiendo a la perfección que transmite miedo.
tuerzo mis labios, pudiendo entender que sea doloroso hablar sobre su pasado y sin que él lo sepa, también me da la seguridad de que la perspectiva de los chicos es completamente diferente a la de él. pero aún así quiero que él me lo explique, quiero saber que le pasó para hacer esas cosas.
así que dejando atrás aún la poca confianza entre los dos, como me encuentro encima del reposabrazos, bajo mi cuerpo a encima de sus piernas y antes de que Alexis reaccione, mi mano lo agarra por detrás de su cuello para ejercer fuerza hacia a mí acabando besando sus labios. tan solo dura unos segundos pero igualmente esa corriente eléctrica vuelve a formarse y cuando él se separa, una sonrisa decora sus labios.
— por favor.— suplico en un susurro.
Alexis se queda unos segundos en silencio hasta que toma una gran bocanada de aire acabando asintiendo a la vez que deja reposar su espalda en el respaldo. yo en eso, apoyo mi cabeza encima del reposabrazos y lo miro fijamente.
— primero que nada...te han contado sobre ellos, ¿verdad?— pregunta en un susurro casi inaudible y yo asiento con la cabeza—. bien, pues...toda la locura con ellos empezó cuando vivía en México. allí empecé a tener pesadillas con demonios y la cosa no fue preocupante por mi madre hasta que me empecé a lesionarme yo solo. en esa casa empezaron también las cosas paranormales que siempre acababan por hacerme daño a mí y muchas veces terminé en el hospital. mi madre por fin pudo permitirse la mudanza pensando que las cosas mejorarían, pero no.
quedo un poco paralizada con tan solo el principio de su historia y sé que lo que voy a escuchar me va a dejar todavía más impactada. Alexis toma un segundo para coger aire y antes de que hable, él se adelanta.
— cuando conocí a los chicos en España pensé que todo iría mejor, pero las voces volvieron y ya no eran cosas tan inocentes como tirar un vaso encima de mi cabeza, no, me comían la cabeza diciéndome que matase a gente y yo inconscientemente...les hacia caso siendo controlado por ellos.— susurra lo último con la voz completamente rota y su respiración se vuelve agitada. abro los ojos sorprendida pero no suelto nada al respecto dejandolo hablar—. me negué rotundamente y la consecuencia de eso fue que las voces empezaron a aumentar, ahí fue cuando los chicos me dejaron solo. no complacidos con la depresión que tenía y la ansiedad que me prohibía hacer algo, me obligaron a...matar a mi madre.
Alexis deja de hablar para posar su mano encima de su rostro, dejando un largo y grueso suspiro, seguramente aturando las lágrimas.
— Alexis.— murmuro sintiendo compasión por él e intentando reconfortarlo, agarro su mano libre y la presiono entre las mías—. si no quieres seguir, lo entiendo.
el pelinegro niega con la cabeza rápidamente y después de segundos, vuelve a respirar profundamente para alejar su mano de su rostro. su mirada se posa al momento en nuestras manos entrelazadas.
— ellos se aprovecharon mucho más cuando Iván me abandonó ese día que no pudo quedar conmigo, haciéndome sentir una completa mierda y lo peor de todo es que yo me lo creía.— susurra y deshace la unión de nuestras manos para jugar con tan solo una de las mías—. ese mismo día cuando estaba en mi casa llorando, la policía derribo mi puerta y me condenaron a cadena perpetua por asesinato.
vuelve a pararse para coger aire y eso me hace mirarlo a la cara, viendo como una lágrima se desliza por su mejilla, haciendo que note una pequeña punzada en mi corazón.
— ellos me pudieron sacar de allí inmortal, haciéndome pensar que tan solo los tenía a ellos y que lo correcto eran sus ordenes, yo vigilaba a los chicos sin que ellos se diesen cuenta y acabé odiando su felicidad con toda mi alma completamente en manos de ellos. éstos me hicieron quemar el colegio, yo consumido por ellos y la rabia, lo hice. aunque no mucho después del accidente, logre crear un pacto con los demonios para que los chicos vivieran con la condición de tener una vida miserable.
como era de esperar, quedo completamente anonadada por su explicación, tratando de analizar toda la información quedando satisfecha pero a la vez triste por tal historia. Alexis vuelve a esconder su rostro colocando una de sus manos encima de sus ojos.
— yo solo quería salvarlos...tan solo quería estar con los chicos.— susurra él con un tono serio aunque roto que consigue tocarme el corazón. Alexis toma una respiración antes de proseguir—. cuando nos metieron aquí, en todo momento fui controlado por ellos ya que al estar aquí tan solo los hace todavía más fuertes.
— entonces tú no mataste a Nicole.— concluyo aunque un poco estúpida pero era necesario para finalizar de entenderlo todo.
Alexis asiente en silencio con la cabeza lentamente y quedo sin saber qué hacer o decir. el pelinegro frunce sus labios con fuerza, sin querer llorar, aunque yo optaría por soltar todo lo que ha aguantado durante tantos años. así que alzando mi torso consigo ponerme a su altura y lo hago mirarme, fijándome como sus ojos en ese marrón se encuentra un rojizo de tantas lágrimas retenidas. con mis manos en su nuca, hago que apoye su frente en mi hombro y allí es cuando lo oigo sollozar. acaricio su espalda con dulzura y no digo nada dejando la habitación en silencio.
después de unos minutos, Alexis se calma un poco y sorbiendo su nariz, aleja un poco su rostro para poder mirarme a la cara.
— ¿por qué no huyes?— susurra como si de repente hubiera hecho algo malo. lo miro con el ceño fruncido y Alexis seca una de las lágrimas de su mejilla con el dorso de su mano— ¿no tienes miedo de mí?
una sonrisa se escapa de mis labios, enternecida por la voz aterrada del pelinegro, entendiendo su miedo a que me vaya por su experiencia con las personas.
— Alexis, sé que no me harás daño.— contesto con certeza sin dudar de mi respuesta.
— ¿cómo puedes estar tan segura de que no?— pregunta empezando a subir su tono y me asusta por momentos. se aleja todavía más de mí y sus cejas se fruncen ligeramente—. soy un monstruo, ¡maté a mi propia madre! ¡maté a personas inocentes! soy una mierda.
— no vuelvas a decir eso, Alexis. tú no fuiste, fueron ellos.
Alexis bufa frustrado con su labio inferior temblando.
— ¡sigo siendo una mierda!
antes de que continúe, poso mi mano encima su mejilla para volver a juntar sus labios con los míos. comienza a ser un beso suave y dulce, sin querer que piense eso de él, sin ser real. aunque los dos empezamos a mover nuestras bocas lentamente dejando que el ambiente se vaya tornando a uno radicalmente diferente. Alexis delinea mi cadera con su dedo y de repente me eleva para que quede sentada encima de él con mis piernas arrodilladas a cada lado de su cuerpo.
el pelinegro gira su cabeza aumentando la pasión del beso y hasta a mí me parece que estamos llevando esto demasiado lejos. Alexis retira su mano dentro de mi camiseta corta de botones a la vez que aparta su cabeza, rompiendo el beso con los ojos cerrados.
— tenemos que parar.— susurra y abre sus ojos para mirarme.
muerdo mi labio inferior estando de acuerdo, con mis mejillas de un color rojizo y sintiendo mis labios ligeramente hinchados. me quedo observando a Alexis durante unos segundos y de repente, la imagen de los chicos atados en una habitación me pasa por la cabeza.
oh, mierda.
— Alexis.— susurro cerrando medio ojo y hago una mueca divertida alejándome un poco de él— ¿cómo te pones si te digo que tengo a los chicos atados en sillas en una habitación?
— ¿algún tipo de masoquismo raro chino?— dice gracioso alzando una de sus cejas y yo no puedo evitar reír—. la verdad es que digo que deberías ir y desatarlos, a la vez que les cuentas lo pasado aquí.
abro los ojos, sin haber pensado eso antes, mientras me levanto de encima de Alexis quedando paralizada mirándolo.
— ¿cómo crees que reaccionen?
Alexis tan solo se encoje de hombros mientras sale del sillón, colocándose delante mío. quedo con la mirada nerviosa ahora sin querer enfrentarme a los chicos y Alexis cuando lo nota, baja su cabeza un poco para besar mi frente.
— solo hay una manera de saberlo, ángel.
lo miro a los ojos y asiento estando de acuerdo con él y me echa una de sus sonrisas antes de acompañarme hasta su puerta, cosa que me alegra un poco. se despide de mí graciosamente y antes de cerrar la puerta, me guiña un ojo lanzándome un beso en el aire. ruedo los ojos y quedo mirando desde la distancia la habitación donde se encuentras los chicos, con miedo a sus futuras reacciones.
1675 palabras.
[actualizado 25/08/2023]
!¡!¡ NOTA DE AUTORA ━━ empezamos ésta linda maratón no solo por las 3k de vistas sino también por ésto.
gracias por el apoyo a ésta linda historia ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro