Mi nombre es Laura, como podréis haber visto en el título de esta novela, y vengo a hablaros sobre lo complicado que es tener pareja, sobre el amor en general, en estos tiempos que corren.

Alguien me dijo una vez, que el amor pasa por una serie de fases, hasta acabar del todo, y que permaneces al lado de esa persona por dos razones fundamentales: bien, porque se ha transformado en cariño o amistad, o simplemente te has acostumbrado a esa persona.

En la primera fase te encaprichas de esa persona, y obviamente te enamoras, debido a que nuestro cuerpo segrega unas sustancias, y estamos como drogados (enamorados)durante el tiempo que dura esa primera fase, que suele ser entre 6 meses – 1 año.

La segunda fase, esas sustancias comienzan a desaparecer, y empiezas a despertar del trance, ya no soportas tanto a esa persona como antes, pero aún así sigues con ella. Eso suele durar entre 1 año y tres.

Y la tercera fase, es en la que te das cuenta de que estás con esa persona bien porque le has cogido tanto cariño que ya no ves tu vida sin él. Si es así, magnífico, pero si no, comienzas a darte cuenta de que estás con esa persona porque te has acostumbrado a eso, pero en realidad no sientes absolutamente nada más que eso. Y ahí, queridos míos, es dónde estoy yo, con 5 años de relación, viendo como el barco se va a pique.

Empiezas a preguntarte... ¿Qué hago yo con este tío? ¿No estaré mejor sóla? ¿Porqué tengo que aguantar yo al tonto este? ... Y un montón más de preguntas que llegan al mismo punto, la relación está lista para pasar a otro nivel, pero como él no quiere pasar a otro nivel, seguís estancados, en un eterno retorno de peleas que jamás terminan.

Qué ¿por qué no le dejo? Pues no sé, quizás sea el cariño, la rutina, el acostumbrismo, o pensar que a mi edad ¿dónde voy a encontrar yo a un tío que valga la pena, soltero, sin hijos y en condiciones? Y es que el mundo está muy mal últimamente, la gente sólo piensa en follar, ser infiel y no dar explicaciones. Y eso es un completo rollo.

Y así pasan los años, y sigues en el mismo punto de partida que cuando te diste cuenta de ello, a los tres años de relación, y ya lleváis cinco. En esos dos años que podríais haber cambiado el rumbo de la pareja, ¿qué habéis hecho? NADA. Y las cosas siguen como siempre. Tú aburrida de esta relación, y el acostumbrado a ella. Y ninguno de los dos parece hacer nada para cambiar eso.

Aún así, a pesar de saber que si no haces algo las cosas seguirán como siempre, no haces absolutamente nada, haces como si no supieses nada, y sigues adelante con esa relación vacía que no lleva a ningún lado. Porque sí, en algún momento de esa machacada relación salió el tema "tener hijos", "casarse", "irse a vivir juntos", pero todo termina en el mismo punto de partida: No estamos trabajando los dos, y con un solo sueldo nada de eso se puede lograr, así que, por tu parte, sigues esperando a que un milagro suceda, y te llamen de trabajar de alguna de las setencientas mil empresas a las que enviaste tu curriculum, que previamente en la oferta de empleo viste ese persistente "se busca... con experiencia", y te cagaste en todo al darte cuenta que NO, no tenías experiencia, porque NO, nadie te da la oportunidad, y NO, es imposible tener experiencia por arte de magia. Así que sabes que NO, no van a llamarte, y NO nada va a cambiar en tu estúpida relación aburrida de mierda, y seguirás un par de años más de la misma manera, aburrida, cansada y hasta el moño de luchar a contra corriente en una sociedad que no va a ninguna parte.

Te ves a ti misma con ochenta años, buscando trabajo, sin poder jubilarte, porque aún nadie te ha dado la oportunidad para conseguir esa bendita experiencia que todos los empresarios buscan a la hora de ofrecer una oportunidad laboral. Sigues con tu novio, en esa relación que hace aguas por todas partes, con perros, algún gato, viviendo en casa de tu madre, porque cómo aún no conseguiste un trabajo, no puedes conseguir los tres planes de los que hablamos: Casa, matrimonio, niños.

Reflexión.