CAPÍTULO II ~Amada Madre, Amado Hijo~
Hace dos años.
Nos ubicamos en un castillo rústico, el cual se ubicaba en un lugar perdido de Rumania, en una sala de dicho castillo había un grupo de personas reunidas las cuales eran algo peculiares por así decirlo.
—cómo decía Madre Miranda este sujeto puede servirme para mis investigaciones— dijo el sujeto de cabello largo y lentes de sol.
—Protesto madre Miranda, con todo el respeto que se merece es muy bien sabido que Heisenberg, solamente desperdicia los regalos que usted le da, si me permitirán tener este espécimen le prometo que no será desperdiciado— dijo una señora de gran estatura con un tono elegante.
—Muy bien ya eh escuchado sus argumentos y pienso que en esta ocasión el que se lo quedara será Alicia, puedes proceder a llevártelo— dijo una señora que imponía respeto ante todos los presentes.
La mujer de gran estatua y vestido blanco agradeció con un reverencia para luego tomar a un chico de una pierna cabe resaltar que este estaba cubierto de lodo y algo de nieve por lo que no se le podía ver bien el rostro, la mujer le hizo un corte en la pierna para después chupar un poco de la sangre que salía de la herida, esta comenzó a degustarla como si se tratará de un vino, sin embargo al momento de terminar su degustacion esta abrió los ojos en señal de sorpresa, por lo que lanzó al aire al chico para atraparlo del cuello, esta sin pensarlo dos veces le limpio la cara encontrandose con un chico de cabello verde oscuro y un par de pecas las cuales adornaban sus mejillas.
Alcina solo pudo soltar al chico mientras retrocedía un poco para después voltear hacia los demás presentes en la sala.
—Moreau dónde lo encontraste?— pregunto algo molesta la mujer mientras veía a un hombre encorvado.
—Lo encontré en el río, casi me lo como pero Heisenberg me detuvo y me dijo que se lo mostrará a Madre para que ella viera quien se lo quedaba— dijo con una sonrisa ya que el creía que había hecho algo bueno.
—Alcina hay algún problema con este individuo?— dijo la señora de cabello rubio.
Alcina sintió algo de temor por el tono en el que su madre le hablaba, por lo que está simplemente intento mantener la calma.
—Ninguno madre Miranda, con su permiso me retiro, mis hijas también están hambrientas— dijo mientras se iba del lugar rastreando al chico por su pierna.
[...] Japon/Muzutafu.
Vemos a una rubia de ojos celestes en un taller de autos, donde su ex novio trabajaba por medio tiempo, la rubia se encontraba enfrente de un hombre de mediana edad el cual tenía una mirada triste.
—hace 6 años el llegó a este taller, me suplicó por una oportunidad de trabajo y le dije "Muéstrame lo que sabes"— dijo mientras se quitaba los lentes —el me sorprendió, pudo encontrar una falla en un auto que ya era una causa perdida para mi, le di trabajo y desde ese día el nunca fallo con su trabajo, siempre hacía las cosas impecables, fue una lástima lo que le pasó— con un tono triste mientras se encontraba recargado sobre una mesa.
Por su parte la chica de cabello rubio no reflejaba ninguna expresión, como si las palabras del hombre no le causarán empatía, por lo que solamente se limitó a hacerle una pregunta.
—Sabe si el estaba involucrado con gente peligrosa?— dijo mientras se acomodaba los lentes.
El hombre solo soltó un suspiro para ponerse de pie y comenzar a caminar asia uno de los autos que estaban en reparación.
—Lo vagos, son una pandilla latina— mientras comenzaba a trabajar en el auto.
—Ja, buen chiste, latinos en Japón— dijo la chica con un tono de burla.
—Muzutafu es una de las pocas ciudades en Japón que tienen una comunidad latina, ellos vinieron hace 2 años por uan reparación, Izuku los atendió y quedaron muy satisfechos con el trabajo que le ofrecieron un trabajo, nada complicado solo ser chófer para ellos en algunas ocasiones, para mi sorpresa el acepto pero con sus reglas—
—Que clase de chófer?— dijo la chica con intriga.
—Era el chófer de los miembros que cometían robos, ellos solo recurrían al chico por que nunca les fallo, siempre se las ingeniaba para despistar a los policías, no me sorprendería que su muerte sea para saldar una deuda con alguna banda rival, y si quieres un consejo niña deberías de dejar de hacer preguntas, por tu seguridad más que nada— dijo para centrar toda su atención en el auto.
Mientras que a Melissa se le comenzaron a formar miles de preguntas como: ¿acaso el peliverde era un ladrón profesional?, ¿su muerte no fue un accidente?, ¿desde cuando se junto con la comunidad latina? Estas y otras preguntas se generaban en su mente pero tristemente estas no encontrarían respuesta de una forma sencilla.
[...] Bar Y karaoke El Madrazo.
Vemos a una peliverde entrando a un bar, lo mas curioso de este es que estaba ubicado en los barrios latinos de la ciudad, por lo que para ella el lugar se sentía muy diferente a lo que acostumbraba, por lo que decidió apresurarse con su competido para salir de ahí lo más rápido posible, ella se acercó a una de las camareras pero en el camino chocó con una chica de ojos alargados, la piel clara, además que su cabello era de un negro opaco el cual tenía un mechón recto puntiagudo colgando en su frente por el lado derecho y el resto de su cabello estaba atado en una cola de caballo grande y puntiaguda.
—Oye fijate por donde vas— dijo la amiga de la pelinegra la cual tenia una complexión delgada, cabello morado y dos tomas de jack que colocaban de sus orejas.
—Disculpa— respondió en voz baja la chica de cabello verde para continuar con su camino.
Una vez llegó donde la camarera está le tocó el hombro para llamar su atención.
—Si, sea Bienvenida en seguida la atenemos— dijo mientras se volteaba para ver a la chica.
Al hacerlo esta se sorprendió ya que era idéntica a su compañero de trabajo.
—No mames güera, eres idéntica a un chico que le da duro a la chamba acá— dijo emocionada.
—Que?— dijo la peliverde ya que no entendia nada de lo que la chica le decía.
—Ay discúlpeme señorita, es que los que vienem acá son gente que está acostumbrado a los modismos, pero dígame, en que la puedo ayudar?— pregunto de forma amable.
—Necesito saber si usted me puede dar información de Izuku Midoriya, es mi hermano— dijo la chica algo preocupada.
—Con razón el parecido, pues el trabajaba medio tiempo acá, servía los tragos y aveces cantaba para entretener al público, era alguien increíble cuando tenía el micrófono en la mano y su español era increíble, aunque claro yo misma le enseñe a hablarlo— dijo orgullosa por esa acción.
—Entonces mi hermano era alguien que sabía más de un idioma?— dijo sorprendida ya que eso demostraba lo poco que conocía al chico.
—Si, sabía hablar Japonés, Español, Francés, Italiano, Ruso y estaba aprendiendo Rumano— dijo mientras limpiaba una mesa.
La pecosa comenzó a sentirse mal por haber ignorado demasiado tiempo al chico ya que al parecer no era el inútil que cierto rubio le hizo creer que era.
—Señorita, una pregunta me puede ayudar a cobrar el último sueldo de mi hermano— dijo con un tono triste.
—Pues eso sí que no se podrá señorita— dijo algo triste por la chica mientras iba detrás de la barra.
—Por qué?— cuestionó con confusión.
—Es que hace unos meses alguien vino y lo cobro, honestamente no se quien sea— tomo una botella de wiski para luego sacarle el corcho con la boca —lo único que vi ese día, fue que un chico de cabello largo con capucha llegó en un auto, le entregó al encargado un papel y después de eso el encargado le dio un cheque y esa noche luego de que el joven se fuera nos aviso que el pobre Izuku ha Iá fallecido en un accidente de vehicular— dijo para servirce un trago y tomárselo de golpe.
—Bueno gracias señorita— dijo Hiromi algo triste ya que con ese dinero iba a pagar la renta del departamento.
Una vez la chica salió del edificio camino una cuadra hasta que se topo con algo del arte urbano de ese barrio.
La chica se sintió extraña al ver ese grafiti pero en eso su teléfono comenzaría a sonar sacándola de sus pensamientos por lo que atendería la llamada.
—Hola? Si habla Hiromi Midoriya— dijo para luego escuchar la voz de un oficial de policía.
—Señorita Midoriya, lamento molestarla pero, tengo que notificarle que la tumba de su hermano Izuku Midoriya a sido profanada— dijo con un tono cansado.
—Que?, como que profanaron la tumba de mi hermano, cuando pasó eso?— dijo la chica completamente molesta.
—Hace unos meses, no le notificamos de inmediato debido a que se estaba armando un caso al rededor del suceso—
—Maldita sea, y no han hayado alguna pista?—
—Si, junto a la escena se hayaron unos lentes—
La chica dejó de prestar atención cuando escucho lo que se habia encontrado en la escena, no habia que ser muy lista para saber a quien le podrían pertenecer esos lentes por lo que simplemente espero a que finalizara la llamada para ir a ver a su ex cuñada.
[...]
Con la mencionada esta estaba en su laboratorio buscando algo con demasiada desesperación al punto de tirar al suelo sus escritorios y mesas de trabajo, pero tal parece que todo era en vano ya que el libro no estaba por ningún lado cosa que la ponía demasiado furiosa de la nada escucharía una risa la cual haría eco por toda la habitación hasta que sintió un escalofrío recorrer su espalda, por lo que se giraria hacia atrás encontrándose con un hombre de edad avanzada.
—Veo que has perdido algo jovencita— dijo el hombre con un tono elegante.
Por su parte la rubia sólo miraría con rabia al hombre.
—Si buscas el Dark Hold estas perdiendo tu tiempo, este no se encuentra aquí— dijo la rubia tratando de sonar amenazante.
—Por favor crees que vendría hasta aquí por ese viejo libro, no, realmente no, solo vengo para decir que tu deuda está saldada, tuviste entre tus manos todo el conocimiento sobrenatural y ahora tienes el quirk que es capaz de destruir al mismo All Might e incluso me atrevería a decir que puedes destruir a All For One con mucho entrenamiento claro esta— dijo mientras caminaba al rededor de la chica de lentes.
—Así que ya te llevaste el alma De Bakugou?— dijo con una sonrisa burlona.
Por su parte el hombre solo seguía caminando al rededor de la chica para luego esbozar una sonrisa.
—O por favor dime que no creíste que eso me engañaria? El trato era conocimiento y poder y yo a cambió obtendría el alma de la persona que más amabas, puede hayas engañado tu mente e incluso tu corazón, pero tu alma— en eso el hombre se detuvo y de la nada apareció detrás de Melissa con una sonrisa de dientes afilados, cuernos que sobresalían de su frente y su sombra había cambiado a la de un demonio con grandes cuernos —AL ALMA NUNCA SE LE PUEDE ENGAÑAR Y MENOS A MI— dijo con una voz demasiado grave la cual hizo que la chica se moviera lo más rápido de ahí para hacer una gran distancia con el hombre.
Apesar de estar asustada la chica intentaría mostrarle al hombre que era una amenaza por lo que retomaría su mirada de enojo mientras que su puño se llenaba de energía.
—No gastes tu energía será inútil, pero supongo que este es el adiós, ambos cumplimos con nuestro acuerdo asique si no es molestia me despido— dijo con una sonrisa burlona.
En eso un rayo cayó iluminando el lugar y cuando este paso el hombre ya no se encontraba en la habitación, solamente había una chica demasiado molesta la cual comenzaría a cargar energía en todo su cuerpo causando una explosión.
Una vez la ojiceleste logró calmarse comenzó a caminar hasta su escritorio el cual no estaba tirado.
—Mobius, quiero que elimines todos los archivos relacionados al Dark Hold— dijo para sentarse en su silla favorita para luego tomar su laptop y comenzar a escribir un documento el cual título Proyecto X
En eso una voz robótica sonaría en la habitación.
—Eliminando los archivos relacionados con el Dark Hold, incluyendo el proyecto IX— dijo para luego dejar un silencio profundo el cual rompió el mismo —Eliminación de Archivos completada—
—Gracias Mobius, trabajar con cosas sobrenaturales son muy riesgosas, debemos centrarnos en la modificación genética— dijo mientras una lagriba caía por su mejilla, lo que ella no sabía es que esa sería la última lagrima que derramaria por el resto de su vida.
CONTINUARÁ....
Si les ha gustado el capítulo dejen su estrellita y su comentario, eso me motiva a seguir actualizando.
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