¿Sientes algo por Lisa?
LISA
—No necesito tu dinero —me rodeó en pasos lentos—. Pero lo que si me interesa es... —en mi mente, estaba gritando y llorando, hasta que dijo que le interesaba algo—, saber dónde está tu novio con el que venías —mis esperanzas de salir de aquí viva se desvanecieron. No pondría en peligro a nadie más—. No intentes protegerlo —al notar que ya no decía nada, tomó mi cabello, estirándolo—. ¡Habla! —negué— Está en la casa, cierto —me aventó al suelo con fuerza. Caí pegándome en la parte izquierda de la cara en el suelo deteriorado, enterrndome piedras en ese pedazo. Cerré los ojos, tratando de hacerme pasar por inconsciente. A pesar del dolor, logré quedarme quieta— ¡Diablos! —Al parecer funcionó ya que salió de la habitación. Eso me dio tiempo de pararme, fue difícil pero lo logré.
Mi padre me había enseñado cómo romper los cinchos, así que lo intenté. Elevé mis manos atadas y con fuerza probé separar las manos haciendo que toparan con mi estomago—Vamos... —murmuré. Lo hice una vez más y esta ocasión si se pudo. Me tiré de nuevo al piso escondiendo el cincho roto. Después de un rato regresó. Me lanzó agua a la cara, fingí despertarme.
—¿Ahora si me vas a decir? —negué. Hizo un gesto de enojo. Tomó mis brazos para sentarme de nuevo en la silla. Menos mal que me ayudo desde la espalda, sino se hubiera dado cuenta— Te quitaré esto de los pies —se agachó sin ver mis manos, me lo quitó con una navaja. Al momento que lo hizo, pateé la navaja. Está cayó alejada de nosotros, aproveché y le pegué con el puño en la cara, él retrocedió para cubrirse la parte de la cara adolorida. Por mi parte corrí hasta la puerta, tuve suerte de que estuviera abierta. Rápidamente salí. Subí las escaleras. Me sentí menos intranquila cuando llegué a la sala vacía. La puerta principal estaba cerrada con llave, así que opté romper una ventana. Lo hice, mi mano comenzó a sangrar, dado a que no había usado algo para cubrirme. Pero en esta situación no me importaba, lo único que quería era salir de aquí. Tumbé los trozos de vidrio que quedaron ahí.
Por la ventana pude ver a un par de chicos hablando. Dispuesta a salir saqué mi pierna—¡Ayu...! —traté de gritarles, pero unas punzadas de dolor en mi cabeza hicieron que cayera al suelo. El hombre me había golpeado con un palo, eso fue lo que vi antes de perder la conciencia.
JONATHAN
—¿Estás seguro de que era por aquí? —le pregunté a Henry.
—Sí, estábamos frente a esa casa —apuntó a una de color amarillo. Aparqué en frente de ésta y salimos del carro.
—Bien, tú por allí y yo por acá
—No, yo ni siquiera conozco al tipo —tenía razón. De repente se escuchó vidrio quebrándose—. ¿De dónde provino eso? —me encogí de hombros— Como sea. Creo que Lisa vio al tipo de este lado, podemos ir y buscarla por allá.
—Está bien —comenzamos a caminar. No me imagino una vida sin Lisa. Es mi mejor amiga desde que era casi un adolescente, no puedo perderla ahora. Y no me malinterpreten, no tengo algún otro sentimiento que no sea una amistad hacia ella. Simplemente quiero que regrese viva. Qué pasaría si no regresa, si la mataron o si ella era la que rompió la ventana pidiendo ayuda—. ¿Crees qué la encontremos? —hablé para alejar los malos pensamientos.
—La encontraremos —me trató de convencer, desvíe la mirada—. Oye, sé que no es momento de hablar de esto pero... ¿Tú sientes algo por Lisa?
—No, nunca he pensado en ello —y prefería no hacerlo.
—Que bien —volteé a verlo raro—. Es que, bueno, pienso que es linda —asentí.
—Mira —apunté a la casa amarilla. Ambos nos agachamos en una esquina de alguna casa. De la casa antes mencionada salió un hombre, no estaba seguro de que fuera el que estamos buscando. Hasta que pasó en su carro y nuestros ojos se cruzaron. En ese momento me quedaba claro que debíamos correr. Ya sabía donde estaba Lisa, pero sería un suicidio si vamos por ella ahora. Henry me estiró de la camisa porque me quedé paralizado. El tipo detuvo el auto no tan alejado de nosotros, salió con tal de ir por nosotros pero ambos corrimos.
—A la casa —negué—. Pero ahí está Lisa.
—¡Nos están persiguiendo! —Henry rodó los ojos.
—Tengo una idea —se detuvo y yo también lo hice.
—¿Qué haces?, vamos.
—Entremos en la casa —me interrumpió antes de decir que no—. Confía en mí, nos iremos con Lisa de aquí —asentí resignado. Al querer abrir la puerta ésta estaba cerrada con llave. La abrimos con una patada y entramos—. Tú ve a buscar a Lisa y yo distraigo al tipo.
Él me ayudo a abrir una puerta que también tenía candado, baje las escaleras, abrí otra entrada al sótano y entré para encontrarme con Lisa tirada en el suelo inconsciente. Rápidamente llegué a su lado—¿Lisa? —intenté moverla pero no respondió. La cargué y subí las escaleras esperando que Henry haya hecho algo. Me sorprendí al ver al hombre que nos perseguía en el suelo y a el chico esperándome.
Al llegar al auto coloqué a la chica en el asiento trasero. Arranqué el carro para dirigirnos a la casa ya que teníamos que recoger nuestras cosas e irnos de allí en cuanto antes. Logramos llegar a la casa sanos y salvos. Henry bajó por todo lo que necesitábamos y al cabo de un rato regresó para ponerme en marcha de nuevo—Fue muy incomodo cuando tuve que colocar la ropa interior de Lisa en una bolsa.
—Henry, eres un idiota —los dos miramos a la chica rubia en la parte trasera. Ya había despertado y se veía fatal—. Jonathan, mira hacia delante. Sino nos mató aquel hombre, lo harás tú.
—¿Qué te hizo es tipo? —preguntó el otro rubio. Lisa negó.
—Creo que es muy obvio —vi que señalaba su parte izquierda de la cara—. Aún no puedo creer que ustedes, par de imbéciles, me salvaran.
—De hecho fue Henry —aclaré—. Cuando volví contigo en brazos, él había noqueado al tipo. Y quiero pensar que sólo lo dejó inconsciente, ¿cierto?
—Sí, tranquilo, yo no maté a nadie —Lisa se enderezó y se sentó.
—Los abrazaría pero me duele todo —hizo una mueca de dolor—. ¿Y qué vamos a hacer ahora? ¿A dónde vamos? —me encogí de hombros.
—Iremos a buscar algo para curarte —ella asintió—. Después encontraremos un lugar donde quedarnos —volvió a asentir. El resto del camino nadie dijo nada. Volteé a ver por el retrovisor a Lisa después de un rato, miraba por la ventana derecha y al parecer sintió mi mirada porque me miró por el espejo pero la desvió rápidamente. Observé a Henry quien estaba dormido y fue cuando la pregunta que él me había hecho resonó en mi cabeza de nuevo: "¿Tú sientes algo por Lisa?"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro