Mentiras
HENRY
Miré la foto de la chica que me habían mandado a mi celular "es ella, necesito que la sigas, la ultima vez que la vi se fue al norte , donde estas tú...". Mientras caminaba por el pasillo del supermercado que daba en dirección a la puerta principal, miré a una chica pasar, se parecía mucho a la de la foto. Opté por seguirla, hasta que llegó a la sección de carnes frías, confirmé que era ella. Eso fue un golpe de suerte.
Agarró una charola y fue cuando intervine—No te recomiendo comprar eso —me miró extrañada—, la carne de aquí no es muy buena —no me respondió, se miraba algo incomoda —. Viví en el baño por una semana —rió, creo que piensa que soy raro y en realidad si lo soy—. Me llamo Henry —me presenté.
—Lisa —dejó la charola para estirar la mano y saludarme—. Jamás había hablado con alguien en el supermercado —se rascó la cabeza.
—Lo sé, es raro que alguien lo haga —reí—, lo que pasa es que vine a buscar algo para poder llevarme mientras estoy fuera de casa.
—Yo igual. ¿Vas a viajar o algo? —negué.
—No, estoy huyendo de casa, pero no se lo digas a nadie —hizo como si estuviera cerrando su boca con un zipper.
—Yo estoy haciendo exactamente lo mismo —desvió la mirada—, ¿te gustaría venir con nosotros? —sonreí, eso era exactamente lo que quería que dijera.
—¿Nosotros? —ella asintió— Está bien, voy con ustedes.
La seguí hasta un motel algo lujoso, ella abrió la puerta dejándome ver a un chico dentro, no le tomé importancia y seguí platicando con Lisa—¿Quién es él? —miró a la chica rubia que estaba frente a mí.
—Me llamo Henry —miré de nuevo a Lisa y le pregunté algo.
—Lisa puedes venir —el chico pelinegro le habló. Me senté en un pequeño sillón e intenté prestar atención a lo que decían, pero no podía escuchar nada—. Henry —el chico estiró su mano para saludarme—, soy Jonathan —le estreché la mano.
En el trayecto a la casa de Lisa y después de encontrarnos con aquella chica en el camino, en mi mente venía riendo a carcajadas, era obvio que a Lisa le gustaba Jonathan y amaba su cara cada vez que él le decía algo coqueto a la chica—¡Genial! —miré a la chica rubia con cara de pocos amigos— Al principio solo eramos dos —intente no reír, así que me salió una mueca divertida, nadie se percató de eso.
Lo más divertido de todo es que la chica vivía a un lado de la casa de Lisa—Deberías pasar la tarde con nosotros —le dijo Jonathan a la chica. Miré a Lisa, estaba furiosa.
—Claro —dijo la chica mientras retaba a la otra echándole una mirada por el espejo.
—¡Qué no! —Lisa casi gritó y llamó la atención de todos— ¡Basta Henry! —me defendí diciendo "yo no dije nada". Salió furiosa del carro, azotando la puerta. La seguí, e intenté hablar con ella pero casi me golpea al hacerlo.
La noche llegó, Lisa estaba paranoica, yo estaba adolorido y Jonathan confundido. Me encaminé hacia el dormitorio de Lisa, toqué la puerta ya que estaba cerrada—¿Quién es? —escuché temor en su voz.
—Soy yo, Henry —abrí la puerta en cuanto dije eso. Ella estaba sentada en una esquina de su cama y me sonrió cuando me vio. Se notaba en sus ojos que había llorado—. ¿Estabas llorando?
—No seas estúpido, Henry, claro que estuve llorando —di una pequeña sonrisa. Se levantó, caminó hacia mí y me abrazo—. Lamento mucho lo de tu mamá —le regresé el abrazo, aun que lo de mi mamá fuera una mentira que me inventé. Me sentía bien, hace mucho que no me abrazaban, me gustaba sentir el calor de otra persona.
Ella se separó de mí—Vine a preguntarte —sus ojos angelicales divagaban por mi cara con curiosidad y me perdí en ellos, jamás me había sentido tan nervioso. Mis manos estaban sudorosas y temblorosas. Ella frunció el ceño y me hizo volver a mí—... ¿dónde duermo yo?
—En un lado de mí habitación, ahí también es un cuarto —asentí, me encaminé hacia la puerta con la intención de ir al cuarto. Pero Lisa me detuvo.
—Henry —me miró luego de que acomodara su cobertor—, podrías quedarte conmigo, en lo que me duermo. De un acesino a un desconocido —hizo una balanza con sus manos. Asentí y me senté a un lado de ella.
—Jonathan, él sólo... —Lisa me interrumpió.
—Es un idiota —se sentó a un lado de mí—, no puedo creer que me guste él.
—Yo también —rió y yo con ella. Me dio un leve empujón en el hombro. Al parar de reírnos nos miramos por unos segundos, hasta que Lisa se acercó y me besó. Me tomó por sorpresa, pero yo también le correspondí, el beso se intencificó y ella se puso sobre mí, puse mis manos en su trasero. Lisa le dio un jalón a mi camisa para intentar quitarla, lo hizo, lo logró y yo también con la de ella.
Sus jadeos y gemidos, hacían que me exitara más, le di la vuelta y la recosté debajo de mí, iba a quitarle el short cuando ella me detuvo—Henry, esto no está bien.
Me separé de ella—Tienes razón, lo siento —levanté mi camisa que yacía en el suelo—. Tengo que ir a dormir —caminé de nuevo hasta la puerta, pero de nuevo Lisa me detuvo.
—Henry, esto nunca pasó, por favor. No le digas a nadie —se colocó la blusa y apagó su foco. Asentí y salí cerrando la puerta. Que demonios había sido eso.
Llegué a la habitación, me recosté en la cama y miré el techo. Di un gran suspiro, me di la vuelta e intenté dormir.
Benji se había llevado a Lisa, pero aquí no iba a acabar su persecución, al menos para mí. Jonathan fue por la chica al sótano de esa casa amarilla. Benji llegó.
—Bien ahí los tienes, puedes hacer con ellos lo que se te plazca —le dije y me estaba aproximando a salir, pero no quería, me sentía culpable por primera vez, así que me giré y lo miré—. O... —él me miró con una ceja levantada—, hago que ganen un poco más mi confianza y después, pum —hice una bola con mi mano e hice como si aplastara la otra—, los acesinas —no tenía nada de sentido, pero aún así él aceptó—. Ahora tirate al suelo, como si te hubiera golpeado.
Jonathan regresó con Lisa en sus brazos, estaba golpeada, su ceja estaba sangrando. Me dolió verla así, ella solo era una chica asustada, no se merecía esto y mucho menos Jonathan.
En la habitación del motel en que por ahora nos estábamos hospedando, aproveché y le marqué a Benji.
"¿Qué quieres Henry?" Las voces y los gritos del otro lado, me aturdieron, estaba pensando en las palabras adecuadas para retirarme, pero me daba miedo.
"Lo siento Benji, ya no puedo seguir haciéndoles esto a estos pobres chicos" Rió cínicamente.
"Sabía que te ibas a doblegar, siempre pones a tus sentimientos primero" Suspiró.
"Dejalos ir y matame a mí"
"Esta bien, si eso quieres" volvió a reír "es por la chica, ¿verdad? "
No respondí y colgué. No quería escuchar de nuevo su voz. Tiré al suelo el artefacto y lo pisé hasta que sólo quedó trizas.
Me estaba sofocando, así que salí de la habitación, encontrándome con Lisa afuera de la habitación de Jonathan. Esto es muy incómodo.
Encontramos a una chica en medio de la carretera y con ella un hogar temporal. Había pasado una semana de que estábamos ahí, no le había dirigido la palabra a Lisa desde que descubrí que ella y Jonathan eran novios.
Mi mala suerte vino cuando ella se ofreció a ir al supermercado conmigo, no quería hablarle pero sería descortés dejándola hablando sola. Al salir de la tienda, sin el pedido de Víctor y con un par de botellas de whisky. Nos sentamos a un lado del coche en unas piedras grandes, Lisa destapó una de las botellas y le dio un trago.
—Esto sabe horrible —le dio otro trago—. Me gusta.
No quería sacar el tema de conversación de cuando casi nos acostabamos, pero era inevitable, esto estaba rondando en mi cabeza toda la semana—Lisa, lo que sucedió hace una semana en tu habitación...
—No —habló interrumpiendome—, es estúpido Henry, eso nunca debió pasar y me disculpo por lo que hice —dio un trago, pero esta vez más largo.
—Me rompiste el corazón Lisa —ella tomó la otra botella y también bebió de ella, ya que la otra ya sé la había terminado.
—No me reproches nada —el alcohol ya se le había subido a la cabeza. Se subió al carro y espero a que yo también lo hiciera. Lo hice, me subí y comencé a conducir.
—Lisa me gustas, me gustas mucho y creo que Jonathan no te merece —ella no dijo nada. Se estaba quedando dormida en el asiento—. Hey, tienes que decirle a Jonathan lo que hicimos.
—¿Qué hicimos? —tal vez no me aproveche de alguien borracho físicamente, pero si mentalmente.
—Vas a decirle a Jonathan que estábamos jugando verdad o reto, elegiste reto y el reto era besarme —se sorprendió.
—¿Yo hice eso? No está bien —negó con su cabeza y después asintió—, le diré a Jonathan, él tiene que entender que fue un error.
Le di un sorbo a él whisky cuando llegamos y me hice pasar por borracho. Lisa y Jonathan terminaron por mi culpa, Lisa mató a un policía y casi se mata a ella también.
Benji nos atrapó, dejándome a mí como el malo, me iba a llevar con el jefe y decirle lo de mi traición hasta que Lisa interrumpió todo llamándolo papá. Benji casi se desmaya, si se entera el jefe todo lo que le hizo a Lisa, será hombre muerto y probablemente yo también.
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