You're hot, Cupcake
Floch avanzó entre las callejuelas de Zaun buscando un atajo a la Ciudad del Progreso. Muchos Zaunitas todavía se movilizaban como ladrones, sabía que Vi incluso lo hacía por diversión, pero Floch no hallaba la hora de terminar con todo eso. Algún día el treparse por los tejados iba a ser algo para contar a sus nietos. Sus hijos y sus nietos vivirían tan cómodamente como los niños de Piltover. Saltó un techo y un balcón, pisando fuerte, alertando a los moradores; él no se iba a esconder. Los Zaunitas no eran criminales, eran personas tan dignas de libertad y aire puro como cualquier ser humano.
Ezreal intentó seguirle el paso, pero no pudo evitar quedarse atrás sin siquiera alcanzar a llegar a Piltover. Él no se había criado en Zaun como Floch, Vi y Ekko y eso a veces lo hacía sentirse fuera de lugar, sabía luchar, más no sobrevivir. Se trepó a un balcón y se aferró a los barrotes hasta subir para tomar un descanso, las luces de la casa estaban encendidas, lo cual era extraño ya que acababa de entrar la madrugada. Estaba en casa de Renata. Ahí estaba Jinx. Ezreal pensó que tal vez sería buena idea informarle de lo que acababa de ocurrir, para que tuviera cuidado por si llegaba a encontrar vigilantes de Piltover en su camino. Tal vez iniciarían una especie de conflicto entre ambas ciudades y ella tendría que luchar, le emocionó la idea de pelear junto a Jinx, y verla haciendo explotar todo. Boom!
—¿Ezreal? —la voz de Renata interrumpió sus pensamientos.
El joven se enderezó y vio a Renata de pie junto a la puerta abierta de su balcón, ella lucía preocupada y aun vestía ropa casual. Unos pantalones negros de tiro alto y un cárdigan tejido que abrigaba su cuerpo delgado y distinguido.
—Señora, buenas noches —saludó el joven respetuosamente, tratando de disimular sus nervios—. Todo está bien —puso el parche antes de la herida con su usual torpeza.
—¿Pasó algo? —preguntó Renata preocupada.
Él le habría preguntado lo mismo de no ser porque Renata se acababa de adelantar.
—Fuimos atacados por vigilantes de Piltover. Mataron a guardias de los nuestros y Camille... quizá no se salve.
La mujer llevó una mano a su pecho y soltó algo parecido a un sollozo. Entendió que todo era más grave de lo que imaginaba. Sabía que estaría en problemas porque Vi llegaría antes de lo estimado.
—Tienes que ayudarme, Ezreal —pidió con tono de súplica, tomando las manos del muchacho—. He perdido a Powder, ¡se ha escapado! —confesó, aterrada.
—¿Tiene idea de a dónde...
—Solo hay un lugar al que creo que pudo ir...
—A la boda de Jayce y Mel Talis. Mierda. Esto es un problema.
Dejó el agua del lavabo correr y se tomó unos segundos para ver su rostro reflejado en el espejo. Dejó escapar el aire y mojó sus manos con el agua fresca. Su corazón todavía latía rápido a pesar de que el baile había acontecido hacía varios minutos. Llevó sus manos húmedas a la parte posterior de su cuello, por si aquello le ayudaba a serenarse para seguir guardando las apariencias frente a los invitados.
Asumió que Vi probablemente ya se había ido, no esperaba menos de alguien con su carácter, la paciencia no era una virtud con la que Vi hubiera sido bendecida. Era irse o agarrarse a golpes con alguien, y esperaba que hubiera optado por lo primero. Sonrió como boba frente al espejo recordando lo bella que se veía su chica usando un vestido. Bueno, a decir verdad, ella se había enamorado de Vi con ésta usando ropa de pandillero (y para colmo, robada), en realidad nunca le había importado mucho la manera de vestir de su chica. Ella era atractiva incluso desnuda. Sintió como el calor subía a sus mejillas y cerró los ojos negando con la cabeza como una tonta.
Unos pasos acercándose al baño interrumpieron sus pensamientos. Era un compás marcado por tacones. Era una chica. Los pasos se detuvieron justo frente a la puerta cerrada y alguien golpeó la puerta.
—Pase —dijo, volviendo a lavar sus manos, lista para salir.
Caminó hacia la puerta mientras la recién llegada entraba. Su plan era pasar por su lado sin siquiera prestarle atención, pero la otra se interpuso en su camino y Caitlyn inevitablemente la miró.
—Hey, ¿Por qué la prisa?
Vi.
Mierda, casi pudo apostar a que sus manos se secaron en seguida por la ola de calor que la inundó. Encogió los dedos de los pies en sus zapatos de tacón al sentir esa mirada sobre ella.
—Pensé que te habías ido —explicó Cait, tartamudeando un poco.
—¿Irme sin despedirme de mi chica? —comentó Vi, cerrando la puerta con el pie—. Como podría irme sin haberte besado, ¿tan mala novia crees que soy?
—No... Yo solo...
Caitlyn se sonrojó y cuando Vi dio un paso al frente para acortar la distancia entre ellas, la sheriff por instinto acarició los hombros descubiertos de Vi y sus dedos siguieron el recorrido hasta posarse en ese cabello rosa. Unieron por fin sus labios y se besaron con necesidad. Ambas ansiaban un encuentro a solas para besarse y mimarse lejos de la mirada entrometida de los demás.
Vi avanzó y Cait se dejó llevar hasta que sintió como las manos de Vi se aferraban a su trasero. Ella entendió lo que seguía, tomó impulso y se sentó en la encimera al lado del lavabo, separó la piernas luego de que Vi le subiera el vestido hasta la cintura para que sus muslos pudieran separarse mejor. Continuaron deleitándose con besos, Vi sumergió la lengua en la boca de su compañera y esta la aceptó, jugueteando con su propia lengua.
Vi comenzó a besar el hombro de Cait y bajó con delicadeza el tirante del vestido. Caitlyn no se dio cuenta de que uno de sus pezones había quedado al descubierto hasta que sintió la boca de Vi saboreando su pezón con suavidad.
La mano de Violet recorrió el centro de Cait que ya estaba húmedo, prueba de que deseaba esto tanto como ella. No fue necesario quitarle la ropa interior, solo hizo a un lado la tela de las bragas y deslizó las yemas de sus dedos por la hendidura mojada, hacia arriba y hacia abajo. Su pulgar diestro se posó en el clítoris de la sheriff y la chica echó la cabeza hacia atrás hasta casi rozar su nuca en el espejo.
"Más" deseó suplicar, pero no fue necesario pedirlo, Vi estaba para complacerla.
La chica metió dos de sus dedos en el interior de Cait y ella comenzó a gemir, disfrutando inevitablemente. Sus caderas respondieron al vaivén de Vi, obedeciendo a su ritmo.
—Detente —pidió de pronto. Trató de cerrar sus muslos y hacer que Vi retrocediera para dejarle su espacio. Ella obedeció.
—¿Qué ocurre?
—¿Qué ocurre?, es la boda de mi mejor amigo, hay un montón de invitados ahí afuera y cualquiera podría entrar aquí y... encontrarnos, ¿no te das cuenta? —explicó poniendo sus tacones de vuelta en el suelo y acomodándose el vestido.
—Me importa un carajo, Cupcake. Ya se casaron, todo salió muy bien, ahora serán felices y comerán perdices, ¿dónde será la luna de miel?, ¿en Aguas Estancadas? —comentó con sarcasmo.
—Muy graciosa.
A Caitlyn no le hizo gracia. Se cruzó de brazos y Vi quiso continuar diciendo "Gracioso él, que se casa mientras alguien o algo amenaza la vida de los habitantes de Piltover" pero vio la cara de la sheriff y se dio cuenta de que decir algo así era causal de rompimiento seguro, por lo que prefirió omitir sus comentarios. Descruzó los brazos de su chica y le tomó las manos.
—Quiero besarte, ¿puede ser?, lo he deseado toda la noche. Quiero tocarte y follarte hasta que olvides quien eres.
"Hasta que olvides que eres la Sheriff y yo la maldita jefa de guardia. Solo tú y yo, Caitlyn. Solo dos personas normales que se aman y no tienen que avergonzarse por ello."
Cait guardó silencio. Vi dejó escapar el aire contenido.
La sheriff volteó hacia el espejo sin saber qué hacer además de arreglarse el cabello porque en su mente todos se darían cuenta de que había follado en el baño como las jovencitas alocadas que se han pasado con los tragos. Ella estaba ebria por amor, lo que era todavía peor, el efecto del alcohol en la sangre al menos es temporal, lo que ella sentía por Violet definitivamente no lo era. Vi era su bebida favorita, embriagadoramente hermosa y sensual, era también el agua para calmar su resaca, fuerte y segura. No tenía escapatoria, no tenía más opciones. La quería. La deseaba. Mierda. Pero luego recordaba que estaba el deber, las reglas de moral, el decoro, lo correcto.
—No me mires así —pidió, viéndola a través del espejo—. Este no es el lugar.
—Para nosotras ningún lugar ha sido realmente el lugar, Cupcake.
Cómo olvidarlo. Su habitación, la sala de entrenamientos, el escritorio del departamento de vigilantes, el burdel, ¡el laboratorio de Jayce!, ninguno había sido el lugar el correcto y, aún siendo la Sheriff de Piltover, osó faltar vilmente a las leyes de moral y de las buenas costumbres. Ellas simplemente no podían estar juntas, por lo que, en realidad, ningún lugar era el lugar correcto para hacer lo que ellas hacían.
Vi percibió la duda en los ojos de Cait y también percibió la rendición, esa mirada suplicante le dijo "Tócame, aunque mi boca te diga que no, por favor, tócame". Violet fue consciente de su propia humedad entre sus muslos con solo apreciar lo perfecta y hermosa que era Caitlyn, con solo ver desde arriba la curva perfecta de su cuello y luego bajar hasta la apetitosa elevación de su busto. El perfume que llevaba en ese momento sin duda debía ser una especie de pócima mágica porque no recordaba que hubiese olido tan maravillosamente antes. Se acercó por la espalda, su aliento le rozó el hombro y estremeció a Caitlyn. Se inclinó para besar la piel al descubierto y bajó el tirante del vestido una vez más. Cait volvió a acomodarse la prenda para evitar enseñar demás y esto casi mató a Vi, quien en su cabeza solo estaba imaginándose lo que sería lamer esos perfectos pechos, luego de desnudarlos por fin. A Caitlyn le gustaba ese juego, pero Vi, que tenía una forma más agresiva de jugar aun sabiendo que llevaba todas las de perder, levantó el vestido de su compañera y posó su mano en el monte de venus. Sus dedos no perdieron tiempo y se metieron debajo de la ropa interior de la Sheriff, sintiendo el encaje y su piel de terciopelo. Estaba empapada, pero no iba a decirle lo obvio como una idiota, sonrió victoriosa y ese sonido profundo tan cerca del oído de Cait fue la perdición de la sheriff. La recorrió con dos dedos de un lado a otro. Ella entreabrió un poco sus ojos para ver su reflejo desde su cintura hacia arriba. Casi no pudo creerlo, la mujer frente a ella se estaba retorciendo de placer entre los brazos de una hermosa pelirroja llena de tatuajes.
—Bésame, Cupcake —pidió, y ella obedeció, volteando un poco su rostro hacia el lado para alcanzar los labios de su compañera.
El dedo de Violet aterrizó en esa cúspide mágica entre los muslos de su chica y le arrancó un gemido que provino desde lo más profundo de su garganta. No perdió el tiempo, su nariz se hundió rápidamente en el cuello de Cait para perderse en el aroma dulce y fresco que había entre el cabello y el cuello y sonrió al sentir como la torturaba y sus pliegues se ceñían a sus dedos con cada vez más imperiosa necesidad. Lamió el espacio de piel de su cuello y sus dedos continuaron jugando con ella sin misericordia.
Cait ahogó un pequeño grito cuando la mano de Vi se metió bajo la tela de su vestido y le pellizcó un pezón para luego agarrar el seno con fuerza. A Vi la boca se le hizo agua. Inclinó un poco a Caitlyn hacia adelante y esta apoyó ambas manos en la mesada dorada frente a ella. Reprimió otro grito de sorpresa pero tampoco detuvo a su chica cuando esta volvió a levantar su vestido y dejó su trasero al descubierto. No la detuvo cuando le deslizó la ropa interior y esta acabó a sus pies. Vi humedeció sus dedos con la saliva, Caitlyn la vio a través del espejo mientras se deleitaba con su sabor. Su vagina ansiaba comerse los dedos de su chica e intercambiar caricias pero, en lugar de eso, recibió una nalgada dura en cada uno de sus glúteos y gritó sin poder evitarlo.
—Detente, por favor, así no —exigió.
—¿No? — preguntó Vi, metiendo dos dedos en el interior de su chica sin previo aviso. Cait inevitablemente se corrió sin darle a tiempo a Vi ni siquiera para moverse dentro de ella—Dile eso a tu vagina porque a ella parece que sí le gustó.
—Cállate... joder —su voz aun temblaba, más aun porque Vi supo dónde acariciar para alargar ese orgasmo—. Claro que me gusta.
—Ya lo sé —la manera en la que estaba palpitando al recibirla había sido la prueba irrefutable.
Caitlyn se volteó para rodear el cuello de Vi. Sus labios se posaron en los de su chica, mordiendo y provocando, Vi aceptó, gustosa de responder y Cait entreabrió su boca para dejar que la lengua de su chica pasara.
—Es mi turno —susurró contra los labios de Violet, su mano intentó levantar el vestido de su compañera con torpeza.
Vi rio un poco y la ayudó casi con la misma dificultad, tuvo que reconocer que ella también extrañaba su pantalón. Cait tenía por novia a una chica, pero era una completa inepta en lo que a subir vestidos se trataba, en cambio, ya sabía tirar de la correa del pantalón para acceder a lo que quería. Pese a lo frustrante que fue lidiar con tanta tela, Cait logró sumergir sus dedos dentro de Vi y su chica también volvió a sumergir sus propios dedos en el interior de Cait. Ambas gimieron.
—Mierda, Cupcake, carajo —gimió Vi apoyando a Cait contra el lavabo con algo de brusquedad, su otra mano agarró una de las nalgas de su chica y amasó enérgicamente. Sus caderas se acompasaron siguiendo el ritmo en la búsqueda de su mutuo placer.
Cait sintió el corazón de Vi en su oreja cuando apoyó su frente en el pecho de su chica. le acarició el rostro, la mejilla, la vio a los ojos y buscó sus labios para sellar todo en un apasionado beso; luego los gemidos continuaron, todavía tenían sus dedos sumergidos en el interior de la otra. Vi se inclinó, lamiendo mordiendo el cuello de su compañera y bajando hasta meter uno de esos deliciosos pechos en su boca, ya no podía soportarlo más y Caitlyn supo que su chica estaba desesperada por probarla.
Cuando Vi logró lo que quería empezó a sentir la descarga, como una canción salvaje, Cait continuó moviéndose haciendo uso de todos sus dedos para darle placer a su chica. La sheriff comenzó a gemir al sentir como Violet se movía contra ella, mientras los dientes de su chica le daban esa dosis justa de dolor placentero para luego soltarlo y lamerlo. Ambos pechos estaban al descubierto, ¿en qué momento había pasado esto?, no tenía idea, pero tampoco importaba.
Con el nombre de Vi en su garganta, Cait echó su cabellera hacia atrás, enseñó su cuello marcado y se corrió por segunda vez, moviendo sus caderas y subiendo su pierna a la cadera de Vi, fundiéndose con ella en un abrazo idílico.
Violet gimió y su chica atrapó ese gemido en un beso cuando todavía estaban recibiendo las poderosas descargas de sus orgasmos. Luego hubo más besos, respiraciones agitadas. Cait se sintió agobiada al recordar todo lo que había ocurrido esa noche.
—Necesito decirte esto... —la angustia subió hasta su voz y la quebró. Vi iba a bromear, pero sabiamente decidió contenerse y abrazar a su chica—. Todo es tan maravilloso cuando estamos a solas, pero somos un desastre para el resto y vernos juntas para todos es una locura, sus reacciones me hacen sentir ansiosa, inestable y no es agradable en lo absoluto, pero aún así, siento que lo único que hago es... Amarte con más fuerza.
Vi la miró en silencio, dejó que el vestido de Cait volviera a su sitio y le acarició las caderas por encima de la tela, luego volvió a estrecharla entre sus brazos fuertes, brindándole esa firme sensación de protección.
—Este no es el lugar correcto para una confesión como esa —comentó sonriendo.
Ambas habían aprendido que, en realidad, cualquier lugar podía ser el lugar correcto si ellas estaban compenetradas.
—Lo sé. Pero siempre pierdo la cabeza cuando se trata de ti, como una idiota, pero pierdo la noción del tiempo y del espacio y no puedo evitarlo, aunque luche. Es insano quererte solo para mí.
—Vamos a decirle a todos que estamos juntas, Cupcake, que sepan que nos amamos y si el mundo tiene que arder, pues que arda.
Caitlyn negó con la cabeza.
—No podemos hacer eso, no mientras no descubramos al o los asesinos que pueden o no tener conexión con la nueva droga.
—Podríamos hacerlo juntos si Piltover no desconfiara de nosotros.
—Vi...
Violet apretó los dientes, controlando su enojo.
—Yo quiero estar contigo, Cupcake, quiero darte todo lo que me has pedido y no te he podido dar.
—¡Oh! —ella desvió el tema intentando ser graciosa aún con algo de nerviosismo—. Así que me escuchabas cada vez que me quejaba.
Vi no pudo evitar torcer su sonrisa de autosuficiencia.
—Yo tampoco soporto que no seas lo primero que vea al levantarme —se encogió de hombros.
—Pensé que yo era la única que lo quería —los ojos de Cait se iluminaron y se humedecieron. Vi deslizó sus palmas ásperas por las mejillas todavía sonrojadas de su novia, lista para enjugar todas esas lágrimas.
—Alguien tenía que fingir que no para hacer las cosas un poco más fáciles.
—¿Y quién decidió que esa tenías que ser tú?
—Yo lo hice. De nada.
Con mucho esfuerzo logró quitar sus manos del cuerpo de Caitlyn, se acercó al lavabo para asearlas y finalmente tomó las bragas de su chica que aun estaban en el suelo.
—Dame eso.
—Olvídalo —jugueteó Vi, metiendo la diminuta prenda en su escote.
—No esperarás a que regrese a la fiesta sin mis bragas, ¿qué crees que soy?
Se acercó a Cait y la rodeó, mirándola fijamente, la arrinconó contra la pared (como en los viejos tiempos) y apoyó ambas manos a los costados de su chica.
—You're hot, cupcake.
—Necesito mis malditos calzones, Violet, no ser hot.
—Tu vestido es largo.
Antes de que su compañera pudiera protestar se inclinó para darle un beso, casto y suave sobre esos labios que idolatraba, pues eran tan hermosos y suaves como alas de mariposa.
—¡Te encontré! —gritó alguien luego abrir la puerta de golpe.
Lo siguiente que vio Violet fue a Floch apuntando con su arma de 9mm a Caitlyn. Su respuesta automática fue la de activar sus guanteletes Hextech para proteger a la sheriff, no de Floch, sino de la furia de su propia nación.
Nota de la autora
No puedo con Floch entrando dramáticamente como si acabara de descubrir una infidelidad xd, perdón.
Hello!
Espero se encuentren bien, yo estoy tratando de no morir ;;;;, tuve una semana difícil en lo que a salud respecta, así que, como diría Goku, denme un poco de su energía, por favor, no es para una genkidama, es para no morir.
Ahreno, ya me estoy pasando con el drama jajajaja.
Paso a dejarles mis saludos y mis agradecimientos por sus lecturas y votos!! Será hasta una próxima actu.
Maaga
Canciones que inspiraron este capítulo
✯♠🎼 Do I Wanna Know? ; Arctic Monkeys ✯♠🎼
https://youtu.be/IxIeIgfb-_k
✯♠🎼 Wallows ; Tommy Docherty ✯♠🎼
https://youtu.be/ZIvYrFkLFoA
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