Siempre creeré en ti
Dos grupos se formaron al amanecer para investigar el caso que todos llamaron: "El atentado contra la Sheriff", lo cual hacía ver el asunto todavía más grave y, para ser honestos, lo era. Habían intentado asesinarla y luego la amenazaron. Caitlyn dudaba de que alguna vez podría contar riendo una anécdota como esta del mismo modo en el que dudaba que alguna vez fuera capaz de confesar que estaba segura de que había sido Jinx.
Trataba de no cuestionar demasiado las cosas, pero era inevitable. Sus pensamientos tomaban rumbos que ella prefería no transitar.
Comenzó a preguntarse si Vi habría tenido que ver con todo lo que había ocurrido, ¿Sería posible que siempre hubiera sabido que su hermana estaba ahí?, ¿De qué otro modo pudo haber entrado Jinx a su habitación sin hacer ruido o sin que Vi la notara al salir? No, no, no. Tal vez había roto un vidrio usando alguna de sus herramientas extrañas, cosa que jamás podría comprobar, ya que el balcón ni siquiera existía y ella estaba demasiado ocupada en el pequeño detalle que era sobrevivir como para haber reparado en eso.
—Déjame pasar —se escuchó la voz de Vi que provenía desde el exterior haciendo eco en los dorados pasillos de la torre central.
Caitlyn conocía bien los tonos de voz que usaba su chica, y este era del tipo "Tengo prisa, pero estoy tratando de ser gentil, colabora, ¿quieres?"
—Usted no tiene por qué estar aquí. De lo ocurrido se está encargando exclusivamente la guardia de Piltover —le dijo una voz femenina y seria que no podía ser otra sino Janna.
Vi la observó detenidamente mientras salían pequeñas chispas de sus manos cubiertas por estilizados guantes de acero.
Los guanteletes habían sido fabricados con tecnología Hextech y se adaptaban a las manos de su portador. Vi podía golpear realmente duro con ellos, pero, con solo un chasquido, sus manos podían convertirse en las enormes moles por las que ella era conocida.
En este caso, afortunadamente, no fueron necesarias las manotas para intimidar a la joven policía.
—Eso va a decidirlo tu jefa.
Janna iba a rebatir todo lo "respetuosamente posible" eso, pero se abstuvo cuando Vi continuó avanzando y detrás de ella apareció la pesadilla de Piltover.
—¡Arriba los ánimos! —gritó Jinx, y lo único que hizo fue perturbar todavía más la escena. Se balanceó de un lado a otro sacudiendo sus ruidosas chucherías que portaba casi como bisutería, básicamente cartuchos del calibre que solo usaría un terrorista, bombas de humo y explosivos pequeños que según ella solo eran adornos. —¿Qué es todo este silencio?, nadie murió ¿o sí?, ¿quieren que los anime un poco?, ¡Tengo fuegos artificiales! —anunció moviendo sus manos para buscar algo entre sus accesorios que colgaban de sus caderas.
"NO, NO, NO" gritaron los guardias entrando en pánico en cuestión de segundos.
"Nos destruirán a todos" comenzaron a susurrar, retrocediendo para mantenerse vivos.
—PowPow, ven acá, cariño, no te separes de mí —la llamó Vi, tratando de contener la risa burlona por la actitud exagerada de los vigilantes. —Qué alivio que una guardia tan valiente se ocupe del caso —comentó con sarcasmo, siguiendo derecho hasta el despacho de Caitlyn.
—Deténgase —impuso Janna. Vi rodó los ojos con fastidio —No puede entrar ahí sin el consentimiento de...
Caitlyn salió rápidamente al encuentro de su novia y, por unos segundos no vio a nadie más que a ella.
Vi echó a correr para llegar más rápido hasta Caitlyn y el corazón de la Sheriff latió con fuerza al ver a su chica corriendo hacia ella. Sí, corriendo hacia ella; no parecía importarle que estuvieran rodeadas de varios miembros de la guardia de Piltover. Violet había venido por ella, para comprobar por sí misma que su chica estaba bien.
—Por dios, qué fue todo eso que escuché, ¿estás bien? —preguntó, genuinamente preocupada, tocando los hombros de Cait para darle apoyo de un modo formal.
Caitlyn deseó abrazarla y se acercó a ella con esa intención. Necesitaba los brazos de quien amaba, solo eso le hacía falta para sentir que todo estaba bien, aunque realmente no fuera así. Vi abrió mucho los ojos al verla acercarse, abrió los brazos de manera inconsciente, ya que una parte de ella también quería rodear ese delicado cuerpo y protegerla de lo malo.
—¡Hola! —se interpuso Jinx antes de que las amantes se tocaran y Caitlyn dio un paso atrás con una expresión de horror. —¿Está todo bien?, a Zaun llegaron noticias de lo que te pasó. Es un alivio que estés viva.
Caitlyn la miró en silencio, sin entender su actitud.
Era como si estuviera fingiendo muy bien que no había hecho nada, e incluso parecía estar genuinamente preocupada por su bienestar.
—Sí, todo está... bien— susurró Caitlyn, apenas convencida. Vi se dio cuenta de la actitud reservada de la Sheriff y lo atribuyó a la cantidad de gente que las rodeaba.
—¿Quieres hablar a solas? —murmuró al oído de su chica.
—¿Qué dirán los demás? —preguntó ella, sorprendida.
—Me importa una mierda —le guiñó el ojo.
Después de un momento pudieron encontrar un sitio para "hablar" a solas. Vi se acercó de inmediato a Caitlyn, como si no hubiera tenido suficiente de ella después de la noche anterior y la besó, rodeándola por la cintura. Caitlyn acarició los hombros de Violet dejándose llevar por la ternura y la efusividad del beso, debía reconocer que esos momentos de intimidad y placer mientras el mundo entero espera justo a una pared de distancia.
—No debí dejarte sola, cupcake, lo siento. Y pensar que pude haberte perdido. Quien te hizo esto va a desear no haber nacido.
Caitlyn guardó silencio y se alejó de Vi. Antes de que su novia pudiera preguntarle qué ocurría, confesó que quien había hecho volar el balcón de su habitación había sido Jinx.
Ahora fue Vi la que guardó silencio, asimilando lo que le acababa de oír y finalmente negó con la cabeza, deseando haber oído mal.
—¿Estás segura de lo que estás diciendo?
—Yo la vi.
—¿Tenías las luces encendidas?
Caitlyn se cruzó de brazos y no respondió. Se acababa de dar cuenta de que la actitud de Vi no era la que esperaba, aunque no estaba segura de qué esperaba realmente.
—No, pero...
—¿Cómo puedes estar tan segura de que fue mi hermana?
El ceño de Vi estaba arrugado. Caitlyn creyó que se iba a ver demasiado tonta haciendo esta pregunta, pero tenía que hacerla:
—¿Dudas de lo que estoy diciendo?
Violet se llevó sus manos a la cabeza, mientras buscaba las palabras para hacerse entender.
—Lo siento —dijo, dándole a Caitlyn la respuesta que no quería escuchar con esas simples palabras. —Es que... Powder ha pasado por mucho, ella no eligió ser como es y ahora es mi responsabilidad. No quiero que regrese a ese lugar en dónde estuvo, ella ya pagó por lo que hizo. Ahora es diferente, ella solo ataca cuando se siente abandonada o amenazada y no le hemos dado motivos para que se sienta así, te he contado todo lo que está haciendo para mejorar y lo mucho que le ha costado.
Sí, Caitlyn ya lo sabía. En Zaun, Jinx había comenzado un tratamiento con medicinas para mantener compensadas sus patologías mentales y Vi se había esforzado mucho por lograr que la sociedad incluyera a su hermana y la comprendiera, pero la realidad era distinta, la sociedad era despiadada con los inadaptados.
Powder era el orgullo y la mitad del corazón de Violet, Vi la había visto sufrir y llorar, Vi era la única que vislumbraba a la niña dulce, indefensa y miedosa que era Powder, mientras todos, incluida su amada Caitlyn, solo veían a la loca peligrosa que era Jinx, y tenían motivos de peso para no creer en ella después de todo el daño que había provocado en el pasado.
—No he dicho que vaya a decirle al resto que fue ella. Solo quería que tú lo supieras.
—¿Por qué sigues insinuando que fue ella? —Vi apuntó su cabeza al no entender la idea— ¿Por qué solo te cierras a esa posibilidad?
"Porque lo vi. No estoy loca"
—¿Por qué insistes en que no fue ella?
—Porque pudo haberlo hecho alguien más, joder, ¡locos hay muchos!
Caitlyn comenzó a sentirse terrible al darse cuenta de que acababa de hacer sentir mal a su novia, sin embargo, se mantuvo fuerte y fiel a sí misma, porque estaba segura de lo que había visto. Tenía las marcas en el cuello y su ventana había quedado reducida a escombros. También estaba dolida. También quería que alguien apostara por ella de ese modo. Le dolió oír a Vi insinuar que ella era la loca al insistir en que de seguro había confundido a su atacante incógnito con Jinx a raíz del miedo.
—Lo que puedo ofrecerte es ayuda para encontrar a quien te hizo esto y darle su merecido, pero no dudaré de mi hermana.
"Pero estás dudando de mí" pensó Caitlyn, más no lo dijo, para no agrandar la discusión.
—No necesitamos tu ayuda.
Violet sonrió con autosuficiencia ante ese desaire.
—¿Estás molesta?
"Y encima lo preguntas, idiota" pensó Caitlyn, efectivamente, molesta.
—Claro que no —mintió, cruzándose de brazos y esquivando la mirada de su novia. —Gracias por la ayuda, pero esto lo resolverá la guardia de Piltover.
—De acuerdo, supongo que no tengo nada más que hacer aquí —contestó Vi, con impulsividad.
Se dieron la espalda la una a la otra y tomaron caminos distintos sin mirar atrás. Vi salió de la torre central buscando a Powder y Caitlyn continuó con su trabajo de Sheriff en su despacho.
—¡Tía Cait!, ¡tía Cait! —Damien corría por el pasillo para alcanzar a Caitlyn, llevaba entre las manos un juguete lleno de enigmas que había elaborado su padre para él, especialmente para que ejercitara su cerebro.
Damien era el hijo mayor de Jayce y Mel, tenía poco más de 3 años y era un pequeño muy perspicaz, como su padre, con un alma comprensiva, como su madre.
—¡Tía Caitlyn! —exclamó el pequeño más fuerte, para sacar a la Sheriff de sus pensamientos.
Caitlyn se volteó y esperó a que el pequeño la alcanzara. Su niñera, una yordle adorable y a la vez temible, iba corriendo tras el niño todo lo que permitían sus piernas cortas y se detuvo cuando la Sheriff por fin se volteó.
Damien se acercó a Cait para decirle con mucho entusiasmo que había descubierto un nuevo acertijo escondido en su juguete, el cual, ayer tenía forma de cubo, y hoy lo había acomodado de tal forma que parecía un hermoso diamante dorado. Caitlyn, por lo general, le respondía con el mismo entusiasmo, y esta vez lo intentó, más el niño se dio cuenta de que ella no estaba del todo bien.
—¿Estás triste por lo de tu habitación? —preguntó con inocencia.
—Sí —afirmó ella, sonriendo con ternura en medio de su tristeza y frustración.
—Tu cuarto va a quedar hermoso cuando lo hagan de nuevo, tía Cait, no estés triste.
—Dam tiene razón —se escuchó de pronto la voz de Jayce que apareció por el pasillo. —Tendrás una habitación mucho más linda que la que tenías en menos de una semana —Prometió y, tanto Damien como Caitlyn, sonrieron.
—¿Lo ves, tía Cait?
—Mamá te anda buscando, campeón. Ya no huyas de Poppy.
El pequeño se despidió de Caitlyn con resignación y antes de irse le dio su juguete a la Sheriff.
—Para que no pienses tanto, tía, no estés triste, por favor. Cuando descubras otro enigma, me dices —sonrió.
—Hey, no seas tramposo —lo reprendió Jayce antes de que el pequeño desapareciera por el pasillo.
Una vez se hubo ido, el silencio reinó en medio de ambos. El gobernador no lograba encontrar las palabras correctas para decir a su amiga, que seguía con la mirada a Damien, sonriendo y asegurándose de que regresara seguro al lugar donde lo esperaba su niñera.
—Vi a Violet salir de aquí... ¿enfadada?, ¿triste?, no sabría decirlo y para variar, buscando a Jinx.
—¿La encontró?
—Por desgracia, sí. La mejor parte fue cuando se la llevó.
Caitlyn sonrió por cortesía como siempre lo hacía con los chistes malos de Jayce, pero su sonrisa no llegó a los ojos.
—Sé que estás triste por Vi.
Ella guardó silencio y bajó la mirada, tratando de controlar sus emociones. Ahora resultaba ser que Vi estaba enfadada y triste por lo que había dicho de Jinx, pero lo que le había ocurrido a su novia parecía no importarle demasiado.
—Aprecio mucho a Violet —Jayce empezó a dar su discurso de turno. —La aprecio y la admiro desde que irrumpió en mi herrería para apoderarse de mis guanteletes. Lo hago desde que comenzó a luchar por nosotros hasta que Zaun consiguió su deseada independencia y su hierba mala fue arrancada de raíz. No me gustaría romper lazos con Zaun, pero... Si tengo que ponerme del lado de alguien, siempre será del tuyo, porque te aprecio, te admiro y, por sobretodo, te conozco desde mucho antes que a Vi. — le dio a Caitlyn en un cálido abrazo que ella nunca le pidió. —Yo creo en ti, Cait. Siempre creeré en ti. No estás sola, recuérdalo.
Esta vez Caitlyn sonrió genuinamente y le devolvió el abrazo a su amigo.
"Es un listo gesto, teniendo en cuenta que la persona que más me importa en este mundo no confió en mí" lo pensó, más no lo dijo, solo continuó guardando silencio y escondió su rostro en el pecho de Jayce. Él decía esas cosas porque era un político y sabía conmover a las personas, sin embargo, Cait lo agradeció de corazón, porque lo necesitaba.
—Podría hablar con Viktor y buscar una solución... ¿diplomática? —ofreció sin saber mucho cómo carajos iba a conseguir algo como eso. Esta vez Caitlyn rio.
—Hablas como todo un político.
—Me ofendes, soy un científico.
—Ajá.
De pronto Jayce se atrevió a preguntar: —Sé que escondiste los restos de la bomba de Jinx la noche que volaron tu balcón, ¿por qué hiciste eso?
Caitlyn suspiró.
—Porque creo que es una solución... ¿diplomática?
Esta vez ambos rieron.
El día transcurrió lento para Caitlyn. El trabajo no era un buen distractor para todo el desorden que odiaba tener en su cabeza. Desorden que llevaba el nombre de Vi. Necesitaba algo de acción, tal vez alguna persecución o algo...
—Jefa Caitlyn, ha ocurrido algo —Janna apareció justo a tiempo con sus malas nuevas.
Mierda. Nunca más volvería a desear tener algo de acción en el trabajo, pensó mientras observaba la entrada de la bodega destrozada.
Una buena cantidad de armas desaparecidas y un umbral pintado de sangre. Dentro, los dos vigilantes de turno hechos pedazos.
Uno de los guardias que acompañaban a la Sheriff la llamó para que se acercara a ver y Caitlyn se dio cuenta de que estaba a punto de pisar una especie de caramelo color rosa.
Droga. Tuvo un breve flashback al momento en el que encontró a uno de los secuaces de Silo en la nave destrozada con un cargamento de Shimmer que fue frustrado por los Firelights. Esto era levemente parecido, salvo que, en esa ocasión Marcus la censuró porque algo sabía al respecto. Ella no tenía idea de nada. Mal día para no ser corrupta ni mafiosa.
—Esa es droga barata, se consume en Zaun —comentó uno de los guardias.
—Quien dice que no pueda ser consumida también aquí —comentó Cait con seriedad.
—Cierto, además esta droga no es barata —comentó otra de las vigilantes y todos se le quedaron viendo con cara de "cómo sabes". —...Por lo que me han contado —tuvo que aclarar al no poder con el peso de las miradas juzgadoras.
La Sheriff guardó la evidencia en un pequeño cofre dorado que abrió gracias a unos cuantos giros en sus engranajes y continuó avanzando. Aun faltaba la guinda del pastel.
—Qué poco original es este o estos asesinos —comentó otro guardia al ver la escena.
—No creo que lo haya hecho alguien muy inteligente.
Un hombre había sido destrozado y desmembrado hasta dejarlo como una masa de huesos y vísceras completamente irreconocible y con su sangre habían escrito en la pared "PUDRETE PILTOVER". Su equipo, totalmente insensibilizado, solo podía comentar la poca originalidad del asesino.
—Es sangre, y no deja de ser grotesco —comentó Caitlyn a modo de reprimenda para sus subordinados que le estaban restando valor a la macabra escena. —Más respeto por sus compañeros que han caído en servicio y por sus familias, para quienes ellos no son simples y desafortunados desconocidos.
Ni siquiera parecían afectados por la pérdida de dos de sus compañeros. Era lo malo de pertenecer a una organización tan grande. Varios miembros no se conocían entre ellos y pocos habían logrado una comunicación verdaderamente efectiva con otros miembros de su equipo.
—Sí, jefa —afirmaron los vigilantes y se dispersaron para buscar algo en lo que ocupar su tiempo y saltarse lo de dar opiniones que nadie pidió.
Caitlyn se llevó una mano al mentón y no pudo evitar pensar si los asesinatos y el robo de las armas tendría algo que ver con el atentado contra ella o si solo se trataba de dos hechos desafortunados sin ninguna relación entre sí.
Nota de la autora
¿Qué creen ustedes?
Hey! espero hayan podido descansar durante Semana Santa y esta semana que inicia sea excelente para ustedes.
Cuídense mucho.
Un abrazo gigante
Magaa
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