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El Trato

Vi bajó su capucha para cubrir su cabello. Llevaba puesta la chaqueta color crema con detalles en color vino y dorado que portaban con orgullo todos los integrantes de la naciente guardia de Zaun. Por supuesto que la de ella se diferenciaba del resto al ser la jefa y, entre esos diferencias, figuraba la capucha color vino. Vi mantenía la costumbre de usar esta parte de su uniforme para esconder su llamativo cabello rosa. Algunas cosas nunca cambian, solo evolucionan. 

Como jefa de guardia poseía privilegios con los que antes, siendo una chiquilla huérfana, solo había soñado. Supuso que la pequeña e intrépida Vi que había robado y trepado techos para hacerse un nombre ahora estaría orgullosa de la mujer fuerte y poderosa en la que se había convertido. En la actualidad, tenía un cargo importante, Zaun y Piltover la respetaban, recibía una paga excelente por su trabajo, Powder estaba a su lado segura y libre y por último, aunque no menos importante, tenía una novia hermosa (o al menos eso esperaba) a la que quería mucho.

Por lo pronto necesitaba hablar con Powder. A solas. De manera urgente. 

—Powder —la llamó, volteándose y asustando a su hermana por la forma abrupta en que la vio. 

—That's me~ —respondió la chica. 

—Necesitamos hablar —comentó Vi con seriedad, tomándole la mano para jalar de esta y obligarla a caminar más rápido. 

Su hermana iba caminando a su lado, no parecía estar nerviosa en absoluto y ni siquiera parecía sospechar de que tenía algo que ver en la discusión que habían tenido las jefas de guardia, solo parecía algo preocupada porque su hermana "venía de malas" luego de discutir con su novia. 

Sin embargo, Vi conocía muy bien a Powder. Cuando escondía algo, su actitud siempre la delataba.

La llevó hasta el pequeño taller en el que solía trabajar Powder. Se trataba de un espacio que le había sido concedido para que pudiera inventar todas sus chucherías, siempre supervisadas por alguien más, que casi siempre eran Vi o Ekko. Se encargaban de comprobar que lo que Powder creara no fuera un arma de destrucción masiva que usaría sin dudar en medio de una crisis existencial, ya que, según Ekko, podía perfectamente desquitarse con su cabello como la gente normal, pero decidía "pensar en grande". 

Era tedioso, pero ese había sido el trato. 

"Tu hermana será libre" le advirtió Mel Medarda a Violet "Pero deben vigilar cada paso que de. Uno más de sus ataques y será irrevocablemente privada de su libertad para siempre"

"Protege a la familia" recordó Vi entonces las palabras de Vander. Por momentos le parecía una condena difícil de cumplir, pero debía darle crédito a Powder por cooperar (a veces). 

Esperaba que esta fuera una de esas veces. 

—¿Me vas a decir qué te pasa?, por qué me traes aquí como si fueras a decirme que estás embarazada o algo así —soltó Jinx, dejándose caer en la silla giratoria frente a su maltrecho escritorio de madera con apuntes desparramados. 

Vi guardó silencio. Silencio que habló por sí mismo y comenzó a asustar a su hermana.

—¿Qué hice ahora? —soltó con una risita tonta.

—¿Dónde estuviste anoche?

—¿Anoche? —recién pareció comprender lo que había ocurrido. Sin embargo, pese a que estaba segura de que ella no había tenido que ver lo ocurrido con Caitlyn, no podía decir exactamente la verdad. —Este... no puedo decírtelo.

—Vas a tener que hacerlo. ¿Tuviste algo que ver con lo que le ocurrió a la Sheriff?

—NO —se apuró en decir haciendo girar su silla. —No te puedo decir lo que hice, también tengo derecho a tener privacidad, ya sabes, pero te puedo jurar que yo no tuve que ver con lo que le hicieron a tu novia.

Violet se adelantó con paso firme y Jinx se hizo a un lado rápidamente. Los juramentos a Vi no le servían. Pasó de largo hasta el mueble compuesto de tres cajones a medio cerrar junto al escritorio desordenado de Powder, lo registró con brusquedad y no se detuvo hasta encontrar el pastillero en el que su hermana guardaba sus medicinas para mantenerse compensada. Llegó a pensar que incluso desechaba sus pastillas mientras fingía tomarlas, pero eso tampoco tenía sentido ya que, sin duda, se habría notado en el comportamiento errático, y la verdad es que ella se estaba comportando de manera más irracional que su hermana menor.

Cuando volteó para disculparse se dio cuenta de que Powder estaba a punto de llorar.

"Mierda, ¿qué estoy haciendo?" pensó Vi, empezando a sentir algo de arrepentimiento por haberla juzgado tan duramente y por comportarse así, dejándole ver que desconfiaba de ella. "No quiero herir también a Powder" pensó, recordando a Caitlyn. La confusión volvió a apoderarse de ella con más fuerza, ya que tampoco dudaba de su novia. La Sheriff era una mujer honesta y justa, no culparía a Powder de algo tan serio solo por malintencionada.

—Desconfías de mí, ¿verdad? ¡Algo te dijo tu novia y eso hizo que desconfiaras de mí!, soy tu hermana.

—Ya lo sé—se apuró decir. —Lo lamento, Pow Pow. 

—Lo sé, sé que la amas —se adelantó Jinx, alejándose de su hermana con sus movimientos erráticos y haciendo todo lo posible por impedir que sus lágrimas escaparan de sus ojos. —Se que ella es importante para ti y toda esa mierda, pero ella es fuerte, Vi, así que empieza a bajarle a tu complejo de Príncipe Azul. 

Volvió a dejarse caer en su silla giratoria, trató de demostrarle a Vi que no le importaba y con ello solo logró hacerle creer que estaba fastidiada de que le hablara de Caitlyn otra vez. 

—Powder —detuvo Vi —No quiero que algo malo le pase, ni a ella, ni a ti. No soy la definición de ternura, pero ella es como una mariposa para mí. No quiero que la lastimen, ni siquiera tú. 

—Ay, qué bonito, no sabía que eras poeta. Pero, ¿te digo una cosita? Ella tiene a su guardia para que la proteja. 

Jinx volvió a entristecerse y a luchar contra el llanto, apenas podía controlar los celos que le provocaban el hecho de que su hermana tratara tan delicadamente a alguien que no fuera ella:

—Caitlyn tiene a Jayce, Vi —escupió, pues sabía que eso le dolería y le daría a Vi un trago de su propia medicina. —Él puede estar cerca de ella siempre. Ellos están juntos allá arriba y tú estás aquí... Abajo, a metros y metros de distancia, porque aquí es tu lugar, esta es tu ciudad—le recordó a propósito para que Vi fuera consciente de lo lejos que ella estaba de su amada y, después de clavar el aguijón, suavizó su voz: —No me odies, por favor, sabes que yo no la dañaría. 

Se lanzó a los brazos de su hermana y Vi le devolvió el abrazo diciéndole que no la odiaba y que nunca lo haría.  Powder le dijo cuánto la quería y lo mucho que ansiaba que estuvieran bien. Vi no quiso indagar más en ello, para Powder estar bien significaba cortar lazos con Piltover que siempre, de una u otra forma terminaba involucrando a Zaun, y romper lazos con Piltover, a su vez, significaba romper lazos con Caitlyn.

Bajó al primer piso del edificio central en Zaun luego de su discusión con Powder. Todavía se mantenía inquieta a raíz de lo que había ocurrido y pese a que estaba molesta con Caitlyn por haber culpado a Powder, no podía evitar preocuparse por ella. La sola idea de que volvieran a intentar asesinarla la torturaba.

¿Y si lo conseguían? Ni siquiera quería imaginarlo.

—Viktor —llamó.

El gobernador estaba en su laboratorio y casi dejó caer la brillante esfera azul que estaba manipulando al escuchar la voz de Vi. Genial, segunda persona a la que asustaba sin querer. 

Viktor alzó sus antiparras y le preguntó si estaba bien.

"Lo estoy" mintió ella, con descuido. Había cosas más importantes de las que hablar que de ella misma.

—Ya veo— dijo Viktor poco convencido, pero, de manera muy comprensiva, dejó que ella le contara aquello de lo que estuviera dispuesta hablar.

Violet narró lo que había acontecido allá arriba en su visita a los "Piltis", exceptuando, claro, partes que no iban al caso, como el hecho de que apenas estuvo a solas con la Sheriff la besó como si no hubiera un mañana. 

Viktor afirmó con pesar. La noticia del atentado a la Sheriff había llegado a sus oídos al mismo tiempo que Vi, y fue justamente cuando esta había decidido de manera apresurada subir a la ciudad hermana para asegurarse de que Caitlyn estuviera a salvo, aunque todos supieran que no la dejarían interferir. Los vigilantes de Piltover seguían siendo muy quisquillosos con los asuntos que acontecían en La Ciudad del Progreso.

Vi por fin se sinceró y le habló de la presunta participación de Powder en el atentado a Cait.

—No puede ser posible —comentó Viktor, echando una mirada a la esfera de Hextech que tenía entre sus manos enguantadas en acero, como las de Vi. — La he visto esforzarse en su tratamiento, es una chica brillante y... Simplemente me cuesta creer que haya intentado hacerle eso a Caitlyn, sabiendo lo mucho que eso... — "te molestaría" quiso decir, más no lo hizo. Se detuvo al darse cuenta de que estaba hablando demasiado de lo que se suponía que nadie sabía. —De... de lo mucho que eso molestaría a los de Piltover. Recordemos que Jinx está cumpliendo una especie de penitencia que debe respetar a menos que quiera una estadía gratis en Stillwater. 

Para Violet fue un alivio escuchar al gobernador. Si lo pensaba él, es porque tenía sentido. Viktor era inteligente, nunca lanzaba juicios anticipados y su calidad de científico lo obligaba a reunir pruebas para comprobar las hipótesis.

—De seguro hay una explicación que está justo frente a nuestros ojos, pero que aún no nos ha sido revelada. 

Vi jamás pensó que esa frase trillada de científico loco tendría tanto sentido.

—Caitlyn es una chica muy fuerte y tiene a Jayce a su lado. 

Puso los ojos en blanco, pensando que quizás tenía escrito en la frente algo como "¿Quiere cabrear a Vi?: Menciónele a Jayce". 

Segunda persona que le decía lo mismo en menos de una hora y eso ya le estaba cayendo como patada en el estómago. Mataría al tercer mal nacido que le dijera esa mierda. 

—¿Qué estás haciendo? —preguntó entonces, tratando de sonar amable. No le interesaba, pero iba a fingir que sí para que Viktor también se sintiera escuchado. Creía que se lo debía. Además, ambos creían que todos los de Zaun necesitaban terapia, pues eran "El club de los rotos por dentro". 

—Oh, estoy trabajando en algo nuevo, pero no es necesario que te quedes hablando conmigo sobre ello. 

"Viejo sabroso y listo", pensó Vi, sonriendo. 

—Ve a descansar, Violet.

—Claro. Gracias, Viktor.

"Yes, daddy" le dieron ganas de bromear, pero se contuvo. Viktor, a medida que avanzaba la edad y desde que había aprendido a usar la magia para su beneficio, cada año lucía más atractivo y últimamente prefería no contar sus planes a nadie, lo que lo volvía a su vez en un hombre misterioso. Probablemente esto se debiera a su deseo por no generar expectativas innecesarias, sin embargo, todos sabían que él siempre pensaba en el bienestar de Zaun y lo que fuera que estuviera creando, iba a traer beneficios a muchos. 

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