6
El sonido de un gran trueno lo hizo saltar del susto, y el frío viento también había hecho que su pequeño cuerpo temblará por el brusco cambio de temperatura, poco a poco fue abriendo sus ojos, encontrándose en una habitación que no reconocía, las paredes pintadas de un suave verde pastel, una gran cama con sábanas blancas y doseles de madera oscura con unas cortinas abiertas del mismo color que las paredes, confundido miró más allá, encontrándose con su lechuza descansando en su jaula y con su bella serpiente durmiendo pacíficamente en su contenedor.
Y entonces, como si de una cachetada se tratara, todos los recuerdos le vinieron de golpe, su pequeña fiesta de cumpleaños con su padre, sus regalos, lo de los Malfoy, la carta que escribió para Draco...
-Papá- susurró con una pequeña lágrima de felicidad, vio un movimiento en la pared y se asustó, apretando las sábanas bajo sus manos.
-Tranquilo- susurró una suave voz femenina, Harry trago grueso, mientras se acercaba a un gran cuadro al lado de la ventana, en él podía verse una muy hermosa mujer, pálida de piel cetrina, hermosos y largos cabellos negros y de ojos exactamente igual a los de su padre... pero los de esta mujer mostraban más dolor que los de su guardián. Frunció el ceño, era una mujer hermosa sin lugar a dudas, al igual que Severus, tenía gruesas cejas bien perfiladas y pómulos pronunciados, toda la estructura ósea de su rostro gritaba que era una aristócrata. Se veía muy joven en la pintura y... aunque esta se moviera, era un mago, no ¿Estas cosas sucedían en el mundo mágico? Quizás ella podría hablarle un poco mas de su padre y...
-Abuela...- susurró sin darse cuenta, sonrojandose al instante por su descaro, tapándose los labios y mirando al piso avergonzado. Pudo oír una risita provenir del retrato.
-¿Asi que tú eres el hijo de Severus? - preguntó, Harry miró al suelo, un poco triste y también un poco apenado.
-Él me adoptó- las palabras dichas por el pequeño asombraron a la mujer, no pudo si no evitar sonreír con la dulzura maternal que la caracterizaba.
-Entonces debes ser un chico muy especial, pequeño. Severus no tiende a ser alguien muy cariñoso, y el que te haya traído aquí a vivir, donde pasó tantas cosas malas...- el tono de voz de la mujer cambio a uno más melancólico. Miró alrededor con tristeza y negó levemente con la cabeza.
- Eso no importa, si te trajo aquí a vivir, es por que de verdad te quiere- Los ojos de Harry brillaron con intensidad y chocaron contra los negros de la mujer del retrato.
-Mi nombre es Harry Snape, heredero del Lord Severus Snape Prince- dijo con solemnidad el más pequeño, provocando ternura en la mujer, quien le asintió con la cabeza.
-Muy buenos modales, pequeño, yo soy Eileen Snape, de soltera Prince, la madre de Severus- le sonrió con cariño justo al tiempo que la puerta se abría y un Severus preocupado entraba con algunas mantas.
-Hijo, queria saber si... madre- susurró lo ultimo con cierta vergüenza invadiendo su pecho, la mujer del retrato levantó una de sus bellas, gruesas y perfiladas cejas en espera de una explicación.
-No sabía que tenías la manía de ocultar cosas, Severus- lo había dicho en el mismo tono que él mismo había usado cuando fue a buscar a Harry, frunció el ceño disgustado mientras oía la pequeña risa de Harry a un costado suyo.
-Fue algo imprevisto... Harry, yo debo cuidarlo, quiero hacerlo- volvió a fruncir más el ceño a la par que sus mejillas adquirían un rosa potente, la mujer a su vez suavizó sus facciones y sonrió levemente.
-Así que esta pequeña lindura es mi nieto- cambio totalmente el tema, siendo el momento de Harry para sonrojarse y apretarse a la pierna de Severus mientras éste le daba el siempre presente apretón de hombros con una caricia a sus cabellos incluidos.
-Si, acaba de venir hoy, pero hace meses que nos conocemos- mencionó el hombre a la mujer del retrato, esta sólo sonrió y asintió mientras observaba como Severus abrigaba al pequeño Harry como ella misma lo había hecho en el pasado con su pequeño Sev.
-Permíteme darle de comer madre, luego hablaré contigo- dijo alzando a Harry entre sus brazos, viendo como su madre asentía salió de la habitación del chico, llevándolo a la cocina, en donde un plato de comida le esperaba, Harry hizo una mueca al ver tanto verde, pero su padre siempre le decía que debía comer sano si quería dejar de ser tan pequeño, y él no quería ser así. Claro que no.
-Come Harry- dijo, mientras se sentaba frente a él y comenzaba también a ingerir sus alimentos.
-Me agrada la abuela Eileen- murmuró Harry con una suave sonrisa, Severus sólo asintió, ocultando la suya propia tras su vaso de jugo de calabaza.
-Es una buena señora, se que siempre tendrás buenas conversaciones con ella, pero dejando eso de lado, ¿deseas realizar mañana la adopción mágica?- preguntó, y miró a los ojos de Harry, estos pareciera que le robaron el aliento, brillaban con tanta intensidad, pareciera que un Avada se había fundido en sus ojos, simplemente hermoso.
-Si padre- mencionó el niño con orgullo en su voz, Severus quiso resistirse, claro que lo quiso, pero no pudo, acarició con suavidad sus cabellos alborotados, ah, como deseaba que esos cabellos ya fuesen tan suaves y finos como los suyos.
-Mira Harry, a donde iremos es al banco de magos, allí veremos que herencia posees, Y los señores de aquel lugar nos darán una poción en la cual haremos un ritual que te hará mi hijo ante la magia- Harry trata de entender todo lo que su padre decía, así que sólo asentía, luego haría preguntas para responder sus dudas.
-Los señores de ese lugar se llaman Gobblins, son duendes, a ellos únicamente les importa el oro, así que debes ser muy respetuoso, todas las criaturas merecen igual respeto que los magos, ¿has entendido? - Harry asintió comprendiendo a la perfección. Era bastante inteligente ese pensamiento, después de todos las criaturas poseían conocimientos que los magos no, y viceversa, ese sería un gran intercambio en el caso de que un gobernante mago hablará con los gobiernos de las diferentes criaturas.
-Entiendo- mencionó, mientras comía obligadamente un brócoli, Severus lo miro atentamente, a la par que sacaba su varita a lanzaba un hechizo diagnóstico sobre los ojos del chico, quien frunció el ceño al sentir un frío recorrer sus ojos.
-Lo siento, quería saber que tipo de pociones darte para que deje de usar esos lentes- Harry se quedó mirando al hombre de negro frente a él, estaba más que ansioso de dejar de ser como era y comenzar a parecerse a él, se pregunto si su piel sería igual de pálida, o si su cabello sería tan negro.
Una vez terminada la cena, Severus llevó a Harry al baño, en donde lo dejo mientras iba por una pijama que fue de él y hace algunos días había encontrado mientras arreglaba la habitación de Harry. Al ingresar nuevamente al cuarto de baño, el pequeño ya se encontraba desnudo y a punto de ingresar a la bañera.
-En el orfanato no había bañeras, también había meses en los que no había agua caliente- murmuraba mientras entraba por completo al agua hasta por debajo de la nariz, tapando su boca con el agua y haciendo leves burbujas. Severus no dijo nada, dejó que el niño disfrutara de la tranquilidad que ahora poseía, mientras se dedicó a remangar la camisa negra que traía puesta, dejando al descubierto la marca tenebrosa en su brazo izquierdo.
-Mmmh... papá, ¿Qué es eso?- señaló, mientras apuntaba con su dedo la marca en su brazo, Severus tragó saliva incómodo a la par que echaba un poco de gel de baño en sus manos y comenzaba a masajear con suavidad el cabello del niño.
-Te contaré una historia - murmuró, mientras el chico asentía y seguía dejándose hacer por su padre.
-"Hace muchos años, hubo un joven que al igual que tú estuvo desde siempre en un orfanato, un día un maestro llegó a decirle que era un mago, este joven se alegró por no ser igual que los muggles, quienes siempre lo lastimaban por ser diferente, fue así que ingreso a Hogwarts, en donde fue un alumno destacado en todas las materias, pero el subdirector de aquella época, Albus Dumbledore no lo quería, y siempre buscaba formas de hacerlo quedar mal- recostó un poco el cuerpo de Harry y sacó todo el jabón de los cabellos de Harry para luego aplicar algún otro producto de cabello para infantes.
-Qué malo- mencionó Harry, y el mayor sólo asintió.
-Lo fue, el caso es que este chico, cada año iba creciendo más y recibiendo maltratos por parte de los niños en el orfanato, siempre pedía ayuda para salir de allí, pero el profesor Dumbledore siempre se negaba, con el paso de los años, este chico se volvió un joven muy bello y hermoso, fue entonces cuando el profesor malvado hizo algo muy, pero muy malo con él - Harry abrió los ojos asustado, temiendo por lo que le pasaría al joven de la historia.
-El joven desde esa vez no fue el mismo, ya no hablaba con nadie, y decidió centrarse en sus metas que desde niño se había impuesto, eso era, que las criaturas mágicas dejen de ser discriminadas en el mundo mágico y por sobre todo, hacer orfanatos de niños mágicos para que ninguno pase lo que él paso- Harry sonrió levemente, luego frunció el ceño.
-¿Y por qué yo no fui a uno de esos orfanatos?- preguntó, Severus suspiró, mientras seguía con el relajante masaje al cuero cabelludo de Harry.
-El profesor malo lo impidió, en ese entonces todos lo querían por que había derrotado a un mago muy malo de ese tiempo, fue por eso que ese chico no dijo nunca lo que el profesor le hizo, por que nadie le creería, fue entonces que al salir de Hogwarts, el chico, ya hombre pidió el puesto de Defensas contra las artes oscuras, una materia que allí se enaseña, que estoy seguro te encantará, bueno, su petición fue negada nuevamente por el profesor malo...- volvió a quitar los restos del jabón del cabello del niño y procedió a limpiar su cuerpo con una suave esponja de baño.
-De verdad es muy malo - pronunció Harry levantando un brazo para que este sea limpiado, Severus asintió.
-Enojado, este hombre decidió seguir con sus planes, tenia muchos amigos con gran influencia en el mundo mágico, fue así que se convirtió en un Señor Oscuro, para enfrentarse a ese profesor malo que siempre trataba de que todo le salga mal- Harry se paró de la bañera y dejo que con el agua su cuerpo fuera limpiado.
-Pero ese profesor malo siempre encontraba formas de arruinar sus planes para hacer del mundo mágico mejor, entonces, una profecía dijo una adivina, en ella decía que un niño nacería y que se convertiría en su igual y seria capaz de derrotarlo si es que así lo quería, fue por eso que el profesor malo le contó Muchas mentiras a esa familia para que peleara en contra del hombre- lo rodeó con una gruesa toalla y comenzó a secar su cuerpo.
-Esa familia era la tuya Harry, fue por eso que ahora estas conmigo - murmuró atrayendolo a su cuerpo y abrazandolo. Temiendo que lo odiara, pero todo sería mucho mejor si lo supiera desde niño, no comenzaría de una, la historia como estaba hasta ahora era suficiente como para que odie a Dumbledore.
-Ese profesor malo ahora es director en Hogwarts, donde yo trabajo y es por eso que sé tanto de ti, por eso te estoy llevando lejos de él para que no te haga el mismo daño que hizo a ese otro chico, ¿entiendes?- preguntó, el chico se separó de él y tomó el rostro pálido de Severus entre sus manitas.
-Tranquilo papá, sé que a tu lado nada me pasará, comeré todas mis verduras y tomare todas mis pociones para ser fuerte y no dejar que ese profesor malo haga algo conmigo- sonrió y beso con suavidad la frente de su padre, para después abrazarlo con fuerza.
-Pero aun no me d-dijiste que es eso...- mencionó tocando la marca tenebrosa, que apenas fue rozada por los dedos de Harry adquirió un tono más oscuro y se movió, el menor sonrió por alguna razón desconocida.
-Ese hombre tenía seguidores, quienes lo ayudaban a realizar sus proyectos para un nuevo y mejor mundo mágico, ésta era la marca que les era otorgada, es por eso que estoy con el señor malo, él cree que estoy de su lado y así ayudó al otro hombre- dijo, no sabiendo si el pequeño entendía o no, Harry sólo asintió pensativo, después de vestirse con una pijama de color crema miro a su padre.
-¿Algún día podré conocer a ese hombre?- preguntó, Severus sólo lo cargo y salió en dirección a la habitación del chico.
-Cuando seas más grande- mencionó, mientras lo ponía en la cama y lo arropaba.
-Ahora será mejor que duermas bien, mañana después de ir al banco, iremos a comprarte ropa nueva y luego iremos a visitar a tu prima Narcissa - los ojos del pequeño brillaron de la emoción y asintió rápidamente mientras se acomodaba mejor en la cama para dormir.
-Buenas noches papá - murmuró, medio sonriendo cuando sintió una caricia en su cabello, aún un poco húmedo por el baño.
-Buenas noches, hijo - susurró y dejó un beso sobre su frente y salió de la habitación para entrar a la suya, en donde su madre esperaba ansiosa mirándolo con curiosidad.
-Anda... pregunta - murmuró, mientras se cambiaba las ropas para unas de dormir.
-¿Es el hijo de Lily? ¿Se quedará siempre con nosotros? ¿Lo estas cuidando bien? Se ve que es un buen chico- sonrió mirando lo mucho que había crecido su hijo, el hombre se giro hacia ella con una cara de fastidio.
-Sí, es el hijo de Lily, sí, también se quedará con nosotros siempre, y claro que lo estoy cuidando bien, es mi hijo- mencionó irritado, masajeando el puente de su nariz para mirar nuevamente a su madre, quien sonreía con un peculiar brillo en sus ojos.
-Estoy orgullosa de ti, hijo- susurró mirándole con todo el cariño que un retrato mágico podía, rápidamente los colores subieron al rostro de Severus mientras ingresaba a sus aposentos en silencio.
-Claro que estas orgulloso de mi, por favor, soy el Lord Prince- murmuró con lo que se suponía sería altanería, pero el retrato sólo soltó unas risitas.
-Por supuesto, mi pequeño príncipe - lo dijo en voz baja, pero gracias a la quietud de la habitación y a que ya había parado de llover se la pudo escuchar, lo último que vio Eileen antes de que las luces se apagarán con magia fue como su hijo se escondía debajo de sus sábanas intentando ocultar su sonrojo.
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