26
Las siguientes horas fueron realmente exhaustivas, tanto los Malfoy como los Black habían llegado a la mansión de éstos últimos y poco después ''invitaron'' a un par de Aurores para declarar. Está demás decir que Ronald y Percy ayudaron un montón diciendo algunas verdades a medias y mentiras al revés. Todo el asunto del Ministerio había llevado al encarcelamiento de la matriarca Weasley por cuatro años en Azkaban, los hermanos pelirrojos hubiesen deseado el beso; pero dado a que fue una imperdonables -más específicamente la maldición torturadora; utilizada por muchos sangre puras como método de castigo para sus hijos- solo le dieron cuarto míseros años, pero era mejor que nada, se dijo a sí mismo Harry.
Luego de un poco de té y pastelitos horneados por el elfo Dobby -quien tenía una insana admiración por Harry y Draco; y aparentemente ahora por Ron- apareció un agitado Severus demandando saber si era cierto que la matrona Weasley había atacado a sus retoños; tras una nueva tanda de explicaciones y una revisión de mami Sev, los niños por fin se fueron a cambiar, a los hermanos pelirrojos se les asignó unos cuartos para ellos dentro de la mansión en lo que se quedaban como invitados y rápidamente todos fueron a Gringotts, donde un Ragnok; quien se encargaba de las cuentas Black ya los esperaba, junto con un Bill Weasley muy preocupado.
Y allí estaban, en la oficina del duende; todos con una taza de té para calmar los ánimos. Los adultos se veían tranquilos pero claramente estaban más que atentos por si el pelirrojo mayor intentaba algo contra los menores. Bill Weasley por otro lado, solo podía mirar a sus hermanos más pequeños; jamás pensó verlos así, tomados de las manos, confiando completamente en el otro. Como si no tuvieran a nadie más, y quizás así era; hasta ahora, fue ahí cuando realmente miró a los demás. El heredero Malfoy estaba al lado de Ron y al lado de éste el pequeño Snape Black, los adultos por otro lado lo miraban con cautela. Le sonrió intentando tranquilizar el ambiente.
-Cuando mamá llamó a una reunión familiar entre los hermanos mayores, me pareció raro que no haya pedido un permiso para que Percy estuviera con nosotros, siempre fue el que pensaba con la cabeza más fría, al menos entre nosotros- fue Bill quien comenzó a hablar.
-Entonces nos dijo que tú y nuestro pequeño Ronnie repudiaron a nuestra familia, que nos dejaron en vergüenza frente a todos los estudiantes, que Ron fue hechizado para que entrara en Slytherin y que ambos la atacaron en el gran comedor- Percy se veía asombrado con la cantidad de mentiras que aquella mujer había dicho, Ron hizo una mueca de desprecio, y el pelirrojo mayor, él solo suspiró.
-No quise creer, al menos no hasta saber SU lado de la historia- ambos hermanos menores se miraron y asintieron.
-No fui hechizado por nadie, pedí ser clasificado en Slytherin para poder cumplir mis ambiciones- fue Ron quien primero habló, Bill asintió y dirigió su mirada a Percy, éste solo miró sus zapatos.
-Durante años estuve ocultando un don que me fue heredado de la abuela Cedrella, Ron también lo va a tener; el punto es que ese don es considerado oscuro. Cuando Molly iba a golpear a Ron por romper la noble tradición de nuestra familia de la luz, de alguna manera mi don se desató, solo pensaba en proteger a mi hermano, Molly comenzó gritar cosas como que mi sangre estaba maldita y un montón de estupideces- a medida que iba hablando, más fuerte se hacía el agarre de Percy a la mano de su hermano menor, realmente una fuerte conexión de hermandad había comenzado a formarse entre ellos.
-Entiendo, fue entonces cuando invocaste aquella antigua ley- Percy asintió.
-Realmente no estaba pensando bien, pero no iba a dejar que Ron sufriera las consecuencias por solo ser quien es, entonces antes de darme cuenta me estaba desesperando, pero el profesor Snape fue muy amable con nosotros, y creo que Harry habló con sus padrinos, y ellos nos visitaron y pidieron ser nuestros guardianes- continuó Percy, el pelirrojo menor asentía con una leve sonrisa.
-Sí, Percy me pidió mi opinión, ya que desde ahora somos solo nosotros, particularmente siento un gran cariño hacia el señor Black... el menor- murmuró todo tímido al último Ronald.
-¡QUÉ CRUEL, BEBÉ!- aquél fue el grito de Sirius, pero como siempre todos lo habían ignorado.
-Yo... solo puedo decir que estoy feliz por ustedes, y que siempre estaré del su lado- los niños le sonrieron cálidamente a su hermano mayor, los adultos se miraron entre sí, sonriendo de medio lado.
-¿Señor Weasley, le gustaría ser testigo de la adopción de los chicos y luego ir a la mansión Malfoy a cenar con nosotros?- sorpresivamente fue Sirius quien invitó al joven rompedor de maldiciones, quien asintió algo confundido, pero aceptó, eso es lo que contaba. Entonces aclarándose la garganta, Ragnok procedió a la adopción mágica de los hermanos por medio de la poción que fusionará tanto la magia como el ADN de los padres con el de los hijos.
Y se encontraban allí sentados ambos hermanos pelirrojos tenían enfrente las copas de oro que contenía la poción de adopción, los primeros de tomarlo fueron los hombres mayores, pasándoselo a Percy, quién rápidamente sintió los cambios en su magia; vinculándose ésta a sus nuevos padres, su piel antes de un color rosa cremoso, ahora era de un pálido, quizas dos tonos más blanco, sus pecas habían desaparecido, pero el cambio más importante había sido su cabello, que si bien conservaba esas ondas típicas de los Blacks, ahora era de un negro azabache brillante. Ahora era todo un Black, de eso ya no había duda.
Solo faltaba Ronald, con quien repitieron el mismo procedimiento. Su piel se aclaró, sus pecas también desaparecieron. Su cabello; un poco más lacio tomo las ondas y el color de los Blacks, pero quizás lo que más resaltó fue que sus ojos cambiaron, el lado izquierdo se hizo de un azul glaciar; reemplazando al celeste pálido de antes, el lado derecho cambió al gris tormentoso de ambos padrinos de Harry.
-Se siente...- comenzó Percy.
-Raro- terminó Ronald.
-Pero también como...-
-Si estuvieramos en casa-
Ambos se miraron, comenzar una frase y que el otro la termine eran cosa de gemelos, pero luego recordaron que la magia los había unido mucho más que a ellos, sonrieron.
-Genial- dijeron ambos a la vez. Provocando algunas risitas en los presentes.
-Ahora solo deben firmar este pergamino con sus nuevos nombres y todo quedará listo- fue Ragnok quien habló, los hermanos menores se miraron en silencio por varios minutos; una pelea silenciosa que solo ellos parecían entender se desató por unos minutos, hasta que asintieron y sonrieron.
-Bien- volvieron a decir ambos a la vez.
Y en los pergaminos yacían firmados sus nuevos nombres Cástor y Póllux Black.
-Queríamos continuar con la tradición-
-De tener nombres de constelaciones-
-Es una forma-
-De honrar-
-A nuestros-
-Padres- terminó Póllux, sus ojos bicolor brillando de orgullo y satisfacción, Cástor sonreía complacido al ver los rostros sorprendidos de sus padres. Pero finalmente sonrieron hacia los niños, para luego dirigir la mirada al rompedor de maldiciones.
-Señor Weasley, este traslador se activará apenas diga Dragón, una vez que haya terminado sus deberes lo vamos a esperar para cenar, el traslador solo funcionará con usted- alegó el mayor de los Black, el ahora único pelirrojo asintió, se despidió de aquellos que alguna vez fueron sus hermanos de sangre; a cada uno con un abrazo y un suave beso en la frente, con sonrisas idénticas ambos niños se despidieron y cada uno fue con sus padres.
-Te vemos en la cena- se despidió Cástor con la mano, los demás con un simple asentimiento (cosa de Slytherins, se dijo Bill) y rápidamente fueron guiados por los duendes hacia el atrio del banco, por donde salieron y por fin pudieron activar su propio traslador e ir a la mansión de los rubios.
La fiesta de celebración de Yule era algo que realizaba la familia Malfoy cada año sin falta, y ése no sería la excepción, pero a diferencia de otros años; la presentación de los nuevos herederos Black sería realizada, por lo que Narcissa no podía perder el tiempo. Durante los siguientes días Draco y Harry se encerraron en la biblioteca de la mansión, estudiando todo lo que podían acerca de la piedra filosofal y de las reliquias de la muerte, dando así algo de tiempo a solas a los hermanos Black; quienes permanecían encerrados en la habitación del mayor, donde Cástor se dedicaba a enseñar el manejo de su nueva magia a Póllux.
Cástor no podía estar más orgulloso de su hermano, no por nada llevaba el nombre de Póllux; la estrella más brillante de Géminis, su hermano realmente era mucho más poderoso que él. Lo que le había llevado meses aprender a él; el menor lo lograba en días. Pero no todo había sido entrenamiento con sus dones, no, Sirius y Regulus se habían encargado de haberle comprado todo nuevo a ambos hermanos; desde ropa hasta útiles escolares -creo que está demás decir que incineraron todo lo que Dumbledore le había dado a Póllux como regalos-, pero ahora, ahora ambos hermanos eran llevados a la mansión Black para ser presentados ante el retrato de la antigua Lady Black.
Walburga había sido notificada de que ambos niños fueron adoptados y la razón, ahora estaban allí para ser evaluados por la mujer, la mujer que había sido prima de su abuela. Y que ahora era su nueva abuela. Las vueltas que da la vida.
Los menores se tomaron de las manos; intentando tranquilizar la mente del otro a través del contacto, la mujer en el cuadro seguía con el escrutinio hacia los pequeños, que tras una fuerte respiración dieron un paso adelante.
-Buenas tardes abuela...- comenzó Cástor.
-Nosotros somos- continuó Póllux.
-Cástor y Póllux Black-
-Herederos de la más antigua-
-Y noble casa de los Black- durantes unos horribles segundos vieron que la mujer permanecía en silencio, antes de sonreír.
¡Las maravillas de la vida!
-Que educados niños- comenzó la mujer, mirando a sus dos hijos, quienes sonreían orgullosos, cada uno tocando un hombro de su heredero.
-Con una muy peculiar manera de hablar- ambos se sonrojaron. Walburga alzó una ceja desde su retrato.
- No he dicho que sea malo, ustedes están unidos por algo mucho más espeso que la sangre; hombrecitos- los menores volvieron a sonrojarse ante rl término usado por ella, pero la mujer decidió deliberadamente ignorarlos.
-La familia es lo primero, pero la conexión de sus magias es mucho más fuerte que la de cualquier par de hermanos, si uno se hiere, si uno está triste, feliz... todo van a sentirlo, espero que aprendan a manejar esa situación- ambos asintieron agradecidos y con una pequeña sonrisa.
-En caso de que no lo puedan, son bienvenidos a conversar conmigo aquí o en el cuadro que tengo en la biblioteca- eso fue lo último que le dirigió a los chicos, quienes se despidieron y regresaron a sus habitaciones dentro de la mansión Black. Los mayores quedaron un rato más hablando con la mujer que parecía empeñada en avergonzarlos.
-¿Entonces están juntos?- preguntó, y Regulus se sonrojó mientras que Sirius asentía.
-¡Por Merlín! ¡Ya era hora! Regulus Black yo no te crié para que tardes más de diez años en poner a tu hermano en tu cama, parece que volveremos a tener esa charla- Sirius levantó una ceja sin entender mientras que el hijo menor de Walburga chillaba horrorizado.
-¡Madre!- gritó. La mujer le sonrió con arrogancia.
-¡Hijo!- imitó su grito con un tono más burlón.
-¿De qué me perdí?- preguntó algo ido Sirius, la mujer del retrato rodó los ojos.
-Oh, nada hijo. Es solo que desde que Regulus nació supe que él sería pars ti- desde el final pasillo, Orión Black sentía un ''escalofrío'' recorrer su cuerpo. Walburga desde que se habían casado había dicho que daría a luz a dos herederos y que estos se unirían. Esa mujer era una loca, cuánta razón tenían aquellos que la llamaban así. Orión volvió a ocultarse en su cuadro de la biblioteca luego de ver la mirada de ''Te lo dije'' de su mujer, al ver como Sirius rodeaba la cintura de su hermano con su brazo.
Mientras tanto, en otra mansión ancestral, con otro par de padres dramáticos; se hallaba un Harry Snape sentado en un cómodo sillón frente a la chimenea, mientras que su papi Severus intentaba no cruciarlo, y su papá Remus parecía al borde de un colapso nervioso.
-Recapitulemos- gruñó Severus, su respiración agitada y sus mejillas sonrojadas por la furia que estaba conteniendo.
-Tú...- comenzó Remus, dándose algo de viento con las manos, de verdad estaba a punto de desmayarse.
-Robé la piedra filosofal la primera semana de clases del espejo Oesed antes de que los maestros pongan sus trampas- y sonrió inocentemente, como si no se hubiera puesto frente a un objeto oscuro que pudo matarlo.
-Remus.voy.a.matarlo- gruñó el hombre de negro antes de saltar al más puro estilo muggle sobre su hijo, siendo detenido por su pareja, quien se hallaba pálida; Remus solo quería abrazar a Severus para que se calme, abrazar a Harry por que él se había asustado y luego reprenderlo por casi matarlo del susto.
-Mocoso idiota ¿QUÉ ESTABAS PENSANDO? ¡NO RESPONDAS! ¡ES OBVIO QUE NO ESTABAS PENSANDO!- gritaba el pocionista, quien se liberó de su casi esposo -lanzando un hechizo adherente al sillón tras tirarlo allí, pero no pensemos en nimiedades- se acercó a su malcriado hijo para estirar una de sus bonitas orejas.
-¡AHH! ¡Papá dile algo!- Harry miró al hombre lobo con ojos llorosos; el pobre hombre de ojos dorados no sabía que hacer, si ayudar a su cachorro que lo veía a punto de llorar -era fingido, lo sabía pero el lobo era un idiota- o a Severus que...
-Remus- ¡Oh! Ahí estaba, esos brillantes ojos negros mirándolo con ternura y con un miedo por lo que pudo pasar.
-No usarás a tu padre para librarte del castigo, mocoso- fue lo que dijo la serpiente mayor.
-¡PERO SI TÚ TAMBIÉN HACES LO MISMO!- dijo indignado el niño.
-Pero a.diferencia de ti, yo soy su pareja- Severus levantó una ceja; como diciendo ''atrévete a refutar eso, mocoso''.
-Pero yo soy su cachorro- ¡Boom! ¡En tu cara perra!
Remus no sabía como llegaron a ese punto de la discusión.
Severus apretó los labios, y rápidamente una pelea a gritos comenzó, claro que todo terminó cuando Remus se levantó del sillón donde fue hechizado para silenciarlos.
-¡TÚ! Te callas y obedeces a tu padre, eres demasiado joven para comenzar con tus planes de dominación mundial. Además eso es trabajo del Señor Tenebroso- Harry volvió a sentarse ante los aterradores ojos dorados de su padre.
-Y tú...- se giró a mirar a Severus, quien frunció el ceño.
-¡Todo esto pasa porque estás más ocupado persiguiendo profesores de Defensa!- gruñó el rubio castaño.
-¡Oh por favor Remus! ¿Aún sigues celoso? ¡Te dije que lo hacía por que se comportaba de manera sospechosa!- las mejillas de Severus estaban rojas y su ceño seguía igual o más fruncido.
-Emm.... ¿Papás?- susurró Harry en medio de la batalla de miradas entre ambos adultos.
-¿QUÉ?- dijeron ambos a la vez. Mirándolo.
-No deberían preocuparse por el profesor Quirrel- dijo como si nada. Ambos padres suspiraron.
-¿Por qué?- preguntó entrecerrando los ojos Remus.
-Harry...- Fue Severus quien advirtió.
-Pues solo digamos que el último día de vacaciones habló conmigo- comentó casual, jugando con el dobladillo de su túnica.
- Y solo tal vez, me dijo que se llamaba Marvolo... Tom Marvolo Riddle- ahora sonreía de forma depredadora a sus padres, con sus brillantes ojos Avada divertidos al ver a los adultos casi sin poder respirar.
-Y le ofrecí la piedra- Y el sonido de algo golpeando el mueble había sido el pocionista, quien tuvo que sentarse de golpe en uno de los sillones, sus piernas no parecían poder aguantar su peso ahora.
-Y solo tal vez.. tal vez, venga para Yule- Remus yacía en el suelo desmayado, Severus en un transe mirando las llamas de la chimenea, perdido en sus pensamientos.
Y Harry...bueno, él disfrutaba de ver el mundo arder, también creía que sus padres eran unos dramáticos; y eso que aún no le había dicho que quería casarse en el futuro con el mago tenebroso. No podía imaginarse el espectáculo que harían cuando eso suceda, solo por eso aún no lo diría, no es que quisiera a su padres muertos por un ataque cardiaco, no, primero debía jugar un poco con su comida.
Harry volvió a sonreír, y Draco, quien había ingresado a la biblioteca a ver que sucedía; sintió un escalofrío al ver a su tío Remus desmayado, a su padrino en un estado de catatonia y a su hermano sonriendo con maldad, solo le faltaba frotarse las manos para que se le pueda considerar uno de esos villanos muggles.
¡Merlín ayúdanos! Fue lo único que pudo pensar Draco.
N/A: ¡Feliz Yule adelantado! Tuve problemas para escribir este cap de relleno, pero lo logré!! Y antes de que se cumpliera un mes 🌚🌚
Les dije que no dejaría de actualizar esta fic.
Tenemos nueva portada!! Todo gracias a Mafer la bondadosa alma que me ayudó un montón
Les dejo su cuenta Spring_Dreams
Intentare ver si puedo subir mucho más rápido los caps, después de todo Voldy bebé hermoso aparece en el siguiente 7u7
Y voy a andar inspirada...
Estén atentas que posiblemente dentro de poco publique un Snarry.
No quería, pero las ganas me pueden <\3
En fin, eso sería todo.
Voten, comente.
SIGANME!!
Pd: tengo hambre :v
Pd2: y sueño.
Pd3: debería comer en mis sueños para que se me pase?
Pd4: dejen sus buenos deseos de navidad aquí... porque sé que no seré la única que estará en wattpad esta navidad :v
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