22
Se removió incómodo bajo la atenta mirada de lo seis chicos, sinceramente no pensó que habían tantos amigos que se preocuparan por Ron, y sin duda ya se imaginaba que Malfoy y Snape estarían ahí, pero la presencia de los herederos de la familia Zabini, Longbotton y Nott fue una sorpresa, pero le alegraba saber que su hermanito estaba bien cuidado, no había estado en el colegio por todos esos años sin saber que las serpientes se protegían entre ellas, y eso era tan bueno para su pequeño Ronnie.
-¡Hola, me llamo Harry!- comenzó a hablar el de ojos verdes, desde el desayuno que estaba temblando por presentarse ante el Weasley mayor pero había tenido la decencia de darle privacidad a los pelirrojos, Draco simplemente suspiraba mientras se frotaba el puente de la nariz y Ron soltaba una risita con con Neville, las demas serpientes simplemente sonrieron, no se parecía en nada al niño que atacó a un séptimo año en su primera noche.
-Uh... Hola Harry, de hecho, hola a todos, estoy muy feliz que sean amigos de mi hermano, ahora, lo que le revelaré a Ron es algo que solo mi abuela sabía y solo a mí me lo dijo, así que les pediré discreción, al menos por ahora- al ver las seis cabecitas moverse de arriba a abajo les dio una cálida sonrisa.
-De acuerdo, siganme- y sin más dio media vuelta, con dirección a una de las muchas mesas escondidas entre los estantes más alejados de la biblioteca.
-Bien, cuando mi abuela aún vivía, yo era muy pequeño, pero no por eso significaba que no entendiera.
Ella siempre me contaba una historia cuando nos visitaba, la misma siempre, no me cansaba de ella- una suave sonrisa se instaló en sus labios, su mirada se encontraba perdida en algún punto; recordando su pasado.
-En ella hablaba de un Fénix, que había sido atacado por magos debido a su poder, tanto para pociones como para varitas... querían matarlo, pero pudo escapar. Lo malo era que estaba herido y a punto de volverse cenizas, no tuvo ni tiempo de hacer su nido.-
Los pequeños los miraban atentos y con el brillo de la emoción creciendo en sus ojos.
-La abuela era una Black, una muy orgullosa, a pesar de haberse alejado de la familia continuaba con las tradiciones y sabía de la importancia de un nido para que el ave pudiera descansar, lo había ayudado, en un arbol alejado de nuestro jardín preparó un nido para el fénix, quien no esperó un sengundo para posarse en él y ser cubierto por la llamas, donde apareció entre las cenizas un pequeño polluelo- en ese punto los seis chicos tenían su total atención, la mente de Harry maquinaba a toda velocidad, al igual que la de sus compañeros, sin embargo, él fue el único en hablar.
-¿Se ganaron el favor de la criatura?- preguntó en un susurro el de ojos verdes, la mirada de Percy se posó en él, había un cariño... maternal que desbordaba del mayor.
-Sí, la abuela no pudo recibir los dones que el ave quiso darle, cuando eso ya era muy mayor, no tendría caso que lo tuviera, sin embargo le pidio al ave que se uniera a ella, le había dicho que tendría dos nietos con el suficiente buen corazón como para poder utilizar su poder.
Hablaba de Ron y de mí, después de unos años me di cuenta, cuando al enojarme pequeñas llamas aparecían pero no me hacían daño.
La abuela me dijo que sería muy fuerte, que en sueños vio que el último hijo varón, el sexto sería quien también recibiría el don- miró a Ron quien parecía perdido, pero en realidad sabía que se encontraba analizando y absorbiendo toda la información.
-La abuela tenía pequeños vestigios de magia antigua en ella, podía ver el futuro, no muy adelante, pero sí lo suficiente, y a pesar de que estuviera vinculado al ave, como había visto en sus sueños, solo dos pudieron recibir los dones, es muy poco común que un Fénix se vincule de tal manera a un mago, de por sí es raro que incluso sea familiar de alguien, pero la vinculación con la abuela fue una ligeramente diferente-
-Magia vinculante arcana- exclamó asombrado Harry.
-No me sorprende que lo sepas, has demostrado ser demasiado inteligente, incluso para tu edad, la magia arcana es tan poco conocida incluso para nosotros que la poseemos, la abuela practicaba más que sólo magia ''blanca u oscura'', a pesar de la ilegalidad de esta última, fue por eso que pudo ser contenedor de un poco de la magia pura del Fénix dentro de su cuerpo. Sin embargo, la edad no hizo mucho por ella- para ese entonces había sacado de su morral un pequeño diario color borgoña, entregándoselo a su hermano.
-En este diario hay toda la información que la abuela sabía acerca de su vinculación y la magia heredada a nosotros.
Ron, ésta es magia muy oscura, ni siquiera el Señor Oscuro lo utilizó, no sé si por que no tuvo la oportunidad o fue por algo más, esta magia nos une Ron, incluso más que a los gemelos, espero que no la rechaces o reniegues de ella- comentó esto último temeroso, sin embargo, nada lo preparó para el rápido movimiento de Ron, quien estrelló su dura frente contra su pecho.
''¿Era acaso cosa de niños eso de estrellar sus duras frentes en los cuerpos de los mayores y dejarlos sin aire? ''
-Estoy feliz de que estés conmigo Percy- susurró el menor y pequeña lágrimas cayeron por las mejillas de éste, quien simplemente lo continuó abrazando, cerrando los ojos, embriagandose de ese calor, de ese amor fraternal.
-Bueno, chicos, espero que cuiden de Ron, su magia estará un poco inestable estos días debido al estallido que tuve por la mañana- cinco cabecitas asistieron, fue entonces que Harry habló.
-Percy, el Profesor Snape te espera en su clase, me dijo que apenas terminaramos de hablar contigo vayas, no importa si está con alumnos, ¡no estas en problemas!- agregó rápidamente, el pelirrojo mayor asintió, confundido, pero suponía que queria hablar del suceso del desayuno.
-De acuerdo, bien creo que ya es hora de marcharme, Ron, cuida muy bien aquel libro, no creo que deba advertirles de alejarse de Dumbledore- dijo con una ceja levantada, los niños solo sonrieron y negaron, desde luego que no era necesario.
-Bien, Ron, no andes por ningún lugar solo, y siempre que sientas que tu magia va a estallar mantente cerca del heredero Malfoy- miró al rubio sonriendo, sonrojándose este último, mientras que su hermano solo miraba confundido, los demás soltaron una risita.
-Cualquier cosa me buscas- dijo el mayor, antes de asentir hacia los demás niños y marchar en dirección a la clase del maestro de pociones.
-Eso fue inesperado- dijo Neville luego de un momento de silencio, Ron seguia mirando el diario como si todas las respuestas estuvieran allí, los demás solo lo miraban curiosos.
-Ronald- llamó Theodore, el más callado de todos, su voz era baja pero con ese toque infantil de su edad.
-Mmh- respondió el pelirrojo, dándole a entender al chico que lo escuchaba.
-Cuando sea mayor, me casaré con tu hermano- dijo, su máscara de indiferencia bien puesta, aunque sus amigos lo miraran con asombro y Ron... bueno él.
-Oh, está bien... espera ¿¡QUÉ!?- gritó, ganandose una patada de Draco, por haber gritado en plena biblioteca.
Los suaves toques de la puerta advirtieron a Severus Snape de compañía, dejó a sus alumnos de Hufflepuff y Ravenclaw tras una advertencia de una muerte dolorosa, abrió la puerta de su clase encontrándose con un pelirrojo que jugaba ansiosamente por hilillo suelto de su vieja y desgastada túnica.
-Señor Weasley...- murmuró, no sabiendo cómo interactuar con su alumno tras el rechazo en el gran comedor a su propio apellido y la mueca de hace segundos.
-Solo Percy, por favor- suplicó, sus ojos más brillante de lo normal, recién en estos momentos le abordaba la desesperación; ¿Cómo rayos mantendría a Ron él solo? ¿Qué haría?
Severus suspiró, ¿Acaso tenía algún tipo maldición que atraía a todos los niños psicológicamente inestables para hacerse cargo de ellos? Pero... odiaba ver esos ojos brillantes en esas criaturas infernales, al menos en los que son cercanos a su pequeño.
Estúpido instinto paternal.
Eso del amor hacia otro ser vivo aparte de él era jodido.
-Sígame a mi despacho, Percival- murmuró en voz baja, sabía que sus demas alumnos estaban pendientes de ellos. Se giró avanzando entre sus estudiantes, seguido del desgarbado muchacho pelirrojo, la puerta al fondo de la clase conectaba con su despacho y este a sus habitaciones privadas. Una vez dentro, realizó cada hechizo de silencio y de protección que conocía.
-Bien, señor Weas...- calló al ver al menor hiperventilar.
-¡Oh Merlín! Renegué de mi apellido y arrastré a mi hermanito conmigo, ¿¡Donde viviremos al terminar las clases!? ¿¡Que pasará cuando necesitemos útiles o comida!? No podré tener un empleo aún, nadie quiere a un niño en sus tiendas, ni siquiera en el callejon Knockurn, voy a morir, y mi hermano también, y el director que posiblemente me haga algo, dejare solo a Ron sin que nadie lo proteja- en algún momento había empezado a dar vueltas por la habitación, olvidándose por completo con quién se encontraba, Severus lo dejó descargarse, aunque; por muy cruel que sonase, quería reír de la desesperación del pelirrojo, era una actitud tan... Gryffindor la que había tomado en el desayuno, tan idiota.
Ocultó su sonrisa tras una taza de té que un elfo había traído hace segundos, qué podría decir, el burlarse de leones en agonía era un viejo hábito, no podría deshacerse del todo de ello, no quería tampoco, si lo hiciera sería un blandengue.
''Como si ya no lo fueras''
Fruncio el ceño ante su subconsciente que parecía ser bastante entrometido, con un silencioso hechizo que generalmente usaban las madres con sus hijos malcriados; Severus hizo sentar a Percy en un cómodo sofá del cual no podría pararse ni aunque quisiera, puesto que también habia un hechizo adherente.
-¿Terminó, Percival?- una de sus cejas negras se levantaron y Percy se sonrojó, olvidó completamente que se encontraba con el profesor Snape.
-Lo siento, profesor- murmuró, con la vista baja. El hombre de negro suspiró, masajeando el puente de su nariz.
-De hecho, es perfectamente comprensible sus preocupaciones, sobre todo al tener un hermano pequeño del cual cuidar- el tono de voz que empleó el maestro simplemente hizo que suspirara, se sentía de cierto modo aliviado. Empezaba a enloquecer, ¿Desde cuándo el profesor Snape era tan comprensivo y compasivo?
-Percival, estoy seguro de que podra salir de ésta, tengo entendido que su madre tiene una hermana, la Sra. Prewett no tendría problemas en acogerlos- el chico negó, su expresión compungida y al borde de las lágrimas nuevamente.
-No puede, Señor. Ella siempre está en contacto con mi madre, podría ir un día y hacernos cualquier cosa, ella, mi madre, no está bien señor, nos entregaría a Dumbledore- la atención del hombre mayor se posó en el pelirrojo aún con mas curiosidad.
-¿Tienes alguna razón para temer al director?- su voz era baja y aun así llenaba toda la habitación, Percy inspiró profundamente.
-Su Fénix...- murmuró, sus ojos fijos a sus manos entrelazadas en medio de sus piernas, Severus permaneció callado, instando al chico a continuar.
-Hay magia oscura en él, una atadura, esa pobre criatura sufre al lado de ese hombre, yo... mi instinto me pide que me aleje de él- el hombre de negro se acercó, sentándose a su lado, a una distancia cortés para ambos.
-Durante el desayuno, usted demostró un gran talento, aunque tengo dudas, sin contar que al parecer no está registrado como parte criatura en el ministerio- susurro con suavidad, no quería asustar al chico, pero con tantos testigos y con Dumbledore metiendo su nariz donde no lo llaman; el chico correría peligro inminentemente.
-No, es un don heredado de mi abuela, nadie lo sabía, no soy peligroso, me puedo controlar bien- dijo totalmente convencido, Severus no reprimió su instinto y acarició sus cabellos.
-Estoy seguro de que lo haces, pero los demás adultos no lo creeran, supondrán cosas estúpidas, por eso quiero que envíes una carta a Gringotts, explicándoles tu situación y la de tu hermano, escuchame, hablaré con unos parientes lejanos tuyos de confianza para mí, esta noche después de la cena cuando yo me levante, quiero que cinco minutos después salgas del gran comedor y vuelvas a mi despacho, si alguien pregunta di que tienes detención conmigo- Percy miró a su maestro aprehensivo, ¿QUÉ DEMONIOS ESTABA SUCEDIENDO CON EL MUNDO? ¿DUMBLEDORE MALVADO? ¿SNAPE BUENO?
-Entiendo su desconfianza... despues de todo, por años no he sido uno de su profesores favoritos- el ceño del mañor yacía levemente fruncido y Percy pareció entrar en pánico nuevamente.
-No señor, no estoy desconfiando, es solo que... es tan repentino y nuevo este lado suyo; si me permite ser indiscreto es muy agradable, y los niños confian tanto en usted, cualquier ayuda ahora es recibida señor- los labios de Severus se crisparon, él NO era agradable, era un horrible maestro que te sacaría los ojos y los usaría en sus pociones, él era malvado.
Lo era... ¿Cierto?
-Harry es tan buen niño, él demuestra mucho respeto por usted, sabe, me alegro que entre todos se cuiden en su casa- un pequeña, pequeñisima sonrisa se instaló en el rostro del hombre, aunque rápidamente fue reemplazada por una mueca.
-Ahora estoy más preocupado por usted que por los niños, Percival, soy demasiado consciente de como son los Gryffindors, ¿Estará seguro ahí?- el pelirrojo frotó sus manos nerviosamente. Un suspiro tembloroso salió de sus labios.
-Puedo defenderme señor, vivir en una casa con cinco hermanos tiene sus ventajas, además no es por mí quien debería preocuparse, igual agradezco su preocupación- agregó rápidamente, su mirada azul se encontraba llorosa, con un movimiento de varita una pequeña cosita brillante llegó a la mano de Severus.
-Póngase esto, Percival, tiene una infinidad de hechizos de protección, también uno encontra se la legeremancia, estoy seguro de que el Director lo llamará a su oficina en el trascurso del día, no se lo quite, pero sobre todo, no lo miré a los ojos ni diga nada, querrá saber todo lo que sucedió, NO LE DIGAS, NADA, él no es de confiar, dile cualquier cosa, pero evita quedarte mucho tiempo, ¿Has entendido?- recalcó dos veces sobre no decir nada,.poniendo nervioso al pelirrojo quien asintió, mientras los hechizos adherentes se deshacían, nuevamente el hombre de negro se veía siendo atacado por llorosos mocosos, esta vez un gryffindor y no lo hacía sentirse mejor. Su clavícula dolía en donde la dura frente del chico le impactó y sus cabellos le hacian cosquillas en la barbilla. Severus se sintió mareado ante la magia del menor que reaccionaba a la suya, parecía desesperada por algo de cariño. Cariño que por supuesto no estaba dando, digo, si alguien los viera pensarían que se estaban dando un abrazo y él le daba palmaditas reconfortantes. No, lo que hacía era golpearlo para que se aleje, no había nada cariñoso en eso, repito, NO era cariñoso.
-Ya, Ya, tranquilo, no se preocupe, Percival, solo trate de pasar desapercibido hasta la noche- dijo, tomando de los hombros al menor; separándolo de su cuerpo, al cual de pegaba como sanguijuela. Severus suspiró, al parecer no podía hacer nada contra los ojos llorosos de los niños.
Maldijo a Harry para sus adentros.
Adiós reputación de maestro malvado.
-Vaya a clase, yo informaré a su jefa de casa que mantenga un ojo en usted- el pelirrojo asintió con una sonrisa y ojos llorosos, dio un suave abrazo nuevamente al gran hombre de negro; tentando a la muerte como estúpido gryffindor, y salió corriendo del despacho hacia el aula de pociones, para ir a su siguiente clase.
'Mantén un ojo en Percival Weasley
SS'
Simple y conciso, eso fue lo que envió a traves de un elfo doméstico a la profesora de transformaciones, esperaba realmente que nada le sucediera al chico.
Sus ojos azules brillaban intensamente bajo sus gafas en forma de media luna, el chico frente a él lo miraba, pero sus miradas nunca se cruzaban, lo cual lo frustraba, no podría leer su mente así, entrelazó sus manos sobre el escritorio, intentando hacer algun tipo de contacto visual.
-Mi muchacho, necesito que me digas qué sucede para poder ayudarte- un trinar melancólico salió de su familiar Fawkes, rápidamente Percy lo miró, la tristeza pintada en sus ojos.
-No se preocupe director- murmuró aún sin mirarlo.
-Ya estoy haciéndome cargo de ello, después todo es un asunto familiar, no quiero cargarlo aún más con mis problemas- respondió el menor, desesperado por salir corriendo de aquella oficina. Sentía nauseas de solo estar ahí.
-Pero Sr. Weasley...- una mueca de asco apareció en el rostro del pelirrojo.
-Durante el desatuno hubo una clara muestra de poder, una criatura, y me temo que debo saber para asegurar a los estudiantes- Percy sonrió. Pero esa sonrisa no tranquilizó para nada al viejo hombre.
-Ya le dije que no se preocupe, ya envié una carta al Ministerio y ellos probablemente lleguen pronto a hacerme algunas preguntas, ellos decidirán si soy peligroso para el alumnado y si no quieren relevelar información sobre mí, tampoco yo lo haré, ahora, Director, temo que la hora del almuerzo está llegando y sinceramente me encuentro hambriento, ¿Puedo retirarme ya?- apretó la mandíbula fuertemente para evitar lanzar alguna maldición, pero con sus fríos ojos observando cada milímetro del cuerpo del muchacho asintió escuetamente.
Percy suspiró, eso había estado cerca, pero corriendo se dirigió al gran comedor, dando una agradecida mirada al maestro de pociones y sentándose lo mas alejado de sus compañeros de curso, quienes parecían aliviados de alejarse de él.
Los pequeños de Slytherin le dedicaban sonrisas desde su mesa. Un pequeño calorcito se instaló en su pecho, no tenía que estar triste, la persona que más quería, su familia, no lo estaba rechazando.
Suaves toques alertaron al maestro de pociones en su despacho, sintiendo una especie de deja vú suspiró abriendo sus puertas nuevamente para un ansioso chico pelirrojo. Lo hizo pasar al lugar y nuevamente se sentaron en el sofá, esta vez sin el hechizo adherente, gracias a Merlín. Fue bastante vergonzoso y no quería repetirlo, muchas gracias.
Un poco de té de tilo para relajararse y ambos disfrutaban del silencio, hasta que, con la bebida haciendo efecto el menor se dispuso a hablar.
-Señor, ¿Cuál es la razón para ayudarme?- preguntó, sus ojos azules analizaban a su maestro bajo una nueva luz, realmente no entendía. Snape levantó una de sus cejas.
-¡No me lo tome a mal, por favor!- casi grito él chico, saltando en su asiento entrando en pánico, el hombre de negro no supo que causó el aparente estado de catatonia del chico, si su risa (pues era la primera vez que reía sinceramente frente a alguien que no fuera su familia) que no era aterradora, o las personas que salían de la chimenea y se sentaban en los sillones individuales apartados especialmente para ellos.
-Buenas noches- saludó, el que parecía más serio, ambos, eran demasiado parecidos pero tan diferentes a la vez.
-Bienvenidos, y respondiendo a tu pregunta, Percival, lo hago por que Harry te considera parte de su familia, haría lo que sea por mi hijo- la mandíbula del pelirrojo cayó, escuchaba por su madre que Harry Potter tenía una especial fascinación con el maestro de pociones, según su madre lo llamaba tío, pero eso no era aparentemente la realidad, miró expectante a los invitados, tratando de procesar toda la información, fueron muchas emociones por un día.
-¿Es él, Sirius?- preguntó en un susurro el hombre de cabellos cortos y ojos plateados.
-Sí, tiene los mismos ojos que la tía abuela Cedrella- contestó a su vez, un hombre de cabello largo y rebelde, con el mismo color de ojos. Percy los miró en silencio y ambos le sonrieron.
-Hola, Percival, mi nombre es Regulus Black...- el hombre iba a continuar con presentación hasta que Sirius lo empujo inclinandose hacia el menor con una gran sonrisa.
-¿Quieres ser nuestro hijo?- la sonrisa era enorme, sus ojos plateados brillaban hermosamente, el maestro de pociones y el otro hombre; Regulus, suspiraban tapandose el rostro con sus manos mientras negaban con la cabeza, y él... bueno, él solo pudo responder una cosa.
-¿Eh?-
N/A: Antes que nada les debo una disculpa, pasó más de un mes y medio para que pudiera actualizar, pero antes de que pongan esta cara (literal):
Debo decirles que tengo una muy buena excusa, y es que mi teléfono no funciona (solo actualizo desde ahí) y ustedes se preguntarán y de donde salió este capítulo?
Pues lo escribí por al menos una semana en el horario de almuerzo desde el celular de mi abuela.
Por que mi abuela tiene swag y usa wattpad, lee todas las fics que le ponga.
(Abuela si alguna vez lees esto... te amo, y sí, escribo historias de gays. )
Bueno, creo que eso sería todo, si se preguntan que pasó con mi celular, pues se ahogó en un bote de pintura, no pregunten cómo, solo sucedio.
Estoy trabajando en nuevas fics, pero aun no me decido por cual comenzar, por eso les dejaré esto aquí y que decidan:
Fandom Haikyuu: posible au(? Omegaverse(? TsukiHina
Fandom Kuroko no Básquet: Kagamine 7u7
Fandom Mentes Criminales: omegaverse.
Fandom TWD: También omegaverse
Fandom HP: Snarry
Como ven, quiero; por primera vez, escribir omegaverse, ahora la decisión están en sus manos.
Elijan sabiamente
Los amo💕
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