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19

Harry observaba atento el huevo entre sus piernas —aclaremos que es el huevo que le regalaron en el callejón Diagon, no sean mal pensados—, estaba junto a la chimenea con Draco, ambos en el suelo sentados cerca de las llamas, pues querían que huevo recibiera algo de calor, el pequeño de ojos verdes acariciaba el cascarón;  la magia concentrada en las palmas de sus manos creaba un leve movimiento en el interior, lo que sea que estuviese dentro nacería pronto. 




No fue sino hasta quince minutos después que un pequeño crujido se oyó y hubo una fractura en el cascarón de tan inusual color, poco a poco, con seguridad pero con paciencia, un pico y una mata de pelo negro verdoso comenzó a ser visible, hasta que por fin Harry pudo ver a su nuevo familiar...  Un augurey, un hermoso espécimen de mucho plumaje verdoso y ojos del mismo color, casi del mismo tono que el de Harry, pero con un matiz más amarillento, el pelinegro le sonrió al animal y liberó un poco de magia, su sonrisa se amplió al ver que el ave respondía ante su magia pues, torpemente avanzó hacia él, acurrucándose en sus piernas, soltando su primer canto, bajo y tembloroso, tan característico de los de su especie pero aún así hermosamente triste.



-Te llamarás Finis- murmuró el menor, y Draco no pudo evitar rodar los ojos ante el dramatismo del pelinegro, ¿Quién en su sano juicio ponía de nombre "Final" a una criatura que hasta hace poco se creía presagiaba la muerte? 

Solo Harry...  Se respondió mentalmente, ese chico era un excéntrico total, y hasta ahora se daba realmente cuenta de ello.














Primero de septiembre había llegado, Harry estaba ansioso, bastante ansioso, tenía muchos planes para ese año, debía conseguir un grupo selecto de adeptos para ir formando su propio círculo interno; en ocasiones escuchaba a escondidas las conversaciones de sus padres con los Malfoy, el Señor Tenebroso regresaría y qué mejor ofrenda de paz que una gran cantidad de talentosos y jóvenes magos dispuestos a unirse a su causa —eso era por ahora, más adelante probaría con las criaturas del bosque—, Harry sabía bastante de Voldemort, una semana antes sus padres le habían dicho que Tom Riddle; el chico hermoso como solía llamarlo en su mente, era Voldemort, y creyó a sus padres cuando le dijeron que él no quería hacerle daño, sino todo lo contrario, pero nunca estaba demás el tener algunos aliados, Harry era demasiado ambicioso para su propio bien, pasar tanto tiempo con ex Slytherin's no hacía más que acrecentar aquello, el pelinegro soñaba con un mundo en donde las criaturas fueran tomadas en cuentas, que se respetaran las tradiciones de su pueblo y eliminar el contacto con los muggles, todo sería perfecto, pero claro, siempre había una piedra en el zapato de todos, esa piedra era Albus Dumbledore.




Draco y el mismo Harry sabían cómo ese mago había dañado a más  de uno, el pelinegro usaba a su fiel Leviathan como espía, sabía todo del hombre, como había dejado a su padrino en azkaban, como había dejado que su padre Remus viviera en la miseria, como había profanado a su tío Regulus. Con los años pasados en el orfanato Harry había desarrollado el rencor y la venganza en su personalidad, no era algo bueno para un niño de cinco años pero el entorno no ayudó mucho, ser un niño inteligente y hermoso en medio de más niños que tenían envidia y celos no era propicio, para su suerte Severus había llegado mucho antes de que hiciera algo verdaderamente horrible, y sí, era un chico inteligente, encantador y bueno...  Con aquellos que apreciaba, pero Dumbledore le había tocado los cojones demasiado al atacar de esa manera a su familia, y el ojiverde no temía sacar esa vena vengativa por defenderlos. 








Draco había pasado a ser su compinche y mano derecha en prácticamente todo, ahora, ya sentados en uno de los vagones vacíos del expreso a Hogwarts —luego de una casi sentimental despedida de sus padres y su padrino—, esperaban ansiosos la llegada de alguien.  Por que fue tan obvio la llegada de aquellos pelirrojos al andén gritando palabras que solo los de su mundo conocerían, la mujer pelirroja y regordeta no le agradaba en lo más mínimo, sus ojos brillaban de ambición y maldad, al igual que la pequeña mocosa a su lado.  Pero el chico, un poco alto y de apariencia pensativa al lado de unos gemelos realmente interesantes fue lo que llamó más su atención, comentándolo con Draco, quien en una larga charla le contó acerca de la deuda de honor que tenían los  Weasley con los Malfoy y de como ese chico era pariente...  Lejano pero lo era, al menos de parte de los Black. 




Con Finis y Hedwig en su jaula y Leviathan entre sus ropas, Harry se la pasaba hablando de sus proyectos de dominación mundial con un muy aburrido Draco, que simplemente respondía que ese era el trabajo del señor tenebroso y que se dedicara a otra cosa, ocasionando que el pelinegro se indignara y empezara nuevamente con su perorata acerca del por qué él debería ser el próximo señor oscuro y que el como su mano derecha debía ayudarlo con la alianza a Voldemort. Claro que todo ello fue callado al oír unos leves toques en la puerta, con un movimiento de varita, el rubio destrabó la puerta del compartimiento y con uno de manos Harry aplicó un hechizo de silencio alrededor de ellos, se miraron durante unos segundos y el rubio abrió la puerta,  dejando ver una cabellera pelirroja.






Ronald Weasley miraba atento a ambos con una timidez casi atractiva, casi, los ojos grises lo escaneaban como si fuese una extraña criatura y los verdes de Harry apenas y podían contener su emoción. 





-Disculpen, es que los otros compartimientos estan casi llenos...  Podría - dudó un poco mordiendo sus labios a la par que un suave carmín adornaba sus mejillas. 



-¿Podría sentarme con ustedes? - preguntó, jugando nerviosamente con un anillo que descansaba sobre su dedo anular.





-Draco...  ¿Es él? - preguntó el pelinegro, solo para asegurarse, el rubio se abstuvo de rodar los ojos, simplemente suspiró. 



-Sí Harry, es él- apenas terminó de decirlo, un hiperactivo Harry sonrió, a la par que se levantaba, dejando un fuerte abrazo en el pelirrojo, que no entendía qué rayos sucedía. 




-Pasa, Weasley, bienvenido a nuestro compartimiento - dijo un serio Draco, viendo como el chico de cabellos de fuego asentía tímido y con duda se sentaba frente a ellos. 




-Disculpa a Harry, es algo efusivo con la familia- era el rubio quien habló, provocando que el desconocido no tan desconocido se atragantara con su saliva. 





-¡¿Familia?!- casi gritó, Harry le sonreía y el rubio seguía indiferente. 



-¡Sí!  ¿No es fantástico? - chilló con entusiasmo el pelinegro. 

-Disculpa nuestros modales - comenzó a hablar el de ojos grises.



-Mi nombre es Draco Lucius Malfoy Black, encantado- murmuró lo último, sin apartar sus ojos de los azules del invitado. 



-¡Yo soy Harry!- volvió a hablar emocionado el pelinegro, haciendo que el pelirrojo se girara a mirarlo. 



-Harry James Black Snape Peverell, es super largo, pero me gusta - sonrió el de ojos verdes, provocando que el pelirrojo abriera enormemente los ojos. 


-Ron..  Ronald Weasley - murmuró, sabiendo ahora frente a quiénes estaba, se removió incómodo en su asiento. 




-¿Sabías que había una miembro de la familia Black en tu familia? Mas específicamente tu abuela- los ojos azules se abrieron aún más si eso era posible, lastimosamente él no había conocido a su abuela, solo sabía que no le agradaba a su madre, ahora entendía por qué.  Frunció el ceño. 





-No la conocí, pero según mis hermanos mayores era agradable, les enseñó muchos hechizos, pero por eso no le agradaba a mi madre- Draco bufó por lo bajo y se cruzó de brazos. 




-¿Por qué son tan amables conmigo? Mi padre odia al señor Malfoy,  no sé por qué, siempre me inculcaron que ellos eran magos oscuros, pero nunca me dijeron por qué debería odiarlos- frunció el ceño. 





-Tu padre también odia al mío...  Sin embargo estás aquí, hablándome con normalidad, fría cortesía, sí, pero no estás siendo despectivo con mi familia - Ron miró con cautela a Draco, el rubio sonrió de medio lado, casi orgulloso, y Harry, pues él estaba más que emocionado. 




-Cuanta astucia de tu parte, Ronald- alabó Harry, pero fue el rubio quien respondió. 





-Hay una deuda de honor entre nuestras familias, tu abuelo debía casarse con mi tía abuela, pero embarazó a Cedrella Black, ocasionando que rompiera el compromiso con los Malfoy y se casara con ella, Credrella fue desheredada y la familia Malfoy en aquél entonces se encargo de hundir a tu familia por la ofensa, ¿Nunca supiste que en la antigüedad los Weasley era ricos sangre puras?- preguntó lo último casi confundido, el pelirrojo suspiró. 




-No, en casa no se habla de ello, mi madre odia a todos los magos puristas y mi padre hace todo lo que ella dice, ni siquiera hay libros en casa, no pude aprender nada que no fuera del colegio, pues leía los libros de mis hermanos, yo mismo tuve que aprender solo cosas básicas como algunas leyes y etiqueta, puesto que como sabrán...  No cuento con los recursos necesarios para comprar libros de eso- murmuró lo último tímidamente, casi avergonzado de su ignorancia y es que lo estaba.





-Pues tu baúl se ve bastante costoso- comentó Draco viendo el baúl marron con bordes dorados, aparentemente nuevo.  Ron tuvo la decencia de sonrojarse. 





-El director un día se apareció en casa y pidió hablar a solas conmigo - comenzó a relatar, provocando que ambos chicos se tensaran, el rubio más que el otro. 






-Dijo que Harry Potter entraría este año a Hogwarts y que debía ser su amigo a toda costa pues estaba rodeado de magos oscuros, que a cambio me daría todos mis útiles escolares nuevos, de buena calidad- siguió hablando, evitando mirar los rostros de sus acompañantes. 





-Definitivamente no me haría amigo de alguien solo por que me ofrecían algo, eso es bajo y ruín, pero pude ver que mi hermana menor me espiaba, en definitiva ella no me agrada, así que solo acepte sabiendo que ardería en celos y también por que no quería nada de segunda mano, por supuesto dije que intentaría ser amigo de Harry, no que lo sería - explicó vagamente Ron,




-Eso fue mi Slytherin de tu parte... ¿No has pensado pedirle al sombrero que te ponga en Slytherin con nosotros? - dijo un muy entusiasmado Harry, el pelirrojo comenzó a negar fuertemente con la cabeza.




-¿No has escuchado lo que dije? El director me quiere de espía entre tus amigos, él no es alguien bueno, cualquiera con sentido común debería de saberlo,  ¿por qué querrías que esté cerca de tí? - preguntó casi frustrado el pelirrojo.  Draco y Harry se sentaron erguidos, mostrándose imponentes, cualquier rastro de sonrisa desapareció del rostro del pelinegro y una mascara de indiferencia se alzó en ambos.  Dejando atrás así sus rasgos juveniles, al menos un poco, aparentando más edad.



-Por que somos familia, lejana, sí, pero lo somos, por que para mí lo más importante es mantener cerca a mi familia, por que acabas de decirme los planes de Dumbledore, y por que sé que tienes potencial, Ronald Weasley - dijo serio Harry, el pelirrojo se giró a mirar a Draco quien impasible le devolvió la mirada. 






-Ronald Weasley, el primero tras una larga línea en entrar a Slytherin, no se te antoja estupenda la idea, nosotros cuidamos de los nuestros Weasley, tú has demostrado ser una digna serpiente, nosotros no somos nuestros padres, hasta ahora no has hecho nada que me moleste ni que me ofenda, tampoco me parece que yo lo he hecho,  ¿Por qué debería odiarte?  ¿Por qué deberías de odiarme? Nosotros Ronald, te enseñaremos...  Todo lo que quieras, aprenderemos juntos, en este compartimiento todos desean conocimiento, por qué no unirnos para adquirirlo- y el pelirrojo permaneció callado, mirando impresionado a ambos chicos frente a ellos, sin saber que responder, los "hermanos"no presionaron tampoco, pero después de varios minutos, nuevamente Harry se encontraba impaciente y comenzó a hablar.


Hasta los codos como solo él lo sabía. Durante todo el viaje en tren hablaron, como los niños de once años que eran, Ron ya se había relajado e incluso hablaba un poco de su familia, de la parte buena, los mayores y Percy, uno de los prefectos de Gryffindor era muy bueno pero demasiado estricto, según el menor de los Weasley varones.






-Chicos, iré a buscar a la señora del carrito, ustedes quieren algo? - pregunto Harry, observando atentamente a ambos, Ron tragó grueso y apartó la mirada. 





-Yo no, mi madre preparó unos bocadillos caseros, pero no puedo asegurar que no tengan ningún hechizo o poción - frunció un poco los labios y miró por la ventana. 



-Wow, ¿Cómo haces eso? - preguntó curioso el pelinegro, Ron ladeó la cabeza confundido. 


-¿Hacer qué? - preguntó, sus ojos observaban curiosos a Harry. 



-Eso, no temer decir que tu familia no es del todo correcta, comportarte demasiado astuta y sigilosamente - Draco asintió a lo que dijo su hermano y Ron se removió incómodo frente a ellos. 



-Pues...  Nunca me han prestado la suficiente atención, no trabajo en Gringotts como Bill, o con dragones como Charlie, tampoco soy prefecto como Percy o hago bromas geniales como los gemelos, solo soy el hijo menor que reniega de su familia en silencio, al que no toman en cuenta- se encogió de hombros, totalmente acostumbrado a ser ignorado.




-Ginny tampoco es dejada de lado, al ser la menor y la única niña es la luz de los ojos de mis padres, una malcriada y caprichosa en mi opinión, pero qué puedo hacer...  Es culpa de mis padres - volvió a encogerse de hombros, por unos segundos todos quedaron en silencio, hasta que Harry sonrió diciendo que buscaría el carrito de dulces y compraría algo para los tres.





-Harry pasó muchos años de su vida en un orfanato muggle- la voz de Draco se hizo presente en el compartamiento, Ron lo miró sin entender. 



-Él es un niño hermoso en todos los sentidos, te habrás dado cuenta de ello, por eso los niños lo maltrataba en ese lugar, tuvo la suerte de que las monjas lo cuidaban hasta cierto punto, pero siempre deseó una familia- y entonces Ron supo de qué iba la charla. 




-Harry desea tener cerca a todas las personas que crea merecen ser su familia, él te eligió, no sólo por que eres parte de los Black, sino por que escuchó de ti en el callejon diagon, por que te vió, él quiere ser esa familia que te abandonó, ¿Tú quieres pertenecer a muestra familia, Ronald? - el pelirrojo permaneció en silencio, sus ojos escaneaban el rostro indiferente de Draco, sus faciones aniñadas pero la seriedad en sus ojos, en su expresión eran verdaderas, la puerta del compartimiento volvió a abrirse, pero ninguno miró a Harry, que venía con los brazos llenos de dulces. 



-Sí quiero - la voz de Ronald se hizo presente y la sonrisa de Draco iluminó el compartimiento.









Las siguientes horas se pasaron hablando de cualquier tema; quidditch, un poco de las asignaturas, Ron admitió tener dificultades para pociones y también cierto pavor a que Snape lo hechizara por no hacer una poción correcta, el y rubio y el pelinegro soltaron unas risitas, ya dentro del castillo le contarían lo demás. Cuando el tren se detuvo, los tres ya con sus túnicas negras, bajaron en medio de la multitud de estudiantes que miraban completamente confundidos a un pelinegro muy sonriente en medio del heredero de los Malfoy y un Weasley. Los de primer año se emocionaron y asustaron a la vez al ver a un semi gigante llamándolos para luego subir a una barca, donde un pequeño regordete subió con ellos. 




-¿Cuál es tu nombre?- nuevamente Harry fue el que preguntó, sus ojos verdes brillaban de curiosidad.




-Ne-Neville Longbottom- tartamudeo el chico, pues atropelladamente se presentó, el pelinegro abrió los ojos sorprendidos.



-¡Nosostros éramos amigos! Recuerdo muy bien cuando nuestros padres nos ponían en el mismo corral, yo veía dibujitos de quidditch y tu de plantas en libros- sonreía levemente Harry, Draco y Ronald miraban en silencio el intercambio de los otros dos. Neville ladeó la cabeza confundido. 






-Disculpa mis modales, soy Harry Black Snape Peverell, creo que me conocerás como Harry Potter, mucho gusto- dijo el niño, tomando las manos de un sorprendido Neville y agitándolo. 



-¿Eres tú, Harry? - preguntó el chico regordete, el pelinegro asintió sonriendo. 

-¿Quieres ser nuestro amigo Neville?  Por favoooooooor- suplicó Harry juntando sus manos y haciendo un puchero, Neville se sonrojó, pero asintió cuando una tímidamente.




-Genial- dijo Ronald, sonrojándose un poco después de que tres pares de ojos se posaran en él. 





-Soy Ron Weasley- se presentó, y el nuevo amigo de ellos le sonrió asintiendo. 



-Draco Malfoy, un gusto- y Neville, algo mucho muy sorprendido también le sonrió y asintió. 




-Nev, nosotros le pediremos al sombrero que nos envíe a Slytherin, ¿Tú irás con nosotros? - preguntó un ansioso Harry, a lo lejos escucharon al semi gigante gritar algo de bajar la cabeza y pasaron por una cueva. El silencio reinó durante unos segundos. 



-¿Se puede hacer eso?  Digo...  ¿Pedir al sombrero a dónde quieres ir?- preguntó Neville mordiendo nerviosamente los labios. 



-Oh si se puede,  los gemelos estaban entre ir a Hufflepuff, pero le pidieron ir a Gryffindor como el resto de mis hermanos, el sombrero toma en cuenta tu opinión - esta vez fue Ronald quien habló. 


-Neville...  ¿Tú sabías que somos familia?- preguntó de nuevo Harry, los otros niños sonrieron y lo que quedaba del paseo en barca Harry se dedicó a hablar sobre los lazos familiares que ambos tenían.



















La profesora McGonagall le sonrió levemente a Harry para después hacer la típica charla sobre las casas, los fundadores y los puntos, al ingresar al gran comedor la exclamación de los más pequeños fueron de verdadera sorpresa y asombro, sus ojos iban del techo a las velas flotantes, de las mesas de las casas a la mesa de los maestros, a lo lejos escucharon la voz mandona de una niña explicando el hechizo del techo. Harry le sonrió a Severus quien aparentaba indiferencia pero sus ojos brillaban orgullosos, todo ello bajo la atenta mirada de Dumbledore. Quien al parecer se regocijaba ante el "sufrimiento " de Severus al ser objeto de admiración del hijo de Lily y James Potter.




Estúpido viejo senil. 












La canción del sombrero pasó rápidamente, a decir verdad, Neville y Ronald estaban muy callados, por ello, tanto Draco como Harry les tomaron de las manos. 


-Chicos, no están obligados a ir a Slytherin con nosotros - comenzó Harry, mordiendo levemente sus labios, un poco nervioso un poco ansioso. 



-Pidan ir donde ustedes quieran verdaderamente ir, no donde sus padres o familiares quieren, sino donde se sientan mejor- una leve sonrisa apareció en el rostro de Malfoy luego de decir aquello, para luego ponerse la mascara de indiferencia típica de él, observando como los alumnos eran mandados por el sombrero a alguna de las casas.  Ya habían pasado un Hufflepuff, otro tejón, un Ravenclaw, la primera Gryffindor, una Slytherin, y cuando la profesora McGonagall llamó a Neville, este dió un profundo suspiro antes de marchar con paso casi seguro hasta el taburete, aproximadamente dos minutos estuvo todo el comedor en silencio hasta que el sombrero gritó con fuerza Slytherin, la jefa de casa de los leones estaba impactada, sus lentes estaban a punto de caersele por el puente de la nariz, Dumbledore se veía contrariado, Snape levantaba una ceja en dirección a Harry quien sonreía como siendo atrapado en medio de una travesura, pero los aplausos de la casa verde y plata dejó atras el silencio, muy cuidadosamente, Neville se quitó el sombrero y con una sonrisa orgullosa se sento en en la punta de mesa de las serpientes. 





Mas niños pasaron y como era de esperarse Malfoy fue a Slytherin, lo que no fue esperado fue que se sentara a un lado de Neville con quien comenzó a hablar mientras esperaban a sus demás amigos. 



-¡Black Snape Peverell, Harry! - gritó la sub directora, los murmullos comenzaron, todos levantaban la cabeza para ver a Harry Potter quien ahora era Black, pero...  ¿Por qué Snape?, con una última mirada ansiosa a Ron, el pelinegro caminó con gracia hacia el sombrero, más de uno lanzó un gritillo de sorpresa al verlo, piel muy pálida, ojos verdes brillantes, cabello largo, lacio y negro recogido en una coleta con una cinta color plata, aunque pequeños mechones caían enmarcando su rostro, demasiado parecido a cierto profesor, lo último que vieron los estudiantes de todas las casas antes de que Harry se pusiera el sombrero fue una media sonrisa totalmente macabra. 



"Uhmm interesante mente la tuya, pequeña serpiente"

Harry soltó una risita.

"¿Por que lo dice, señor sombrero? "

Una carcajada se escucho del viejo y roído sombrero.

"No todos los días veo en la mente de un niño de once años planes para una alianza con Tom Riddle, tienes razón al no confiar en Dumbledore, no es nada de fiar, si quieres ayudar a Tom, ven en la noche al despacho del director, tengo cierta información que darte, solo pídele a tu padre que te lleve allí, yo convenzo al viejo "



"Genial, ¿eso es todo?  Ya quiero ir con mi familia"


"¡OH¡ por supuesto pequeño, siento la demora, desde luego que irás a... "







-¡SLYTHERIN!- gritó el sombrero, Harry se lo quitó muy sonriente y de la nada, Leviathan salió de entre sus ropas para posarse en sus hombros, Draco y Neville comenzaron a aplaudir, siendo seguidos por el resto de la mesa, el pelinegro se sentó en medio de Neville y Draco y juntos comenzaron a hablar, mientras el rubio distraídamente comenzaba a acariciar la serpiente de Harry. 




Esta vez, Dumbledore tenía los ojos brillantes de furia mal contenida, Snape y McGonagall sonrisas de suficiencia y cierto profesor de defensas observaba todo muy orgulloso. 





Al menos cinco niños más pasaron antes de que Ronald pasara a su selección, la mirada pesada de Dumbledore se posó en él pero deliberadamente el pelirrojo lo ignoró, a decir verdad, su selección fue más que rápida, apenas el sombrero se posó en sus cabellos, gritó que iría a la casa de las serpientes, si lo de Harry impactó, que Ronald haya ido a Slytherin los asombró por completo, desde luego los gritos y abucheos por parte de los leones no pudieron faltar. 


-¡Traidor! - gritaron algunos.  Pudo soportarlo


-¡Nuestro hermanito no puede ir con las serpientes! - gritó uno de los gemelos, era George. 


-¡Es verdad!  ¡No será un mini señor oscuro! - esta vez el que gritó fue Fred, colmando por completo la paciencia de un calmado Ronald que se puso rojo de furia. 




-¡Silencio! - gritó, callando por completo a la mesa de los leones, más bien al comedor entero, el trío de Neville, Draco y Harry miraba divertidos la escena. 



-No permitiré que insulten a mi casa, ¡Yo jamás dije algo cuando se negaron a ir a Hufflepuff por una estúpida tradición familiar, para ser de Gryffindor no son más que unos cobardes!- los gemelos abrieron enormemente los ojos, la casa Hufflepuff se veía claramente ofendida, Ronald los miró con decepción para luego pasar a Percy, quien solo le sonrió con orgullo brillando en sus ojos, el menor le sonrió levemente, para después marchar a la mesa verde y plata, quienes aplaudían eufóricos al ver a uno de sus pequeños callar impresionantemente a un par de leones.  Ronald se sentó a un lado de Draco,  quién le sonrió casi con orgullo por enfrentarse a sus hermanos y le dió un apretón de hombros, el pelirrojo le sonrió de vuelta, sin duda había elegido bien su casa.




  El último en ser seleccionado fue un moreno italiano que también fue a parar a la casa Slytherin, sentándose tímidamente al lado de Neville, con quien pronto comenzó a hablar de plantas y venenos. 











Tras un discurso muy poco motivador por parte del director y una horrible canción, la cena hizo acto de presencia, los niños apenas y pudieron comer, estaban ansiosos por ver lo que les depararía en la sala común, quién sabe, incluso podrían dar un espectáculo. 







Harry sonrió con suficiencia, quizas Leviathan sería de ayuda para el show.














N/A: ¡Les dije que pronto les traería un nuevo capítulo con sorpresas!  Fue malditamente largo, tenía mas de cuatro mil palabras, espero que lo aprecien, aún no sé qué pareja ponerle a Neville, si Theo o Blaise, pero creo que quedó claro quién será la de Draco 7u7
La deuda de honor será pagada...  Oh yes! 
Sin más espero que le den a la estrellita y la caja de comentarios  😎
SIGANME  💕
Eso es todo..  Bye

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