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16

Seis meses, tuvieron que esperar seis puñeteros meses en los que el incompetente de Fudge preparaba todo para un juicio fuera de las narices de Dumbledore, ese vejete sabía ser persuasivo, por ello fue que tuvieron que ser más discretos. Harry se hacía viejo y aun no conocía a su padrino, con casi diez años, gruñía y fruncía el ceño exactamente igual que su papá Severus, el lobo reía ante las rabietas del pequeño infante, y Draco... bueno, ya comenzaba a ser una pequeña copia de Lucius, aunque con el encanto de Narcissa.

-Ese estúpido ministro, no sirve de nada- Harry agitaba sus brazos tratando de que su enojo se dispara, mientras sus padres y sus tíos lo miraban aguantando las risas.

-Lenguaje, mocoso- dijo Severus, suspirando, hacía días que se encontraba así, nervioso, Regulus había sido convocado al ministerio, seguramente le dirían la fecha del juicio hoy, el pequeño soltó un gruñido, demasiado parecido al de su padre Remus cuando se enojaba.




Las llamaradas verdes se vieron en la chimenea y Regulus salió de ellas, limpiando el inexistente hollín en su túnica, observando cómo todos los presentes lo miraban con aprehensión y hasta con ansiedad. 

-¿Cuando veremos al tío? - fue la voz aniñada de Draco quien rompió el tenso silencio.

-Dentro de dos días, mañana iré a visitarlo una última vez a Azkaban- mencionó y todos suspiraron, solo dos días más y tendrían la familia unida nuevamente, aunque también faltaba el Lord, y lo estaban buscando, por toda Albania, aunque sin buenos resultados. 

-Estúpido ministro - sí, Harry seguía descargando su furia mirando un jarrón de cerámica del siglo XVI  que descansaba sobre una pequeña mesa alta de madera oscura, Regulus sólo suspiro mientras se acercaba a su pequeño pelinegro favorito, pues su rubio favorito era Draco. 

-¿No quieres que le lleve algo a tu padrino de tu parte? - murmuró el ojigris, mirando los brillantes ojos verdes de Harry quien sonreía emocionado, para luego ponerse en actitud pensativa con los dedos índice y pulgar descansando en su mentón. 

-¿Podrías decirle que... no importa lo que suceda, siempre será mi padrino, y que espero que se lleve bien con mis padres?- dijo, frunciendo el ceño, pensando que más podría decirle o darle a su padrino el día antes de su juicio.

-¡Oh! también otra cosa...- dijo el pequeño, acercándose rápidamente a su tío Reg.


















La mañana siguiente había llegado con algo de tristeza, algunos como Narcissa, Draco,  Harry y Remus deseaban con mucho ahínco que Sirius no pasara ni un solo día más en Azkaban, Severus se había encargado de explicarle a los más pequeños el funcionamiento de los dementores, estos asustados empezaron a internarse en la biblioteca Malfoy esperando encontrar algo que los protegiera de esos "horribles e incomprendidos" seres, sí, a pesar del terror y toda la cosa lograron fascinarse con aquellas criaturas.

Severus dio un pequeño vial con un líquido azul eléctrico dentro a Regulus antes de que partiera por la chimenea, rumbo al ministerio y de allí a ver a su hermano mayor.

Una vez que estuvo rodeado de las paredes rocosas, húmedas y mohosas de la cárcel para magos, Regulus Black se vio nuevamente recorriendo el mismo pasillo que lo llevaba hasta la celda de su prima y hermano, al pasar por la de ella solo susurró  un "Sé fuerte y no olvides los ideales por los que luchas", aquello había bastado para que el pequeño y frío corazón de la desquiciada mujer se entibiara... solo un poco, lo suficiente como para sonreírle y con renovada determinación fuera a su rincón favorito de la celda.

Suspiró nuevamente una vez que estuvo fuera de la celda de su hermano, quien al oír los pasos regresó a su forma humana, quién hubiera creído que el ser un animago no registrado le ayudase a no enloquecer gracias a los dementores, esos chupadores de felicidad no atacan animales. Aun recordaba esa clase de Defensas Contra las Artes Oscuras muy clara en su mente, pero la puerta abriéndose  lo sacó de sus pensamientos, una imagen demasiado parecida a la suya, pero mucho más adecentada ingresó por ella, su hermano lo miraba con un extraño brillo en sus ojos grises; tan parecido a los suyos. 

-Hermano- saludó el menor acercándose al hombre encadenado, que no apartaba la mirada de él, poniéndolo más incómodo de lo que debería. 

-Mañana es tu juicio, mañana ya podras ver a Harry- le sonrió con cariño tan impropio de ellos, de la relación quebrada que tenían desde hace años. La reacción de Sirius fue la esperada, una sonrisa bobalicona adornaba su rostro y sus mirada rebosaba de amor.

-Al fin, sentía que ya me volvería loco, pero... Tú no has venido aquí solo para darme esa noticia ¿Qué tramas? - el mayor entrecerró los ojos y Regulus se permitió sonreír con arrogancia. 

-Ya sabía que un poco de serpiente había en tí, mira ésto, Severus la hizo para ti- comentó el menor, mostrándole un pequeño vial con un líquido azul eléctrico demasiado llamativo.

-¿Y eso es? - preguntó, con la curiosidad innata de un gryffindor.

-Es un placebo, inhibe los efectos de la poción de la verdad, supongo que no querrás que sepan que eres un animago no registrado,  ¿no?- preguntó con una ceja alzada a su vez, Regulus, el mayor sin embargo,  con duda tomó el vial entre sus dedos y lo miró con seriedad. 

-¿Y qué debo decir? - Regulus sonrió, con tanta frialdad que incluso el mayor sintió algo de temor.

-Me sorprende tu astucia,  Sirius,  como sabrás, nosotros solo queremos derrocar a Dumbledore- el mayor asintió, entendiendo bien, seis meses de espera hicieron mella en él, cada mes, Remus o Regulus venían a darle darle su dosis de recuerdos, podía ver en ellos como su pequeño ahijado crecía al lado del pequeño de los Malfoy. Tiempo también suficiente para ver que su antiguo director no hacía nada para saber del paradero de Harry, ni siquiera ahora que salió a la luz que le harían un juicio. Todos aquellos que lo conocían sabían que apenas fuese liberado iría en busca de la custodia de su ahijado. Eso solo probaba que Albus de verdad quería ver sufrir a Harry y lo dejaría con sus tíos hasta el último día en que pudiera.

-Diré todo lo que pueda incriminarlo- aseguró el mayor, con seriedad, Regulus solo asintió y dejó salir un suave suspiro y entonces tomó una de las manos de su hermano, dándole un suave apretón. 

-Harry me pidió que te diga algo...- murmuró algo cohibido por su repentino acto y aun más por que Sirius; al parecer sin darse cuenta, daba suaves caricias con su pulgar al dorso de su mano. 

-Quiere que sepas que pase lo que pase tú siempre seras su padrino- y el hombre mayor sonrió con alegría, tomando la otra mano de su hermano con emoción. 

-También quiere que intentes llevarte bien con Severus- y el inicio de un puchero se formó en los labios del mayor, y también suspiró con resignación. 

-Snape lo cuidó todo este tiempo y el luce feliz,  supongo que debo al menos darle el beneficio de la duda- murmuró, con desgano, y Regulus solo sonrió mientras sin darse cuenta llevaba un mechón del enmarañado y sucio cabello de su hermano tras su oreja. 

-Bien, entonces mañana, luego de que te liberen iras conmigo a Grinmauld Place, allí te pondrás lo mas decente que puedas,  luego iremos a la Malfoy manor a ver a Harry y los demás - la idea de volver a su casa de infancia, junto con todos esos elfos en esa vitrina y el molesto de Kreacher no le supo nada bien, pero lo que fuera por ver a su querido ahijado. 

-De acuerdo- murmuró Sirius y pronto a lo lejos escucharon como el guardia llamaba a Regulus a salir, un gruñido brotó desde lo mas profundo de la garganta, un gruñido casi animal
Y entonces el menor se acercó aún mas al rostro de su hermano y ambas miradas; casi idénticas, se encontraron.  Y un suave beso fue dejado en la frente de Sirius. 

-Te lo manda Harry-  susurró con las mejillas encendidas Regulus, para luego realizar una estratégica retirada y marcharse,  en la espera de que mañana pudiese ser capaz de mirar a su hermano a la cara. 

Y Sirius...  Bueno,  el solo tocaba el lugar donde los labios de su hermano se posaron y una boba sonrisa que ni él mismo notaba se implantó en su rostro.
































La mañana siguiente sería el juicio de Sirius Black, un juicio privado a petición de sus familiares, se realizaría a las nueve de la mañana, apenas saliera en libertad (por que todos sabían de su inocencia)  iría a la casa de los Black, en donde el medimago de la familia Malfoy le haría una minuciosa revisión, tomaría un par de pociones, aquellas imprescindibles;  como la poción nutritiva y reponedora, y otras un tanto mas estéticas, como para la piel, el cabello y demás, luego una ducha bien merecida y utilizaría uno de los tantos trajes a la medida de su padre, pues se parecían más de lo que le gustaría admitir. Esa noche, Sirius había dormido con una sonrisa en el rostro,  una de las pocas, en los últimos diez años.








Cuando Regulus se halló acostado en su cama, en su habitación asignada en la Malfoy manor, no pudo evitar que los colores se le subieran al rostro al recordar todo lo ocurrido con su hermano mayor, con un chillido muy poco digno y el rojizo instalado en sus mejillas se tapó el rostro, mientras rodaba en la gran cama con finas sábanas de tela egipcia, ¿Por qué los Malfoy ponían sábanas de tela egipcia en el cuarto de invitados?  Ni idea, algún artículo de revista para sangre puras lo recomendaría, pero eso no era a lo que íbamos, hablábamos de Regulus actuando como adolescente enamorada; él seguía rodando por toda la cama, intentando calmar su acelerado corazón y sus pensamientos que iban a unos brillantes y traviesos ojos grises y un largo cabello enmarañado.











Por otro lado,  en una de las habitaciones mas grandes, dos adultos se acomodaban en la cama con un pequeño de nueve años,  casi diez, pues esa noche, su papá Severus le iba a contar uno de esos cuentos que tanto le gustaban. 

-¿Listo cachorro? - los ojos dorados de uno de los hombres lo miraban con profundo cariño y mucho amor, el chico de negros cabellos largos y lacios y de ojos verdes asintió contento y se subió a la cama,  seguido de sus dos padres,  quienes se acomodaron a cada lado de él. 

-¡Empieza papá Sev! - dijo el chiquillo, sonriendo y dando unos pequeños aplausos y saltitos en su sitio en la cama.

-¿En qué parte íbamos? - preguntaba el pocionista, mientras se adentraba a la cama y con un movimiento de varita una manta extra iba a los pies de ésta.

-Dijiste que me dirías su nombre- murmuró el menor con un naciente puchero en sus labios, entonces Severus sonrió. 

-Pues, ese niño tan inteligente se llamaba Tom- murmuró Severus,  mientras con un suave "nox" Remus apagaba todas las luces de la habitación y solo las llamas avivadas de la chimenea iluminaban el recinto, brindando un suave calor a los tres individuos. 

-De hecho su cumpleaños está muy cerca, es el 31 de diciembre- continuó el pocionista. 

-Verás, Tom vivió durante toda su niñez em un orfanato, fue así como descubrió como era tratados los magos en esos sitios, entre muggles, ¿Recuerdas lo que te dije de ellos, Harry? - preguntó al niño, quien entre los brazos de sus padres asintió.

-Ellos temen a lo que no conocen- la voz aniñada de Harry fue tan clara y seria, que incluso puso incómodo a los mayores. 

-Exacto, los muggles por años han celebrado la caza de muestra gente en Salem, temen a muestro poder, a nuestra conexión con la naturaleza; con todo lo que nos rodea- el muchachillo oía la voz solnme de su padre que continuaba con su relato.

-Continuando, en su estadía en el colegio, quedó en la casa de Slytherin - y Remus interrumpió. 

-La casa de papi- mencionó, provocando admiración en el niño y un suave sonrojo en el pocionista, por la forma en la que el lobo se refirió a sí. 

-Exacto, continuando el apellido de Tom era Riddle  Gaunt, Riddle provenía de una adinerado muggle,  su padre, que gracias a una poción de amor estuvo con su madre Mérope Gaunt, ¿Algo que decir de ella? - preguntó, y Harry llevo su pulgar a sus labios y mordió su dedo, como cada vez que quería recordar algo que leyó. 

-Biblioteca Prince, libro "Familias Antiguas", página 248, los Gaunt, descendientes de Salazar Slytherin, practicaban la endogamia para que las habilidades del mago queden solo en la familia, a la larga tuvo sus efectos, ya que son mas que conocidas las consecuencias de esta practica,  entonces... ¿Tom era descendiente de Slytherin? - los ojos verdes del niño parecían relampaguear de excitación y el hombre de negro asintió. 

-Lo era, eso lo ayudó a hacerse de aliados a su causa, los orfanatos para niños mágicos era algo que nunca se había visto, y sin algunas familias de renonmbre ayudándolo,  Tom no conseguiría nada, pero fue que también por acabar en Slytherin que lo tacharon de mago oscuro- y Harry frunció el ceño en la oscuridad y se cruzó de brazos. 

-Eso es estúpido, un niño no puede ser un mago oscuro, de mayor puede serlo, pero siendo un niño...  Es absurdo, a veces la magia oscura es más compatible con un mago, no se puede evitar,  papá Remus al ser criatura tiende a tener una magia oscura mas salvaje,  habita en él, tú por otro lado padre, la abuela Eileen me dijo que desde pequeño ella te enseñaba cosas como pociones y algunos trucos no muy de la luz, tú elegiste el camino a las artes oscuras... Yo en cambio- dejo las palabras al aire, pues no estaba muy seguro de decir aquello, él era bueno demostrando sus emociones cuando no tenía su máscara sangre pura (inculcada por su padre Severus y los Malfoy), pero la cosa cambiaba cuando trataba de de expresarlo con palabras. 

-¿Qué ocurre, mocoso? - lo llamó Severus cariñosamente, y como acto instinto Harry se apegó a él, como un cachorro lo hace a su madre cuando está herido. 

-Mi magia... A veces la siento rara, siempre fue así, cuando visito las bibliotecas, me arrastra a los volúmenes mas extraños, magia negra... Pero también magia curativa ¿Cómo es eso posible?  Es como si la magia oscura y la pura viviera en armonía dentro de mí, y sé que eso no puede pasar,  es extraño - murmuró, y también lo fue para sus padres, quienes callaron durante algunos segundos, hasta que Remus como Alpha se aclaró la garganta para brindar tranquilidad a su manada. 

-¿Te parece una investigación sobre ello en la semana? Para así incluir a tu padrino - y Harry asintió contento, mientras que Severus sonreía con malicia ante el berrinche que haría el pulgoso al tener que leer tanto.

-Bien, continuemos el cuento de Tom... En su quinto año,  fue cuando más aliados poseía... - esa noche, Harry habia dormido con la esperanza de que mañana conocería a su padrino y que un poquito más del pasado de Voldemort se hallaba instalado en su mente,  cada vez más se acercaba la hora decirle al pequeño quién era Tom, y la verdad tras el Señor Oscuro.














N/A: Lamento el retraso!!  😢
Por ello les dejo una siguiente parte. 
Sé que en el capítulo anterior los dejé literalmente así:

Pero no se preocupen que ya viene lo bueno  😎😏

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