capítulo 5
Después de la clase de sociales la profesora ordenó a los alumnos que se quedarán allí y no se fueran. Muchos empezaron a especular el motivo de aquella orden. Pero todos estaban confundidos. Entró una mujer joven, baja y de largo pelo negro. Era nuestra profesora de inglés. Ella era muy dulce con todo el mundo, y Ceno sabía de varios compañeros suyos que estaban demasiado pendientes de ella. Ella aún no había entrado a la clase cuando otra profesora entró y se puso a conversar con ella. La otra profesora no era conocida para Ceno, no le sonaba la cara siquiera. Era igual de baja que la otra y con un moño castaño. Además llevaba gafas rectangulares rojas.
-Eso, seguid hablando y así hoy no tendré inglés- dijo Jana, que después de esa clase tenía como extraescolar inglés.
-Sabes que nos pondrá deberes igual, ¿verdad?- le preguntó Marco que iba con ella a inglés.
Ellos dos siempre estaban discutiendose o burlándose, pero en el fondo se llevaban bien.
-Con un poco de suerte dirán que se suspenden las clases de mañana...- comenzó Alex.
-Sí, es cierto, he oído que la nieve está causando estragos, tal vez sea eso- interrumpió Kevin que se había levantado de su asiento y se había acercado agachado hasta la mesa de la columna de al lado.
-Espero que no se suspenda el cole- dijo Ceno.
-Hay Ceno, siempre igual. Eres un poco empollón, ¿eh?- dijo Alex con una sonrisa. Al ver que Ceno no contestaba añadió- es una broma, lo sabes ¿verdad?
Ceno asintió, pero no respondió. Estaba tratando de oír lo que estaban diciendo las profesoras así que no estaba prestando demasiada atención a los demás.
Estubieron alrededor de diez minutos hablando, después la profesora desconocida se fue, y su compañera entró en clase y pidió silencio.
-Escuchad, el colegio se mantendrá cerrado durante esta semana a causa de la nieve. Eso sí, los profesores os enviarán alguna que otra faena para hacer en casa...
Algunos alumnos empezaron a quejarse, interrumpiendo a la profesora de inglés.
-¿Pero porqué hemos de hacer deberes?- se quejó Kevin.
-Porque no estamos de vacaciones- replicó la maestra.
Kevin bufó algo enfadado y murmuró algo que solo su compañero pudo escuchar.
-Depende del profesor las tareas que impongan. Yo no os pondré muchos- prosiguió ella.
Se puso a escribir en la pizarra los deberes. Cuando los alumnos se dieron cuenta de que estaba poniendo más de la cuenta empezaron a murmurar.
-¡¿Pocos?!No quiero ni imaginar cuantos serían si hubiera dicho muchos!- dijo Laura.
-Seguro que si fueran muchos sería en plan "vamos a hacer todos los temas de cinco libros de inglés y además me escribireis veinte redacciones de cinco mil palabras cada una"- Alex dijo esto último con voz aguda, como imitando a la maestra.
-¡Me parece que hoy va ha haber un asesinato en la escuela, llamen a la policía!- bromeó Marco- ¿Verdad Yana?- añadió.
-Sí me das unas tijeras lo hago ahora- respondió ella.
-Que lastima, me he dejado el estuche en casa- replicó su amigo.
-Y yo el cuter en la taquilla- dijo Alex.
****
El reloj marcaba las 17:45 cuando la profesora concluyó su explicación sobre los deberes que había puesto. Todos estaban deseosos por salir a la calle. Estaban esperando a que la profesora dijera las palabras mágicas "ya podéis marcharos".
Ceno estaba nervioso, y pensando como demonios se podría llevar todos los libros de la taquilla en un solo viaje.
Entonces sonó el altavoz.
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