La propuesta de Jungkook desde luego había tomado por sorpresa a Diaval, pero decidió no oponerse, además el no podría oponerse teniendo en cuenta que el pequeño niño sería su nuevo amo por lógica; recordó también como le juró lealtad a la ya muerta madre de Jungkook. El mantendría su promesa.

A medida que los años pasaban nuestro pequeño protagonista fue creciendo y aprendiendo a dominar sus poderes, cada día su pequeño corazón era impulsado por la venganza, no importo cuantas veces se hirió tratando de dar su mayor empeño, las heridas de sus extremidades dolían mucho menos que la perdida de su madre.

Para Jungkook su madre fue la única persona que amo y el sabía que su madre no era mala, los que la querían cazar eran los malos siempre fue así porque querrían arrebatar a su madre de su costado, ella no daño a nadie, por eso jamás cesó sus practicas a pesar de que Diaval le insistía continuamente parar.

Y mientras el tiempo pasaba y el pequeño azabache se hizo fuerte, y según su tutor más fuerte que su madre gracias a su perseverancia, tantos años surtieron su magia y Jungkook a unos días de cumplir sus 16 años sabía manejar su don con habilidad y elegancia, y a su vez creció con la belleza que le heredo su madre con la piel pálida cual porcelana y sus azabaches cabellos que dejaron de ser castaños gracias al tiempo transcurrido, sus ojos reflejaban el vacío en su interior pero aun así se asemejaban a una hermosa noche estrellada que se iluminaba en tonos esmeralda cuando sus emociones mas fuertes salían a la luz, no tuvo mucha emoción en su vida y el motor que impulsaba su ganas de despegarse de las cobijas cuando el sol amanecía seguía siendo su madre.

Jungkook estaba seguro que probablemente jamás superaría su perdida no importarían el pasar de los años siempre habría una noche que sus lágrimas deslizaran y empaparan su ropa mientras veía la luna iluminar la noche acompañada del pequeño brillo que emitía cada estrella.

Y el día de su cumpleaños número dieciséis amaneció con la fría ventisca que siempre estaba presente en las madrugadas, hoy era el día... siempre espero este día ansioso cada momento vivido antes sería puesto aprueba hoy cada gota de sangre derramada, cada moretón, las noches sin dormir porfin valdrían la pena.

Abandono su cama y se aseó en el pequeño baño que estaba incluido en su cuarto, se vistió lo mejor que pudo, con su traje negro siempre pulcro y liso y sobre sus hombros la túnica que cubría casi todo su cuerpo, al salir de su cuarto se dirigió hacía la parte abierta del castillo donde Diaval lo esperaba mirándolo con orgullo y respeto cuando el hada se acerco a la inmensa puerta de madera el se las abrió y las cerró una vez ambos yacían fuera.

— Hoy es el gran día amo — soltó Diaval dejando una nube de humo después de hablar debido al gélido clima

— Lo se Diaval espere este día con tantas ansías que pareciera surreal, pero ya llegó... no esperemos más vamos con rumbo al reino, recuerda no lastimar a los pueblerinos después de todo nada tienen que ver con este desastre

— Lo sé, me lo dijiste bastantes veces — Jungkook soltó una pequeña risa casi inaudible, miró a su acompañante y le proporciono un pequeño asentimiento  que le fue correspondido.

Al instante ambas siluetas se esfumaron entre neblina verduzca que brillaba tenuemente iluminando el color grisáceo de esa mañana.

Ya en las orillas del pueblo del rey Stephan, Jungkook y Diaval aparecieron de entre la penumbra, avanzando dejando atrás la característica neblina que desvaneció fundiéndose con el aire alrededor.

— Ya sabes Diaval conmigo las cosas son distintas, a diferencia de mi madre que siempre fue bastante ruidosa — el hada soltó una pequeña risilla cargada de nostalgia — prefiero que hagamos esto lo más rápido y silencioso posible ya sabes el plan evadir a las personas, conseguir el cetro... veremos si mi cuerpo reacciona a las alas de mamá — ambos miraron hacia el centenar de pequeñas casas a distancia y más lejos aún el gran castillo donde la familia real y los nobles residían — Esperemos que sí, ya sabes nuestra ventaja, ellos creerán que tengo la misma debilidad que mi madre pero que linda sorpresa se llevarán — el hada curvó sus labios en una sonrisa impasible.

— Manos a la obra entonces, que figura debería tomar?

— Un cuervo... nadie se perturbara de eso, talvez solo lleguen a pensar que tendrán mala suerte por el resto de sus vidas, la gente común puede ser bastante... ingenua — agregó lo ultimo con una pequeña carcajada

— Un cuervo será... cuídate Jungkook — Diaval no usaba el nombre del hada a menudo, solo cuando la situación lo favorecía, el de cuernos lo miró y asintió levemente

— Tu también Diaval

El cambia-formas inmediatamente transformo su apariencia a la de un cuervo y se elevó a los aires su silueta desapareciendo mientras se alejaba de la vista del hada.

— Hoy te harán justicia mamá, haré lo que dejaste pendiente, pero esa ingenua princesa no merece morir, su padre es el que cobrará el precio de sus actos — el de cuernos soltó esas palabras en un bajo susurro con el corazón latiendo frenéticamente en su pecho, antes de mirar al castillo y desaparecer en la olivácea neblina.

En el castillo todo iba como en un día cotidiano a excepción del ajetreo de los empleados y guardias que se ocupaban que la celebración del cumpleaños de la princesa fuese perfecta, era una mañana tranquila que pronto dejaría de serlo, pues al parecer todos olvidaron que la paz no dura para siempre, y esa paz que parecía imperturbable se derrumbaría en unas cuantas horas.

:D 

si alguien sigue tiene esto en su biblioteca... grax uwu, ojala actualice más seguido kiEn sAbE siento este cap medio corto ns :<

Las interacciones taekook ya vienen esperen unos caps más