En el castillo de los Kim estaban teniendo una tranquila cena, mientras en el reino de a lado había una ardua batalla al rey no le importo mucho, pues tal parecía que ese era un problema que no afectaría su reino o su familia, por lo que le resto importancia, y hablaba del tema con su esposa como si fuera algún suceso normal del día.
— Escuchaste que en ese reino hay magia oscura, seguro los hombres de Stephan han de estar luchando con algún demonio — el joven Kim escuchaba atentamente lo que sus padres comentaban pues a sus catorce años ya sabía de lo que el asunto trataba y no era un ignorante a las cosas que pasaban en el reino vecino.
Escuchar a sus padres hablar del tema como algo normal no le gustaba del todo, si bien no eran asuntos de su reino era algo de lo que preocuparse pues soldados perdían la vida. Y solo talvez por su mente se cruzó aquel ser con el que han de estar luchando los soldados del reino cercano, se puso a pensar que probablemente la criatura solo quería paz hasta que el rey ordeno la guerra a sus hombres.
Vagos pensamientos del tema cruzaban por su mente, más no se atrevía a contradecir a sus padres por lo que solo comió en silencio.
El príncipe Kim era querido por todo su reino, apenas nació todo su reino estalló en alegría.
Siempre tuvo la atención de todos, pero esa atención no terminaba de gustarle, sentía ojos puestos en el todos los días, ojos que lo juzgaban. Era como estar en un pedestal con todos esperando su siguiente movimiento.
La realeza parece un sueño; riquezas, sirvientes, poder; todo lo que la gente desea. Pero la realeza no es más que una simple fachada; pues dentro del castillo corren rumores, la corrupción, traiciones, uno jamás puede saber que pasara.
Pero a los inocentes ojos de un niño ahí parecía tener una vida de ensueño, pero los años pasan con ello llega información que no quieres saber pero a veces aprendes lo que no quieres o no deberías, tomemos el evento que sigue pegado en la memoria del príncipe como ejemplo:
Los gritos se escuchaban desde la planta de arriba mientras el inocente principito se hacía paso dentro del castillo, apenas dio un paso en el mármol del piso de aquel gran castillo el eco de gritos se hizo presente, inundando sus oídos de desgarradores llantos; como todo niño la curiosidad guío sus pies a los escalones y lentamente subió cada peldaño, por su mente recorría la alarmante sensación que debería detenerse, pero la curiosidad ganó a cada pensamiento desalentador.
Sus ojos se abrieron mas de lo normal al ver que los gritos provenían del cuarto de sus padres, sabía muy bien que no tenía permiso de pasar pero la puerta estaba medio abierta y asomo su cabeza adentro.
Jamás se imagino esa escena sus ojos se inundaron de lágrimas que lentamente bajaron por sus mejillas; su pobre madre estaba siendo brutalmente pegada por su esposo, el rey, su padre, que por mucho tiempo tuvo como un modelo a seguir, ese no era su padre, papá jamás lastimaría a mamá se dijo el mismo.
— Mujer acaso no sabes hacer nada bien! — tironeo el cabello de la reina con brutalidad, haciendo que esta gritará de dolor — te mereces todo esto y más, no podías mantener la puta boca cerrada eh — un golpe aterrizo en la mejilla de la reina
— Y-yo no es mi culpa... estoy harta de esto... no puedes hacerme esto! — la mujer se limpió los rastros de lágrimas mirando a su marido a los ojos con lágrimas de impotencia — traes a tus putas al castillo todos los días! jamás piensas en Taehyung! que diría el! y cuando ninguna de tus zorras quiere complacerte vienes a mi — río amargamente, limpiando las nuevas lágrimas con sus mangas — me tocaste con tus manos sucias, me violaste, me destruiste — la reina respiro hondo y gritó — como quieres que no habrá la puta boca! todo esto es una gran mierda! como quieres que nos presentemos como la familia perfecta! toda nuestra familia es una mentira! no aguanto más! vamos mátame! siempre dices que quieres matarme, vamos hazlo!
La pobre monarca ya no sabía como seguir con su vida, lo único que tenía era su hijo, pero ahora ni su pequeño niño era suficiente motivo para mantenerse con vida. Pero a su esposo no le importaron sus suplicas no le importo verla a pocos pasos de la locura, para el lo primero y más importante de su lista era mantener su estatus y su poder, y eso significa hacer todo lo que tenga a su alcance para que eso se mantenga como esta, todo lo que sea necesario.
— Crees que a mi me importan tus patéticas suplicas, eres más estúpida de lo que pensé — el rey la tomó del cabello logrando que ambos se miren a los ojos — lo único que no debías hacer lo hiciste... no te costaba nada mantener la boca cerrada durante el consejo de ministros, si no fuera por mi todo lo que tenemos se iría a la borda — el monarca soltó a su mujer dejándola caer al suelo.— sigue rogando tu vivirás este infierno hasta que ya no seas útil pequeña zorra.
Taehyung había escapado hace pocos minutos, momentos antes que su padre salga del cuarto. Se preguntaba porque los sirvientes del palacio no decían nada, porque callaban cuando su madre sufría, pero el no sabe el pavor que todos los sirvientes le tienen al rey, cada día trabajaban con miedo, cualquier cosa podía costarles su familia y su propia vida, callar era la mejor opción para poder sobrevivir un día más.
Pero con sus cortos siete años Taehyung aún no conocía todo lo que pasaba, poco a poco descubriría todos los secretos que se esconden dentro de las paredes de aquel castillo.
Cuándo el niño dejo de pensar en los sirvientes sin pensarlo llegó a su cuarto se encerró ahí y lloró hasta que lo llamaron a cenar el salió de su habitación y actuó normal, pero todas sus sonrisas estaban llenas de vacío, todas sus risas disfrazaban el dolor. Vio como sus padres reían y hablaban como si nada hubiera pasado, por primera vez noto los moretones de su madre, que trataban de ser cubiertos de maquillaje, por primera vez notó el dolor dentro de esas falsas sonrisas, por primera vez vio que su familia no era nada más que apariencias.
A nadie le importa peeero perdón por no actualizar :'), verán que me compraron un perrito y la pequeña bola de pelos me mantuvo ocupada
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro