Capítulo 4
“Dame tu mano ahora y sálvame. Necesito tu amor antes de caer.”
- BTS (Save Me)
Años atrás Min Jungkook habría jurado que no podía sentir nada por Jung Taehyung, pero eso era años atrás. En el pasado, cuando todavía no entendía que el corazón que Tae portaba en su pecho lograría causar sensaciones en su interior que nadie antes había logrado. De alguna manera la vida pusó a ese chico en su camino, y para su suerte Tae no era del tipo de personas que se rendían con las causas perdidas.
Jungkook todavía recordaba el cosquilleo que le recorrió el cuerpo la primera vez que vió la preocupación real y cariñosa en los ojos del hermano pequeño de Hoseok. Los dos eran unos adolescentes confundidos por aquel entonces, así que asumió que aquello solo se debía a su clara necesidad afectiva. Ahora, mientras su corazón golpeteaba su pecho cada vez que aquellos preciosos ojos lo observaban, le gustaba convencerse de que en realidad se enamoró de su chico mucho antes de lo que pensaba. Quizás el Jungkook de solo diecisiete años que llegó con mala actitud a la mansión de los Jung debido a Yoongi, solo tal vez, ya se sentía atraído hacia la naturaleza compleja a la par que distintiva de Jung Taehyung.
“- Creo que me gustabas desde antes. Puede que me sintiera cohibido hacia la idea de una persona que se preocupaba por mí y sonreía cada día a pesar de mi actitud de mierda. ” - Jungkook le había dicho aquello a Taehyung tras terminar su servicio militar. Porque las horas de guardia nocturna le daban el tiempo suficiente para reflexionar y porque en aquel tiempo echaba de menos a su novio tanto que sentía que podría morirse de tristeza.
La estancia en el servicio militar no hubiese sido una tortura de no ser por la preocupación que asolaba sus días. Min Jungkook, quien se había pasado varios años negándose a amar a Jung Taehyung, se encontraba al borde del colapso cada vez que imaginaba una situación complicada en la que la ciclotimia pudiese dañar al amor de su vida. Porque Tae era eso. Su amor, la única persona en la que pensaba desde que se levantaba hasta que se dormía. Así que la idea de imaginarselo sufriendo lo destrozaba por completo, sin nadie a su lado para cuidarlo de la forma en la que él lo hacía, nadie que lo envolviese delicadamente dispuesto a mimarlo durante el día completo y a besar la cicatriz de su frente de forma protectora.
Jungkook a veces se sentía como un traidor, había traicionado a Taehyung al entrar al servicio militar dejándolo solo, sin embargo cada tres días aquel chico de hermosa sonrisa aparecía con una mochila repleta de comida para él.
-”Comparte un poco con tus compañeros. ¿Está bien?”- solía decirle Taehyung, y toda su unidad parecía envidiarlo al instante cuando el olor a platillos coreanos caseros inundaba el salón donde se reunían con las visitas. Había muchos chicos que compartían aquello que le llevaban sus familiares, pero él no lo hacía. Incluso si detestaba ser llamado egoísta, valía la pena. La comida que su novio le preparaba era algo que atesoraba solo para su propio paladar, porque a veces el simple sabor a casa lograba hacer brotar su llanto mientras engullía durante su guardia de madrugada hasta el último grano de arroz. Con las lágrimas haciendo borrosa su visión y la necesidad de sentir el tacto de su pareja comenzando a desesperarlo.
Lo amaba con tanta intensidad que le daba miedo. Jungkook adoraba llegar a casa con Taehyung y convivir con este, su rutina era hermosa por lo que sus días se hayaban bañados en una continua felicidad que jamás creyó que experimentaría. El poder ducharse sintiendo las manos de Tae entre su cabello, enjabonando con cuidado cada mechón para a continuación secarse el uno al otro entre risas cómplices, tumbarse en el sofá mientras comían dando sus propias opiniones acerca de los programas y series que veían, simplemente mantenerse a su lado en la cocina mientras lavaban los platos o bailar lentamente en cada ocasión que podían, sus manos entrelazadas y el olor a hogar. Porque Jung Taehyung también era su hogar, su espacio seguro, la única persona en el mundo que lo entendía lo suficientemente bien, tan sumamente bien que incluso las peleas estúpidas acababan muriendo solo dos minutos después de ser iniciadas.
Él no le había ayudado a Tae más de lo que Tae lo había ayudado a él. Continuamente lo pensaba, era Jung Taehyung quien había llegado dispuesto a rescatarlo de su realidad tristona y aburrida.
-”Pronto estaremos juntos, tendrás que compensarme el tiempo perdido. Unas vacaciones de fin de semana de vez en cuando no son suficiente para mí.” - Taehyung siempre le dejó claro que lo amaba, y mientras el servicio militar los separaba este siempre encontraba la manera de animarlo.
Ahora podían estar juntos de nuevo, sin nada que los separase. Min Jungkook amaba a Jung Taehyung con cada zona y parte de su alma, lo amaba tanto que incluso a pesar del paso del tiempo su piel seguía erizandose cuando este besaba su frente de forma cariñosa dándole los buenos días. Así que se sintió lleno de amor mientras ambos se envolvían entre las finas sábanas blancas de la cama compartiendo un beso tranquilo y casi perezoso, con la suave brisa del amanecer colándose a través de la ventana mientras los rayos de sol anaranjados dibujaban formas sobre sus pieles desnudas.
-Yuqi y Shuhua han dicho que podremos empezar con la fecundación in vitro en cuanto regresemos, podremos ser padres pronto TaeTae. - Jungkook había apoyado su barbilla sobre el pecho de Taehyung disfrutando de la forma en la que la mano de este acariciaba la piel de su hombro de forma despreocupada, ese toque que durante dieciocho meses solo había logrado sentir en las ocasiones en las que le permitían tener algún día libre. Sus ojos verdes conectando directamente con sus pupilas, no habían dejado de mirarse y besarse desde el día anterior.
-Pronto… - la palabra se quedó suspendida en el aire y Taehyung se forzó a sonreír antes de inclinarse hacia los labios de su recién estrenado marido, impidiendo que este pudiese averiguar que tras sus párpados se encontraba aquel miedo tan profundo.
Taehyung sentía miedo de que sus hijos sufrieran por su ciclotimia, estaba aterrado ante el hecho de no poder ser un buen padre incluso teniendo a Jungkook a su lado. También le asustaba pensar en la fecundación in vitro, porque aunque él y Jungkook habían decidido junto a Yuqi y Shuhua que más adelante tendrían quizás más de un pequeño… el terror de que su ADN defectuoso brotase por la sangre de su hijo empezaba a causarle complicaciones para dormir.
Lo había hablado con Jungkook, mas no le había dicho la verdad acerca de su pánico. Solo se había mostrado preocupado, porque incluso a pesar del miedo deseaba formar una familia al lado del hombre que amaba. Ver a Jungkook dando marcha atrás a sus planes porque él aún no estaba completamente seguro lo destrozaría.
Quería tener un hijo, más de uno de hecho. Quería verlos crecer, escuchar como de sus labios brotaba la palabra “papá”, deseaba poder fotografiar a Jungkook sosteniendo al bebé entre sus brazos o pasarse las noches en vela solamente para observar el precioso rostro de su pequeño. Sin embargo, seguía temiendo que su enfermedad fuese más fuerte que su amor, como había ocurrido con su madre, Taehyung odiaba pensar en que él también podría convertirse en un monstruo.
Y después estaba el hecho de que no serían una familia convencional en ningún aspecto, sus hijos tendrían dos madres y dos padres.
-Ei. - Jungkook rehuyó sus brazos, y por la expresión preocupada de sus ojos Tae supo que estaba a punto de ser descubierto - ¿Qué ocurre cariño?
Taehyung se encogió un poco, detestando ocultar una parte de sus miedos. Aún no estaba preparado para dejarlo salir todo, esperaría a que su luna de miel se terminase y entonces podría decirle a Kook lo mucho que lo aterraba donar su semen a una de sus mejores amigas. Su ADN no tenía que propagarse, Jungkook podía proteger al bebe si él se sentía enfermo pero no podría ayudarle si su estropeado ADN le corría por la venas.
-Taehyung es un buen chico. - susurró subiendo una barrera que desde años atrás había estado derribada.
Jungkook se asustó en aquel preciso instante. Sintió como el estómago le daba un vuelco y el miedo se arremolinaba en su garganta causándole una gran ansiedad, hacia tanto que no escuchaba aquello sobresaliendo de los labios de Tae que de repente se encontró a sí mismo completamente descolocado por la inesperada situación.
-Mi amor. - su voz fue dulce cuando se sentó sobre la cama y atrajo a Taehyung hacia sus brazos en un gesto repleto de cariño - Claro que eres bueno. No dejes que los malos pensamientos tomen el control de tu cabecita, todo va a estar bien precioso. Te voy a cuidar siempre, no dejaré que nada malo te ocurra.
Nunca. Jungkook se dijo a sí mismo, jamás permitiría que Taehyung sufriera de nuevo. Incluso si tenía que dejar cada gota de energía en el intento de aprenderlo todavía un poco más, para comprender qué era lo que había hecho regresar un ataque de pánico a su vida después de tanto tiempo.
Sus manos acariciaron los mechones del cabello de su pareja, notando como el cuerpo de Tae se relajaba mucho más fácilmente que en el pasado. No había necesitado medicamentos que lo sumieran en sueño durante horas, solo su amor sincero y lleno de preocupación.
-Jungkook. - Taehyung pronunció el nombre de la persona que amaba sintiéndose un poco roto - Quiero que tengamos un bebe juntos, pero sabes lo mucho que me asusta no ser capaz de controlar mi ciclotimia. ¿No crees que será tremendamente triste para nuestro pequeño que uno de sus padres…
-No eres como tu madre. - la frase fue clara y contundente. Incluso si Taehyung no lo expresaba en voz alta, Jungkook no necesitaba sus palabras para conocer sus mayores miedos. - No solo soy tu pareja sino tu psicólogo. Sé lo que estás pensando, tu madre tenía más que ciclotimia. Ella era malvada, tú no lo eres.
Porque Jung Taehyung era la persona más pura y buena que Jungkook había tenido el placer de conocer en toda su vida. El único chico que había logrado rescatar a su corazón de esa espiral de oscuridad en la que se habría hundido si la presencia de este no hubiese llegado para activar cada fibra sensible de su interior.
El mayor miedo de Jungkook se resumía en ver a Tae sufrir. Cada vez que una expresión de tristeza brotaba en los labios de su chico sentía que quería acabar con lo que sea que fuese que le estaba causando ese sentimiento. Taehyung merecía sonreír siempre, porque era puro y frágil, y extremadamente fuerte y bonito.
Jung Taehyung era hermoso.
-Podemos esperar si lo necesitas, te lo dije precioso, no tiene porque ser este año…
-Quiero que sea este año. - Taehyung suspiró hundiendo su nariz en el hueco del cuello de Jungkook - Es solo que… me asusta ser un mal padre o que algo malo les pueda suceder a nuestros hijos por mi culpa.
Jungkook acarició su espalda tratando de aportarle un poco de calma.
-Eso no ocurrirá Taehyung. Puedo asegurarte de que os cuidaré de la mejor forma que sé, nunca dejaré que algo malo os ocurra.
-No puedes controlarlo todo Kookie.
-Pero puedo esforzarme por mantener feliz a mi familia, y eso es exactamente lo que haré. Confía en mí.
Taehyung se limitó a sonreír levemente, su mente un poco más calmada mientras escuchaba a Jungkook susurrandole al oido lo mucho que lo amaba.
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Holiii!!!
Espero que os haya gustado el nuevo capítulo. Estoy tardando más de lo habitual en actualizar porque a parte de esta tengo otras dos fics activas.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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