Capítulo 13
"Por siempre seremos jóvenes. Debajo de los pétalos de flores que caen, corro perdido en este laberinto de la vida. Por siempre seremos jóvenes. Incluso si me caigo y me lastimo, correré sin cesar hacia mi sueño. "
- Young Forever
(BTS)
Jungkook hundió sus pies en el agua luminiscente y sonrió desde el barco mientras notaba como Taehyung continuaba sumergiéndose en las zonas cercanas. Sus ojos fueron hacia el horizonte, donde los últimos y escasos resquicios de sol se mezclaban con el lilaceo cielo de la noche y las aguas iluminadas. El paisaje que los rodeaba era casi tan bonito como ese chico que desde hace mucho se había colado en su organismo y lograba que su corazón se desbocase con tan solo una simple mirada.
En unos minutos la oscuridad sería rota por el resplandor azulado y las luces de embarcaciones turísticas que comenzaban a llegar hasta la zona. En solo unas horas serían tan solo ellos dos en medio de esas preciosas aguas, compartiendo una cena especialmente pensada para el disfrute de su última noche de luna de miel. En unos años, quizás podrían volver acompañados de un hijo o hija que rellenase los recuerdos de ese lugar con la sensación de familia completa.
Tenía tantísimos planes que las lágrimas de emoción parecían querer agolparse en su mirada, con Taehyung y un pequeño a su lado su sueño de familia unida estaría completo. Porque aunque muchas cosas podrían salir de un modo diferente al que él había planeado, Jungkook estaba completamente seguro de que lograrían darle a su bebé todo eso que ellos dos no habían podido tener. Él sabía que había tenido unos buenos padres en algún instante pero no podía recordarlos con claridad, no de la misma manera en la que lo hacía Yoongi. Así que todo lo que le quedaba eran las anécdotas de su hermano mayor, fotografías y la esperanza de lograr formar su propio hogar al lado de la persona que amaba. Era demasiado pequeño cuando sus padres murieron, sin una figura que imitar podía comprender el pánico que Taehyung estaría sintiendo sin embargo ya había dejado que esa falta lo frenase por demasiado tiempo.
¿Cuántas veces se había cuestionado a sí mismo acerca del amor antes de aceptar a Tae? ¿Cuántas había pensado que el amor de pareja no existía tras su primera ruptura? Ellos habían aprendido a madurar juntos, así que podrían comprender el significado de familia de la misma manera. De la mano y sin prisa, lentamente aceptando cada uno de sus errores para lograr solucionarlos paulatinamente. No tenían que ser perfectos… solo tendrían que amar a su pequeño.
Por eso se permitía soñar con vacaciones a lugares de todo el mundo cada verano, cenas de navidad por el simple hecho de que Tae parecía disfrutar especialmente esa época cuando estaban en Londres y las luces adornaban las calles de piedra que tanto le gustaba recorrer con él, días enteros de juegos y jornadas de turnos para ayudarle con los deberes. Tal vez discutirían en algunas ocasiones acerca de la educación más adecuada, pero ellos permitirían que sus hijos viviesen con sus propios sueños e ideas siempre que no dañasen a nadie en el proceso. Les enseñarían a usar esas alas de libertad que a veces las personas olvidan que llevan a sus espaldas.
Les permitirían soñar en grande a pesar de vivir con los pies en el suelo firme.
-¿No vas a venir? - Taehyung sacudió su cabello, sacando su cabeza del agua y comenzando a nadar hacia la embarcación en el instante en el que notó la mirada perdida de su pareja sobre el paisaje que los rodeaba. - Ven a disfrutarlo en persona Jungkookie, puedo sostenerte si tienes miedo.
Jungkook no pudo evitar dejar escapar una pequeña sonrisa de sus labios mientras giraba de nuevo la cabeza hacia Tae, poniendo toda su atención sobre el dueño de sus sentimientos más bonitos. Ese chico le había enseñado muchas cosas importantes y sin duda lo que más apreciaba era que lo había instado a arriesgarse a amar. La primera vez que accedió a ser más que un amigo con beneficios para Taehyung, él creyó que nada podría llegar a funcionar entre los dos. Ahora, no lograba imaginarse ni un solo escenario en el que no estuviese esa risueña persona que en ese momento nadaba hacia él.
Miró su anillo por unos segundos antes de ponerse de pie y tomar carrerilla para saltar al agua de la manera más escandalosa que se le ocurrió. Jungkook ni siquiera logró evitar que las lágrimas de felicidad apareciesen cuando las carcajadas se unieron y Taehyung protestó con un puchero divertido.
Sus cuerpos no tardaron en fundirse en un abrazo, sus labios se toparon con necesidad sin que el mundo a su alrededor importase. Incluso si ahora que la noche se adentraba con más fuerza, el brillo del agua destacaba y bordeaba cada zona de sus cuerpos creando una bonita ilusión de sus cuerpos entrelazados siendo rodeados por la luminosidad azul.
-Bonito. - Taehyung sonrió, dejando que su mano se desplazase sin prisa sobre el labio inferior de su pareja quien le dedicaba una de esas preciosas sonrisas cargadas de sinceridad que él tanto disfrutaba.
-Bonito. - repitió Jungkook, sus brazos posándose sobre los hombros de Taehyung a medida que sus piernas envolvían la cintura de este. - Somos bonitos, y nuestra familia también lo será.
Taehyung podría decir que toda aquella comida le producía unas ganas inmensas de comer, pero sería mentir porque todo lo que quería era saltar sobre su marido tras secarse el cabello con una toalla y comprobar que no quedaban turistas a su alrededor.
-Deberíamos saltarnos la cena. - ofreció, sus manos rodearon la cintura de Jungkook mientras este servía un poco de bebida sobre dos copas. Sus labios le recorrieron la nuca, entreteniendose con la suave sensación que la piel de su pareja dejaba en su boca.
-¿Deberíamos? - Jungkook sonrió, inclinándose un poco hacia atrás para sentir con más intensidad el cosquilleo que le provocaban los labios de Taehyung.
-Bueno, si tienes hambre podemos cenar antes. Después iremos al baño y de ahí a la cama, quiero tenerte ahora mismo pero después de todos estos años he aprendido a ser paciente.
Jungkook volvió a sonreír. Era inevitable, cuando se trataba de Taehyung incluso los más pequeños detalles podían provocar en él ese tipo de sonrisas encantadoras que sabía que facilmente lo encandilaban. Habían pasado suficientes años como para poder predecir lo que el otro haría o quería.
-Tengo un tipo de hambre que estoy seguro que no lograré aliviar con esta cena. Así que creo que aceptaré tu oferta, deberíamos ir a ducharnos para probar la cama cuanto antes, más tarde tendremos tiempo de cenar.
Las manos de Taehyung continuaron moviéndose sobre la piel de las caderas de su pareja, bajando y subiendo por cada zona que sabía que a Jungkook le causaba algo. A su alrededor todo lo que podía escucharse eran las suaves olas del mar y sus respiraciones, a medida que sus dedos trazaban ahora un pequeño camino a través de la curvatura de su espalda y sus besos se desplazaban hasta los hombros de este.
-Entonces tal vez debería ayudar a mi precioso marido con la tarea de vencer ese tipo de hambre.
Ambos sonrieron, Jungkook no dudo mientras se giraba entre los brazos de Taehyung y rodeaba con sus brazos la nuca de este, los dedos de sus manos colándose entre el cabello y acariciando cada mechón rizado. Mirarlo era bonito, los ojos de su pareja parecían decir con una simple expresión un millón de cosas que él lograba comprender al instante. Esa mirada verde le demostraba todo el amor con el que había soñado en infinidad de ocasiones.
-Llévame a la cama Taehyung. - susurró. - Despidámonos de nuestra luna de miel del modo adecuado.
Taehyung mordió levemente su labio inferior, él también tenía sueños. Soñaba con poder ser feliz con su familia a pesar de su enfermedad, soñaba con amar a sus hijos incondicionalmente del mismo modo que amaba y quería seguir amando a Jungkook, pero sobretodo soñaba con poder afirmar ante el mundo que su casa estaba repleta de ese amor especial del que solo unos pocos eran privilegiados.
-En realidad creo que… sería un desperdicio no aprovechar el cielo estrellado esta noche. Deja que me encargue de obtener algunas cosas y podremos disfrutar de nuestra última noche de luna de miel del modo adecuado. - Jungkook había hecho demasiadas cosas por él, ahora era el instante adecuado para devolverle al menos una pequeña parte de esa manera que ambos disfrutaban. - Quiero hacerme cargo de este momento, así que relájate y cedeme el mando hoy.
Jungkook podía ver en la expresión traviesa de los ojos de Taehyung a ese chico rebelde que su pareja era, completamente él sin una pizca de ciclotimia cubriendo su preciosa mirada. Asintió a las palabras de este devolviéndole la sonrisa, confiando por completo en que Tae lograría hacer de esa última noche en Tailandia algo memorable. Todos los momentos que compartían eran especiales por el simple hecho de mantenerse juntos y felices.
-Haz lo que desees, el simple hecho de estar compartiendo esto con la persona que quiero lo hace especial. Incluso si estuviésemos en cualquier otro lugar del mundo, mientras estemos felices nada más importa. Me da igual si suena demasiado cursi, hace una semana que nos casamos así que estoy en ese período de la vida en el que es legal ser excesivamente dulce con mi pareja.
Taehyung sonrió con más amplitud antes de separarse de Jungkook y enseñarle la palma de su mano.
-Solo cinco minutos, estaré tranquilo en cuanto consiga algunas mantas y un poco de chocolate. Podremos seguir siendo dulces todo el tiempo que quieras o pasarnos al lado picante cuando comprendas mis planes.
Jungkook le devolvió la sonrisa, su cabello desordenado moviéndose levemente con el cálido aire de la noche mientras observaba como Tae se adentraba en el camarote. Se sentó sobre una de las sillas que rodeaban la mesa con la cena y alcanzó una fresa.
-Vamos a despedirnos del modo adecuado de esta corta luna de miel, porque las siguientes vacaciones que tengamos quizá sean en familia. Más sencillas, más nosotros... pero igual de especiales.
Jungkook no pudo evitar arquear su cuerpo mientras se permitía acariciar con las llemas de sus dedos cada zona de la amplia espalda de Taehyung. Su marido había colocado mantas y almohadas sobre la cubierta del barco para hacerlo todo mucho más cómodo para ambos, ahora los dos estaban inmersos en la sensación que lamerse el uno al otro por completo al aire libre les ocasionaba. Porque incluso si no había personas cerca, ellos dos seguían bajo el firmamento de un cielo estrellado y sobre un barco que flotaba sobre aguas teñidas del precioso brillo azulado que provocaba la bioluminiscencia.
La ducha fue rápida minutos atrás, con un Tae demasiado ansioso como para atender sus peticiones en profundidad y eso decepcionó un poco a Jungkook, quien pensó por un instante que su marido aprovecharía la ocasión para jugar con él de ese modo que tanto le gustaba. Sin embargo no necesitó esperar demasiado cuando este lo animó a estirarse sobre la improvisada cama de la cubierta, con sus cuerpos todavía húmedos y las gotas de agua dulce bañando cada zona de sus pieles. Kook podría afirmar que el firmamento ante sus ojos no era nada comparado con la sensación de los labios de Tae chupando el chocolate que formaba una línea curva desde la zona baja de su ombligo hasta su miembro.
-Aah. - se relamió los labios, sus manos impulsaron inevitablemente la cabeza de su marido hacía la zona vibrante que necesitaba ser atendida. - TaeTae, hazlo ya.
Taehyung se permitió disfrutar del chocolate sobre el cuerpo de su chico por varios minutos más antes de finalmente introducir la totalidad del miembro de Jungkook en su boca. Una de sus manos se mantenía atendiendo la entrada dilatada del chico, mientras que la otra le tapaba la boca. Porque incluso si nadie los iba a escuchar, le encantaba la idea de retarlo durante el sexo.
-Tan escandaloso y demandante como de costumbre. lindo. - sonrió, acercándose hasta los labios de Jungkook un solo segundo después de que este derramase su excitación en su boca. - Pruebate.
Jungkook aceptó al instante, llevando una mano hasta la nuca de Taehyung lo atrajo a su cuerpo solo para besar esos atrayentes labios que siempre parecían volverlo loco. Podía probar su esencia en el sabor de la lengua de su marido mezclada con el dulce regusto del chocolate.
-Entra. Hazlo cuanto antes. - exigió.
Y Taehyung simplemente sonrió, su mano abriendo sin delicadeza las piernas de Jungkook para permitir que este las envolviera alrededor de su cintura a medida que comenzaba a colarse en su interior y sus cuerpos se encontraban piel contra piel. Podría haber usado estocadas lentas, mas esa noche los dos parecían haberse propuesto perder completamente el control. En el instante en el que Kook lo provocó mordisqueando levemente sus clavículas, entendió que la delicadeza no sería el primer recuerdo que les llegaría a la mente cuando rememorasen su última noche de luna de miel.
Y no le importaba en lo más mínimo.
Por eso entró con cuidado y esperó a que Jungkook se acostumbrase, pero en cuanto este se mostró preparado sus estocadas tomaron un rumbo tan profundo y rápido que los brazos de su pareja inevitablemente se abrazaron alrededor de él, de la misma manera que lo habían hecho sus piernas.
-Bonito. - era la segunda vez que Taehyung lo decía aquella noche, pero no podría cansarse de esa palabra. Porque Jungkook era bonito abriendo sus labios para pedir más, esperando a ser besado con fuerza y apretando el agarre de sus extremidades alrededor de su cuerpo como si no quisiera separarse nunca. Era bonito gimoteando en alto, relamiéndose los labios o sencillamente arqueándose para buscar mallor sensación de contacto. - Precioso.
Jungkook pudo notar como sus mejillas ardían. No solo por el esfuerzo placentero que le suponía aguantar las fuertes estocadas de Tae aún cuando este había puesto una almohada bajo su espalda, sino también por la forma en la que lograba ser consciente de la conexión tan especial que los dos tenían. Ya no había vergüenza o palabras tabú. Cuando querían o necesitaban algo, sencillamente lo pedían.
-Deberías follarme hasta que amanezca.
-Dilo una vez más y te prohibiré que te corras hasta que yo lo quiera. - bromeó a cambio Taehyung.
Jungkook se limitó a sonreír antes de acercar su boca hasta el lóbulo de la oreja de Tae para jugar con la zona sensible. Notar la mano grande de su pareja entre sus cuerpos, acariciando descaradamente su glande para provocarlo, lo hizo gemir de nuevo.
-Entonces quizás también deberías comprobar si soporto una noche entera sin correrme, solo porque quiero complacer ese deseo de mi marido.
Sus sonrisas se fundieron entre un beso profundo en el que sus lenguas se envolvieron, conocidas y expertas en la tarea de amarse.
Acostumbradas y encantadas de formar parte de cada beso de la pareja.
-Bien, entonces deja que yo me encargue de esto.
-Hazlo TaeTae, encárgate de mí por el resto de nuestras noches y días.
Las miradas de los dos muchachos se hallaron brillantes en medio de la calurosa noche. Con el agua brillante rodeandolos y la luna siendo testigo de sus palabras, prometieron una vez más no permitir que nada salvo el fin de sus días pudiera separarlos.
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Hii!!
Espero que os haya gustado. El final de esta mini segunda temporada se acerca y aunque sé que no ha sido tan buena como quería, creo que al menos he logrado trasmitir lo mucho que se quieren.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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