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O6━━they will surrender to us

TODO REY QUE ANHELE CONQUISTAR
TIENE A SU REINA A QUIEN HONRAR

   Irina corría por los pasillos, persiguiendo un búho de enormes plumas blancas que huía en la busqueda de un salida del palacio de cristal; la niña estiraba sus bracitos en un intento de rozar una de esas magicas alas que se desplegaban en un vuelo tan elegante como la danza de una preciosa bailarina, delicado y maravilloso, los ojos celestes de la menor brillaban asombrados por el encanto que expresaba aquella ave.

Pero, en realidad, no la seguía por simple curiosidad, ni pura diversión. Sus deseos de continuar el camino del búho era ante la libertad que este expresaba con solo expandir sus alas, porque si lo anhelara, podría recorrer los sectores del mundo que eran prohibidos para una niña como ella. Tenía la posibilidad de marchar a donde quisiera, a diferencia de la niña que con suerte podía vagar cuidadosamente por los pasillos de su hogar. Y sin importar lo tanto que persiguiera a esa majestuosa ave invernal, jamás lograría conseguir la misma libertad.

No mientras una oscuridad la encadene a ese congelado sitio.

—...¡Es que ese poder en su interior le esta enloqueciendo!— ese grito detuvo el caminar de la infante, sintiendo la corriente helada de la habitación junto a ella atraerla hacia ese sitio —Tarde o temprano, su oscuridad sera tan fuerte que nadie podra detenerla— dio unos pasos, dejando caer su pequeña mano sobre la madera robusta de la enorme puerta que la separaba de quienes se escondían del otro lado. Sintió que a su alrededor todo se oscurecía, quedando solo ella con la pieza de madera —Debemos terminar con esto antes de que sea tarde, aún tenemos una oportunidad...—

—¿Hablas de la princesa? ¿Crees que lograras poner a una niña contra su propia sangre?

La niña de cabellos rubios busco en su interior la fuerza para hacerse paso a travez de esa puerta, pero su cuerpo no le respondía, había sido clavado ante la conversación que podía oír con demasiada claridad; nunca había sido una pequeña que escuchara desde las sombras, esta vez era distinto, estaba a plena luz de un fuego que hacia más imponente la puerta que escondía un secreto oscuro del otro lado.

—No me siento capaz de hacerlo, quizás hasta que llegué el momento pero la princesa no es alguien que pueda darnos un futuro merecido— la voz se hacia tan lejana como cercana, era casi como si estuviese frente a aquella persona al mismo tiempo que podía sentirla alejarse de ella —...si hay algo que tenemos que hacer, es derramar toda la sangre atada a ese trono

El fuego se esfumó, brindandole la inseguridad de quedar envuelta en oscuridad. Todo se silencio y solo podía sentir leves susurros en sus puntos sensibles, no dio ningun movimiento, pero si sentía sus dedos temblar por el terror de lo que había descubierto, que rapidamente habia logrado comprender. ¿Por sangre atada a ese trono, se refería a su madre y a ella?

—Irina, escuchas a tu madre y ella te escucha a ti— cerró sus ojos, apretando con fuerza la falda de su vestido. La profunda voz de su madre crecía entre las penumbras, no se acercaba pero tampoco se alejaba, solo estaba navegando por la brisa helada que la llevaba a oídos de la niña —El mundo no esta preparado para lo que tu y yo poseemos, nuestra belleza desatara guerras que no se pueden vencer. Dimelo, niña de mi sangre, dime que tu alma se unirá a la mía...— unos delgados dedos rodearon su pequeño cuello desde atrás, el fuerte aroma de la muerte la hipnotizo dejandose caer por la caricia letal que sentía —...me devolveras la sangre que me arrebataste.

Sus ojos volvieron a encontrarse con la luz que se desplegaba por toda la habitación. Nuevamente, estaba en Auradon. Su mente le había traído tantas visiones esos días que no le permitía dormir con tranquilidad, pero esta vez se sintio tan real que no se nego a dejar danzar sus dedos por su cuello. Un ahogado chillido de dolor escapo de sus labios, habia sentido como si el leve roce le quemara vivamente. ¿Es que había sido real? Se levantó con torpeza, tomando bruscamente el espejo que descansaba sobre la mesa de cristal enfrente de ella y lo vio, las marcas recien realizadas estaban enrojecidas en su cuello blanco, no podía haber sido un sueño, mucho menos un pasado. Esas marcas de extrangulación le generaron ganas de vomitar, de arrojar su cuerpo a travez del ventanal de la habitación, porque significaba que lo que tanto había temido se estaba haciendo realidad.

Y el aroma a muerte volvió a hacerse presente.

—¡Ya os he dicho todo lo que se! ¿No me creen, verdad?— Gil mostro sus manos en una señal de su inocencia. Le caía bien Félix, asi que no había dudado en decir lo que tenía de conocimiento, aun cuando el otro azabache no había dejado de analizarlo con sus filosos ojos. Jamás se había sentido intimidado, ni siquiera por Harry o Uma, asi que la fulminante mirada de Aidan no generaba el efecto deseado en el torpe pirata —Félix, hermano. ¿Tú confías en mi? Sabes que no te mentiría— el nombrado dio un suspiro pesado pasando de largo del hijo de Gastón, con solo una mirada al otro hibrido bastó para que ambos decreten que el pirata estaba diciendo la verdad.

Los sentidos de un lobo eran tan increiblemente agudos que era imposible que algo se les escape, podían sentir el temor, la felicidad, la mentira...y la verdad en cualquier ser humano, que los hacia la raza más leal como la más peligrosa para aquellos que poseían secretos que se detectaban con las emociones. La masacre de las manadas antepasadas fue por esa habilidad que poseían, la exterminación de sus hermanos les demostro que, entre ellos debían protegerse, porque los secretos macabros de las demás personas eran los que terminarían por acabarlos a ellos.

Uma solo tiene un punto debíl. La Isla. Aidan ni siquiera sabía si esa información le era de utilidad, ya que tampoco tenía idea de lo que su señora le había mandado a buscar, solo se había dejado actuar por sus propios instintos, y hasta el momento lo llevaron por un camino directo a la hija de Úrsula. De un momento a otro, había obligado a Gil a expulsar todo lo que sabía sobre la villana, y cuando este realizaba preguntas sobre porque necesitaban saberlo, él no poseía la respuesta a esa pregunta que tambien se estaba realizando en su interior. ¿Por qué Irina le habia mandado a esa Isla? El peligro estaba en el interior de Auradon, él lo sabía por lo tanto la reina de hielo tambien, aún así, esta lo había enviado al otro punto del mar, sin darle un motivo, solamente una sensación que, según la conexión que poseían, había perturbado a la blonda desde que dieron un paso en Auradon.

Dio media vuelta, decidiendo que ya era hora de volver a donde su majestad lo esperaba. Pero solamente un paso basto, antes de que otra fuerza lo detuviera.

—Detente ahí, pura sangre— con su tono afilado y juguetón, Félix se colocó justo en el camino de Aidan, deteniendolo por completo —Creo que tanto yo, como Gil, merecemos un poco del porque Uma de tu interés...o del interés de nuestra señora—

Antes de la confrontación con Gil, el hijo del Lobo solo había recibido una órden de buscar jugosa información sobre la desaparecida pirata, y aunque lo había hecho ciego con la idea de que se trataba de una petición de Irina, tampoco iba a permitir ser tratado como una estupida marioneta a la que podían utilizar para deshacer cuando se le diese la gana. Al menos, no por el idiota que tenían como líder la manada del Sur.

Félix sabía que siempre sería el grano en el culo de Aidan, adoraba ser quien sacará de sus casillas al hibrido. Esos ojos bañarse de enojo con solo unas cuantas palabras de su boca eran suficientes para alegrar al castaño, más que todo, cuando este no podía realizar nada contra él por cierta mujer de cabellos dorados que cargaba en su conciencia día y noche.

—¿Y por qué debería contestarte a ti?

—No lo sé, pero tal vez...porque estas en mi territorio— con un veloz movimiento, se abalanzo contra el azabache para apresarlo contra uno de los inestables muros de un abandonado edificio —Conmigo no. No soy una marioneta como los otros estupidos lobos de tu manada, no sigo órdenes tuyas. No estoy para esos juegos del líder que tanto te crees— le susurró profundamente en su oido, para dibujar una sonrisa arrogante en sus labios —Asi que contestas a mi pregunta, o yo buscaré la respuesta de otra forma—

Gil sonrió emocionado por la acción, apoyando a Félix indudablemente. Por otro lado, Aidan seguía manteniendo su indiferente mirada al no sentir ningún tipo de amenaza por parte de Wolf. Ni siquiera el golpe contra el muro le había dado un minimo grado de dolor.

—Eres una molestia, y me aburres— su brazo empujo al desterrado sin esfuerzo, estaba harto de tener que lidiar con él. Su unico proposito era destinarse en cuerpo y alma a Irina, no soportar a idiotas decerebrados como Félix —En todos estos años, nunca lograste encestar ni un solo golpe. ¿Esperas que me crea esta patetica amenaza tuya?— el castaño solto una carcajada, sin tomarse en serio las friolentas palabras de Aidan, su atención estaba en otro sitio ahora —Lo repetiré de nuevo. No tengo porque contestarte a ti—

—Oh. Pero a mi sí.

Sin mucho esfuerzo, Aidan movio unos centimentros su cabeza observando desinteresadamente como un filoso artefacto rozaba su garganta. Había predicho el movimiento desde que sintio que la verdadera amenaza no estaba en manos de Félix. Sus ojos viajaron hacia aquella arma, para despues elevarse hasta chocar con otro tipo de arma, aún así, no se inmuto en lo más minimo porque, por más amenazante que pareciera, no le generaba ningun tipo de peligro.

Aunque, su labio se elevó levemente en una media sonrisa de diversión.

Toda la situación le causaba gracia. Mas que todo porque la amenaza tambien tenía una sonrisa plasmada en sus labios, ambos se estaban retando con las miradas porque sentían que el otro podría entretenerlos un tiempo, uno porque muy en el fondo disfrutaba de esos encuentros inesperados y conflictivos, y el otro extrañaba la sensación de estar a punto de desatar un problema o confrontación desde la partida de su otra diversión. En fin, la sensación de que estaban extrañamente conectados los hizo sentir, de una manera rara, felices aún sin saber que existía una lazo indirectamente unido, aunque faltarían motivos para aceptarlo; creyendo que lo que los unía era la oscuridad en el interior de ambos, aceptada por uno y olvidada por otro, el arma de uno volvió a apuntar a su oponente sin que ninguno borrase su sonrisa.

—No es asunto tuyo, amigo— sentenció Aidan, cruzandose de brazos dejando caer su peso contra la pared del edificio abandonado, ganandose una carcajada por parte del otro individuo.

—¿Acaso escuche mal? ¿Que no es asunto mío?— alegó exageradamente, mirando con fingida sorpresa a los otros dos desterrados que le devolvieron la sonrisa.

Estaba tan cansado. Desde hace unas semanas que la aburrida vida de la Isla de los Perdidos le había superado a tal punto de que solo se quedaba por horas, desde su barco, observando el horizonte prohibido donde se apreciaba Auradon, como si le llamase a cruzar la peligrosa barrera hacia aquel mundo juzgador. ¿Por que, tras tantos años encerrado, sentía la necesidad de cruzar los limites que asi mismo se antepuso? Por más resentimiento que sintiera hacia todo miembro de ese mundo de principes y princesas, muy en su interior tambien deseaba tener una oportunidad, y cuando no le permitieron, las ganas de vengarse resurgieron en su interior, en el momento que le arrebataron a su más grande camarada sintio el odio de destruir a todo habitante de Auradon, pero ahora, miraba ese universo tan distinto y sentía tranquilidad, que algo se ocultaba de ese lado que le gritaba que debía nadar y llegar a ese punto.

¿Por qué?

—Todo en esta Isla es de mi maldito asunto.

Y por un misero instante, Aidan vio en esos ojos celestes el mismo brillo que podría reconocer indudablemente en los ojos de su reina.

Todos bajen sus espadas...

—Así que no me amenaces, nadie amenaza a Harry Hook.

...El rey pirata esta aquí.

¡He aquí la aparición de nuestro protagonista!
Harry Hook ya es parte de la historia, aunque ni siquiera sabe de la existencia de Irina. Lamento decir que todavía falta para ese encuentro...—o quizas no—. En fin, el Irarry —porque la reina va primero— aun seguira en nuestros futuros deseos.

¿Por que será que Harry tiene la necesidad de ir a Auradon, mientras que Irina desea marchar a la Isla?

Por cierto. ¿Que piensan de Irina, Aidan y Félix? Son personajes totalmente creados por mi, tienen cada uno una historia pasada que se veran explicadas en fragmentos como hoy con Irina. Tambien eso, ¿Les agrada ver fragmentos del pasado? ¿De quien les gustaría que fuese el siguiente?

_ANILUXP

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