●CAPÍTULO DOS●
Incluso estando ante ésta situación, no hace más que parecerme aún más interesante que antes. Ahora que he avanzado no sólo podré odservarlo libremente sin cuidado, dado que mi rostro ha quedado al descubierto. No hay vuelta atrás, el espacio libre tras de mí se ha desplomado, siendo el único caminos hacia delante, hacia él.
Los ojos de la víctima me miran con fiereza y miedo. Miedo por su estado y lo que continúa, y fiereza tal vez porque no puede hacer nada más que mantenerce quieto y aguantar. Ese es el destino de todos aquellos que no tiene un gran peso sobre la balanza de la vida, el peso de el poder. Sólo aquellos que lo tienen pueden vivir tranquilamente, y es una mierda.
El hombre tose de manera consecutiva, chorros de sangre salen de su boca cada vez que lo hace.
-A-ayuda-balbucea desde el suelo con las pocas fuerzas que posee en este momento. No puedo evitar sentir un extraño hormigueo expandiéndose por todo mi cuerpo.
Mi estómago suena de manera casi anormal, quejándose por el hecho de aún no haber comido nada para desayunar. No pudo haber mejor situación que esta, encerio. Así que el chico que he estado odservando desde hace tres años ha resultado ser un matón. Es decepcionante.
Mis músculos responden al sentir sus lentos pasos acercarse, la lentitud para acercarse deja en claro su posición, este es un callejón sin salida después de todo, sin embargo no por eso signifique mi derrota ya que estoy justo en la entrada y pues correr no me cuesta nada. Está seguro de poder atraparme y su mirada demuestra que acabará conmido una vez que lo haga. Tal como un depredador.
-Este no es un lugar para ti-dice fríamente avanzando un paso cada vez que habla, su barbilla está apretada por la fuerza que ejerce y sus ojos se oscurecen mientras me mira con furia.
Las paredes están decoradas de un colorido rojo carmesí, la sangre de aquel desconocido la tiñe. Noto como se retuerce del dolor en el suelo, quejidos de dolor abandonan su boca continuamente, sus ojos se mueven cada vez más lentos a punto de caer en la inconsciencia. Le doy una mirada de lástima, es horrible estar en ese estado y no poder hacer nada, que alguien sea más fuerte que tú y lo use contra ti, quedando al descubierto y a su merced.
-Hubiese preferido que nuestro encuentro fuera diferente-murmuro suspirando con pesar.
Él me ignora y empieza a golpear nuevamente al chico. Sus pies se estampan una y otra vez contra el cuerpo casi inerte en el suelo, su espalda, estómago, cabeza, todos los lugares de su cuerpo eran alcanzados por sus ágiles y feroces patadas. Procedió a pisarlo dejando caer su peso en él cuando vió que no se movía, es como una máquina de matar que no se detiene hasta ver que no haya señales de vida, porque sin importar nada debe cumplir su meta.
Reaccioné cuando la sangre empezó a salpicarme, pequeñas gotas callendo en mis pies, y otras en mi ropa.
-Lo vas a matar, detente-digo sin despegar la mirada del cuerpo tirado.
Al contrario de mis palabras sus movimientos son más veloces, contínuos y bruscos. Sus ojos toman un brillo bestial, y una terrorífica sonrisa se engancha en su rosto, la satisfacción tiñendo cada una de sus facciones.
Supe que no se detendría hasta verlo no respirar.
-Señor Allen-un hombre sale derrepente vistiendo también un traje negro, pero éste es más desordenado y no posee una corbata. Y Sobresaltado dice:-acaban de avisar que la policía viene en camino, al parecer alguien nos ha denunciado. Los acaban de ver a tres calles de aquí, tenemos que darnos prisa.
Sus golpes se detienen y vuelve a adquirir su máscara de seriedad.
-¿Estás seguro?-el hombre asiente y sus miradas caen sobre mí, cruzo mis brazos manteniendo mi postura derecha, sin titubear ante sus endurecidas miradas.
-No diré nada, puedes estar seguro-me inclino hacia delante con seguridad, y con voz paciente lo llamo:-Allen.
Sonrió elevando las comisuras de mis labios débilmente.
La confusión baña sus rostros, más aún en el hombre que acaba de llegar y hace un gesto extraño, como si indicara con eso que me callase y no diga más. Sin embargo mi boca nunca permanece callada cuando quiero decir algo, sin importar las consecuencias que éstas puedan traer. Aún menos ahora que por fin he descubierto algo de él, Allen, incluso su nombre es magnífico.
-Oye niña, ¿estás loca?-dice clavando su mirada en mí, sus ojos oscuros y siniestros, como si escondieron algo profundo y lo tratase de ocultar en la oscuridad. Su semblande se endurece mientras retrocedo por seguridad. Su anatomía se acerca cada vez más a mí, con sigilo, detenimiento y seguridad al mismo tiempo.
Mentiría si dijese que no tengo miedo, por lo que he visto con un sólo de sus golpes estaría muerta en el suelo sin siquiera darme cuenta, es tan rápido al golpear que con sólo pestañear ya te propina un golpe. A pesar de lo escalofriante que aparenta ser no puedo evitar fijar mi vista en su traje negro y corbata, hasta ahora todo el tiempo que lo miraba portaba pantalones deportivos y sudaderas, su cabello hacia atrás perfectamente peinado ahora está desordenado, pero sin perder su esencia.
Entonces extiende su mano hasta mi cuello, envolviendo sus dedos en él y ejerciendo presión. La calidez de sus dedos empiezan a quemar mi piel al ejercer más presión en ellos y por un momento pensé que este sería mi fin, sin embargo no temía por ello. Mi vista comienza a nublarse y mis exterminades a dormirse, perdiendo la fuerza. No lucho por liberarme y permanezco inmóvil.
-¿Te ríes?-le escucho preguntar en un tono bajo, y por la manera en que lo dice parece que le molesta.
El sonido de sirenas logran alcanzan mis oídos, mientras trato de mantenerme despierta. Escucho movimiento de más de una personas y la manera en que le hablan como "Señor" a Allen.
Su agarre me libera y mis pulmones exigen a gritos el aire que les faltaba, respirando rápidamente siendo doloroso, la sensación de como mi garganta se quema con cada calada de aire que ejerzo. Su mano agarra mi mentón y con brusquedad me obligaba a verle hacia arriba.
-No vuelvas a parecer frente a mí, de lo contrario estás muerta-no era una advertencia sin fundamento, o una sugerencia común. Lo decía de manera concreta, la próxima vez que aparezca frente a él sería mi fin.
Suelta con fuerza mi mentón lanzando mi cara a un lado sin delicadeza alguna, mi cabello antes envuelto cae sobre mis hombros cubriendo parte de mi cara y pegándose a mis sudorosos brazos.
Él empieza a alejarse con hombres vistiendo trajes a ambos lados de él. Con la diferencia de que los demás cargan bolsas negras, pero Allen está completamente libre. Acomoda el saco de su traje y pasa una mano por su cabello. Caminan hasta desaparecer y no formar parte de mi campo de visión.
Al verlos desparecer me quedo mirando la dirección por la que se fueron por varios segundos sin moverme ni un centímetro. Cuando doy por asegurado su distancia de manera inevitable comienzo a reír sin medidas. Esto ha sido tan loco, encontrarnos de esta manera, sobrepasar los límites, he conocido su nombre y su faceta temeraria.
¡Por fin un domingo bueno!
La luz parpadeante de una patrulla policial alumbra el callejón y oficiales entran con armas en sus manos. Mi risa cesa y cambio mi gesto, había cantado victoria muy rápido. Uno de ellos con apariencia gorda y baja de algunos cuarenta años se acerca a mí y deposita su mano en mi hombro.
-¿Te encuentras bien?-pregunta agachandoce para poder escucharme, las personas comienzan a reunirse alrededor con curiosidad, malditos chismosos parece que no tienen una vida para vivir que necesitan la de otros.
Asiento en respuesta y el oficial me toma por los hombros ayudándome a levantar.
Después de tomar el cuerpo del hombre golpeado, comfirmar que seguia con vida y dejarlo en el hospital, dijeron que necesitaban hacerme algunas preguntas respecto al caso y que luego de responder podría irme a casa sin problemas. Al llegar a la comisaría me indicaron dónde tendría que ir y que tendría que hacer, por eso detesto este tipo de cosas son tan complicadas.
-Señorita Soohye, ¿cierto?-un oficial distinto con apariencia poco accesible me pregunta desde el otro lado del escritorio con papeles y bolígrafo dejando plasmado todo lo que salga de mi boca.
-Sí.
-Has sido testigo de una agresión severa, interveniste tratando de ayudarlo al ver que estaba lleno de golpes y su agresor no se detenía, pensaste que a ese punto lo mataría. Cuando te acercaste te tomó por el cuello y casi logra extrangularte. Podemos hacer un retrato hablado con tus descripciones.
Parece leer en los papeles que descansan en sus manos.
-Oficial hay un pequeño inconveniente-simulo algo pequeño con mis dedos al casi juntar mi dedo pulgar e índice de mi mano-no recuerdo su rostro, o el cómo se veía.
-Has dicho que te tomó de el cuello, es imposible que no hayas visto su cara a tanta cercanía-coloca sus manos sobre la mesa. Es odvio que no me creería algo así.
Cruzo mis piernas y me acomodo en la incómoda silla.
-Usted tienes razón oficial, una persona normal distinguiría su rostro de inmediato, pero no soy una persona normal-él me mira con una ceja alzada en confusión y con un leve movimiento de su mano me insta a que continúe explicándole. Mi cabeza empieza a trabajar en busca de alguna manera creíble para salir limpia de esto de la manera en que lo deseo. Entonces pongo mi mejor cara de trizteza, como si me constara recordar-verá oficial, no siempre he sido así, todo sucedió cuando durante mi niñez jugaba en la azotea de la casa mientras mi madre tendía la ropa, me acerqué demaciado a la orilla y caí-hago una pausa y continúo-permanecí dos años en coma con derrame cerebral, mi madre había perdido la esperanza pero desperté. Cuando lo hice me asusté mucho al ver los rostros de las personas, borrosas, desfigurada y sin sentido, era escalofriante, cuando mi mamá fue a verme feliz por la noticia de que su hija había despertado, no pude reconocerla, incluso a ella, mis recuerdos eran borrosos y ya no conocía verdaderamente a nadie. A veces me sorprendo a mí misma en el espejo al no reconocerme.
Me siento asqueada al ver como el oficial había empezado a llorar y los mocos salían de su nariz. Tomo un pañuelo desde mi bolsillo y se lo tiendo.
-E-es tan triste.
-A lo que refiero es que desde ese momento fui diagnosticada con prosopagnosia, es la incapacidad de poder reconocer rostros ya sean familiares o no. Por esa razón me es imposible darle una descripción del agresor, lo siento-bajo mi cabeza. Esto es tan molesto.
Horas después era más que de noche, antes de salir me fijé en el reloj de la comisaría marcaban las tres de la madrugada. Estaba camino al apartamento y al llegar Nohla me esperaba con una escoba entre sus brazos a punto de darme, de no ser por mis rápidos reflejos tendría una escoba estampada en la cabeza.
-¿¡Qué te pasa!?-grito encarandola.
Al escuchar mi grito ella se asusta y retrocede, procediendo a tomar la escoba al revés y esconderse con ella.
-N-no fue mi intención, he escuchado ruidos extraños y pensé que se trataba de un ladrón, lo siento-pronuncia débilmente. Saca su cabeza detrás de la escoba y me odserva-además son pasadas las tres de la madrugada, ¿¡donde estabas!?
Le miro intimidante por gritarme.
-¿Me acabas de gritar?
-¡Sí! ¿¡porqué!? ¿Qué harás, golpearme? ¡hazlo!
Me quedo sin palabras por un momento.
-¡Tú! ¡ven aquí!
Me tiro encima de ella y ambas forcejeamos sin hacernos daño, como si eso pasara.
-¡Mi cabello, déjalo ir!-exclama Nohla quedando debajo de mí.
En un rápido moviendo ella logra girarme y quedar arriba.
-Bájate ahora.
-¡No quiero!-exclama-no sabes cuanto me preocupé por ti, y así lo agradeces.
-¡Qué te bajes!
-¡Callense la boca las dos ahora, o llamo a la policía!-grita enfurecida nuestra vecina de al lado-siempre están haciendo un escándalo.
Ambas nos miramos y reímos tirándonos en el piso, sintiendo la sensación fría a través de la ropa. Una al lado de la otra.
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¡Nuevo capítulo!
He tratado de sacar un poco de tiempo libre y actualizar, últimamente mi tiempo se ha limitado en gran manera, ni siquiera se duerme bien pero lp importante es seguir.
Tal vez nadie esté leyendo esta historia, pero igual aquí les dejo un nuevo capítulo que espero que disfruten leer al igual que yo disfruté escribir.
Si tienen alguna duda, hipótesis, teoría o simplemente quieren decir algo, no olviden que está la opción de comentar y disfrutaría mucho poder leerlos.
También ha sido actualizado mi otra historia que pueden encontrar en mi perfil.
¡Tengan un día, tarde o noche bueno!
××CHOI××
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