JIMIN: Recoge los platos y se levanta al fregadero con rapidez para ocultar su sonrojo.

Abre la llave del agua.

-Yo...quiero dormir contigo...

Dice de espaldas a Yoongi mientras friega.

YOONGI: Suspira con tranquilidad y se acerca a él para abrazarlo por la espalda mientras terminar de fregar los platos. Apoya el rostro en espalda.

-Y yo... -susurra-.

JIMIN: Deja los platos al notar a Yoongi tras él y solo tiene que girar su cabeza para encontrarse con su rostro.

Gira lentamente su cuerpo, lo que hace que Yoongi deje de estar apoyado en él, y le mira.

-Yoongi, podrías cerrar los ojos un segundo?

YOONGI: Toma un poco de distancia y, tras fruncir el ceño extrañado, cierra los ojos.

-¿Qué... qué vas a hacer? -pregunta inseguro-.

JIMIN: No contesta, tan solo le contempla. Es tan hermoso. Primero posa sus manos en sus hombros, y las deja ahí, con todo su peso. Luego posa sus labios delicadamente sobre los suyos, como si de una caricia se tratase.

-No los abras aún.

Susurra en su boca. Vuelve a posar sus labios, esta vez un poco más fuerte. Y luego su nariz, su frente, sus mejillas.

Quería besar a Yoongi entero.

Quitó sus manos de los hombros contrarios y cogió el estropajo y los platos de nuevo, fregando.

-Ya puedes abrirlos.

Dijo de espaldas a él.

YOONGI: El corazón de Yoongi se había agitado por completo con solo el primer contacto. El menor conseguía ponerlo nervioso hasta el punto en que incluso su respiración lo delata.

Jimin lo besa de una forma tan tierna, tan delicada, que el mayor se siente afligido sin motivo aparente.

Cuando abre los ojos vuelve a visualizar su espalda. Se acerca a él y pega la frente a esta, besándola luego mientras vuelve a abrazarlo.

-Me gustas, Jimin -susurra-, me gustas mucho.

JIMIN: Se deja besar por Yoongi y cierra los ojos, disfrutando de la soñada sensación.

Se gira lentamente y le mira de nuevo.

-Y tú a mi, Yoongi, y tú a mi. -

Le da un tímido y rápido beso en los labios y le coge de la mano.

-Vayamos a dormir ya, si? Es tarde.

Le lleva hasta su habitación y abre el armario, buscando un pijama, para dejarle, pero él no usa pijama y no encuentra ninguno.

-Hmm...verás, te da igual si te dejo una camiseta y un pantalón deportivo? -Le mira nervioso- No, más importante, te da igual si duermo en calzoncillos? No tengo pijamas...bueno si te molesta puedo ser yo el que se ponga una camiseta, o los dos si lo prefieres...-comienza a atropeyar sus palabras y le vuelve a mirar, esperando que entienda.

YOONGI: Sonríe ante el leve beso y entrelaza los dedos con los del menor para seguirlo hasta su habitación.

No puede evitar reír cuando Jimin comienza a enervarse. Se acerca a él y coge sus mejillas con una mano, apretándolas para hacer que se calle.

-Jimin -dice intentando contener la risa-, está bien, puedes dormir como más cómodo estés -suelta sus mejillas para acariciarle una-, yo estaré bien con el pantalón deportivo.

Vuelve a sonreírle antes de que su mano abandone la mejilla contraria. Realmente estaba bien con cualquier cosa.

JIMIN: -Vale...vale...solo quiero que no estés...ya sabes...incómodo con la situación.

Le tiende las prendas prometidas a Yoongi y abre la cama, mientras toca su mejilla, sonrojada por el apretón.

No muy convencido, se quita la ropa hasta quedar en calzoncillos y se mete nervioso en la cama, Yoongi aún está de pie, observándole.

YOONGI: Aparta la mirada al ver que lo está observando fijamente y se gira para cambiarsd de pantalones de espaldas al menor, por la poca vergüenza que le pueda dar. Cuando se pone los del chandal se apresura en meterse en la cama, la cual sigue bastante fría.

Se siente algo incómodo, por lo que tampoco es capaz de acercarse al cuerpo de Jimin.

JIMIN: Duda unos segundos en hacer algún movimiento o no, pero al fin y al cabo, ya se lo había confesado todo a Yoongi, no tenía nada que perder. Buscó su mano entre las sábanas y entrelazó sus dedos. Giró su cabeza y le besó la frente.

-Buenas noches, Yoongi.

Dijo antes de apagar la luz con la otra mano

YOONGI: Yoongi puede suspirar con tranquilidad cuando el menor encuentra la valentía que a él le falta para tomar sus manos.

La luz se apaga de un momento a otro y por algún motivo, le da la confianza suficiente como para acercarse a Jimin, buscando algo de calor.

-Buenas noches Jimin -susurra-.