Capítulo 1: El avión
-Pasajeros del vuelo 2307 con destino a Nueva York favor de abordar por la terminal 2.
Louis escuchó la voz de aquella mujer que se oía a través de los parlantes, tomó sus maletas y caminó el (no tan largo) trayecto hacía el lugar donde abordaría el avión que lo llevaría lejos de su pasado.
Mostró su pasaporte y se adentró al inmenso avión donde se preparaba para estar sentado durante 8 horas, por este motivo decidió invertir parte de sus ahorros en un boleto para primera clase, si iba a estar tanto tiempo sentado al menos quería estar cómodo. Por suerte su asiento estaba a un lado de la ventana, así podría disfrutar del bello paisaje que las nubes le brindarán al atardecer y la compañía del oscuro cielo al anochecer.
Sacó sus audífonos del equipaje de mano y la melodía inicial de Time Waits for No One de The Rolling Stones inundó sus oídos, trató de relajarse en su asiento al sentir ese nudo en la garganta que le avisaba que las lágrimas se aproximaban así que cerró los ojos para impedir la salida de esas gotas saladas que lo visitaban más frecuente durante estas últimas semanas.
Sintió la presencia de alguien sentándose a su lado, pero no le quiso tomar importancia, no quería lucir como un tonto a punto de llorar frente a un desconocido. Pero ¡Vamos! A quién intentaba engañar si era un chismoso de primera y por esa misma razón pauso un momento la canción que estaba escuchando porque se moría por saber con qué tipo de persona le había tocado, solo esperaba que no fuera un niño molesto de esos que lloran durante todo el vuelo o peor aún, un señor que no lo dejará dormir por sus ronquidos tan fuertes que pueden confundirse un camión viejo.
Él sabía que tendría un compañero de asiento ya que al parecer el vuelo iba lleno. Al abrir los ojos pudo distinguir el perfil de un hombre joven que al parecer estaba muy concentrado leyendo un libro, no le dio más importancia e hizo un pacto mental sobre no molestar al desconocido si él no lo molestaba primero. Abrochó su cinturón de seguridad y después de escuchar las instrucciones sobre el despegue se puso nuevamente los audífonos que ahora reproducían Turn! Turn! Turn! De The Byrds, miró hacía la ventana y una lágrima salió del océano que tenía por ojos, deslizándose por su pómulo y terminando su trayecto con un beso salado en sus maltratados labios, prometiendo que esta vez haría las cosas bien, no volvería a creer en falsas promesas de amor ni en rosas pintadas donde el único rojo era el que tuvo durante tanto tiempo vagando por su piel que hasta la fecha intentaba desaparecer. Sin darse cuenta comenzó a llorar y se percató que la letra de la canción encajaba perfectamente con su situación
"A time to kill, a time to heal A time to laugh, a time to weep..." (Un tiempo para matar, un tiempo para sanar Un tiempo para reír, un tiempo para llorar...)
A él lo habían matado por dentro y estaba en busca de su momento para sanar y reír pero justo ahora era su tiempo para llorar, llorar por dejar atrás a su familia, a la vida que llevaba en aquel pueblo desde que nació, llorar por permitir que alguien más lo alejara de sus amigos, llorar por no darse cuenta del monstruo con el que compartió tantos años de alegría y cariño pero también el miedo que le provocó, las noches que pasó en vela en aquel baño donde curaba las heridas externas que le provocaba aquel ser con su enfermo "amor" que lo hizo añicos.
Louis se consideraba un experto en llorar bajito sin que la gente a su alrededor se diera cuenta o eso pensaba él hasta que sintió una tímida mano tocarle el hombro, al tener la vista nublada por las lágrimas no distinguió tan bien la cara de aquella persona que por amabilidad (o lastima) le entregaba un pañuelo color crema.
-Gracias por el pañuelo - Louis tomó el pedazo de tela entre sus delicadas manos pensando ¿quién carajo cargaba con un pañuelo de tela hoy en día? Limpió sus lágrimas y al ya poder visualizar bien a aquel ser borroso se quedó atónito, no podía ser cierto lo que estaba viendo.
-No es nada, por cierto, soy Harry.
Sé quién eres pensó Louis, pero no queriendo incomodar decidió tragarse su comentario.
-Mucho gusto Harry - Louis hizo el ademán de entregarle el pañuelo, pero esta vez la misma mano que se lo ofreció rechazó aquel gesto.
- Quédate lo, no importa - Harry le dio una hermosa sonrisa con hoyuelos incluidos que hizo que el corazón de Louis latiera más rápido de lo normal.
Decir que este hombre sentado a un lado de él era guapo estaba de menos, había visto fotos, vídeos y una vez llegó a verlo en vivo desde las últimas filas, pero ahora al tenerlo tan cerca podía notar esos pequeños detalles que lo hacían aún más hermoso, desde ese diminuto lunar que se encontraba a un lado de sus labios color sandía, los pequeños brotes de barba regados por su rostro o esas mejillas naturalmente rosadas que le daban un toque amable y tierno a la vez.
- ¡Oh! Está bien, yo tampoco querría un pañuelo con los mocos de un extraño. - Intentó reírse de su propia broma, pero solo le salió una extraña mueca que lo hizo sentir estúpido.
- Descuida...
- Louis, mi nombre es Louis - Le extendió la mano al rizado, él cual la tomó con gusto para saludarlo.
- Bueno, ahora que sé tu nombre Louis ¿de dónde eres?, porque déjame decirte que ese acento tuyo se me hace conocido.
- ¡Oh! Ammm soy de un pequeño condado que se encuentra al sur de Yorkshire. Doncaster para ser exactos.
- ¡Lo sabía!, tienes un acento muy peculiar pero lindo, ¿sabes?... Hace algunos años fui a Yorkshire a una batalla de bandas, es un lindo lugar.
- Gracias, supongo - Louis se sentía cada vez más sonrojado. - Dios, ¿por qué me tiemblan las manos? Cálmate por favor, que vergüenza - el ojiazul se regañaba mentalmente mientras escondía sus manos en los bolsillos de su sudadera para tratar de ocultar su temblor.
- Umm oye, no quiero incomodarte, pero, ¿te encuentras bien?
Salió de sus pensamientos al escuchar esa voz grave, pero con un lindo acento británico - Si claro, ¿por qué lo preguntas? - Louis se precipitó a responder e intentó darle su mejor sonrisa falsa para convencerlo de que todo estaba en orden (cuando no era así).
- Bueno pues digamos que hace unos minutos estabas viendo hacia la ventana del avión de forma melancólica mientras llorabas, pero si no me quieres contar está bien, yo tampoco desearía que un completo extraño estuviera bombardeandome con tantas preguntas. - Harry le sonrió de forma cálida y eso le transmitió la confianza necesaria para contarle lo que le sucedía.
- No te preocupes, aunque es una historia demasiado larga...
- Este vuelo es de muchas horas, si quieres soy todo oídos.
Ok, ¿Qué posibilidad había de volver a encontrarse con el mismísimo Harry Styles así de cerca? NINGUNA, NO HABÍA. Así que esto lo tomaría como una sesión de desahogo personal, como cuando lanzas al mar una botella sellada que contiene una carta que nadie nunca leerá perdiéndose en esa gran masa azul para siempre. Harry vendría siendo su botella que se perdería alrededor del mundo con una historia que tal vez olvidaría al día siguiente, ¿Qué más daba?
- Bueno... todo comenzó hace 4 años cuando cometí el error de enamorarme de la persona equivocada, al principio todo era lindo, ¿sabes? Cenas románticas, lindos regalos que llegaban a la puerta de mi casa e incluso llegó a llevarme serenata en los primeros meses de novios, todo era tan mágico que cuando al año de ser pareja me pidió vivir con él de inmediato acepté, ni siquiera lo pensé y ese, fue el primer error de muchos. Los primeros meses viviendo juntos fueron increíbles, seguía estudiando así que iba por mí a la escuela y hacíamos la comida juntos en medio de risas y por las noches nos hacíamos compañía mientras yo hacía las tareas de la universidad y él terminaba cosas de su trabajo. Claro que a mi mamá no le agradaba así que ya te imaginaras la discusión que tuvimos cuando quise mudarme con él. - Louis sonreía amargamente al volver a recordar esos momentos.
Luego de algunos meses ese cuento de hadas se fue desmoronando, comenzó a cambiar su actitud, me exigía cosas como tenerle la comida hecha o la ropa limpia, pero era mi último año de universidad por lo tanto estaba lleno de tareas, exámenes, proyectos y a veces no me daba tiempo ni de dormir, pero a él no le importaba, decía que debía salirme de la universidad porque no servía para eso, comenzó a llamarme estúpido, bueno para nada e inservible. Después de que me gradué y comencé a trabajar pensé que las cosas mejorarían, claramente no fue así y comenzó con los celos hacía todos mis compañeros de trabajo, tanto que llegó al grado de ir a gritarme a la oficina, llamándome perra necesitada y sacándome a tirones del lugar, obviamente renuncié por la vergüenza que me hizo sentir y traté de terminar con él ,pero a los pocos meses de rogarme decidí darle otra oportunidad pensando que cambiaría, ese fue mi segundo error, se volvió a repetir la historia, los primeros meses siendo miel sobre hojuelas para después tratarme peor que un pedazo de basura...
-Dime que no hizo lo creo que hizo - Harry se notaba en una especie de shock escuchando el relato de su compañero de asiento.
-Hizo más que eso créeme... - Louis dio un largo suspiro para tratar de calmar el temblor de su voz - Traté de aguantar lo más que pude, sus insultos, sus jalones y los moretones que me hacía en los brazos, mi mamá sabía que algo raro sucedía pero tenía tanto miedo que prefería mentirle por temor a que le hiciera daño a ella o a mi hermana, comencé a usar playeras de manga larga y el maquillaje fue mi mejor amigo durante ese tiempo. - Hasta este punto el ojiazul ya se encontraba llorando pensando en lo estúpido que se veía hablando entre hipidos. - P-pero la gota que derramó el vaso fue la vez que llegué antes al departamento porque quería hacerle una cena a modo de disculpa por irme sin avisar y la escena que me encontré al entrar me dolió en el alma, él sentado en nuestro sofá con botellas de a-alcohol alrededor besando a una mujer desconocida, le grité corriéndola del departamento pero al parecer a él le m-molesto lo que hice así que me tomó del c-cabello y me llevo a rastras hacía la habitación aventándome como cualquier cosa a la cama diciendo que y-yo tenía que terminar lo que interrumpí, gracias al cielo estaba tan borracho que se quedó desmayado antes de hacer o-otra cosa, en ese instante tomé mis cosas y me largue de ahí. Viví con mi mamá unas semanas y decidí irme lejos cuando él comenzó a acosarme, me seguía a todas partes y le tenía tanto terror que decidí tomar el primer vuelo que me llevase lejos de él. Así que aquí estoy, huyendo de lo que no pude afrontar como todo un cobarde.
- Por dios Louis, déjame decirte que no eres ningún cobarde, eres alguien muy valiente y te agradezco que me lo hayas contado, aunque sea un tema difícil para ti. ¿Sabes que puedes demandarlo por violencia doméstica y acoso verdad? - Harry hasta este punto parecía ¿enojado?
- Lo sé, lo hice, pero él se enteró y tuvo el suficiente dinero para sobornar a la persona encargada de llevar mi caso, así que no sirvió de nada, al contrario, llegaban cartas a casa de mi madre amenazándome.
- La justicia es una mierda.
- Créeme, lo sé
Al parecer el rizado decidió darle espacio a Louis para que se tranquilizara debido al llanto, así que este decidió volver a ponerse sus audífonos escuchando a The Cranberries de fondo mientras cerraba sus ojos para descansar lo que restaba del vuelo.
Louis comenzó a escuchar voces provenientes de algo que en definitiva no era un sueño lo que provocó que se despertara algo desorientado al tratar de identificar lo que decían. -Ya te dije que sí... aja, si lo que digas, solo cálmate. No pienso discutir contigo mientras voy en un jodido avión, adiós. - Esa voz enojada le pertenecía a Harry Styles y la persona con la que hablaba del otro lado de la línea parecía estar aún más furioso, tanto que Louis logró escuchar sus gritos aún estando dormido.
- Lo siento ¿te desperté?
- ¿Qué?, ¡Oh no! No te preocupes, está todo bien - El castaño le brindo una pequeña sonrisa. - ¿Podrías darme permiso por favor?
El ojiazul se dirigió al baño para refrescar un poco su rostro después del llanto de hace unas horas, cepillo sus dientes y trató de calmarse ya que al estar en un avión no podía fumar para relajar sus nervios y vaya que lo necesitaba, se sentía como uno de esos perros pequeños que se la pasan temblando de nervios.
Al regresar a su asiento pudo notar que las asistentes de vuelo estaban ofreciendo la cena y él se estaba muriendo por una buena copa de alcohol para relajarse, estar tanto tiempo en ese avión lo estaba poniendo ansioso.
- ¿Qué desea ordenar? El menú de esta noche consta de pechuga de pollo a la plancha con una guarnición de verduras o lasaña que va incluida con una copa de vino.
Era tan obvio que la señorita se dirigía al perfecto chico a su lado que pasó de largo a Louis, al parecer Harry se dio cuenta de esto e ignoró el evidente coqueteo de la mujer. - ¿Qué te apetece a ti Louis?
- ¿Qué? Ammm, si, sería tan amable de traerme la lasaña y la copa de vino por favor - La bella señorita le dio una mirada no tan buena y anotó de mala gana lo que había ordenado.
- ¿Y usted señor? - La chica casi se comía al ojiverde con la mirada
- Podría traerme la pechuga de pollo con verduras y una botella de agua, gracias - Harry le dio su orden sin dirigirle la mirada, al observar esto la asistente de vuelo se fue de inmediato.
Incómodo - pensó Louis al presenciar aquella escena, en cambio Harry se levantó del asiento y se encaminó hacia el baño del avión.
Cuando llegó la comida de ambos (cabe aclarar que se las entregó otra señorita) ambos se desearon buen provecho y comieron en un agradable silencio o eso era hasta que el rizado decidió hablar
- Y dime chico de Doncaster ¿A dónde piensas ir al llegar a Nueva York? - Habló el rizado mientras cortaba un trozo de pechuga de pollo.
- Bueno encontré un lindo departamento en West Village, que según Sam mi roomie está ubicado en una buena zona, así que si, ahí es donde viviré.
- West Village es lindo, queda a pocos minutos de donde vivo y déjame decirte que hay lugares agradables para tomar unos buenos tragos The Rusty Knot por ejemplo.
- Tendré que ir yo mismo para juzgar eso, así que... si tienes otro lugar que me quieras recomendar para ir como turista soy todo oídos.
- Lugares como el Empire State o el Puente de Brooklyn, pero siempre es una buena opción Central Park, ya sabes si eres más de los tranquilos, aunque déjame decirte que Nueva York es todo menos tranquilo.
- ¿Qué me dices de la estatua de la libertad? ¿Crees que pueda tomar lindas fotos desde ahí?
- Es increíble y créeme que si vas justo cuando comienza la puesta de sol tendrás unas tomas increíbles. Pero a todo esto, cambiando drásticamente de tema, ¿qué estudiaste o a qué te dedicas? Porque recuerdo que me contaste sobre estar estudiando una carrera universitaria.
- Pues... estudié fotografía y en Doncaster trabajé un tiempo en una pequeña empresa como fotógrafo de fiestas y eso, pero después de lo que te conté por seguridad decidí trabajar en el periódico local. - Louis no quería preguntarle en que trabajaba por que él ya lo sabía pero no quería incomodar al chico a su lado, entonces su lado razonable tomó control de su mente (gracias al cielo) y antes de que pudiera pronunciar palabra alguna una voz resonó por todo el avión...
- Pasajeros si miran por la ventana podrán apreciar la estatua de la libertad, así que abrochen sus cinturones que estamos a punto de aterrizar y bienvenidos a Nueva York.
Louis no tenía palabra alguna para describir lo hermosa que era la ciudad desde arriba, estaba emocionado por saber todo lo que le aguardaba en aquel sitio, solo esperaba no arrepentirse de su decisión porque ahora se encontraba muy lejos de casa.
Luego de algunos minutos los pasajeros comenzaron a descender del avión y mientras caminaban por el estrecho pasillo Louis estaba listo para despedirse del inusual compañero de viaje y comenzar con su propia aventura.
- Bueno Louis, ha sido un verdadero placer compartir un viaje tan largo contigo.
- Lo mismo digo Harry, te deseo mucho éxito y gracias por escucharme. - Louis ofreció su sonrisa más sincera mientras movía su mano a forma de despedida y emprendía su camino hacía su nuevo hogar.
Mientras caminaba con una maleta sostenida de su mano y la otra rodando por el pulcro suelo del aeropuerto pudo escuchar como Harry gritaba su nombre
- ¡LOUIS! ¡LOUIS ESPERA! Antes de que te vayas me gustaría darte mi número, ya sabes por si algún día necesitas un guía turístico para esta gran ciudad. - El rizado le entregó un pedazo de papel con algunos garabatos escritos.
- ¡Oh, vaya! pues... Muchas gracias de verdad - Louis se encontraba algo sorprendido para ser honestos, porque ya se había hecho a la idea que no volvería a ver a Harry así de cerca pero al parecer el rizado tenía otros planes.
Ambos chicos se despidieron y cada quien tomó un rumbo diferente, Louis pidiendo un Uber con destino a la dirección que su roomie le mandó horas atrás, llegando a su nueva casa 40 minutos después.
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Al llegar pudo observar un lindo edificio al clásico estilo neoyorkino, de no más de cinco pisos, hecho en su totalidad de ladrillo, con las escaleras de metal en la fachada dándole un total aspecto de película.
Al tocar el intercomunicador con el botón número 5 del edificio una dulce voz (que suponía que era Sam) le respondió.
- Enseguida bajó, un momento por favor
Algunos minutos después la puerta de madera fue abierta por una linda chica de no más de 26 años de edad, con un precioso cabello pelirrojo que le llegaba hasta la cintura en delicados rizos, al estar más cerca de ella pudo notar las pecas apenas perceptibles bajo sus grandes ojos verdes y una linda sonrisa dirigida a él.
- ¡Hola! ¿Debes ser Lewis, cierto?
- Es Louis y si soy yo, si es que tu eres Sam - Intentó hacer la incomodidad a un lado y le brindo una sonrisa algo apenada a la chica.
- Oh, lo siento mucho Louis, y estás en lo correcto, soy Sam, un placer conocer a mi nuevo compañero de piso, ven, pasa pasa - El castaño podía notar el entusiasmo de la chica junto a su peculiar acento al invitarlo a pasar. Sam le brindó un pequeño abrazo al cruzar la puerta. -Lo siento por eso, pero de verdad me alegra verte aquí y saber que llegaste bien después de semanas de hablar por mensajes. - Una Sam algo sonrojada por lo acaba de hacer le explicaba a un Louis algo desconcertado por el acto.
- No te preocupes Sam, también me alegra estar aquí por fin.
Ambos subieron por las escaleras debido al elevador en desuso, llegaron al último piso de aquel departamento notando como el cielo se oscurecía a su paso y cuando al fin estuvieron frente a la puerta con el número 5 pegado a esta, Sam amablemente lo invitó a pasar.
- Bienvenido a tu nueva casa Louis, espero que se pueda convertir en un hogar para ti.
Al entrar lo primero que notó el castaño fue el delicioso aroma a queso fundido que provenía de la pequeña cocina combinado con un suave olor a lavanda. Los muebles eran en su mayoría de tonalidades oscuras, un enorme sofá gris y uno más pequeño a un lado, en el centro de la sala una mesa ratona de madera y una pantalla frente a esta y algunos estantes con libros que contrastaba con las paredes de un color crema bastante lindo. Al entrar a la cocina pudo darse cuenta que el delicioso olor a comida provenía del horno.
-Debes estar hambriento después de un largo vuelo, así que espero te agrade la pizza con queso que preparé para la cena.
Louis no se había dado cuenta de lo hambriento que estaba hasta que vió a Sam sacar del horno una charola con una pizza de tamaño considerable que a simple vista se veía demasiado apetecible. Se sentaron en los taburetes que tenía la barra desayunadora y comieron entre una plática amena. Cuando terminaron la pizza Sam se dispuso a enseñarle las habitaciones a Louis indicando cuál era la suya.
-Bien Louis, mi habitación está al final del pasillo por si necesitas algo y el baño está del otro lado, puedes acomodar tus cosas ahí si gustas, dejé un espacio para ti en el mueble debajo del lavabo. También quería comentarte que algunos fines de semana voy a quedarme a casa de mi novio, así que espero no te moleste quedarte algunos días sólo, puedes tomar lo que desees de la alacena y eres libre de traer a quien tu quieras, mmmm ¡oh si! casi se me olvida, ¿te parece si nos dividimos los quehaceres y esas cosas?
-Gracias por ponerme al tanto de todo y estoy de acuerdo con dividirnos las tareas y eso, ya sabes, para hacer todo justo.
-¡Perfecto! nos vemos mañana Louis, espero descanses y tengas dulces sueños. -Sam le dio un maternal abrazo dándole una sensación cálida en el corazón.
-Igualmente Sam descansa y gracias por todo otra vez.
Al entrar en su nueva habitación Louis pudo percatarse de la cama matrimonial pegada a una de las paredes, un lindo tocador y un armario algo pequeño al otro lado. Desempaco sus pocas pertenencias y se tiró con cansancio a su cama desdoblando el pedazo de papel arrugado que Harry le había entregado horas antes, tomó su celular y al ver que le quedaba poca batería lo conecto al cargador y se aseguró de mandarle un mensaje a su mamá diciéndole que ya estaba instalado en el departamento y que todo iba de maravilla.
Al ver el papel arrugado a un lado de él se preguntó si sería buena idea escribirle a Harry, así que solamente registró el número y estaba en duda sobre escribirle algún mensaje, ya que había la posibilidad de que lo hubiera hecho por lastima o peor aún darle un número falso.
Louis se había decidido por fin en escribirle, con el chat abierto y los dedos tecleando rápidamente sobre la pantalla pensaba sobre lo que podría decir, borro incontables veces las palabras que escribía y en un ataque de lo que se podría denominar valentía envió aquel mensaje, apagó el aparato y se dispuso a dormir con la esperanza de un nuevo día.
Hola Harry espero estés teniendo una noche agradable, por cierto soy Louis el chico del avión :)
☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
Holaaa, si llegaste hasta aquí te agradezco enormemente que le hayas dado la oportunidad a esta historia que lleva desde hace unos años vagando por mi mente, espero que sea de tu agrado y pases un rato agradable leyéndola. Es la primera vez que escribo así que sería de gran ayuda que me señales errores o esas cosas por el estilo.
Nos vemos pronto para otro capítulo, no te olvides de votar y comentar. ◟̽◞̽
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