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26

Miami, Florida. Hace tres años y medio.

No sabía por qué estaban ahí, tampoco preguntó, se limitó solamente a disfrutar de sus pequeñas vacaciones, Taehyung estaba creciendo como todo un caprichoso, no había nada que Marco no le concediera, por eso, llevaba esa tarde a la casa vacacional con una gran cantidad de bolsas de tiendas de marca, compró todo un guardaropa completo. Estaba viviendo la vida que siempre quiso, sin complicaciones, sin preocupaciones, sólo existiendo, pensando en lo que usaría al día siguiente o a dónde saldría a divertirse, para muchos una vida completamente vacía, para él la gloria, después de vivir encerrado toda su infancia con su abuelo, recibiendo entrenamiento y malos tratos, lo único que quería en ese momento era disfrutar.

A sus diecinueve años y después de una vida dura, estaba feliz de haber sido entregado a Marco, era un buen hombre, siempre consentidor y amoroso, le gustaba estar con él, aunque era un tremendo idiota bebedor, lo hacía reír. No sabía si lo amaba, la realidad es que a veces se sentía suspendido en cuanto a sus sentimientos, su abuelo no se cansó de repetirle que el amor era innecesario, cuando nació Mathias, Taehyung supo que su abuelo estaba equivocado, él amaba a su hijo con todo su ser, y no escatimaba en cuidados, cariño y cosas cuando se trataba de él. Su bebé era simplemente perfecto.

—¿Estás pensando en acabar con todo mi dinero?

Miró a Marco con una sonrisa antes de acercarse para dejar un beso en sus labios.

—Es tu culpa, me diste una tarjeta sin tope. No son tantas cosas, compré algo para ti.

—¿Sólo algo? —bufó—. Eres un cabroncito consentido.

—¿No lo merezco? —hizo ojos de cachorro.

Marco se acercó a él y apretó una de sus mejillas.

—Espero que entre tus mierdas hayas comprado algo para mí, algo lindo que puedas usar esta noche.

—Puedes apostarlo—sonrió ladino—. Pero, lo sabrías si tan sólo pasaras tiempo conmigo, me abandonas toda la tarde.

—Son negocios bebé, con algo tengo que pagar tus caprichos—chasqueo la lengua—. Va a venir un hijo de puta muy pesado, tengo negocios fuertes que atender aquí.

—¿Quien? —preguntó con una ceja alzada.

—Nadie que le interese, usted sólo manténgase así de lindo y ya—beso su mejilla—. Estaré fuera unas horas, cuida de tu escuincle que no ha hecho más que llorar, me lo voy a llevar al cabron, tiene que aprender.

—Deja a mi bebé en paz, mejor lárgate con Dante. Si hay putas me enteraré.

—Ya quisiera tener tiempo para unas buenas putas, pero no es así, nos vemos amor.

—Adiós.

Marco lo miró una vez más antes de irse, era apuesto, con esa piel acanelada, cabello castaño oscuro, y barba de candado, wstaba en forma, le gustaba su acento rolo y la forma en la que se expresaba, había aprendido mucho de él. Fue a la cocina donde se sirvió un vaso de agua, el cual bebió lentamente, estaría solo toda la tarde, así que realmente no sabía en qué ocupar su tiempo. Una de las cosas que realmente odiaba del trabajo de su esposo era que lo dejaba solo mucho tiempo, aburrido y lindo. La nana entró a la cocina cargando a su amor. El bebé de tres años alzó sus bracitos hacia él en cuanto lo vio, Taehyung se acercó a cargarlo antes de que rompiera en llanto, Marco tenía razón, su bebé era un mocoso llorón, completamente dependiente de él, pero, no le molestaba, sólo cuando estaba demasiado cansado, beso su mejilla acomodandolo en su cintura.

—¿Comió?

—No mucho señor, estaba esperándolo, no dejó de llorar.

—Mati, no seas chillón, nadie quiere a los bebés llorones—saco del refrigerador un contenedor de fresas, tomó una y la mordió, saboreando, después le dió a su bebé quien no dudo en comerlo.

—Mami—dijo sonriéndole.

—Mami compró cosas muy bonitas para ti con el dinero de papi, así que deja de llorar.

Taehyung sentía que su vida era perfecta y que nadie podía reventar esa burbuja de serenidad que lo caracterizaba, su vida estaba resuelta, con un hombre que lo amaba y consentía y un bebé maravilloso, pero, la vida era incierta y él olvidó por completo su primera enseñanza No te duermas en tus laureles, presta atención, ojos bien abiertos. Dio por sentado que no tenía nada de qué preocuparse, por eso, cuando el siguiente día llegó y vio que todos estaban vueltos locos, llamó su atención.

—¿Por qué están así? —preguntó a Dante, su cuñado, quien estaba parado con las manos en la cintura y un cigarrillo en los labios mirando alrededor.

—¿Marco no te lo dijo muñeco? —preguntó tomando entre sus dedos el cigarrillo para soltar el humo.

—Me dijo que alguien venía, nada más ¿Tan importante es?

—Es el pez más gordo que hemos atrapado, aún se resiste el pendejo, pero, Marco tiene buena lengua, lo convenció de venir aquí.

Taehyung asintió, realmente no le interesaba, pero, le causaba algo de curiosidad, nunca vio a Marco o a Dante preocupados antes.

—¿Y desde qué mar nos visita ese pez?

—Rusia, ligas mayores muñeco.

—Oh—susurró mirando a Marco a lo lejos que hablaba por teléfono algo tenso, elevó una ceja—. Se escucha algo grande, ¿Estais listos para comer más pez de lo que alguna vez habeis hecho? —rio por lo bajo—. ¿No es peligroso aspirar tan alto? Según mi abuelo, esos capos hay que tenerles cuidado y respeto.

Dante soltó una carcajada. —Estamos más que preparados dulzura, ese hijo de puta no es nada, en unos días cerraremos el negocio más grande de nuestras jodidas vidas ¿Listo para vivir como un rey?

Soltó una carcajada, Dante le caía muy bien, era más relajado que Marco y sólo era un par de años mayor que él, así que podian bromear y ser ceecanos, nunca antes tuvo una familia por lo que estaba disfrutando pertenecer a una tan unida. Sus suegros aún eran un dolor en el culo, el hombre estaba interesado en su dinero y poder y la mujer aún no creía que era suficientemente bueno para su hijo, a veces hablaba de la ex novia modelo de Marco y eso le molestaba, aunque este aseguraba que él era mucho mejor que cualquier modelo.

Marco se acercó a ellos y lo abrazó por la cintura, beso sus labios y le sonrió.

—¿Por qué estás tan tenso? —dijo posicionando sus manos en su pecho—. Todo va a salir bien, ¿Quieres que te ayude a relajarte un poquito?

—Cabroncito peligroso—rio negando—. Tal vez más tarde, me necesitan aquí, ve a darte un largo baño, ya está todo preparado para la cena, quiero que te vistes para impresionar.

—Ah, creo que debí comprar ese conjuntito en el centro comercial—hizo un puchero.

—Pero usted de qué está hablando, tiene ropa hasta para regalar, vaya que no tengo cabeza para sus tonterías.

Taehyung soltó una carcajada, beso su mejilla y se dirigió dentro de la casa, estaba seguro de que se encontraban dramatizando por nada, entendía a la perfección los negocios, pero no quería pensar mucho en ello, aunque, a veces llegaba a preocuparse demasiado por lo descuidado que estaba siendo, tenía problemas de organización, y cuando quería advertirle, Marco le aseguraba que todo estaba bien y que lo dejara ser. Podía ver a través de su mente la imagen de su abuelo decepcionada, sólo él quería volver al ruedo, a ser grande, pero, con esa alianza tan mal organizada era imposible hacerlo, cuando hablaban le decía que debía involucrarse más, pero, él no quería hacerlo, al menos no de la forma que se esperaba, se sentía bastante cómodo con su vida actual.

Dejó que todos los demás se volvieran locos con la cena de esa noche, se relajó, jugó con su bebé y alcanzó a dormirlo antes de terminar de arreglarse, se miró al espejo con una sonrisa, su cabello rubio ligeramente largo y risado, maquillaje bonito y ropa acorde al clima, una camisa blanca ligera com los costados descubiertos y unos pantalones anchos beige, se veía bien, demasiado.

—Joven, el señor lo está llamando, dice que tiene que bajar. Los invitados ya llegaron.

Asintió a la mujer antes de salir de su habitación, en el camino se preguntaba como sería el gran personaje que se presentaba esa noche. Siguió el sonido de las voces en el recibidor, Marco lo miró sonriente alargando una mano para que se acercará a él, Taehyung lo hizo, en el lugar estaba Dante y los amigos y aliados cercanos, sonrió de forma encantadora a los recién llegados, los cuales era evidente que eran extranjeros.

Mr. Valcov, this is my husband, Taehyung. Honey, this is Egor Valcov. 

El hombre frente a ellos le miró, era alto, fornido, de hombros anchos, tan pálido que le impresionó, sus ojos eran de un gris azulado, fríos, cabello negro bien cortado, con ligeras canas en los costados, que lejos de verse mal, le daban un aire interesante y atractivo, rostro perfilado y ojos grandes, era sin lugar a dudas el hombre más guapo que había visto hasta el momento.

A pleasuredijo manteniendo la sonrisa, alargando la mano, la cual fue tomada, dió un ligero apretón, pero, manteniendo la firmeza que demostraba su cuerpo entero.

The pleasure is all minedijo con un acento muy marcado. Lo soltó, pero no dejó de mirarlo hasta que Marco hablo interrumpiendo.

Cuando estuvo libre de su mirada, bajo el rostro, podía sentir sus mejillas calientes, jamás se había sentido tan intimidado con una mirada, su entrenamiento le hacía imposible hacerlo, pero, ahí estaba, casi temblando por conocer a un ruso extraño. Fueron a la mesa la cual estaba perfectamente puesta, le pareció extraño, ya que ellos eran unos idiotas con mal gusto, pero estaba seguro de que habían contratado a alguien, se sintió mal, tal vez debería involucrarse más, al final del día era el omega de la casa.

Sirvieron la cena, la cual consistía en buenos cortes de carne, ellos hablaban, y puesto que no era muy afin al tema, se limitó a comer y beber un poco de vino, estaba al lado de Marco, este hablaba de forma animada de cosas triviales, antes de enfocarse en los negocios, una práctica normal. Dante estaba frente a él y se mostraba interesado en cada una de las reacciones y frases de Valcov.

Todos dejaron de hablar, Taehyu estaba mirando su teléfono debajo de la mesa cuando Marco dió una palmada en su pierna, levantó la mirada confundido, dándose cuenta que todos los observaban, en especial Valcov, boqueo sin entender lo que estaba pasando, miró a Marco de reojo.

—El señor Valcov te hizo una pregunta—dijo con una sonrisa tensa, estaba seguro de que se ganaría un regaño.

Miró al hombre con una sonrisa de disculpa, este suspiró y rio por lo bajo.

—Es una linda residencia, la decoración es fresca ¿Es por usted?

Hablaba en un español extraño, era casi divertido.

—Yo...algo, realmente mi gusto es un poco diferente.

—¿Ah sí? ¿En qué sentido diferente? —elevó una ceja—. Lamento si mi español es muy malo.

—No, es perfecto—respindió Marco—. La verdad es que a mí esposo le gustan las cosas realmente caras—los presentes en la masa rieron—. Va a acabar con mi fortuna.

Taehyung bufó al tiempo que reía.

—Ese es el precio a pagar por alguien tan bonito como yo cariño. ¿No lo cree señor Valcov?

El pelinegro asintió sin dejar de mirarlo.

It's true. Deberías sentirte como un hombre afortunado Marco, tu esposo es una belleza y también es muy divertido. Dale todo lo que desea.

Marco acarició la mano de Taehyung sobre la mesa.

—Es verdad, debería dejar de quejarme y darle más.

Taehyung rodó los ojos y bebió un poco de su copa, la conversación siguió, sin embargo, podía sentir un par de miradas sobre él, la se Valcov, que erizaba cada vello de su cuerpo, y la de Dante, quien sonreía como si hubiera ganado la lotería. No entendió su reacción, tampoco le importaba, sólo bebió un poco más, esas cenas se alargaban demasiado.

—¿Puedo ir a dormir? —susurró a Marco cuando no pudo soportarlo más, estaba realmente cansado.

Marco se volvió hacia él y asintió, besó su mejilla.

—Claro, sube a descansar. Señores—dijo regresando la mirada a los invitados y socios—. Mi esposo se retira, es demasiado para él.

Se levantó y sonrió de forma educada. —Con permiso, por favor, sigan disfrutando la velada, la noche es joven.

Agradecieron sus palabras, cuando sus ojos se encontraron con aquel hombre, este lo observaba fijamente.

—Descanse.

Le sonrió antes de darse la vuelta, no era estúpido, sabía que ese hombre se había interesado en él, era claro, Taehyung siempre se caracterizó por tener una gran belleza, era muy atrayente, cuidaba su cuerpo, su rostro y siempre vestía de forma impecable, le gustaba la atención, la adoraba, sin embargo, se sentía intimidado por aquel hombre. No sé dió cuenta que estaba siendo seguido hasta que llegó a su habitación.

—¿Sucede algo? —preguntó a Dante quien le observaba con una media sonrisa—. Creí que estarías ahí lamiéndole el culo al ruso.

Dante soltó una carcajada. —Asi nos vemos ¿No? Pero, no entiendes, esto es todo por lo que hemos peleado y luchado Tae, hemos resistido, pero necesitábamos más, somos unos pendejos, Marco se ha partido para esto y el hijo de puta de Valcov no parece muy interesado. ¿Entiendes lo que digo?

—No, no realmente—mintió, porque estaba al tanto de lo que significaba para todos ellos.

—Nos están pisando los talones, estamos perdiendo territorio, estamos perdiendo poder, hemos sido jodidos de muchas maneras, en cualquier momento vamos a caer en el pozo, hay demasiada competencia y no podemos pelear, no a menos que tengamos una alinza fuerte.

—¿Y por qué me dices esto a mí? —elevó una ceja con una mueca, su corazón latió con fuerza, había una idea de lo que Dante quería de él y no le gustaba.

—Le gustaste a Valcov, no dejaba de mirarte, sé que pedirte esto es jodido y que soy un cabron porque eres el esposo de mi hermano, pero, tú puedes ayudarnos Tae, a qué nos ayude...

—¿Una moneda de cambio? —rio por lo bajo, había un sabor amargo en su boca—. Quieres que lo seduzca y lo convenza de que ser aliado de unos capos inútiles, no me toques las pelotas que sabes me jode mucho.

Dante recargó el hombro en la puerta y cruzó los brazos.

—Si quiere seguir teniendo la vida que tiene, sin preocuparse sobre la vida, por como vestir o los lujos en esta casa, sí.

Taehyung lo pensó unos momentos, la realidad es que su seguridad prendía de un hilo.

—Si piensas que me voy a prostituir, estais equivocado.

—No, no quiero eso, mire, sea bonito, lindo, complaciente como siempre, se que te enseñaron eso y mucho más, hazlo y todos saldremos ganando.

—¿Marco se va a enterar de eso? —lo miró, demostrando toda su preocupación, estaba seguro de que su esposo no lo daría como moneda de cambio, era un alfa demasiado posesivo para eso.

—No, él no tiene que enterarse de nada. ¿Que dices?

—Bien, lo haré—respondió después de unos momentos en silencio.

Dante tenía razón, no era algo tan complicado de hacer, podría con eso y mucho más, sólo era cuestión de tiempo, de sonreír y seguir una buena conversación. Era egoísta también, a Taehyung le gustaba demasiado su tranquilidad y estilo de vida que no quería perderlo, después de que su cuñado lo dejara a solas, se quedó fumando y pensando en sus movimientos, hasta un par de horas después cuando Marco volvió, un poco pasado de copas, al verlo le observó sorprendido.

—Pensé que te encontraría durmiendo—le sonrió con un suspiró antes de acercarse a él—. ¿Sólo querías escapar?

—Algo así—se levantó yendo hacia él, le sonrió antes de abrazarlo por los hombros, sintió sus grandes manos en su cintura—. ¿Demasiado preocupado? Sigues tenso.

—El negocio, tranquilo, todo estará bien.

—Te amo, eres grande Marco, todo va a estar bien—sonrió antes de besarlo de forma intensa, a lo que respondió de la misma forma.

No durmió bien en toda la noche, las palabras de Dante aún estaban flotando en el viento, podía negarse, incluso acusarlo con su hermano, pero,  ¿Eso le daría alguna garantía? La realidad era que no, no iba a poder con la desgracia de perderlo nuevamente todo, no tenía que significar nada, aunque Egor lo intimidaba, por ser un alfa de primer nivel, era un hombre cualquiera, que buscaba lo que cualquier tipo, se dejaba guiar por sus intentos, era perfectamente consciente de como manejar la situación, siempre fue capaz.

A la mañana siguiente se arregló demasiado bien, y le dijo a Marco que se encargaría de darle un mejor trato a los invitados, su esposo pareció feliz de que por fin tuviera la intención de involucrarse en algo que los beneficiaba a ambos, orquestó un desayuno digno, donde hubo una plática amena sobre el clima. Se mantuvo al margen de lo esencial, tratando de comprobar si lo que Dante decía era verdad, debía observar el tablero, antes de hacer sus primeros movimientos, las piezas tenían que ser cuidadosamente puestas sobre la mesa, analizaba de reojo cada una de las reacciones de Egor, que no dudaba siquiera un segundo en tomar cualquier oportunidad que tenía para mirarlo, hasta parecía cínico, como si su esposo no estuviera ahí, eso sólo ponía en juicio su egocentrismo, el hombre sabía que era demasiado importante y poderoso, ese poder le permitía hacer todo lo que le viniera en gana. Narcisista y maquiavélico.

—Dígame Taehyung ¿Prefiere estos climas?

Taehyung le sonrió ligeramente. —No mucho, el calor es bueno para unas pequeñas vacaciones, pero, no me inclino por ningún clima en realidad, me gusta un punto medio, pero, puedo entender por qué le gusta este clima, donde vive debe hacer un frío infernal ¿No?

Egor sonrió a medias y asintió. —La temperatura media es de cinco grados aproximadamente, pero, realmente no llego a notarlo.

—Vaya suena interesante—rio por lo bajo—. Aunque estoy seguro de que no lo soportaría.

—La capacidad que tiene el ser humano para adaptarse es muy grande—elevó una ceja—. ¿De dónde viene?

—Sevilla—contestó antes de beber un poco de té.

—¿No está muy lejos de ahí?

—Usted lo dijo, nos adaptamos—se encogió de hombros.

—Marco tu esposo es muy listo al responder—rio.

—Lo es, un carajito muy astuto, jamás le gano una.

—Asi es cuando te tienen agarrado de los cojones—asintió—. Se llevaría bien con mi hijo.

—¿Tiene hijos? —preguntó Taehyung.

—Uno—asintió—. Un mocoso engreído y caprichoso.

—Entonces, ellos se llevarían perfecto ¿No Marco? —bufó Dante, mirándolo con burla.

—Sin duda, Tae es especial, pero, vaya que exige.

—Ya te dije, nada en fácil en la vida, me quieres, entonces debes estar al nivel querido—sonrió con suficiencia—. ¿A usted no le pasa eso con su esposa o esposo?

Miró específicamente a Valcov, quien negó.

—La madre de mi hijo no estaba de acuerdo, ella decía que era demasiado intenso, por eso se fue.

—Oh, lo siento, no debí ser imprudente, mi boca es un asco a veces—dijo disculpándose.

—No, es natural, no hay de que preocuparse. Marco, está noche tengo algo especial para ti, traje conmigo una buena dotación de alcohol.

Marco asintió sin dejar de sonreír, sorprendido por el cambio repentino de Valcov.

—Estaré complacido.

—¿Usted bebe? —Egor se volvió hacia Taehyung.

—Sólo vino y algunos tipos de cerveza.

—Tiene un paladar de bebé—añadió Dante.

Egor le sonrió, antes de volverse a sus hombres y decir algo en ruso, después se enfrascó nuevamente en una charla con los demás, estaba consciente de que no hablaban de negocios porque él estaba ahí, después del desayuno, se concentró en su bebé, se puso una camisa de botones con transparencias y unos shorts para baño negros, bajo junto a su bebé a la piscina donde se relajó con algunas margaritas, nadó un poco llevando en brazos a su bebé, hasta que esté estuvo demasiado exhausto, entonces se recostó en el camastro, doblando sus largas piernas y sosteniendo a su hijo en su pecho, dió caricias  ligeras, cuando sintió una mirada sobre él. Se volvió hacia la entrada del jardín, ahí, parado, fumando un cigarrillo estaba Valcov, observándolo, no se movió en vez de eso le sonrió en grande. Pasaron unos minutos antes de verlo entrar de nuevo.

El resto de la tarde la pasó sólo, con ellos encerrados en el despacho, bebiendo y hablando, a la hora de la cena Marco y Dante parecían amenos, aunque su esposo aún se sentía tenso, eso le dijo que no habían llegado a nada concreto aún. Dante no dejó de mirarlo en toda la noche y eso le molestó, por lo que no habló, sabía lo que estaba esperando de él, lo que esa mirada le decía, que debía empezar a actuar.

—Iremos al salón a beber—dijo Marco con una sonrisa—. ¿Subes primero?

—Oh, ¿Podría acompañarlos? No tengo mucho sueño.

Marco dudo unos momentos, pero terminó asintiendo, en el salón privado sólo estaba un ruso desconocidos, Valcov, Dante, Marco y él. Ellos comenzaron a beber y fumar, hablando de sus grandes azañas, no quería beber, pero había una botella de vino fino en la mesa y una copa.

—Espero no te moleste Marco, pero mandé a traer algo para tu esposo, este también debería divertirse un poco.

Marco negó, levantándose para abrir la botella de vino y servirle una copa, la puso en sus manos y beso su cabeza.

—No, claro que no es molestia, gracias. ¿Cómo se dice niño?

—Gracias—dijo antes de beber un sorbo, sin dejar de mirar al hombre.

Reía de algunas estupideces que decían, Marco estaba realmente borracho, jamás lo vio así, y es que nadie aguantaba el vodka que había llevado Egor, como una ironía, Dante los miró y les sonrió cuando Marco estuvo a punto de quedarse dormido.

—Creo que mi hermano ya dió su última—rio—. Lo llevaré a dormir. Tae, ¿Le haces compañía el jefe mientras subo a dejarlo?

Los ojos de Dante eran claros, se tardaría lo suficiente para dejarlo hacer un movimiento. Sonrió animado antes de asentir.

—Claro, no hay problema, a menos que el señor Valcov quiera ir a descansar.

Egor negó de inmediato. —La noche es joven.

—Perfectó entonces.

Dante se llevó a Marco, Egor dijo algo al hombre que estaba sentado a su lado y este también se levantó para dejarlos solos.

—¿En verdad no sé siente ebrio? Ha bebido demasiado—evidenció jugando con el borde de su copa medio vacía.

—Esto no es nada—rio por lo bajo, tomó la botella de vino y se acercó para servirle más, se sentó a su lado en vez de regresar a su lugar—. ¿Estás seguro que no te gustan las cosas más fuertes?

—¿Hablamos de alcohol? —elevó una ceja.

—De eso y de otras cosas—señaló la mesa, dónde se hallaban las líneas blancas.

—Marco no me deja—se encogió de hombros—. Puedo relajarme y divertirme sin esas mierdas. Hacen que me duela la cabeza.

Valcov soltó una carcajada, sacó un cigarrillo y lo prendió, dando una calada profunda. Taehyu lo observó mucho mejor, era apuesto, eso no lo negaba, pero, había algo emanando del hombre que le dejaba con un gran interés y curiosidad, la linea de su mandíbula en forma de V era marcada, y las venas de sus brazos eran increíblemente sexis. Dio la iniciativa de alargar la mano y tomar de su boca el cigarrillo, del cual fumo, siendo consciente de la mirada profunda que recibía.

—Jamás ví unos ojos tan bonitos—dijo sin dejar de sonreírle.

—¿Mis ojos? Son insignificantes, en cambio los suyos ¿Es un gris azulado? Son muy lindos, apuesto a que tiene a muchas personas besando el piso por dónde camina, eso debe hinchar su ego ¿No?

Egor rio por lo alto antes de tomar su bebida y dar un largo trago.

—Puedo tener a quien quiera.

—Eso es claro, pretencioso, pero evidente—se encogió de hombros.

—¿Por qué debería negar algo que es una realidad? Tú tampoco pareces del tipo que se queda en el anonimato, llamas demasiado la atención, eres muy hermoso y sensual, estoy seguro de que tienes loco a cualquiera que se cruza en tu camino.

Fue un enorme halago, que le saco una risita tonta.

—No lo sé, podría ser así, dime ¿Te tengo loco? —al decir esto, se acercó más, hasta que pudo ser capaz de oler su aliento etílico, Egor sonrió a medias y llevó una mano a su cuello, dónde acarició, el toque le erizó la piel.

—¿No es muy obvio? A estas alturas tu esposo pensará en darme un tiro entre cejas.

—No tiene por qué hacerlo, mirar nunca fue un pecado.

—¿Y si quiero hacer algo más que mirar?

Taehyung soltó una carcajada antes de levantarse y caminar alrededor, podía sentir la mirada sobre él y eso de alguna manera despertó un instinto que creía no existía en él.

—Ya oíste lo que dije, me gustan los regalos.

—Dime que quieres y lo tendrás.

Bebió lo que quedaba de su copa y se acercó de nuevo a él, está vez, tomó la iniciativa de sentarse en sus piernas, Egor gruñó, pero, abrazo su cintura de forma posesiva, un toque que llevó una descarga de adrenalina a todo su cuerpo, se acercó a su rostro y olió su colonia varonil, dejó un ligero beso en la comisura de su boca.

—No le digas a mi esposo, él seguro me matara si se entera de esto. No es mi costumbre, pero, eres demasiado atractivo, me preguntó si puedo hacer que un hombre como tú se vuelva loco.

Egor subió su mano desde su cintura hasta su nuca, tomó su cabello con fuerza media y lo miró a los ojos, sus labios estaban tocandose, sus alimentos mezclándose.

—Dime que quieres y te lo daré.

Sonrió, era la oportunidad para manipularlo y hablar de su situación, del trato, pero, eso dejó de tener sentido cuando su cuerpo experimento el más grande deseo por ser simplemente deseado.

—Besame—susurró al tiempo que cerraba sus ojos.

Jamás fue besado de esa manera, la boca experta y dura, lo besó de una forma tan profunda y perfecta que le saco un gemido de placer, pudo sentir debajo de él la creciente excitación de Valcov, jadeo sobre su boca, tratando de seguir el ritmo, le volaba la cabeza, si él creyó que sabía besar, quedó como un estúpido payaso, porque no fue nada comparado a sus experiencias anteriores, comió su boca y bebió sus sesos, no pensaba claramente, pero, podía sentir las caricias en todo su cuerpo, apretando sobre la ropa, tenía tanto calor que quería desnudarse y restregarse sobre ese gran cuerpo.

En un pequeño arisbo de lucidez, se separó de sus labios, los ojos de Egor parecían más oscuros y dilatados, le sonrió antes de acariciar el ceño que se mantenía fruncido entre sus cejas.

—Es mi forma de agradecer por el vino, buenas noches—dejo un ligero beso en su mejilla y se levantó saliendo de la habitación. Tomó una larga respiración antes de ir directo a su habitación, tomó un baño rápido para bajarse la calentura y entró a la cama al lado de su muy intoxicado esposo, tratando de recobrar la consciencia.

No podía hacerlo, era imposible seguir con aquello, porque se conocía bien, y jamás estuvo tan despierto en su vida. Tenía la intención de decirle a Dante que se olvidará de su jodido plan y que se las arreglaran solos. Tardó más de la cuenta para bajar a la mañana siguiente.

—Ahí estás, ¿Por qué tardaste tanto? —rio Dante al verlo, sus ojos brillaban de felicidad y no sabía la razón.

Se sentó al lado de Marco que parecía muerto en vida debido a la resaca.

—Buenos días—dijo a todos tratando de no ver a Egor.

—¿Durmió bien? —preguntó Marco—. Estaba muerto.

—Dormí excelente—sonrió besando su mejilla—. Te ves lamentable.

—Me siento una mierda—bufó—. El alcohol del jefe no es broma.

—Te advertí que eso pasaría si intentabas seguirme el ritmo.

Taehyung bebió un poco de juro, miró de reojo a Egor, ¿Por qué a sus ojos lucía mucho más atractivo esa mañana? Cuando sus miradas se encontraron, desvió la suya a su desayuno.

—Estaba pensando en salir un rato y pasear ¿Están en condiciones para acompañarme? —preguntó Egor.

—No creo que mi hermano este en condiciones señor, pero, ¿Qué le parece un guía que conoce bien los lugares lujosos? Tae ¿Ayudarías al señor?

Taehyung miró a Dante con el ceño fruncido. Egor carraspeó.

—No es necesario, no quisiera molestarlo, podría ser otro día o yo hacerlo solo. No hay problema.

—No es ningún problema—dijo con una sensación extraña en su vientre—. Si a mí esposo no le molesta, con gusto sería su guía.

Marco bebió un poco de café y gruñó. —Te lo agradecería bebé, me siento como la mierda, hijo de puta, que dolor de cabeza.

—Perfecto—dijo mirando fijamente a Taehyung.

Tuvo que fingir que estaba perfectamente bien con la idea, incluso cuando Marco le preguntó en privado él dijo que estaba bien, Dante había "mandado" a gente de ellos a cuidarlo, pero en realidad estos se desviaron conveniente en el camino, se encontraba en el auto con Valcov quien afortunadamente no había dicho palabras alguna. Dijo algo en ruso antes de que el auto se detuviera, bajaron después de unos minutos, Taehyung elevó una ceja al ver que estaba afuera de una lujosa joyería, miró al hombre de reojo, pero este se mantenía en silencio. Entraron, siendo recibidos por el gerente quien los guío a una sala privada y especial, les sirvieron champagne. Taehyung se sentó al lado de Egor sin comprender lo que sucedía. Tres empleados de la tienda trajeron tres cajas rojas de gran tamaño, maniobraban con guantes blancos suaves. El gerente dió la orden para que los abrieran.

Sus ojos casi salen de sus órbitas cuando los vio, el primero de ellos era un collar que parecía una lluvia de diamantes en forma de gota, varias hileras que abarcaban hasta los hombros y terminaban en V en el medio, demasiados diamantes juntos. El segundo era una gargantilla gruesa en forma de serpiente, repleta de diamantes blancos y rubíes. El tercero una gargantilla de diamantes y zafiros grandes y cuadrados, que formaban varias hileras.

Miró a Egor sin comprender lo que sucedía, este le sonrió sin impresión alguna, como si ver unas joyas tan hermosas no le causaron el mínimo interés.

—Elige el que quieras.

—No...esto no...

—Dijiste que querías un regalo ¿No es así? Anda, elige el que quieras.

Taehyung boqueo, pero sonrió a lo grande, estaba seguro de que su rostro mostraba toda la satisfacción que sentía en esos momentos, era imposible que no fuera así, miró las joyas mordiendo su labio inferior, era claro que Marco no debía enterarse, porque se ganaría un infierno por haber pedido un regalo, y además, nadie daba esa clases de regalos si no esperara algo a cambio, aceptar, sería firmar un contrato no escrito, Egor lo deseaba y esperaba obtener algo a cambio. Taehyung debía negarse, pero realmente no quería y nunca había sido bueno para negarse algo en la vida. Aunque quería elegir los mejor, lo más grande y ostentoso, tenía que ser discreto.

—Ese, el de la serpiente—dijo señalando el segundo, que no era para nada discreto, pero por lo menos más fácil de esconder.

Egor dijo algo al gerente, quien asintió antes de dar la orden y llevarse los dos collares restantes, se quedaron solos en esa pequeña sala privada.

—Ven—dijo tomando el collar con cuidado.

En la esquina había un espejo de gran tamaño, se paró frente a él, en definitiva sus ojos brillaban y sus mejillas estaban rojas, Egor puso el collar en su cuello, frío y demasiado pesado, abrió ligeramente la boca impresionado con lo bien que lucía en su cuello. Egor sonrió al lado de su cuello.

—Exquisito—susurró acariciando su cuello y clavículas descubiertas, su vestuario había sido bien elegido, porque dejaba una gran parte de su cuello al descubierto—. Es imposible que una joya así no eclipse tu belleza.

—Ayer fue un beso por un vino, hoy, por esta joya ¿Qué deseas?

—Lo que tú también quieres, mira tu cuerpo, la forma en la que tiemblas si me acerco, ayer lo noté, tan virginal, has estado con un estúpido, no te hace sentir, mereces estar con un hombre de verdad. Puedo llevarte a la luna y al sol, puedo darte todo lo que deseas.

Taehyung sonrió a través del espejo, se volvió, posicionando sus manos sobre los hombros de Egor.

—Llevo bien mis enseñanzas, tengo que ser agradecido—le sonrió embelesado—. Sacame de aquí para que pueda agradecerle como se debe—susurró sobre sus labios.

Lo llevó al hotel más lujoso de la cuidad, pidió la champagne más cara, y cumplió su jodida promesa de llevarlo a la luna y al sol al mismo tiempo. Sólo había estado con una persona en su vida, el sexo con Marco estaba bien, era bueno, pero Egor Valcov era un Dios, jamás se sintió de esa forma, nunca su cuerpo tembló de placer y lloro por un orgasmo, lo jodió en cuerpo y mente, varias veces esa tarde. Incluso cuando sentía que su cuerpo no podía más, un beso bastaba para ponerlo de nuevo ansioso, en todo momento llevando el collar, chillando entre sus brazos. Egor sabía cómo dar placer, y no dudo en hacerlo gritar hasta que su garganta dolió. Cuando regresó esa noche a casa ya no era el mismo, algo había cambiado dentro de él y era avaricioso.

Egor se quedó una semana más, dónde lo cogió en todas partes, salieron a escondidas, ahí se dió cuenta de lo seguro que se sentía su esposo sobre él. Fueron a restaurantes, le compró todo lo que deseo, los mejores hoteles y a veces se veía en la madrugada en el despacho para una jodida rápida. Al final de la semana ambos estaban obsesionados el uno con el otro.

—Huye conmigo—dijo después de llenarlo por completo, ambos en la cama de vistas donde Egor se quedaba, aprovechó que su esposo había bebido demasiado tras cerrar el trato con Valcov, hubo una fiesta privada, donde ellos se la pasaron mirándose—. Te daré todo lo que deseas—susurró acariciando su espalda desnuda.

Taehyung acomodó la barbilla sobre sus manos que se acomodaban en el pecho duro y ancho y suspiró.

—No.

—Él jamás te va a dar lo que yo puedo darte y lo sabes.

—Me encantas Egor, pero, está es mi vida y me gusta.

—Me has volado la cabeza.

—Me vas a olvidar. Lo prometo—dijo besando su pectoral.

No dijo nada más esa noche, nuevamente lo volvieron a hacer, ahora más lento, más profundo, como si quisieran alargar la despedida. Al día siguiente Egor se había ido y él se quedó con un corazón roto. Pero, trató de volver a su vida normal, regresaron a Colombia, festejando su nuevo trato millonario, pasó más tiempo con su hijo y de compras, lo estaba superando, dejando ese recuerdo atrás, cuando la realidad de su adulterio lo golpeó en el rostro.

Estaba sentado en el piso del baño con una prueba de embarazo en la mano, un perfecto positivo estaba marcado, mordió su labio inferior ¿De quién era? De su esposo o de su fugaz aventura. Esa noche se acercó a Marco y le mostró la prueba, este desfalleció en felicidad y emoción.

—Pero quite esa cara, es una buena noticia—le había sonreído antes de besarlo.

Si creyó que Egor se mantendría alejado, estaba equivocado, empezó a recibir regalos, no sólo para él sino también para el bebé, no sabía cómo se había enterado, pero siempre firmaba...

Dlya moyego lyubimogo i moyego syna. (Para mí amado y mi hijo)

Comenzó a sentir terror, quemaba cada carta y guardaba los regalos, a medida que su vientre crecía también lo hacía la incertidumbre, algo no estaba bien, algo iba a salir mal, por eso, ese día cuando Marco dijo que saldría a Venezuela, lo abrazó con fuerza pidiéndole que no lo hiciera, que por favor se quedará.

—Parce, deje el drama, volveré pronto y cuando regrese nos vamos, a dónde quiera, piénselo bien y cuide a los bebés—fueron las últimas palabras que le dijo.

Unos días después Dante volvió, solo, y llorando, hinchado frente a él pidiéndole perdón.

—...Fue una emboscada, no lo vimos venir y....traté, le juro que trate y no puede salvarlo, esos hijos de putas de los italianos...

Su vida se desmoronó, lloró demasiado, lo sedaron por miedo de que algo le sucediera al bebé, su suegro tomó el mando y él estaba en el limbo, no recordaba nada del funeral, lo único que estaba presente fue encontrar esa noche en su cama un paquete. Con miedo lo abrió y leyó.

Me gustaría decir que lo lamento, pero no es así, ahora no hay nada que nos impida estar juntos ¿Verdad?

Esa carta sólo le confirmó sus sospechas, él fue el causante de la muerte de Marco. Se sentía culpable, no ayudó la solución que dieron y el plan que hicieron dónde lo involucraba de forma directa y tampoco, el hecho de que le hayan arrebatado a sus bebés. Taehyung entendió entonces que la vida era mas complicada de lo que pensaba, que nadie lo salvaría, que tendría que ayudarse él mismo y que quería venganza, recuperar a sus hijos y hacerlos pagar todo el daño que le hicieron ya sea de forma directa o indirecta. Se iban a arrepentir de haberle robado lo que era suyo. No lo dejaría pasar jamás.


¿Cómo les quedó el ojo?  🖤

🖤🖤🖤

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