19
SeokJin miraba alrededor, como siempre lo hacía, le gustaba observar a las personas, como actuaban y lo que hacían, esos días había pensado en Taehyung y en su misteriosa desaparición, no creía que este estuviese muerto, al contrario, creía que estaba en algún lugar y que quien lo tenía cautivó era Valcov, debido a sus observaciones, había visto a este ir y venir a su antojo, desaparecía por las tardes y regresaba en las mañanas, siempre pulcro, durante las mañanas se veía distante, diferente a antes, con una preocupación que era notable en sus facciones.
Caminó a sus clases cuando chocó contra Jimin, el novio de Valcov, este le miró con molestia.
—Fíjate por dónde vas idiota.
Siempre tan amable, se encogió de hombros y siguió su camino, no le importaba, ninguna de las personas de ahí le parecían lo suficientemente interesantes, aún no entendía por qué estaba en ese lugar. Era un misterio hasta para él, pero su familia y su clan, tenían algo preparado, sólo debía estar listo para recibir sus instrucciones.
Las clases permanecieron como siempre, escuchaba, prestaba atención a lo importante e ignoraba todo lo demás, al único que no podía ignorar era al chico moreno americano que siempre le estaba observando.
Podía sentir su mirada sobre su cuerpo, a todas partes a las que iba siempre estaba cerca, se preguntaba si él realmente creía que estaba siendo discreto, era apuesto, alto, cabello castaño y una sonrisa linda, sus facciones eran especiales, también tenía buenos músculos, lo había visto en el entrenamiento de natación, pero, jamás se acercaba, ni siquiera hablaba con él cuando se acercó a sus amigos, sólo lo observaba, debía ponerlo atento y a la defensiva, nunca era bueno que alguien estuviera pisando sus talones y observando de más, pero, sorpresivamente no le molestaba, al contrario, esa pequeña atención llegó a gustarle.
Al término de las clases y al ser viernes tuvo que salir, nadie lo seguía, era lo bueno de ser solitario, estaba pasando cerca de los jardines, cuando miró a Agust siendo acorralado por Hoseok, sabía que entre ellos había algo, pero no entendía qué, por lo visto el rubio más pequeño era un desastre cuando se trataba de relaciones, no lo culpaba, él tampoco era bueno. Al verlo, Agust se separó de su pareja y fue en su encuentro.
—Hola—dijo con una sonrisa.
—Ammm hola.
—Vine a saludar y...
—Ya te dije que no sé nada de él.
Agust bufó. —¿No te preocupa? Sé que le pasó algo grave, era nuestro amigo.
—Uno que es inconsciente y que se busco cualquier cosa que le pasó. Te voy a dar un consejo, eres una buena persona Agust, pero, deja las cosas donde están, olvídalo, de lo contrario te vas a meter en problemas.
—No es como si pudiera olvidarlo tan fácilmente, es mi amigo, y también era el tuyo.
—¿No será que ese beso te afectó más de lo que imaginaste?
—¡Claro que no! Estoy hablando en serio, Tae es una buena persona, me preocupa.
SeokJin suspiró. —Bien, si escuchó algo te lo diré ¿Contento?
—Gracias—le respondió con una sonrisa—. Nos vemos por ahí, no te desaparezcas tanto.
—Si, como digas—negó antes de seguir su camino a la salida.
Miró por última vez a Agust quien regresó con Hoseok, era un buen chico, Jin nunca había tenido amigos, era extraño tenerlos dónde había crecido, eran familia, pero, sus propósitos eran diferentes a los normales, nunca vivió como un chico de su edad, ni siquiera estando ahí podía relajarse, lo dejo pasar, él no estaba hecho para esas cosas. No era su estilo.
Caminó con tranquilidad, escuchando la canción que presentaría esa noche, si alguien supiera lo que hacía cada fin de semana posiblemente sería castigado, no era algo que le permitieran, pero era lo único que hacía que realmente le gustaba, fue extraña la forma en la que llegó ahí, un día simplemente cantando en el baño, el dueño del bar le pidió presentarse, acepto con la condición de que nadie pudiera verlo, así terminó subiendo el escenario con una máscara.
Algunas personas estaban cautivadas por su voz y por el misterio de su rostro, era algo que le gustaba, la atención que recibía, los aplausos y las miradas cautivadoras. Podía escapar de su realidad y del pasado que lo perseguía a todas partes.
Entró al bar y saludó a un par de personas que estaban preparando todo para abrir, estos le sonrieron, ellos no sabían quién era y eso hacia las cosas más sencillas, cuando las personas descubrían quién era y de dónde venía, el miedo les hacía alejarse. Entró en la parte trasera del bar, dónde había una pequeña habitación que usaba para cambiarse y prepararse, aún faltaba para salir, por lo que se acomodó en el sillón individual y cerró los ojos unos momentos.
El bar estaba lleno, como todos los fines de semana, tomó un poco de whisky antes de subir al escenario, hubieron aplausos, Jin tomó el micrófono y comenzó a cantar aquella canción lenta, su voz era tranquila, con ciertos detalles sensuales, miraba alrededor, hasta que miró a cierto castaño que lo observaba como si estuviese viendo a un verdadero artista en el pequeño escenario. Le puso nervioso.
Esa mirada intensa hizo que se esforzará aún más, manteniendo la atención en él, hipnotizando con su voz, el tiempo pasaba rápidamente, porque realmente lo estaba disfrutando, después de unas tres canciones fue a un descanso, bajó dejando los aplausos atrás, estaba cansado, pero al mismo tiempo excitado por toda esa adrenalina, entró en la habitación detrás del escenario y se miró al espejo, se quitó la máscara y deshizo más botones de su camisa roja de seda, dónde eran visibles algunos tatuajes, estaba retocando su cabello cuando escuchó la puerta. Nadie entraba ahí, por lo que creyó que era alguno de los trabajadores, se volvió.
Los ojos que le observaban se quedaron petrificados, como si hubiese visto a un fantasma, maldijo internamente.
—¿SeokJin? —su nombre se escuchaba realmente bien en su boca.
—No puedes estar aquí—se sorprendió de escuchar que su voz no sonaba fría o molesta, sino calmada y delicada—. ¿Me estás siguiendo?
—Lo...lo siento—relamió sus labios—. Yo, estaba esperando tener un autógrafo tuyo, me encanta tu voz, jamás imaginé que fueras tú.
Se recargó en el tocador y le miró con una ceja alzada y una risa contenida.
—¿Decepcionado?
—Todo lo contrario—dijo con una sonrisa rascando su nuca, apenado.
Le pareció lindo. —¿Aún lo quieres?
—¿Qué?
—Hablo del autógrafo, ¿Aún lo quieres?
—Sí, por favor.
Namjoon se acercó con una servilleta de papel y un bolígrafo. SeokJin rio, puso su firma.
—Aquí tienes, ammm, ¿Puedes guardar el secreto? Nadie sabe que hago esto, es vergonzoso.
—No deberías de avergonzarte por nada, pero, está bien, jamás diré nada.
—Gracias Namjoon.
Namjoon sonrió a medias. —¿Y si te invito algo de beber?
—¿Tú pagas?
—Claro, pagaré por lo que quieras.
SeokJin miró su reloj, tenía un descanso de una media hora.
—Bien, acepto una copa solamente.
—Vamos entonces.
Tomó una chaqueta negra y se la puso encima, para que no pudieran reconocerlo, salió detrás de Namjoon, ambos caminaron a la barra, porque las mesas estaban ocupadas.
—¿Qué vas a pedir?
—Whisky—dijo.
Se estaba arrepintiendo, no era bueno hablando con las personas, ni siquiera sabía por qué había aceptado, por qué hablaba con él, podría ser peligroso, pero en vez de eso le sonrió.
—Lo siento—dijo—. Estoy nervioso.
—¿Por qué?
—No lo sé.
—¿Tiene que ver con qué siempre me estás observando de lejos y hoy me estás hablando?
Namjoon se quedó helado, boqueo, pero no dijo nada.
—No eres muy discreto—rio por lo bajo recibiendo la bebida—. Al contrario, me impresiona que exista alguien tan obvio.
—Realmente pensé que estaba haciéndolo bien.
—Lamento decirte que no, pero, dime ¿Por qué las miradas?
—Creo que tienes un espejo a tu disposición. ¿No?
SeokJin rio por lo bajo. —Lo tengo, pero me gustaría escucharte.
Las mejillas de Namjoon enrojecieron, eso le pareció más que interesante.
—Eres muy apuesto, la persona más apuesta que he conocido jamás.
—¿De verdad lo crees?
—Claro que sí—rio por lo bajo—. Estoy siendo patético, seguro piensas que soy un idiota.
—No pienso eso, eres lindo.
Namjoon le miró de golpe, tragando saliva, a Jin le gustaban sus reacciones, era intrigante. Nunca hubo alguien que estuviera interesado en él, normalmente se alejaban, pero, ese chico no parecía querer salir huyendo, al contrario.
—Podría morir está noche y lo haría feliz, ¿Ves lo que causas? Deberías tener más cuidado.
—Oh, lo lamento, es desconsiderado de mi parte ¿No?
—Hazte cargo.
—¿Cómo?
—No sé, ¿Haces algo más aparte de ser un misterioso cantante?
—Puede que este libre un día de estos—no sabía lo que estaba haciendo, todo en su mente gritaba que estaba mal, pero la sonrisa de Namjoon le dio energía para seguir.
—Podrías invitarme a salir.
—Me gusta comer ¿Un restaurante?
—Perfecto.
Jin bebió lo que quedaba de su bebida. —Dame mi autógrafo y tú bolígrafo.
Namjoon hizo lo que le dijo al instante, parecía que si Jin le decía que caminara sobre clavos descalzo lo haría, era interesante. Jamás pensó que llamaría la atención de alguien así. Escribió su número bajo su autógrafo y se lo dió.
—Me tengo que ir a seguir, llámame.
—Lo haré. Suerte Jin.
—Gracias Namjoon.
SeokJin no dijo más, casi sale corriendo se ese lugar, con una opresión en su pecho, y emoción recorriendo su cuerpo, volvió al cuarto donde estaba por tomar la máscara cuando sintió su celular vibrar. Tragó en seco al ver el número.
—¿Si?
—Valcov.
Colgaron después de esa palabra, estaba listo, su objetivo fue revelado.
🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro