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04

Besaba con fervor a aquella rubia que se frotaba sobre su cuerpo, era sensual y candente. Tomó su cabeza e hizo que esta bajara por su pecho hasta su entrepierna muy despierta, ella comenzó a hacer su trabajo bucal y él gruñó sin soltar su cabello, miraba la ventana, su habitación daba al jardín trasero, entonces lo vio, al chico nuevo saliendo y subiendo poco después a una motocicleta, elevó una ceja. Jungkook sonrió, aquel chico le parecía demasiado interesante, relamió sus labios y bajó la mirada a la chica, se encogió de hombros y la levantó para subirla al escritorio y cogerla con fuerza.

Ochen' interesno, mne eto nravitsya. (Muy interesante, me gusta)









El viento frío golpeaba su cuerpo, abrazó con sus piernas y sus brazos, iban a alta velocidad, cerca de la universidad estaba el bosque, tenían que alejarse lo que pudieran de los ojos curiosos, la motocicleta se detuvo detrás de unos árboles, estaba demasiado oscuro, bajó de esta y uso su teléfono para alumbrar alrededor.

Joder, hace frío—gruñó—. ¿Tienes cigarrillos?

El chico se acercó y le puso uno en la boca, encendió el encendedor y espero que lo prendiera. —¿Qué tal todo?

Una mierda de lo mismo, el abuelo no se equivocaba, aquí hay muchas cosas interesantes—se encogió de hombros—. ¿Te vieron?

Fui cuidadoso—negó—. Te he extrañado, todos te extrañamos, pero estamos esperando.

Thiago—sonrió ladino—. No debes extrañarme demasiado, sabes que esto puede tomar mucho tiempo.

—¿Conociste a los mellizos?

Sí, son lindos—bufó—. ¿Qué sabes de un tal Válcov Jungkook?

El hijo del jefe de la mafia roja, letal, estaba en los archivos ¿Los habéis leído?

No, sabeis bien que eso no es para mí, para eso estás vos cariño—se acercó peligrosamente a él—. Presiento que será un dolor de culo, no me agrada.

Lo mantendré vigilado, lee los archivos, así será más sencillo.

—¿Tienes lo que te pedí?

Thiago asintió, tomó la mochila y la abrió, la puso sobre el asiento de la motocicleta y dejó que Taehyung alumbrara. —Dos revolver—las mostró—. Tres cajetillas de cigarrillos, dinero, tus dulces favoritos, municiones, dos dagas, tu liberta y dos sobres de felicidad—dijo mostrando las dos bolsitas de polvo blanquecino. 

Taehyung sonrió en grande. —Nunca me decepcionas amor.

Thiago se acercó a él, lo acorraló en un árbol y lo tomó fuertemente de la cintura. —Aunque estés aquí, recuerda que sois mío.

—Oh cariño, no, yo no soy de nadie, yo soy mío, no arruineis nada con sentimentalismos baratos y posesividad. Me gusta lo que somos ahora, no lo mandes a la mierda.

Lo vio dudar, así que Taehyung no tuvo de otra que terminar la distancia entre los dos y comenzar a besarlo. Tomó su cabello con fuerza, Thiago lo acorraló entre un árbol, tocó su cuerpo con desesperación, llevando sus labios a su cuello, Taehyung sonrió ladino, le encantaba tenerlo a sus pies, sabía que él no podía negarse a nada de lo que pidiera, cerró los ojos suspirando, la excitación estaba recorriendo su cuerpo.

Recuerda siempre—susurró tomándolo de las mejillas para mirar fijamente sus ojos—. Que sólo puedes tocarme porque yo así lo quiero, nunca lo olvides.

Soy tu juguete, haz conmigo lo que deseáis.

Taehyung relamió sus labios. —Hazme sentir bien, vamos.

Emocionado, Thiago atacó sus labios nuevamente, tomó sus piernas e hizo que las enredara sobre su cadera, sus espalda quedó pegada al tronco de aquel viejo árbol, rio extasiado, cuando las manos expertas y frías de su amante se posaron sobre el interior de su camisa, tomando su cuerpo, con deseo y desespero. Estaba hambriento.

Se dejó llevar de deseo, dejó que su amante tomara su cuerpo, como a él le gustaba, jadeo reprimiendo decir aquel nombre que siempre estaba en su mente cuando se entregaba al placer, mordió su labio inferior.

Me tienes a tus pies amado mío, soy vuestro, sólo vos podéis destruir mi vida en miles de pedazos, hacerme mierda y yo lo disfrutaré hasta el último momento.

—Habeis cavado vuestra propia tumba mi dulce Thiago.

Rio desquiciado, arañando su espalda, mientras que este daba estocadas dentro de su cuerpo, llevándolo al borde de la locura, le gustaba, sentirse amado y deseado, tener el control de aquel que sucumbe ante sus encantos. Ese era su juego, de nadie más.















—Desde aquí iré por mi pie—le miró sin expresión.

Thiago asintió, acostumbrado al desdén que este tenía siempre que terminaban de estar juntos, eran las cinco de la mañana, era el tiempo de despedirse, se acercó y le tendió un celular.

Usa este para cuando quieras comunicarte conmigo, menatenme al tanto, cuídate.

—Adiós—lo tomó y lo guardó en su chaqueta, se acomodó la mochila en el hombro y comenzó a caminar, sin mirar atrás.

Salía de aquel sendero, cuidadoso de no ser visto o escuchado, pero, una serie de sonidos extraños hizo que se detuviera, estaba cerca de los jardines centrales de la escuela, era demasiado temprano, por lo que no había sentido que alguien estuviese despierto a esa hora, pero la curiosidad era más grande, caminó lentamente a ese lugar, era un pequeño sendero, cubierto por árboles, alrededor había aparatos para ejercitarse, se quedó parado cerca de un árbol, frente a él estaba un chico, haciendo barras, sin camisa, podía ver su cuerpo, cada uno de sus músculos moverse, era fornido, tenía uno de esos cuerpos que las personas normalmente ven en revistas, varonil, el sudor caía por su espalda, perdiéndose en los hoyuelos de Venus, su brazo estaba tatuado por completo, hasta el hombro y parte de la espalda alta, sonrió ladino, esa era una buena vista.

Lo vio ejercitarse y bajar, le miró con una ceja alzada, entonces descubrió a Jungkook, el ruso que le había causado problemas el día que llegó.

—¿No es muy temprano para ejercitarse?

—¿No es muy temprano para dar paseos? —le respondió con una sonrisa—. No pensé que serías del tipo madrugador.

—No lo soy—se encogió de hombros—. Es sólo que, no puedo dormir, llegar a un nuevo lugar siempre me trae intranquilo. ¿Haces esto todos los días?

—Sin falta.

—¿Es necesario hacerlo semi desnudo? Vas a pescar un resfriado.

—Este frío no es nada, Rusia tiene crudos inviernos.

—Oh, entiendo. Bueno, te dejo.

—Espera—dijo acercándose más a él, le miró fijamente—. Quédate.

—¿Tienes un cigarrillo?

Jungkook asintió, metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó una cajetilla casi nueva, además de un encendedor, tomó un cigarrillo y lo acercó a sus labios, Taehyung abrió ligeramente la boca para recibirlo, Jungkook puso frente a él el encendedor y espero a que lo prendiera, cuando eso pasó, él mismo tomó uno y lo encendió.

—¿Estabas haciendo una excursión? —preguntó observando la mochila que llevaba en el hombro.

—Tal vez, me gusta inspeccionar el lugar. Dime Valcov ¿Qué hacen para divertirse aquí?

—No mucho, aunque, hay una taberna cerca, todos se reúnen ahí ¿Te gusta beber?

—No mucho.

—Bueno, también hay diversión en vivo, no sé, podríamos ir juntos si quieres—sonrío con picardía.

—Gracias, pero no necesito un guía turístico.

Jungkook bufó, pero asintió. —No seas malo conmigo, podemos ser amigos.

—No creo que a tu prometido le guste eso—elevó ligeramente la ceja.

—Jimin no tiene por qué enterarse, serás mi amigo, no el suyo.

—¿De verdad te funciona está táctica? Es tonta.

—Me ofendes, no sé que te habrán dicho de mi, pero son mentiras, sí quiero ser tu amigo.

Taehyung rio por lo bajo, conocía muy bien a los de su tipo, sexis, apuestos, galanes, ricos y con buen cuerpo, quienes creían que podían tener a cualquiera en sus camas, pero él no era así, así que el intento de Jungkook sólo le causó gracia.

—Bien, seamos amigos, lo bueno de esto es que yo jamás me acuesto con mis amigos.

Jungkook elevó una ceja. —Interesante, pero tienes razón, llega a ser incomodo.

—Gracias por el cigarrillo, me voy.

—Nos veremos pronto. Amigo.

Le guiño un ojo antes de volverse y seguir con su entrenamiento, Taehyung se encogió de hombros y se fue, tenía una misión, pero ¿Quién decía que no podía divertirse?














—¿Es verdad que hay un lugar donde podemos beber?

Yoongi, quien había tenido toda su atención en su celular, le miró. —La guarida, sí.

—Oh ¿Y es divertido?

—Lo es—asintió Namjoon—. Aunque nunca recuerdo lo que pasa ahí dentro.

—Es muy cerca—dijo Hoseok—. ¿Quieres ir?

—Sería interesante.

Agust soltó una carcajada. —Hasta que despiertas desnudo en un callejón.

Taehyung le miró con una ceja alzada. —¿Experiencia propia?

Él no contestó, simplemente le guiño un ojo, Yoongi le dio un golpe en la cabeza.

—No le hagas caso, no es algo del otro mundo, pero supongo que tenemos que mostrarte todo, hay buena música, baile y alcohol, a veces otras cosas.

—¿Qué cosas? —le miró con profundidad.

—La mayoría de esta escuela son unos putos adictos, ya sabes.

—¿Y quien lo maneja? ¿Quien tiene la plaza?

—Valcov—gruñó Hoseok—. Y su psicópata novio, por eso son intocables aquí.

—Ah—asintió—. Me lo imaginé.

—¿Y tú Tae? No nos has dicho nada de tu familia—dijo NamJoon con una sonrisa ladina.

—No hay mucho que decir, soy huérfano, criado por mi abuelo, español promedio.

Hoseok asintió. —¿Y a qué se dedica tu abuelo?

Taehyung rio. —¿A qué se dedica tu familia?

—Armas.

—Bueno, la mía se dedica al control. Digámos que soy un punteador.

Yoongi elevó una ceja, estaban por decir algo, pero el timbre de las clases sonó, Namjoon se puso de pie, entusiasmado, nadie supo la razón por la cual le gustaba tanto ir a clases.

—Nos vemos en la noche donde siempre, hasta entonces.

Hoseok también se puso de pie y simplemente se fue, no sin antes darle una rápida mirada a Agust quien se recortaba en el silla sin intención de ir a clases.

—Maldición, tengo que ir por el proyecto de historia ¿Puedes irte solo? —preguntó a Taehyung quien asintió—. Nos vemos más tarde entonces—dijo dando un pequeño toque en su barbilla.

Taehyung le sonrió encantado. —Nos vemos chico lindo.

Cuando Yoongi se fue, Agust rompió en carcajadas. —Lo tienes comiendo de tu mano. Él es estupido.

Taehyung bufó. —Vamos chico malo, no creo que tú tampoco hayas sido estúpido por amor.

—Jamás—suspiró—. Entonces ¿Qué hace un asesino en una universidad con los herederos más poderosos? ¿Debo preocuparme por ti o cuidarme de ti?

Taehyung soltó una carcajada, se acercó a él, quedando cerca de su oído. —Maniaco inteligente—susurró—. No seas tan dramático, nos vemos.

Se alejó dejando a Agust con una sonrisa en el rostro, suspiró y se recostó en la mesa, dispuesto a dormir, pero algo llamó su atención, levantó la vista, mirando uno de los balcones, en donde Hoseok le observaba, desvió la mirada de inmediato.

—Estúpido ya soy.










Tomó su celular antes de salir de su habitación, se había demasiado bien, le gustaba, bajó tranquilo, los chicos le esperaban en la puerta, irían en el auto de Yoongi. Se encaminó a la salida, el frío calabacín en sus huesos, pero trataba de no prestarle atención, los vio recargados en el auto, lucían bien, sobre todo Yoongi, no iba a negar que le atraía, con ese semblante frío de chico malo, esos eran su perdición.

—Llegó el muñeco de porcelana—rio Namjoon—. Sensual, deberíamos perdernos tú y yo.

Taehyung le miró de pies a cabeza. —No eres mi tipo. Sorry.

You're dangerous baby.

Cierra la boca Nam, sino quieres que te la rompa—bufó Yoongi, acercándose a Taehyung, quien le sonrió—. Te ves bien.

—¿Sólo bien? —alzó una ceja molesto.

—Sensual—se encogió de hombros—. Vamos, necesito alcohol.

—Vamos.

Subieron al auto, Taehyung subió en el asiento del copiloto, le habían dicho que los fines de semana no había necesidad de que los alumnos se quedaran en el internado, algunos salían con sus familias. Pudo conocer un poco más alrededor, lo llevaron por calles amplias y oscuras, así hasta llegar a un establecimiento grande de piedra, rústico y llamativos para los turistas. Aparcaron y bajaron, Hoseok y Namjoon estaban haciendo demasiado ruido, Agust lucia cansado, se preguntaba qué es lo que este hacia por las noches que lo dejaba cansado.

Por dentro el lugar era mucho más interesante, mantenía una decoración antigua, pero la barra estaba bien abastecida de mucho alcohol, reconoció algunas marcas, pero no le prestó atención.

Se sentaron en una mesa, Agust se mantuvo de pie. —¿Qué van a pedir?

—Whisky—respondió Yoongi—. ¿Tae?

—Vino.

—Que elegancia—rio Namjoon—. Cerveza.

—Lo que tú pidas—respondió Hoseok mirando a Agust quien sonrió con malicia.

—No quiero que mañana termines de quejica. Ya vuelvo.

Taehyung miró alrededor, cuando sintió una pesada mirada sobre él, a unas mesas de distancia estaba Jungkook, con dos chicos desconocidos y su novio. Le sonrió ladino antes de desviar la mirada.

—¿No bebes alcohol de verdad?

—No, sólo vino.

—Eres un niño aún—bufó Yoongi, levantó su brazo y rodeó sus hombros, Taehyung sonrió satisfecho.

—No soy un niño—rodó los ojos.

—Pareces uno—susurró cerca de su mejilla.

—Haces esto porque quieres que diga que te demostraré que no soy un niño.

—Inteligente también.

Agust volvió con las cosas, dejó una botella de vino, otra de whisky, la cerveza de Namjoon y una botella de ron. Se sentó al lado de Hoseok y sacó una cigarrera.

—Bebe esto.

Yoongi sirvió en un vaso con hielos un poco de whisky y se lo tendió. Taehyung lo tomó, olió un poco y arrugó la nariz, lo llevó a sus labios de forma lenta, bebió un poco, pero fue suficiente para que su cara de asco creciera.

—Asco.

El escenario se encendió, a la escena apareció un chico con un antifaz y un traje rojo. Tomó el micrófono y comenzó a cantar una canción de jazz que Taehyung disfrutó.

—¿Quién es él?

—Nadie lo sabe, canta cada viernes, Namjoon se moja al escucharlo.

El nombrado ni siquiera hizo ademán de escucharlo, estaba concentrado, con la mirada perdida en el escenario.

—No lo culpo, tiene buena voz—Yoongi se encogió de hombros—. ¿Tienes tatuajes?

—Algunos.

—Quiero verlos.

Yoongi bebió su vaso de un trago y asintió, mostró un poco de su nuca, en donde tenía tatuado un cuervo con las alas extendidas.

—Hay un tigre en mi espalda, una espada templaria en la pierna y unas letras detrás de mi oreja. Es todo. ¿Por qué la curiosidad?

—Me gustan los tatuajes—le sonrió, aún recordaba los tatuajes de Jungkook, le gustaban.

—¿Tienes alguno que quieres mostrarme?

—Sólo uno en el hombro, es un dragón—llevó las manos a su camisa, deshaciendo los primeros botones, dejando que Yoongi la bajara un poco mostrando su hombro, estaba tan cerca de su piel que podía sentir su aliento, sintió escalofríos cuando sus helados dedos acariciaron su piel tintada.

—En tu piel se ve bonito. Sei una bellezza.

Taehyung miró sobre su hombro, en la mesa donde Jungkook estaba, las miradas de muerte se sentían, pero no de parte del pelinegro que sólo les observaba con seriedad, sino de parte de su novio, que apretaba los puños mirándolo con odio, elevó una ceja, aquello estaba siendo interesante.

—Tengo otro—se separó, acomodando su camisa, pero no abrochando los botones—. El más importante—mostró la palma de su mano derecha, en donde había tres puntos negros formando una pirámide, Yoongi rio por lo bajo.

—Si lo ven, sabrán quien eres.

—¿Y quién dijo que no quería que supieran quién soy? Me muero porque el mundo entero sepa.

—Deberían encontrar una habitación—se burló Agust.

—No te pongas celoso—rio Taehyung—. También te quiero a ti.

Agust soltó una carcajada. —Tú me caes bien, no lo arruines.

—Agust es difícil de conquistar—dijo Hoseok con una mueca.

—¿Lo has intentado? —preguntó Taehyung con una ceja alzada.

—Desde que lo vio no deja de decir que le gusta—bufó Yoongi—. Pero Agust es asexual, no le gusta nada ni nadie.

—Me gusta el alcohol—tomó la botella de ron y la besó—. Podría casarme contigo belleza.

Hoseok molesto se levantó de la mesa. —Me voy.

—Usa condón—dijo NamJoon sin dejar de ver al chico que seguía cantando en el escenario.

Hoseok no contestó se fue, dejando a Agust mirando fijamente su botella, Taehyung miró de reojo a Yoongi quien se rio.

—Se frustra de saber que no tiene oportunidad con mi hermano, va a buscar una conquista, piensa que así puede ganárselo, darle celos, pero lo único que logra es que Agust tenga asco, regresa arrepentido, pero de nada sirve.

—Algunas personas son estupidas, no saben jugar ni aceptar buenos retos, es fácil enamorar a alguien.

—¿A sí? —le dijo con una sonrisa.

—Claro.

Se miraron a los ojos, le gustaba, y sabía que a Yoongi también, pero su concentración no estaba del todo en ese momento, porque seguía mirando a la mesa en donde lo mataban con la mirada. Jungkook y Jimin parecían más interesantes de lo que pensaba. Bebió su copa de vino con una sonrisa.









Estaba por dormir, dejó su celular en la mesa y suspiró, las luces estaban prendidas, encendió su computador, podía trabajar un poco antes de dormir, pero la puerta fue tocada y extrañado fue a abrir, no sin antes tomar la 45 que estaba debajo de su almohada.

—¿Quién?

Como respuesta recibo otro golpe en la puerta, quitó el seguro de la puerta y la abrió. Cuando sus ojos se encontraron elevó una ceja.

—¿Te has pedido pequeño conejo? —preguntó con una sonrisa ladina.

—Encontré la guarida ¿Me dejas pasar?

Taehyung lo pensó unos momentos, antes de hacerse a un lado y dejarlo entrar, miró a ambos lados del pasillo, no había nadie, con un suspiro cerró la puerta lentamente.

🖤🖤🖤🖤

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