Soñar Es Desear
—Ya volví —Morgie anunció cuando entró de vuelta al dormitorio, pero estaba vacío y como tampoco había ruido en el baño supuso qué James no estaba ahí dentro.
Se encogió en hombros y decidió entrar y dejar sus cosas en su lado de la cama.
Decidió aprovechar su momento de soledad para tomar sus cosas del baño y entrar a darse una ducha, ya que la pijamada con Bridget le quitó la noche y la mañana era demasiado fría para bañarse a esa hora.
Morgie entró al baño y empezó a desnudarte lentamente, dejando su ropa del día sobre el lavabo y entró a la regadera, abriendo las llaves del agua para que cayera tibia y perfecta. Dejó qué el agua cubriera su cuerpo y empezará a relajar sus músculos.
Mientras Morgie se daba su baño, James volvía a la habitación, cansado y con el ceño fruncido después de estar cumpliendo el castigo.
Al entrar notó las cosas de Morgie sobre su cama y escuchó el ruido de la regadera, sin embargo no fue a recostarse a su cama, sus pasos empezaron a dirigirse al baño con la puerta entreabierta.
Veía el poco vapor salir por la puerta y se acercó lo suficiente para empujar la puerta suavemente con su garfio y desde ahí se asomó para ver dentro del baño.
La regadera estaba cubierta por la puerta de cristal qué estaba empañada por el vapor qué salía del agua, pero eso permitía qué James viera la silueta del cuerpo desnudo de Morgie.
El pirata se quedó ahí, viendo lo que podía de Morgie. Alcanzaba a ver sus brazos definidos, sus piernas largas y sus hombros bien marcados.
Y escuchen, no es que James fuera un acosador ni nada por el estilo, pero él gustaba de apreciar la belleza, ya sea masculina o femenina. Y vaya que James apreciaba la belleza de Morgie.
Pasó un tiempo hasta que Morgie se limpió el cabello y James vio el tatuaje de su antebrazo. James pensó que era curioso que de todos los VK, Morgie sea el único con algún tipo de tatuaje.
“Es una runa de protección” Fue la explicación de Morgie cuando James finalmente preguntó por qué un adolescente de 13 años, en ese tiempo, tendría un tatuaje tan curioso en su antebrazos izquierda.
James se quedó ahí hasta que Morgie comenzó a enjabonar su cuarto, ahí decidió que era suficiente de espiar a su mejor amigo en la ducha y regresó a la habitación para quitarse su saco y luego tirarse sobre su cama.
Con el pasar de los minutos, Morgie salió finalmente, con una toalla en la cadera y el cabello aun goteando.
—Oh, llegaste —Morgie dijo.
—Sí, ¿tú terminaste lo de tu clase? —Preguntó James, mirando a Morgie de reojo mientras limpiaba su garfio, no, disculpen, “limpiaba su garfio”.
—¡Sí! —Morgie respondió sin verlo porque estaba viendo su armario y James solo le echó un vistazo más a la espalda de Morgie.
Paso la lengua por sus labios… Porque estaban resecos, por eso.
—Aún sigo sin creer que Charming realmente vaya a hacer toda una búsqueda por su enamorada de la cual es incapaz de recordar —James comentó—, sé me hace tan patético de su parte.
—No sé… yo creo que es algo lindo —Morgie opinó, empezando a ponerse su ropa.
—¿Cómo puede eso ser lindo? —James preguntó—. Si realmente esa chica misteriosa le robó el corazón, ¿por qué no fue directamente a buscarla? ¿Por qué hacer todo este circo?
—No sé, tal vez la noche fue tan mágica qué no pensaron en sus caras y solo fueron los sentimientos —Morgie dijo, sonriendo un poco mientras se ponía la camisa.
—¿Desde cuándo eres tan cursi? —Preguntó James con una sonrisa divertida.
—Quizás yo siempre he sido así y tú nunca lo notaste porque nunca hablamos de estas cosas —Morgie se encogió en hombros.
—Tal vez, pero como sea, al menos agradezco que por su show de buscar al amor nos dejó sin clases para mañana —James mencionó.
—¿El capitán James Hook está agradeciendo algo? Vaya, debe ser un milagro —Morgie dijo sarcásticamente y eso se ganó una risa del pirata.
—Oh vamos, puedo ser amable —Janes respondió—, si me agradan lo soy.
—En ese caso creo que acabo de descubrir qué no te agrado —Morgie dijo, lo más dramático posible.
—¡Oh cállate, serpiente de agua sucia! —James gritó entre risas, lanzándole su almohada a Morgie, la cual le cayó en la cara a Morgie.
—¡Oblígame, cara de mantarraya! —Morgie gritó, lanzándole de vuelta la almohada a James lo que causó qué ambos empezaran a reír.
Morgie se sintió feliz porque luego de una tensión provocada en el grupo, ese momento entre ellos dos los había puesto en un mejor humor.
—Morgie… —Habló James una vez que dejó de reírse.
—¿Sí, James? —Preguntó Morgie.
—¿Me ayudas a cambiarme?
—Ya voy.
Como siempre, una rutina.
A la mañana siguiente, Morgie y James se despertaron más tarde de lo habitual por la falta de clases ese día, lo cual fue un alivio para ambos, aunque Morgie aún tendría un examen el lunes, pero era práctico, pan comido.
—Despierta perezoso —James habló mientras se paraba de su cama.
—Cinco minutos más… —Morgie se quejó, pero sabía que no había qué tardar mucho.
Cuando ambos estaban arreglados salieron del dormitorio y fueron camino al patio de la academia, viendo un enorme movimiento en la gente mientras caminaban por los pasillos.
Faltaba una hora para el mediodía, hora en la que Charming, acompañado por el Gran Duque, llegaría a probarle el zapato a todas las jovencitas solteras de la escuela.
—Prepárense para el show de mierda qué va a ser —Hades comentó una vez que todos los VK se sentaron a desayunar en la cafetería.
—Puede qué sea divertido —Maléfica opinó en voz baja—. ¿Se imaginan qué esa zapatilla me termine entrando a una chica cualquiera? Eso es algo que pagaría por ver.
Aunque Morgie soltó unas risas con todas las burlas, internamente estaba emocionado e impaciente de ver a Ella llegar.
Aunque…
No todos los cuentos de hadas ocurren tan fácil y eso ustedes lo saben, ¿no?
Porque ustedes lo saben, yo lo sé, ya sabemos que ocurre con Cenicienta antes de probarse la zapatilla de cristal…
—A dream is a wish your heart makes —Ella tarareaba mientras se veía al espejo y peinaba su cabello suavemente.
Ya se había puesto un vestido azul muy bonito qué su difunta madre dejó para ella, se había maquillado con el maquillaje qué Bridget le regaló y ahora solo debía terminar de peinarse para estar lista e irse a la academia.
Pero algo más llamó su atención.
Jaq y Gus habían escalado el tocador y Ella los vio cuando ellos dos brincaban y chillaban queriendo llamarle la atención.
—¿Qué pasa muchachos? —Preguntó, pero entonces la vio.
Justo en el reflejo de su espejo vio a su madrastra mirándola seriamente desde la puerta de su habitación. Ella se dio media vuelta, pero la mujer ya había quitado la llave de la cerradura.
—Deberías aprender a no hablar tan alto con tus amigos —Lady Tremaine dijo antes de cerrar la puerta.
—¡No! —Ella gritó mientras se levantaba del tocador y corría a la puerta, pero escuchó el ruido de la cerradura cerrarse—. ¡No por favor! ¡Déjeme salir! ¡Madrastra, por favor!
Pero sus súplicas no eran escuchadas porque Lady Tremaine ya se había guardado la llave y empezó a bajar las escaleras.
—¡No! —Ella gritó una última vez antes de sentir que sus rodillas se habían vencido y cayó de rodillas al suelo, apoyando la cabeza contra la puerta y empezó a llorar.
Aunque sin qué Ella lo notará, sus valientes ratones ya habían bajado del tocador y se escabulleron bajo la puerta para correr tras Lady Tremaine, pero Ella estaba demasiado triste para notarlo.
De vuelta a la Academia Merlín, los alumnos ya estaban rodeando el patio principal de la escuela, en el centro estaban Charming y su tío, el Gran Duque, junto al vocero del rey y a Merlín.
—Y ahora, leeremos la proclama de su majestad el rey de Charmington —El Gran Duque anunció mientras el vocero extendía un enorme pergamino— Por mandato oficial de su majestad el rey de Charmington…
—Esa fila durará horas —Dijo Maléfica y entonces todos vieron a Uliana caminar a la fila de chicas.
—¿En serio Uli? —Preguntó James.
—¿Qué? Burlarme en cara de ese príncipe torpe por este circo valdrá la pena —Uliana respondió divertida para seguir caminando a la fila.
—Y es por eso que yo, el rey de Charmington, oficializó qué mi hijo, el príncipe Charming de Charmington, le pruebe la zapatilla a cada jovencita soltera de la Academia Merlín para encontrar así a su amada princesa perdida —El Gran Duque terminó de leer la proclama y el vocero se alejó—. Muy bien jovencitas, por favor vengan de una en una por donde empieza la fila.
Morgie observó con atención a las chicas moverse de una en una y para su sorpresa, la primera de todas era Bridget.
—Nombre por favor —Pidió él Gran Duque.
—Bridget Hearts —Dijo Bridget y el Gran Duque la hizo pasar a una elegante silla qué estaba frente a Charming, quien estaba arrodillado en un cojín de terciopelo rojo y con la zapatilla de cristal en sus manos.
Charming le sonrió a Bridget mientras ella se sentaba y empezaba a quitarse su propio zapato derecho, luego extendió suavemente su pie y Charming intentó colocarle la zapatilla y… bueno, la zapatilla es muy angosta para el pie de Bridget.
—Oh, que mal… bueno, luego te veo Charming —Bridget dijo mientras se colocaba su zapato de nuevo y luego corrió lejos de ahí.
Bridget fue acercándose a la zona donde estaba Morgie, aunque no se acercó del todo por ver a James, Hades y Maléfica ahí, pero en su gesto se notaba qué quería hablar con él chico serpiente.
—Parece que la señorita algodón de azúcar te quiere, Morgie —Hades susurró.
—Deberías ir con ella —Maléfica recomendó—, seguir con el plan.
—Bien, bien, ya voy —Morgie respondió y empezó a moverse entre los alumnos hasta llegar a Bridget.
—¿Estás tan emocionado como yo? —Bridget preguntó inmediatamente, con sus mejillas tan rosadas como su cabello.
—No tanto, pero sí —Morgie le sonrió.
—Aunque es extraño, no he visto a Ella, no estaba en la fila —Bridget comentó—. Quizás quiera hacer una entrada dramática y ser la última en pasar para que la tensión se sienta en el aire.
—Tal vez, aunque no se si Ella sea de ese tipo —Morgie dijo, mirando al resto de gente en la escuela, aunque frunció el ceño al ver a una persona demasiado vieja junto a la fila, reconoció a la mujer de inmediato—. Bridget, ¿esa no es la madrastra de Ella?
Bridget miró y al ver a la mujer puso una cara confusa en su cara.
—Sí, es ella —Bridget respondió—. ¿Qué hace aquí?
—No tengo idea —Morgie susurró, pero estaba teniendo un muy mal presentimiento—. No creerás qué ella…
—¿Le hizo algo a Ella? —La princesa completó y su confusión pasó a preocupación—. No se, pero si ella no está aquí y su madrastra sí…
Ambos calderón en silencio, viendo a Lady Tremaine, acabando de arreglar a sus hijas, Anastasia y Drizella.
—No me da buena espina…
—Debemos ir a su casa, urgente —Bridget dijo y Morgie, aunque su cabeza le decía no, terminó asintiendo.
—Debemos ser rápidos.
Y con eso dicho, ambos adolescentes se movieron entre el mar de gente para luego correr directo a la salida.
—¿Y ahora qué diablos está haciendo Morgie? —Preguntó Maléfica mientras ella, Hades y James los veían correr a toda velocidad.
Morgie y Bridget se apuraron a correr tan rápido como sus pies se los permitían mientras iban avanzando hasta acercarse a la gran mansión donde Ella vivía.
—¡Ella! ¡Ella! —Gritó Bridget cuando finalmente llegaron, tratando de que su amiga escuchara, mientras que Morgie se acercaba a la puerta principal, pero estaba cerrada.
—¡Voy a romper la ventana! —Gritó Morgie, corriendo a tomar una roca del suelo, pero Bridget lo detuvo con el brazo.
—¡Morgie, no! —Gritó Bridget—. Eso solo meterá a Ella en más problemas!
—¿Y qué sugieres entonces? —Preguntó Morgie.
—¿¡Bridget!?
Ambos escucharon a Ella gritar y corrieron al jardín para mirar arriba, viendo a ella asomarse por una ventana.
—¡Bridget! ¡Morgie! —Ella les gritó.
—¿¡Ella qué pasó!? —Le gritó Bridget.
—¡Mi madrastra me encerró aquí! —Ella le gritó—. ¡Y se llevó la llave!
—Qué mujer tan odiosa —Morgie dijo.
—¡No te preocupes Ella, vamos a sacarte de ahí! —Bridget dijo—. Tiene que haber una forma de hacerlo.
Morgie se calló y miró la fachada de la casa, viendo que tan larga era y luego suspiró.
—Y sí la hay —Morgie asintió.
Entonces Morgie suspiró, sus ojos brillaron y su forma comenzó a cambiar.
Bridget vio todo, observando qué Morgie se convertía en una pitón alargada.
—Oh, creí que decir que podrías convertirte en serpiente era una manera de intimidar —Bridget comentó mientras Morgie la veía y luego negó con la cabeza antes de dirigirse a la pared más cercana de la casa y se estiró hacia arriba para empezar a trepar por la pared, entonces Bridget sonrió—. ¡La ayuda va en camino, Ella!
Morgie se movía ágilmente por la pared de la mansión, subiendo sus imponentes 6 metros de largo por toda la fachada.
En cuanto Morgie se fue acercando a la ventana, Ella se hizo a un lado, mirando el enorme pitón entrar a la habitación, buscando cómo acomodarse. Pero antes de hacer algo más, Morgie escuchó un par de voces a lo lejos.
—¡Sube Gus!
—Lu-Lu-Lu…
—¿Lu?
—¡Lucifer!
—¿Morgie está todo bien? —Preguntó Ella y Morhie miró la puerta.
“Ellos necesitan ayuda” Pensó Morgie y miró la cerradura de la puerta.
“Pequeño, piensa en pequeño Morgie” Morgie se dijo a sí mismo.
¡Una agujilla!
Morgie se impuso a la cerradura, volviendo a cambiar su forma, pasando de una enorme pitón a una pequeña agujilla que entró por el agujero de la cerradura y salió por el otro lado, con su pequeño cuerpo cayendo al suelo con fuerza.
—¡Serpiente!
Morgie volteó a donde estaba el origen del ruido y observó a Jaq y Gus terminando de subir a las escaleras, aunque ambos lucían asustados.
—¡No les haré daño! —Morgie gritó—. Vengo a ayudar a Ella.
Pero antes de hacer algo más, el ruido de un gato infernal sonó y un gato gordo cayó encima de Gus, atrapándolo junto a la llave.
—¡Es Lucifer! —Jaq gritó, esquivando los zarpazos del gato.
Morgie miró al gato, sintiéndose enojado de repente y volvió a cambiar su forma a la pitón. El gato miró a Morgie, cambiando su gesto a uno asustado.
Morgie soltó una mordida contra el gato y Lucifer gritó de miedo, saltando y cayendo en el suelo, pero Morgie no se detuvo, siguió soltando mordidas mientras perseguía a Lucifer hasta que este, en pánico, brincó por una ventana.
Morgie volvió a su forma humana y se asomó por la ventana, viendo a Lucifer ir cayendo.
—¡Y quédate allí! —Gritó Morgie desde arriba.
Luego miró al tazón y corrió para descubrir a Gus.
—La llave —Los ratos cargaron la llave, ofreciendosela a Morgie y él la tomó para luego correr a la puerta, abriéndola con la llave—. ¡Ella!
—¡Morgie, gracias! —Ella dijo al salir.
—No fue todo obra mía —Morgie dijo, alzando su mano izquierda en donde estaban Jaq y Gus.
—Oh chicos, gracias —Ella dijo con una sonrisa en sus labios.
—Ella, tenemos que irnos antes de que Charming se vaya —Morgie le recordó.
—¡Sí, vamos! —Ella dijo antes de empezar a correr escaleras abajo, pero Morgie no, él se quedó ahí parado.
No sabe explicarlo, pero Morgie sintió que algo podría pasar y miró al baúl de Ella. Se acercó a él y se agachó para empujarlo, liberando así la tabla suelta, la cual quitó y saco la otra zapatilla. Miró a su alrededor, notando un montón de tela en el tocador de Ella.
Morgie tomó un buen pedazo de tela rosada y con cuidado envolvió la zapatilla con ella.
—Por si acaso —Dijo y empezó a correr tras Ella.
Ambos jóvenes bajaron todas las escaleras corriendo y finalmente salieron por la puerta principal en donde ya estaba Bridget esperándolos.
—¡Chicos vámonos! —Bridget los apuró y los tres emprendieron la carrera de vuelta a la escuela donde aún había algo de caos.
Mucho caos.
—¡Por supuesto que me queda! —Anastasia gritó mientras trataba de forzar su pie en la zapatilla de cristal—. ¡Es solo que mi pie se inflamó por bailar tanto!
Algunos de los alumnos reían por la escena, entre ellos James, Maléfica, Hades y Uliana.
—Pero que chica tan desesperada —Uliana bromeó—, pero con esa cara quien no lo sería.
Ese comentario se ganó varias risas de los demás y las risas aumentaron cuando Anastasia terminó cayendo fuera de la silla.
—Me parece que es momento de pasar a la última jovencita —El Gran Duque dijo, Anastasia se puso de pie y muy ofendida se fue con su madre—. Nombre por favor.
—Drizella Tremaine —La chica dijo con la voz más aniñada posible y caminó hasta la silla para sentarse ella.
Charming ya se notaba cansado y frustrado, levantó la zapatilla.
Charming intentó colocar la zapatilla en el pie de Drizella, pero al igual que con su hermana, la zapatilla no encajaba ni por asomo. Drizella hizo una mueca, forzando una sonrisa falsa mientras movía su pie torpemente.
—Debe haber un error —Dijo ella, tratando de mantener la compostura—. Tal vez si lo intentas de nuevo...
Charming negó con la cabeza con una sonrisa tensa y agotada.
—¡Solo ponlo bien! —Gritó Drizella, tomando ella misma la zapatilla para intentar colocarsela bien.
—Lo siento, señorita, pero parece que la zapatilla no es suya —Dijo el Gran Duque con una inclinación de cabeza cortés.
—¡No! ¡Juro que sí me entra! —Drizella gritó, con su rostro rojo del esfuerzo.
—Drizella ya basta —Charming dijo, perdiendo un poco la paciencia con ella.
—Está zapatilla es mía —Drizella seguía empeñada y justo entonces algo pasó, quizás usó mucha fuerza causando que la zapatilla volará de su pie.
—¡La zapatilla! —Gritó el Gran Duque viendo la zapatilla volar e ir directo contra el suelo, pero el pequeño vocero la atrapó en el último momento.
Un puñado de estudiantes suspiraron aliviados y otro puñado se puso a reír por la escena de Drizella.
—No es tu zapatilla —Charming le dijo.
Drizella, molesta, se levantó de la silla con un bufido y salió corriendo detrás de su madre y hermana, quienes ya estaban murmurando entre ellas.
—Bueno, esa ha sido la última estudiante —Informó Merlín, aunque parecía confuso—, eso creo, hmm…
Charming suspiró, con un rostro lleno de decepción. Estuvo a punto de pararse, pero un grito lo detuvo.
—¡Un momento!
Los estudiantes entonces vieron a Morgie, Bridget y Ella correr hacia él patio escolar.
—¡Falto yo! —Gritó Ella.
—¿¡Qué hace ella aquí, mamá!? —Anastasia gritó.
—¡Mamá haz algo! —Drizella le gritó también.
—Su majestad —Lady Tremaine habló, con su voz serena y aferrada a su bastón—. Esta chica es solo una sirvienta, no creo que valga la pena gastar vuelto preciado tiempo en ella.
—No, no —Merlín dijo de repente, dando un paso al frente—. Esta chica es Ella Delacroix y es la última estudiante de la academia.
—Pero señor… —Lady Tremaine intentó hablar.
—Sin peros, señora Tremaine —Habló Merlín, interrumpiendo a la mujer—. El decreto del rey fue claro, todas las jovencitas solteras debían probarse la zapatilla. Adelante Ella.
Ella sonriente fue a acercarse a la silla, sentándose en ella rápidamente y empezó a desatar su bota derecha.
—La zapatilla por favor —El Gran Duque pidió.
El vocero asintió y empezó a caminar hacia Charming, pero Lady Tremaine movió su bastón discretamente, dejándolo en el camino del vocero y este se terminó tropezando con el mismo. El pequeño sujeto cayó sobre su pecho en el suelo y por desfortunio la zapatilla voló por el aire y cayó estrepitosamente al suelo, quebrándose en muchos pequeños pedazos.
Todos jadearon del impacto y luego cayeron en silencio, incluso los VK miraron todo con sorpresa. Aquel silencio solo se vio interrumpido por el chillido del Gran Duque.
—¡No! —Gritó el Gran Duque, tirándose al suelo para mirar los pedazos de cristal en el suelo—. ¡El rey me va a cortar la cabeza! ¡Mi pescuezo!
Charming se veía más que nada decepcionado y triste de toda la escena.
Bridget se había cubierto la boca, Fay lucía muy consternada y Morgie estaba en silencio.
—Fay, tú puedes arreglarla, ¿no? —Bridget le susurró—. Tú las creaste, puedes arreglarlas.
—N-No sé… no estoy segura —Fay respondió.
Morgie entonces reaccionó y recordó lo que llevaba en las manos. Antes de pensarlo, él ya estaba caminando por el centro del patio.
—¡Yo puedo ayudar! —Gritó.
—¡No! ¡Esto ya no tiene remedio! —El Gran Duque siguió chillando.
—Es que… —Morgie empezó a descubrir la tela en sus manos—. Yo traje la otra zapatilla.
Otro jadeo audible se hizo presente en la escuela, con todos abriendo sus ojos por la sorpresa.
Lady Tremaine estaba tan sorprendida qué se apoyó en su bastón mientras Anastasia y Drizella parecían estar a punto de hacer un berrinche.
—Ten —Morgie habló, extendiendo la zapatilla a Charming, el príncipe agradeció y tomó la zapatilla en sus manos—. Suerte.
Morgie corrió de regreso a estar junto a Bridget y Fay, luego se dedicaron a ver.
—¿Me permites? —Preguntó Charming.
—Claro —Ella dijo, quitándose el zapato izquierdo en su lugar.
Charming acercó la zapatilla al pie de Ella y lentamente empezó a ponérsela.
La zapatilla le quedó perfecta.
Charming sonrió bastante y subió su mirada para ver a Ella, ambos se vieron cara a cara.
—Cenicienta, eh —Charming dijo, empezando a ponerse de pie, ofreciendo su mano a Ella.
—Solo Ella está bien —Respondió la chica tomándole la mano para levantarse igual.
—Prometes no escapar a media noche esta vez —Charming comentó en voz baja.
—Creeme que no voy a querer hacerlo nunca —Ella le sonrió y se acercó a besar una mejilla de Charming.
Bridget empezó a dar pequeños saltos y aplaudir repetidas veces lo que ocasionó qué el resto de la escuela también aplaudiera.
—Esto fue todo un cuento de hadas —Bridget chilló de emoción.
Morgie sonreía mientras veía a Ella y Charming juntos en el centro del patio.
—Lastima por la otra zapatilla —Fay dijo, luego miró a varita y regresó a ver los restos de la zapatilla rota.
—Piensa con tú corazón, esas zapatillas las hizo tu magia y tu magia puede repararla —Morgie le dijo en apoyo.
Fay miró la zapatilla rota y extendió su mano.
—Bibidi… Babidi… ¡Boo! —Fay recitó y las chispas de su varita volaron a la zapatilla rota, la rodearon y la zapatilla empezó a repararse hasta volver a su estado normal—. ¡La arreglé!
—¡Ganó el amor!
Alguien más gritó.
—¡Jóvenes, jóvenes! —Gritó Merlín, llamando la atención de los demás—. Se que están emocionados, pero recuerden que esta sigue siendo una escuela, no exageren y disfruten su fin de semana.
La masa de estudiantes empezó a moverse, yendo a hacer las actividades que quisieran.
Morgie veía a todos caminar, estando junto a Bridget y Fay, estaba por volver con sus amigos cuando alguien corrió a él y lo sujetó con fuerza en un abrazo.
—Morgie gracias —Ella dijo mientras lo apretaba en sus brazos.
—No… no fue nada —Respondió Morgie.
—Morgie fuiste mi héroe —Ella le dijo y Morgie se paralizó mientras las palabras de Ella hacían eco en su cabeza..
Héroe…
Continuará...
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