Bebidas, Resaca y Negocios
—¡Paguen chicas! —Mulán habló al volver a ganar.
—Estoy empezando a creer que jugar con Mulán fue una mala idea —Aladdin dijo dejando caer su dinero en la mesa.
—Deja de ser un mal perdedor, Al —Mulán dijo, guardando todo el dinero de Aladdin, Bridget, Ella, Bella y Esmeralda.
—Me impresiona más que Esmeralda no haya hecho trampa aún —Ella mencionó, dándole un trago a su vaso de jugo.
—¡Hey! —Esmeralda se quejó—. Puedo ser honesta de vez en cuando.
—¿Otra partida de mahjong o ya se cansaron de perder? —Mulán preguntó, mirando a todos en la mesa, empezando a organizar las fichas.
—Yo voy a duplicar la apuesta —Aladdin mencionó, acomodándose en su silla.
Mientras la nueva partida se organizaba, Bridget levantó la vista, buscando a alguien.
—No veo a Morgie —Dijo.
—Está con Charming —Ella le dijo, señalando un rincón opuesto de la habitación.
Bridget vio como Morgie estaba rodeado de algunos otros chicos.
—Creo que iré a ver si no quiere jugar —Bridget se excusó y se puso de pie, empezando a caminar a ellos.
—Él es Naveen —Charming dijo.
—Lo sé, lo conozco —Morgie dijo—, me lanzó una rebanada de pastel de crema en un almuerzo.
Charming y Naveen abrieron los ojos de sorpresa al oír a Morgie.
—Sí, lamento eso —Naveen dijo.
—Ehm, ¡él es Adam! —Charming señaló a otro de sus amigos.
—Él me golpeó en la cara con una pelota en gimnasia —Morgie mencionó.
—Estábamos jugando quemados —Adam dijo, alzando una ceja.
—Como sea —Charming interrumpió—. Ese de ahí es Febo de Chateaupers.
—A él también lo conozco —Morgie dijo y Charming estaba por rendirse—, él me ayudó a recoger mis cosas cuando Gastón y Clayton rompieron mi mochila.
Charming dejó salir un suspiro de alivio.
—Supongo que conoces también a Magnífico y Amaya —Charming dijo.
—Conozco a Magnífico por las clases de magia y Amaya porque nos sentábamos juntos en historia en primer año —Morgie respondió.
—Qué gusto verte, Morgie —Dijo Amaya con una sonrisa amable en sus labios.
—Charming nos contó lo que hiciste por Ella —Magnífico empezó a hablar—. Debo admitir qué eso fue algo muy...
Morgie tragó saliva, tratando de mantener la compostura, pero ya sabía lo que venía.
—Heroi...
No lo digas, no lo digas, no lo digas, no lo digas.
—¡Hola, chicos!
Para suerte de Morgie, Bridget llegó a interrumpir la conversación.
—Hola, Bridget —Amaya saludó.
—No interrumpo, ¿verdad? —Pregunto la peli rosa, sonriéndoles a todos.
—Para nada —Charming respondió.
Bridget entonces miró a Morgie, notando una cierta incomodidad en él y entonces supo que debía actuar.
—Bueno, en ese caso creo que no les molestara que me lleve un momento a Morgie —Bridget dijo y no dejo a nadie responder—. ¡Muy bien! Vamos Morgie.
Morgie asintió y prácticamente corrió a ella y ambos se fueron caminando a otro lugar.
—¿Estas bien? —Preguntó la chica.
—Sí —Morgie asintió—, creo que solo me abrume un poco.
—Creo que debemos beber algo para que sientas, ¡Woah!
Las palabras de Bridget se vieron interrumpidas cuando terminó chocando contra alguien que le hizo a ella y a Morgie detener el ritmo.
—¡Lo lamento!
Aquella era la voz de un chico, Morgie miró al frente viendo a un chico bajito, era incluso más bajo que Bridget y eso ya era mucho decir. Morgie notaba que los ojos del chico llegaban a los hombros de Bridget.
Tenía el cabello rubio largo peinado en una coleta y ojos azules, vistiendo ropa en casi toda su totalidad plateada brillante.
—¡Princesa, lo siento! —El muchacho se disculpó de inmediato y Bridget solo le sonrió.
—Fue un accidente Hexio, no te disculpes.
—¿Hexio? —Preguntó Morgie y eso pareció encender una alerta en el chico.
—Hexio Diamond, de la dinastía de los Diamond de la guardia real del País de las Maravillas —El chico más bajo se presentó ante Morgie, pero después de eso volvió a presentar su pánico con mejillas rojas a Bridget—. En verdad lamento haber chocado con usted, princesa.
—Hexio, estamos en la escuela, no necesitas ser tan formal aquí, solo dime Bridget —La chica mencionó y Hexio parecía que le habían hecho la propuesta más indecorosa del mundo por su reacción.
—P-Por supuesto princesa... ¡Digo! Bridcesa... ¡No! Pringet.. Uhm... Bridget —Hexio empezó a balbucear, mientras su cara se ponía tan roja como la de un tomate—. C-Creo que mejor me voy.
Morgie y Bridget vieron al chico enclenque irse lentamente mientras evitaba cualquier tipo de contacto visual con Bridget o Morgie.
—¿Dinastía Diamond? —Preguntó Morgie.
—Son la segunda familia más importante en el País de las Maravillas —Bridget explicó—. Son casi tan poderosos como la familia Heart, mi familia.
—Eso explica porque sonaba tan formal —Morgie se quedó viendo el camino por donde se fue Hexio, viéndolo chocar con otras cuantas personas mientras murmuraba disculpas ahogadas—. Está loco por ti.
—¿Que dices? —Bridget dijo rápidamente—. Hexio solo es un buen amigo.
—Bridget, el chico parecía estar a punto de desmayarse solo porque le hablaste —Morgie dijo—, definitivamente le gustas y mucho.
—Bien, ahora solo estas inventando cosas, porque eso no es para nada la verdad —Bridget negó con la cabeza.
—¿Ah sí? —Morgie sonrió travieso—. ¿Por qué no volteas a verlo?
—Hmm —Bridget expresó, alzando la cara para voltear a la dirección donde Hexio la miraba desde la mesa de bebidas, al momento en que Hexio notó eso se asustó, dejó caer su vaso al suelo y terminó tropezando para caer con fuerza al suelo—. ¿Sabes? Tal vez tienes un poco de razón.
—Deberías hablar con él —Morgie dijo.
—No creo que sea buen momento, ¿sabes? —Bridget dijo, mirando de nuevo a su amigo—. Pero lo tendré en mente. Mejor dime, ¿ya has pensado en decirle a James que es tu príncipe azul?
—¡No! —Morgie gritó, quizás demasiado fuerte porque algunas personas los voltearon a ver y Morgie trató de sonreír—. Jeje, ignórenos.
Bridget tomó a Morgie de la muñeca y lo encaminó hasta un rincón solitario del salón quedando ambos juntos y alejados de toda otra persona.
—Morgie, en serio, ¿no piensas decirle a James sobre lo que sientes? —Preguntó Bridget.
—No... Tal vez... No lo sé —Morgie suspiró—. No estoy seguro de que sea una buena idea. Conozco a James y los sentimientos no son lo suyo, es un coqueto, pero no es alguien interesado en el amor, al menos no que yo haya notado. Además, no solo somos mejores amigos, sino que también somos compañeros de cuarto, si le digo lo que siento y él no me corresponde entonces la convivencia sería horrible...
—Ay Morgie... —Bridget dijo, colocando una mano en el hombro de Morgie—. No quiero sonar grosera, pero a veces creo que tu grupo de amigos necesita mejorar su comunicación, tal vez sus padres debieron enseñarles mejor.
—Bueno, no es como que ellos tengan buena relación con sus padres —Morgie mencionó—. A Hades su papá se lo comió, los padres de Maléfica son horrendamente perfeccionistas, a Uliana su papá la ignora para centrarse en su hermano mayor y James huyó de su casa a los 13 años... Creo que solo yo tengo una buena relación con mi madre.
—¿Qué hay de tu padre?
—Como decía, no sé si sea buena idea hablar con James... Quizás lo diga cuando acabemos la escuela y si me rechaza así ya no tendré que verlo —Morgie sonrió.
—No sé si sea un buen plan —Bridget dijo, ignorando como Morgie ignoró cierto tema—. ¿Y has pensado en al menos decirle a James o alguno de tus amigos sobre tu orientación?
Morgie se quedó pensando bastante... ¿Decirles a sus amigos que es gay? Bueno, no lo había pensado del todo, pero no mentira, a veces quería decirlo, pero no sabía cómo ni el cómo podrían reaccionar ellos.
—Solo te diré que ellos tienen que escucharte, eres su amigo y ellos tienen que al menos escuchar —Bridget se encogió en hombros—. Piénsalo.
—Yo...
—Mira, si tú hablas con tus amigos, yo intentaré hablar con Hexio, ¿qué te parece? —Bridget propuso.
—Bien —Morgie dijo asintiendo—, lo intentaré.
—Lo intentaremos —Bridget habló, dándole la mano a Morgie quien respondió al apretón de manos—, juntos.
—Juntos —Morgie sonrió un poco y la reunión de jóvenes se vio interrumpida por la intromisión de Merlín en la entrada.
—Buenas noches, muchachos —Habló el director.
—Buenas noches, director —Dijeron casi todos los estudiantes al mismo tiempo.
—Solo paso a decirles que no vayan a dormir tan tarde hoy —Merlín dijo—, y que se deben divertir sanamente, diviértanse —Tras decir eso, el anciano salió por la puerta y todos siguieron en silencio.
Morgie vio a Bella correr a la puerta y quedarse allí parada, como si estuviera esperando algo.
—¡Ya se fue! —Bella dijo.
—¡Bien! —Charming sonrió y volteó a ver a Flora, Fauna y Primavera —Chicas, adelante.
Las 3 hadas asintieron y usando sus varitas lanzaron varios encantamientos a la mesa de bebidas, cambiando los juegos y refresco por cervezas frías.
—¡Justo lo que necesitábamos! —Naveen gritó, corriendo a la mesa para tomar una botella—. ¡Que suba la música!
De inmediato otra chica que Morgie conocía como Pocahontas subió el volumen al estéreo aumentando la potencia de la música.
—¡Ahora sí empieza la verdadera fiesta! —Charming gritó y todos los demás empezaron a ir por cerveza.
—No sabía que las reuniones se ponían así —Morgie dijo.
—Siempre son así cuando Merlín nos despide en la noche, así que a disfrutar —Charming le dijo, lanzando dos cervezas una a Morgie y otra a Bridget—. ¡Disfrutemos porque la noche es joven y nosotros también!
Morgie tomó la cerveza en sus manos y sonrió, quitándole la tapa miró a la princesa que también había quitado la tapa de la suya.
—Cheers —Bridget dijo y ella y Morgie chocaron sus botellas—. A festejar.
Bien, quizás la noche sería divertida.
Dos horas después Morgie y Bridget ya estaban bailando espalda con espada en el centro de la zona de baile de la sala común. Ambos se movían tan sincronizados como podían por el estado de ebriedad en el que estaban por la cantidad de cervezas que habían consumido.
—¡Eso Morgie! ¡Eso Bridget! —Gritaba Ella mientras los veía bailar.
—¿Cuantas cervezas llevamos? —Preguntó Bridget.
—¡No tengo idea! —Gritó Morgie por encima de la música—. ¡Pero sé que podemos resistir una más!
—¡Una más, una más! —Bridget coreó mientras se enderezaba del baile.
La música seguía resonando en la sala común, y el ambiente estaba lleno de risas, vítores y pasos torpes de baile. Morgie y Bridget se tambalearon de regreso a la mesa de bebidas, pero no llegaron muy lejos antes de que Charming los detuviera con un grito.
—¡Un momento, ustedes dos! —El príncipe dijo, levantando su botella y señalándolos—. No pueden seguir bebiendo sin pasar por el reto de los valientes.
—¿El reto de los valientes? —Repitió Morgie, alzando una ceja, aunque sus palabras se tambalearon tanto como él.
—Es una tradición en las fiestas de Charming —Intervino Naveen desde un rincón, sosteniendo una botella medio vacía—. Una prueba de quién es realmente el alma de la fiesta.
—Suena emocionante —Dijo Bridget, riendo mientras tomaba un último trago de su botella.
Charming sonrió de oreja a oreja y se subió a una de las mesas.
—¡Muy bien, muchachos y muchachas, es hora del reto de los valientes! Escuchen las reglas para los nuevos; todos aquellos que deseen participar deben beberse toda una botella de cerveza de un solo trago.
—Pfff, pan comido —Morgie dijo.
—Mientras es sostenido boca abajo por alguien más —Charming terminó de hablar.
Las risas y los vítores llenaron la sala al escuchar la proclamación del reto. Morgie parpadeó un par de veces, procesando lo que acababa de escuchar.
—¿Qué tan borracho estabas cuando inventaste esto? —Preguntó Morgie, mirando a Charming.
—Bastante —Charming respondió, riéndose—, pero esa no es la cuestión. La cuestión es: ¿quiénes serán los valientes de la noche?
Bridget cruzó los brazos, lanzándole a Morgie una mirada desafiante.
—¿Qué dices, Morgie? ¿Aceptas?
Morgie le devolvió la mirada con una sonrisa traviesa.
—¡Claro que acepto!
—¡Bien! —Exclamó Charming, levantando las manos para calmar los ánimos. Señaló a Bridget—. Entonces tú serás quien lo sostenga.
—¿Yo? —Bridget arqueó una ceja, pero terminó sonriendo—. Bueno, ¿por qué no?
Charming organizó rápidamente la escena. Dos estudiantes ayudaron a Morgie a ponerse en posición, mientras Bridget, con una firmeza sorprendente considerando lo que había bebido, lo sostuvo por los tobillos.
A sus lados también estaban Adam, Ella, Esmeralda y Aladdin participando, también todos de cabeza con las manos en el suelo y siendo sostenidos por Naveen, Fay, Mulán y Jasmine respectivamente.
—Esto es ridículo —Murmuró Morgie, ya con la cabeza cerca del suelo.
—Eso es lo que hace que sea genial —Le respondió Charming entre risas mientras se acercaba a los demás con las botellas de cerveza y se las colocó a cada uno en las manos.
—Listo, valientes. ¡Todo de un trago o pierden!
La sala común estalló en gritos y aplausos mientras Charming daba el grito de salida al reto.
—¡A la cuenta de tres! —Anunció, levantando su brazo como si fuera un juez de carreras—. Uno... dos... ¡tres!
El caos comenzó. Morgie inclinó la botella hacia su boca, sintiendo cómo la cerveza fría bajaba a una velocidad alarmante. A su lado, Adam bebía como si hubiera hecho esto toda su vida, mientras Esmeralda y Aladdin competían ferozmente, recibiendo gritos de aliento de sus respectivos sostenedores.
—¡Vamos, Morgie! ¡Tú puedes! —Gritó Bridget, tambaleándose ligeramente mientras trataba de mantenerlo en posición.
Mucha de la gente se reía a carcajadas mientras Fay intentaba sostener a Ella con un esfuerzo visible.
—¡Es más pesada de lo que parece! —Protestó Fay entre jadeos y risas.
—¡No se rindan! —Gritó Charming, claramente disfrutando del espectáculo.
La sala se llenó de gritos y vítores mientras las botellas se vaciaban poco a poco. Esmeralda fue la primera en terminar, levantando su botella vacía triunfalmente.
—¡Sí! —Exclamó, riendo mientras Mulán la bajaba cuidadosamente al suelo.
—¡Eso no se vale, Esme practica desde los 13 años! —Bromeó Jasmine mientras intentaba ajustar el equilibrio de Aladdin, que parecía estar al borde de escupir su bebida.
Morgie, jadeando, finalmente terminó su botella y la levantó con una sonrisa divertida.
—¡Listo! —Anunció, mientras Bridget lo bajaba cuidadosamente al suelo.
Cuando todos los participantes terminaron, Charming se subió a la mesa una vez más, aplaudiendo.
—¡Y la ganadora es... Esmeralda! —La sala estalló en aplausos y risas mientras Esmeralda hacía una elaborada reverencia.
—Debo agradecer a la gente con la que crecí —Esmeralda bromeó, ganándose más carcajadas de los demás estudiantes.
Morgie, todavía tambaleándose un poco, miró a Bridget y sonrió.
—Bueno, al menos no quedé último —Morgie dijo, señalando a Adam que estaba tirado en el suelo junto a Naveen que estaba sentado sobre el suelo.
—Eso ya es un logro —Bridget bromeó, chocando las cinco con él.
—¡La última cerveza de la noche! —Charming gritó y todos fueron a tomar una última cerveza que brindaron en conjunto.
Quince minutos después, Morgie y Bridget iban juntos, abrazados por los hombros, tambaleándose mientras caminaban al dormitorio más cercano, en este caso, el de Morgie y James.
—Waterloo! I was defeated, you won the war —Ambos canturreaban mientras caminaban ridículamente al dormitorio.
—Nunca me había divertido tanto mientras me emborrachaba antes —Morgie dijo de la manera más lenta posible.
—Las reuniones de Charming son las mejores después de las nueve de la noche —Bridget sonrió.
Con el pasar de los minutos ambos llegaron a la puerta de Morgie y se soltaron.
—Aquí me quedo yo —Dijo Morgie y se apoyó contra la puerta—. ¿Segura que puedes llegar sola a tu dormitorio?
—Sí, he hecho esto decenas de veces —Bridget asintió varios veces—. Nos vemos mañana Morgie.
—Adiós —Morgie dijo y se dedicó a ver a Bridget irse aun tambaleándose.
Morgie después abrió la puerta y entró lentamente. La luz estaba encendida y James estaba en su cama leyendo algo.
—Buenas noches —James le saludó.
—¡James! —Morgie gritó a modo de saludo, casi cayendo tras cerrar la puerta y James levantó la vista de su libro.
—¿Estás borracho?
—¡Sí y mucho! —Morgie gritó casi empezando a reír y James lo vio tambalearse a su propia cama y dejarse caer en ella—. Nunca me había divertido tanto en mi vida, no tenía idea de lo que me perdía en esas fiestas solo por... por querer molestarlos.
Morgie se quitó los zapatos como pudo y luego se quedó acostado boca arriba, sonriendo.
James lo miró un poco y empezó a sonreír levemente.
—Me alegra que te hayas divertido —Dijo.
—Tal vez en el futuro pueda hacer qué te inviten a ti también, te encantará el reto de los valientes —Morgie le dijo y antes de que James pudiera preguntar, Morgie habló de nuevo—. Es un reto donde debes tomarte una cerveza de un trago mientras estas de cabeza.
—¿Y lo ganaste? —James preguntó con una sonrisa divertida en sus labios.
—Segundo lugar —Respondió Morgie.
—Bueno, pues ya deberías dormir, estoy seguro que mañana vas a arrepentirte de todo —Bromeó el pirata poniéndose de pie para empezar a prepararse para dormir.
—James... —Morgie habló de repente en un tono más suave y serio.
James lo miró desde su armario.
—¿Qué?
—Eres un buen amigo... —Morgie murmuró, con los ojos medio cerrados mientras se hundía en el colchón—. Incluso si eres un poco gruñón... y un poco demasiado guapo para tu propio bien.
James se sorprendió al oír esas palabras venir de Morgie, pero al mismo tiempo sintió un confort interior por el cumplido indirecto, quizás no tan indirecto.
—Morgie...—James sonrió mientras se volteaba a ver a su amigo, pero el chico serpiente ya estaba roncando en su cama.
James dejó escapar una risa suave al verlo profundamente dormido, completamente ajeno al caos que había dejado atrás en la fiesta y a sus propias palabras. Se quedó mirándolo por un momento, notando lo relajado que se veía ahora, tan calmado, tan tranquilo y en paz mientras su pecho subía y bajaba lentamente.
—Demasiado guapo para mi propio bien, ¿eh? —Murmuró para sí mismo, sacudiendo la cabeza con una mezcla de diversión y algo más que no quiso analizar demasiado en ese momento—. Lo tomaré como un cumplido.
Con cuidado, James tomó la manta que estaba a los pies de la cama de Morgie y la subió para cubrirlo hasta sus hombros, asegurándose de que estuviera cómodo. Luego apagó la lámpara en su escritorio y volvió a su propia cama.
Al tumbarse, la habitación quedó en completo silencio, salvo por los ronquidos suaves de Morgie. James cerró los ojos, pero las palabras del hechicero seguían resonando en su mente, arrancándole una pequeña sonrisa que no pudo evitar que saliera a la luz.
—Buenas noches, Morgie... —Susurró a la nada antes de dejarse llevar también por el sueño.
A la mañana siguiente Morgie no podía ni quería abrir los ojos debido al infierno que sentía en su cabeza.
El dolor de cabeza era atroz, como si alguien estuviera golpeando tambores dentro de su cráneo. Morgie gimió, enterrando el rostro en su almohada y tratando de bloquear la luz que se filtraba por las cortinas de la habitación.
—¿Ya te arrepentiste de anoche? —La voz de James llegó desde algún lugar cercano, cargada de un tono burlón que le hizo jadear de cansancio.
Morgie apenas logró levantar la mano en respuesta, moviéndola perezosamente en señal de "cállate" para luego cambiar el gesto a levantar el dedo de en medio.
—No puedo hablar ahora... estoy muriendo —Morgie murmuró con su voz apagada contra la almohada.
James dejó escapar una risa suave y se acercó con un vaso de agua y una pastilla.
—Aquí. Tómate esto. Es para la cabeza —Dijo, dejando el vaso y la pastilla en la mesita de noche—. Al menos hasta que puedas encargarte tú mismo.
Morgie alzó la cabeza con gran esfuerzo, entrecerrando los ojos para mirarlo.
—¿Eres un ángel... o vine al infierno y tú eres mi castigo? —Preguntó, tomando la pastilla y el vaso con las manos temblorosas.
—Definitivamente la segunda opción —James respondió, cruzándose de brazos mientras observaba cómo Morgie se pasaba la pastilla.
El joven hechicero hizo una mueca ante el dolor de cabeza que vino por moverse, pero hizo el esfuerzo para tragarse la pastilla con el agua del vaso.
—Gracias... —Murmuró Morgie, recostándose de nuevo en su cama.
James se sentó en el borde de su propia cama, mirándolo con una ceja alzada, terminando de colocarse el garfio.
—¿Quieres saber qué hiciste anoche o prefieres quedarte en la ignorancia?
Morgie lo miró con una expresión de preocupación en su rostro.
—Eso suena como una pregunta peligrosa. ¿Hice algo muy malo?
James sonrió ampliamente, disfrutando de su momento de ventaja.
—Digamos que no rompiste nada... pero dijiste algunas cosas bastante interesantes.
Morgie se llevó una mano a la frente, como si intentara recordar.
—¿Qué tipo de cosas?
James se encogió de hombros, disfrutando de la agonía silenciosa de su amigo.
—Ya te lo contaré... cuando estés listo para enfrentarlo.
—¡James! —Morgie se quejó, lanzándole una almohada con lo poco de energía que le quedaba, pero de inmediato se arrepintió por el dolor de cabeza.
James esquivó la almohada con facilidad, riendo mientras se levantaba en dirección al baño.
Morgie gruñó y se levantó de su cama para ir en dirección a su escritorio de donde tomó una caja ancha qué guardaba a un lado. Con la cabeza adolorida aun le dio dos golpecitos a la cerradura superior de la caja y esta se abrió y expandió dejando en su lugar un equipo de química.
Verán, ser el mejor amigo de un pirata implica beber mucho cada que tenían oportunidad y Morgie aprendió un par de cosas, siendo la más importante crear una poción para quitar la resaca, le llevo meses perfeccionarla, pero consiguió resultados ideales.
Empezó a tomar todos los ingredientes necesarios: raíz de jengibre, menta, dientes de león secos, pulpa de frutos rojos, polvo de cuerno de unicornio, pizca de azúcar, miel dulce y agua purificada.
Empezó a colocar todos los ingredientes de manera correcta y preparo la poción de tono celeste.
Cuando la tuvo lista, vacío un poco en un frasco de cristal y lo bebió de inmediato. Los resultados fueron instantáneos, el dolor de cabeza se fue, su cansancio desapareció y sintió su energía renovada.
—Siempre funciona —Sonrió.
Miró su caldero portátil y con cuidado empezó a llenar de nuevo el frasco de cristal, lo tapó y guardó en su bolsillo.
—¿Tu jugo milagroso ya surtió efecto? —Preguntó James al salir del baño.
—Me siento un chico nuevo y renovado —Morgie dijo antes de dirigirse a James a ayudarle con su ropa como siempre—. ¿Planes para hoy?
—Estoy seguro que Uliana querrá saber qué información obtuviste ayer sobre Bridget —James dijo y Morgie tuvo que detener sus acciones.
¿Qué información obtuvo de Bridget anoche? No mucha la verdad. O sea, recuerda una que otra cosita, pero el alcohol está más presente en su memoria. Sabía que a ese chico del País de las Maravillas... ¡Hexio! Sí, sabía que Hexio sentía una clara atracción por Bridget, también recuerda brevemente unos detalles de la vida de Bridget en su hogar, pero de nuevo, el alcohol le blanqueó la memoria.
—No recuerdas nada, ¿no es así? —Preguntó James y Morgie asintió lentamente, lo que hizo reír al pirata—. ¿Cuánto bebiste anoche?
—Perdí la cuenta después de la octava cerveza —Morgie confesó.
—¿¡Octava!? —James casi de echa a reír de nuevo—. Todas noches conmigo te entrenaron bien. Tal vez puedas hacer una pócima que te cure la amnesia de la borrachera.
—Tal vez pueda hacerla después —Morgie le siguió el juego hasta que ambos salieron del dormitorio, yendo a la cafetería con intenciones de desayunar.
Mientras caminaban, Morgie pudo ver a varios de los estudiantes que estuvieron en la fiesta caminando como zombis por los pasillos, claramente sufriendo de la resaca tras beber tanto anoche.
—Si que se divirtieron anoche —James dijo en un tono burlón y Morgie lo apoyó con una risa.
Cuando ambos estaban por entrar a la cafetería, Bridget salió de ahí, con su cabello rosa despeinado, con ojeras y un gesto de disgusto. Se veía terrible honestamente.
—Hola, Morgie —Bridget saludó, aunque luego lo analizó mejor—. Te ves demasiado bien a comparación de cómo te deje anoche.
—Tengo mis trucos —Morgie dijo sonriendo.
—Los le Fay siempre tienen trucos bajo la manga, deberías acostumbrarte princesa, ahora que son amigos —James dijo, sonriendo, aunque hubo algo en ese tono que no le gustó a Morgie.
—Sí —Morgie asintió un poco y llevo las manos a un bolsillo, sacando la poción celeste—. Es para ti, bébela y se te quitará todo.
—¿En serio? —Preguntó Bridget, tomando el frasco ante la mirada sorprendida de James y la destapó para empezar a beberla. Bridget empezó a sentir los efectos de inmediato, no solo quitando su malestar físico, sino que incluso su cabello despeinado ahora estaba perfecto como siempre—. ¡Wow! Morgie esto es increíble, ¿cómo es que hiciste esto?
—Es solo una pequeña receta creada por mí.
Antes de que alguno de los tres pudiera seguir hablando, Ella y Charming se acercaron, con el príncipe apoyado contra su novia.
—Se ven terribles —James dijo sin mucho cuidado.
—Vomité tres veces esta mañana —Charming dijo, ignorando de quien había venido ese comentario.
—Intenté tomar una pastilla y solo me hizo sentir peor —Ella habló y Bridget sonrió.
—¡Deberían probar la poción de Morgie! —La chica rosa dijo con emoción—. Es milagrosa, incluso me peino.
—¿Hiciste una poción para curar la resaca? —Preguntó Ella.
—Hace como un año, sí —Morgie respondió.
—Necesitaremos dos de esas —Charming habló lentamente—. En verdad me siento horrible, te pago lo que quieras.
Esas palabras le interesaron más a Morgie y miró a James, quien pareció pensar lo mismo pues también lo estaba viento. El pirata sonrió y se adelantó un poco para encarar al príncipe.
—Exactamente de cuanto estamos hablando —James cuestionó.
—No estoy hablando contigo, Hook —Charming le respondió, pero Morgie dio un paso al frente, parándose junto a James y rodeándolo con un brazo.
—Pues James es mi socio, así que él me ayuda con las finanzas, así que preguntaremos de nuevo —Morgie habló, mirando a Charming y Ella—, ¿cuánto ofreces?
—Cincuenta —Charming dijo y eso no pareció importarle a Morgie y James—, bien, setenta y cinco... por cada poción.
Y ahí fue que Morgie y James sonrieron.
Minutos más tarde, Morgie estaba sirviendo el resto de la poción en dos frascos que luego entregó a la pareja. Charming y Ella las bebieron de golpe y paso lo mismo que con Bridget y Morgie más temprano, les quitó todo malestar físico y les arregló su apariencia.
—Eso se sintió como beber un milagro liquido —Charming dijo.
—Morgie eres un genio —Ella le dijo y Morgie sonrió.
Todos tienen un ego y Morgie tiene un ego enorme referente a las pociones.
—Ten el pago —Charming habló, entregándole el dinero prometido a James.
—¿Viajas siempre con tanto efectivo encima? —Preguntó James—. Ojalá lo hubiera sabido antes...
—Voy a ignorar que dijiste eso —Dijo el príncipe antes de volver su atención a Morgie—, amigo gracias, no tenía idea de que hubiera una pócima para curar cosas así.
—¿Qué puedo decir? Pociones es de mis temas favoritos de magia —Morgie respondió, fingiendo modestia.
—Eres muy talentoso en esto —Habló Ella.
—Es lo que yo siempre le digo —James dijo, dejando el dinero que Charming le había entregado sobre el escritorio.
—¡Morgie! —Bridget dijo, entrando a la habitación, asustando a los cuatro que estaban dentro—. Espero no haber sido muy habladora, pero espero y tengas más poción para la resaca.
—¿A qué te refieres? —Preguntó Morgie y Bridget abrió la puerta, mostrando a toda la gente detrás de ella, todos los estudiantes que habían estado bebiendo alcohol en la fiesta de Charming.
—Setenta y cinco por poción —James le susurró, mirando a la gente de fuera.
—Organízalos en fila y que tengan dinero en mano, empezaré un nuevo lote de pociones —Morgie sonrió.
—¡Muy bien borrachos! —James gritó mientras salía, ganándose quejas de los estudiantes con resaca—. ¡Todos en fila y tengan su dinero en mano para la poción milagrosa! Esto va a tardar un poco, el experto necesita hacer más poción.
Morgie volvió a su set de pociones y se tronó los dedos. Tenía trabajo que hacer.
Continuará...
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